PRESENTACIÓN
“La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”
Nelson Mandela
Cuando la primera YachaQ fue publicada, el CIED constaba de un grupo de estudiantes que tenían una
visión: Un mejor Perú, con mejores estudiantes convencidos de que la educación y la investigación
eran las mejores armas con las que podían alcanzarse grandes cosas. Así, cuando Michell Samaniego,
a quien guardamos gran aprecio en la institución, escribía sobre el por qué de una revista, describía
una realidad por la que hasta ahora compartimos el deseo de que sea superada. Escribía Michell que:
(…) El derecho no es algo, una cosa, que se pueda aprender, única y definitivamente, no hay
quien puede ‘saber derecho’, sino alcanzar conocimientos parciales, aproximaciones a él, es
decir una constante búsqueda, un aprendizaje. Ahí el reto de las Facultades de derecho,
principalmente de las públicas, pero antes debe revertir sus gravísimos problemas. Revertir su
decadencia académica, que conduce al simple estudio de leyes, y unos cuantos libros. La
transmisión mecánica de conocimientos es necesario erradicarla. Así también debe producir,
crear orgánicamente nuevos conocimientos. En esa ‘búsqueda’, a través de la investigación se
encuentra sus retos y así aporta a la sociedad (…).
YachaQ 1 se publicó en 2001. Y que, 23 años después, las palabras de Michell aún tengan vigencia,
definitivamente nos transmite un mensaje poderoso. Pero, como siempre, podemos hacer dos cosas al
respecto: tener un efímero momento de tristeza y continuar siendo parte de esta realidad, o tomar ese
coraje que tantos años de historia han formado en los peruanos y ser parte de una verdadera revolución.
No una revolución de armas, que tanta muerte y sufrimiento trae a las personas, sino una revolución
intelectual, de esa de la que hablaba Mandela.
No puedo afirmar que la decisión de haber optado por lo segundo nos exima, al CIED y a quien escribe,
de pasar por lo primero. Así son las cosas, pero no es así como deben ser. Aun soñamos con la gran
patria de Darío, y por lo tanto, es este nuestro derrotero, investigar y escribir, y fomentar que otros lo
hagan, y lograr, por medio de ello, la inconformidad: inconformidad de lo que vemos, pero también
de lo que sabemos.
Una tierra de inconformes es la que sueño, y tener, algún día, la satisfacción de decir que fui parte de
ella.
Vanesa Escobar Marcavillaca
Presidenta del Centro de Investigación de los Estudiantes de Derecho
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Revista YACHAQ Nº 16