CANTUA Vol. 18 (1): 15-30 (2019). Versión Online ISSSN 2709-8817
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Uso de leña y madera de bosques nativos en comunidades de la Cordillera del Vilcanota.
Cusco
Use of firewood and wood from native forests in communities of the Vilcanota Mountain Range.
Cusco
Juan E. Gil-Mora1 & Guido V. Huamán-Miranda2
1Escuela de Posgrado, Universidad Nacional de San Antonio Abad Cusco, Paraninfo Universitario,
Plaza de Armas s/n, Cusco, Perú.
2Escuela Profesional de Agronomía, Universidad Nacional de San Antonio Abad Cusco, Centro Agronómico Kayra,
San Jerónimo s/n, Cusco, Perú.
*Autor corresponsal: Juan E. Gil-Mora, mundoandino2005@yahoo.es
RESUMEN
En la cordillera del Vilcanota, la vegetación arbórea y arbustiva leñosa está deteriorada, pero, existen especies usados para
satisfacer necesidades de leña, madera para construcción y fabricación de aperos agrícolas y utensilios caseros. Los bosques
andinos se encuentran en constante cambio influenciados por el hombre, que provocan variaciones en la composición de la
vegetación. El objetivo del presente trabajo es analizar el uso de leña y madera proveniente de bosques nativos comunales, en el
empleo como material de construcción para la vivienda, herramientas, aperos agrícolas y utensilios domésticos en forma
comparativa del uso actual y de hace 20 años; el diseño de la investigación fue cuasi experimental de tipo corte transversal dirigida
a un grupo de control específico, representado por líderes comunales, varones en la actividad de obtención de leña y madera y
campesinos que utilizan estos recursos desde hace varias décadas; la encuesta fue aplicada a 40 personas representativas, se
formularon 10 preguntas cerradas. En cuanto al uso de leña, todas las especies nativas han disminuido respecto de su uso hace 20
años en más del 60% y el eucalipto se incrementó en 11 veces; en el uso de las especies para el techado de la vivienda, la única
especie nativa que incrementó su uso es el aliso en un 14% y el eucalipto se incrementó en 4 veces; en el uso de aperos y
herramientas, la única especie que incrementó su uso es el eucalipto en más del 70%, en cambio, las especies nativas, disminuyeron
en 80%.
Palabras clave: Apero, bosque nativo, dendroenergía, rebrote, reforestación.
ABSTRACT
In the Vilcanota mountain range, the woody arboreal and shrub vegetation is deteriorated, but there are species used to satisfy the
needs of firewood, wood for construction and the manufacture of agricultural implements and homemade utensils. Andean forests
are constantly changing influenced by man, causing variations in the composition of the vegetation. The objective of this work is
to analyze the use of firewood and wood from communal native forests, in employment as construction material for housing, tools,
agricultural implements and domestic utensils in a comparative way of current use and 20 years ago; the research design was
quasi-experimental of a cross-sectional type aimed at a specific control group, represented by community leaders, men in the
activity of obtaining firewood and wood, and peasants who have used these resources for several decades; the survey was applied
to 40 representative people, 10 closed questions were formulated. Regarding the use of firewood, all native species have decreased
with respect to their use 20 years ago by more than 60% and eucalyptus increased by 11 times; in the use of species for the roof
of the house, the only native species that increased its use is alder by 14% and eucalyptus increased by 4 times; in the use of
implements and tools, the only species that increased its use is eucalyptus by more than 70%, while native species decreased by
80%.
Key words: Implement, native forest, reforestation, regrowth, wood energy
INTRODUCCIÓN
Considerando que el recurso forestal en los altos andes
constituye un recurso de importancia para las comunidades
campesinas asentadas por encima de los 3 200 m de altitud,
donde la principal fuente de energía para la cocción de
alimentos y calefacción de la vivienda es la biomasa vegetal
procedente de los bosques nativos comunales, aunque en los
últimos años la leña del eucalipto ha ido cobrando un interés
inusitado que viene reemplazando a la leña procedente de los
bosques remanentes y aislados que no poseen manejo adecuado.
