Si queremos que la universidad pública en general y la nuestra en particular, permanezca de pie, debe primar una real actitud renovadora en la mente y en la acción de sus integrantes —autoridades, docentes, estudiantes, egresados y plana administrativa— para frenar todo aquello que atente contra lo consustancial de su razón de ser: generar ciencia y cultura a través del estudio, la investigación científica en su desarrollo académico, concordante con la época que exige competencia y competitividad. Razón de ser, impedido por el control gubernamental, que sin conocer las inherentes necesidades de gasto, limita y pone trabas para que invierta el presupuesto asignado por el gobierno, y los recursos propios que genera nuestra Universidad.
Publicado:
2019-11-25