Escritura quechua sin muletas, diez años después de la insurgencia
Resumo
En el contexto de la literatura escrita en quechua es práctica común escribir y publicar en esta lengua acompañada de su respectiva traducción (auto-traducción) al español. La práctica antedicha se instituye en la época colonial con la publicación de sermonarios para evangelizar a los indígenas (Avendaño, 1648; Diego de Molina, 1649, entre otros). No lejos de celebrarse los 400 años de estos libros, las prácticas escriturarias antedichas mantienen su vigencia erosionando los distintos proyectos de fortalecimiento del quechua. En este artículo haré algunas precisiones al manifiesto “Runasimipi qillqaq masiykunata qayakuy / Llamado a mis hermanos que hablan y escriben en runasimi” (Landeo, 2012, 2013), que precisamente cuestiona las publicaciones diglósicas, luego veremos cómo estas publicaciones han invisibilizado al quechua casi hasta condenarlo a su extinción. Finalmente prestaré atención a las reacciones de la crítica sobre publicaciones monolingües en quechua, que podríamos considerar respuestas iniciales al manifiesto. Para estos abordajes nos serán útiles las propuestas de categorías andinas (Landeo, 2014), las epistemologías del sur (Rivera, 2018), y las del norte, estas últimas, desde una perspectiva descolonizante (Krögel, 2021), etc. El estudio nos descubre al quechua en una situación de minusvalía, es decir, su dependencia del español que hace las veces de bastón o prótesis lingüístico. Por otra parte, se evidencia la influencia directa o indirecta de nuestro manifiesto en algunos escritores quechuas, particularmente jóvenes, quienes han hecho suya la postura. En conclusión, visibilizamos el surgimiento de una literatura quechua renovada, sin traducción y el fortalecimiento de la lengua.