La región andina, presenta características ambientales muy
particulares, en lo que respecta a la precipitación, temperatura,
horas sol, etc., factores que han influenciado en el desarrollo
de una comunidad vegetal adaptada a estas condiciones, donde
la estacionalidad climática, complementada con la altitud
limitan el desarrollo de la vegetación, diversificándola;
encontrando en ella especies de gran valor sean estas
forestales, arbustivas, semi arbustivas y herbáceas; al mismo
tiempo es una zona promisoria de recursos principalmente el
hídrico; presenta una gran belleza escénica y paisajística, del
mismo modo es una zona muy frágil ambientalmente, donde
las poblaciones asentadas hacen uso de estos recursos en forma
no planificada, debido al incremento de la población, lo que
demanda un mayor consumo de leña, productos del bosque,
ampliación de la frontera agrícola, así mismo es una zona que
está sujeta a problemas de erosión.
A pesar de que la vegetación arbórea y arbustiva leñosa se
halla intervenida y por lo tanto deteriorada, existen especies de
sumo interés como fuente de energía; estas especies que son las
más utilizadas por las comunidades campesinas no superan s
allá de 14 especies que a decir de los propios comuneros,
constituyen las más importantes desde el punto de vista de la
satisfacción de necesidades básicas referentes a leña, madera
para construcción y para la fabricación de aperos agrícolas y
utensilios caseros.
Gil-Mora & Huamán-Miranda: Uso de leña y madera de bosques nativos. Cusco
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La leña, a medida que transcurre el tiempo, es cada vez
más escasa en muchas áreas del territorio nacional,
especialmente en la zona altoandina; por tanto, las familias
van encontrando serias dificultades para abastecerse de leña,
motivo por el que muchas veces tienen que desplazarse a
grandes distancias, dedicando buena parte de su tiempo a la
recolección, restando oportunidad para dedicarse a otras
actividades (Muñoz 2008). Las comunidades amazónicas,
aunque en proporciones mucho menores, también empiezan a
sentir la escasez de la leña producto de la gran intervención
humana a los alrededores de los centros poblados; por ello es
muy común ver que tanto varones y mujeres que vienen de
trabajar de sus chacras retornen con cargas de leña.
Bosques andinos, algunas características
Los Andes se formaron por actividad tectónica y la
vegetación actual se formó en la parte sur durante la última
glaciación y fue expandiéndose gradualmente hacia el norte,
limitada por ciertas barreras geográficas y cliticas
(Morrone, 2001). Los bosques andinos son formaciones de
vegetación tropical de altura; tipifican las regiones más
elevadas de la franja tropical. Se caracterizan por climas
predominantemente secos y fríos. Dadas las características
geológicas de los Andes (Morrone, 2001), el clima suele ser
agreste y las especies de plantas que crecen en estos
ecosistemas se encuentran bien adaptadas a las condiciones
climáticas predominantes.
Las formaciones de vegetación de la región andina varían
en función a las condiciones ambientales y las barreras
naturales, así como por la influencia humana. Son muchas las
especies de árboles que crecen en estos bosques, las
principales son las del género Polylepis, Escallonia,
Hesperomeles, Myrcianthes, Myrcine, Citharexylon,
Gynoxys, Buddleja, Vallea y otros que tienen gran
importancia ecológica para otros organismos. Estos están
adaptados a los climas fríos y secos, aunque su crecimiento es
sumamente lento (Cabrera & Willink, 1973). Los bosques
andinos se encuentran en constante cambio debido a las
fluctuaciones climáticas y a la explotación y destrucción por
parte del hombre.
Los bosques andinos históricamente han sido fuertemente
afectados por la actividad humana y lo siguen siendo (Kessler
& Driesch, 1993), puesto que el valor extractivo de las
especies es alto, tomando en cuenta las características del
lugar y la escasez de recursos. Las actividades extractivas y
de sobreexplotación de los bosques andinos están
ocasionando daños que pueden tomar cientos o incluso miles
de os en volver a un equilibrio natural (Sentir.org, 2001).
Los bosques andinos se encuentran gravemente amenazados;
en muchas partes permanecen sólo como fragmentos aislados
en la parte alta de las montañas y en las laderas más
empinadas.
La vegetación de altura se caracteriza por ser fuertemente
xerofítica y, la niebla, especialmente en la época de estío,
tiene un papel ecológico central puesto que en muchos casos
es la única fuente de humedad ambiental (Van Der Hammen
& Cleef, 1986), (Fig. 1).
Las familias de árboles más representativas de la región
andina son: rosáceas, ericáceas, melastomatáceas,
leguminosas, araliáceas, mirtáceas y podocarpáceas
(Morrone, 2001). De acuerdo con Morrone (2001), en la
región andina se encuentran los siguientes tipos de bosque:
Bosque xerofítico: Variable en altitud, pero
caracterizado por un régimen de precipitación
sumamente seco. Las especies adaptadas a estas
condiciones evidencian hojas modificadas, tallos
espinosos y forman rodales.
Bosque montano: Ubicado a altitudes significativas,
los árboles son más pequeños, de tallo retorcido y más
dispersos (menos asociación), la presencia de epifitas se
reduce. Suele dominar Polylepis por estar bien
adaptado a un régimen seco y a bajas temperaturas.
Bosque templado de transición: Entre el bosque
templado y el bosque montano, posee elementos
similares al bosque templado pero los árboles no
alcanzan tanta altura y las asociaciones de individuos
son menos gregarias.
Bosque templado: Tipifica a elevaciones menores, por
las mejores condiciones de temperatura y humedad,
suele caracterizarse por formaciones boscosas con
árboles que suelen alcanzar varios metros de altura y las
epifitas tienen una presencia considerable.
En los bosques andinos destaca el género Polylepis. Esta
rosácea es un árbol de crecimiento lento que puede alcanzar
algunos metros de altura después de varios años, sus troncos
son delgados y retorcidos, y poseen una corteza característica
que se desprende como papel (Jussieu, 1993). Esta especie y
sus parientes cercanos son dominantes en toda la región
andina y tienen una gran importancia ecológica, puesto que
ofrecen microclimas propicios que determinan la presencia de
otras especies de flora, fauna y microorganismos, que de otra
manera no podrían estar presentes en esta zona.
Históricamente, desde tiempos precolombinos, los
bosques de Polylepis han sido un hábitat muy intervenido y
fragmentado (Fjeldsa y Kessler, 2004, Purcell et al. 2004),
señalan una pérdida del 70 al 90 % de la cobertura original
(Etter y Villa, 2000). Algunas causas son la expansión de la
frontera agrícola, las prácticas ganaderas y el uso como
combustible doméstico. En consecuencia, es uno de los
ecosistemas más afectados (Navarro et al. 2005) y se ha
clasificado como un ecosistema con una alta prioridad de
conservación.
Adicionalmente, los bosques de Polylepis presentan un
patrón biogeográfico insular, dentro de los ecosistemas de
puna y páramo (Fjeldsa y Kessler, 2004), estos árboles tienen
una extraordinaria adaptación al frío altoandino: su corteza se
desprende formando un paquete alrededor del tronco a modo
de aislante térmico para protegerlo contra las heladas. Los
ejemplares de Polylepis, se caracterizan por formar pequeños
bosquetes representativos y constituyen la especie leñosa
dominante o exclusiva, a excepción de aquellas especies que
habitan los bosques mixtos montanos. Por otro lado, especies
como Polypelis pepei, y Polylepis besseri suelen habitar las
zonas de transición entre los bosques montanos y zonas
nivales y forman pequeños parches cuya distribución se
encuentra asociada con laderas y quebradas rocosas y
morrénicas ubicadas por encima de los 4 600 m. de altitud.
Factores de cambio de los bosques andinos
El principal factor natural que rige el cambio en los
bosques andinos es el clima (Graf, 1994; Villalba, 1995)
puesto que los organismos responden de distinta manera (en
términos fisiológicos) a las diferentes condiciones de
temperatura, humedad y disponibilidad de nutrimentos
(Villalba, 1995). En la región de los Andes se observan
marcadas diferencias de precipitación anual entre épocas
(Graf, 1994), lo cual suele provocar ciertos patrones de
cambios cíclicos (Fittkau et al. 1968) en las formaciones
boscosas. Otro factor natural de cambio de los bosques
andinos son las barreras naturales (Thorson, 1999) puesto que
los límites glaciales, que suelen provocar cambios abruptos
de vegetación y paisaje, se van moviendo paulatinamente
(avanzando y retrocediendo) de acuerdo a los ciclos de
calentamiento y enfriamiento, global y regional.
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Figura 1. Zonación fisionómica de la cordillera oriental (adaptado de Van Der Hammen & Cleef, 1986).
El hombre ha ejercido influencia sobre los bosques
andinos desde que los primeros asentamientos humanos en la
región comenzaron a hacer uso de los recursos de éstos
(Kessler & Driesch, 1993). Si bien las culturas ancestrales se
caracterizaron por un gran respeto a la naturaleza y una
extracción responsable de los recursos, esta actividad a lo
largo de miles de años tuvo impacto (Kessler & Driesch,
1993). La influencia humana más acentuada se ha registrado
en el último siglo, puesto que el avance de la civilización y el
crecimiento demográfico ha llevado a los grupos humanos
cercanos a los bosques andinos a hacer uso, explotación y
sobreexplotación de los recursos naturales (Kessler &
Driesch, 1993), en especial de la madera.
El género Polylepis, representado por varias especies, ha
sido el principal afectado,puesto que su madera es extraída
para ser usada como leña, para la elaboración de carbón,
fabricación de aperos agrícolas, como tintórea y
ocasionalmente como soporte de construcción. Las
condiciones microclimáticas que ofrecen estos árboles a una
amplia diversidad de plantas, animales, hongos y
microorganismos son esenciales para su sobre vivencia en un
clima tan agreste como el de la alta montaña, y al ser
destruidos los árboles toda esta biodiversidad perece con
ellos (Kessler & Driesch, 1993).
La actividad humana también destruye los bosques
andinos mediante las quemas sin control, que tienen como
único propósito habilitar terrenos para la agricultura. En estas
zonas, los fuegos inducidos por el hombre provocan una
destrucción masiva de los ecosistemas, los cuales suelen
reducir los bosques a praderas (Smithsonian NMNH, 2000).
Los bosques andinos suelen recuperarse en unos cientos
de años, cuando solamente se ha dañado la parte arbórea, pero
si ha habido un proceso de desmonte por quema (u otro
método), la recuperación de los ecosistemas tomaría miles de
años, puesto que los suelos de la región son de reciente
formación, frágiles y escasos en nutrimentos, y al perder la
capa protectora de hojarasca (generada por los árboles) las
lluvias, en función a las pendientes, ocasionan fuertes
procesos de erosión que incluso pueden llevar a la
desertificación de determinadas áreas (Morrone, 2001).
Crisis de leña
Los recursos forestales han constituido históricamente
una importante fuente de energía. Sin embargo, este rol ha
sido cada vez más cuestionado a la luz de los impactos
ambientales que se producen por su consumo y recolección.
Estos cuestionamientos han relegado a un segundo plano el
reconocimiento de la capacidad que tienen los bosques
nativos de dar soluciones y oportunidades a ciertos
segmentos de la población que dependen de ellos, al igual que
la posibilidad de que los bosques sean usados en el desarrollo
de la comunidad. Es decir, los impactos negativos que puede
tener la extracción para leña no deben ocultar el hecho de que
esta puede ser usada de manera sustentable y, por lo tanto,
proporcionar beneficios ambientales, sociales y económicos.
En el estudio previo se llegó a la conclusión de que las
comunidades campesinas de la cordillera del Vilcanota
consumen 1,754 kg/persona/día de leña, de los cuales más del
60% (1,10) del combustible utilizado proviene de los bosques
nativos (Gil et al 2020).
La información a nivel mundial señala que alrededor del
50% de los 3 200 millones de toneladas de madera recogida
en todo el planeta se quema como combustible. En algunos
lugares esta proporción llega a las cuatro quintas partes. Es
decir, que un producto con tantas aplicaciones tecnológicas
como la madera se acaba convirtiendo en calor, como si no
tuviésemos otras fuentes de calor más limpias y renovables
(Gehu et al, 1992).
Las mujeres y los niños son los principales recolectores
de leña como combustible para cocinar, el cual representa el
80% de la energía consumida en los hogares de los países en
vías de desarrollo (un 40% en Latinoamérica, un 60% en
África y un 80% en Asia). Las mujeres dedican entre 1 y 5
horas diarias al suministro de leña (FAO, 2008 a).
Cerca de 2 000 millones de personas están afectadas por la
denominada crisis de leña. El déficit mundial de leña es de 1
000 millones de metros cúbicos al año. Como término medio,
se calcula que el consumo por persona es de unos 225 kg. de
leña al año (0,5 m3), pero, esta cifra varía según los países.
Las consecuencias de esta presión se traducen en la
deforestación de los bosques tropicales, la desertización y
erosión de los suelos agrarios, las enfermedades y las
alteraciones climáticas (FAO, 2009). El consumo de estos 1
000 millones de m3 de leña para cocinar produce emisiones
en la atmósfera de unos 825 millones de toneladas de dióxido
de carbono (el equivalente al 41% de las emisiones de CO2
de la Unión Europea: 2 000 millones de toneladas por año).
El uso y la escasez de leña reflejan, entonces, una relación
Gil-Mora & Huamán-Miranda: Uso de leña y madera de bosques nativos. Cusco
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dinámica entre la base de recursos naturales y los sistemas de
producción local. Se puede, por ejemplo, contrastar el
abastecimiento en localidades rurales, donde la leña es un
recurso gratuito, con el de los centros urbanos, donde la leña
es una mercancía. Esto último constituye una realidad en los
recientes años y posibilita que los comuneros que tienen
acceso al bosque obtienen leña y madera para su
comercialización en las poblaciones del piso de valle,
especialmente en Ollantaytambo, Urubamba, Calca, Pisaq e
incluso Lares.
La leña, es una de las fuentes de energía calorífica, usada
con mayor antigüedad a nivel mundial, y actualmente persiste
en países en vías de desarrollo. En esencia, es la madera bruta
seca en trozos normalmente medianos a pequeños, derivados
de manera casi directa de los bosques. Generalmente se usa
en sistemas de cocción, calefacción, e incluso a partir de este
se puede derivar, por ejemplo, a carbón vegetal sin necesidad
de realizar transformaciones físico-químicas importantes o
de alto costo (FAO, 2007).
En el país las fuentes generadoras de energía renovable
son la leña, bosta y yareta (Azorella compacta, una especie
fanerógama de la familia Apiaceae que prospera en la puna
de Los Andes), bagazo de la caña de azúcar (Saccharum
officinarum) después de extraído el jugo, energía solar,
carbón vegetal, energía hidráulica y energía eólica (MINEM,
2007). La tabla 1 muestra la producción de energía primaria
en el Perú clasificada como no comercial. La leña y la bosta
son de uso tradicional en el Perú. Se trata de un uso
principalmente doméstico, no comercial (autoconsumo),
existiendo un mercado para leña en las ciudades intermedias
y pequeñas principalmente. En la actualidad la leña
constituye el 20% de energía primaria consumida en el país.
El 77,4% de la población rural del Perú cocina con leña y el
14,5% con estiércol o bosta. Aproximadamente 3 300 000
hogares entre el ámbito urbano y rural dependen de ella
(MINAG, 2009).
Tabla 1. Producción de energía primaria en Terajoules (TJ)
de energía no comercial.
Fuente
Reservas probadas (TJ)
Variación (%)
2005
2006
Leña
77 227
80 132
3,8
Bagazo
11 929
13 958
17,0
Bosta y yareta
10 368
10 243
-1,2
Energía solar
2323
2 337
0,6
Total
101847
106670
4,7
Fuente: Ministerio de Energía y Minas, 2007.
Según el Censo de Población y Vivienda del año 2007
realizado por el Instituto Nacional de Estadística e
Informática (MINAM/INEI/PNUMA, 2009) a nivel nacional
el 30,16% de la población usa leña, mientras que el 2,53%
usa carbón. Los principales departamentos en donde la
población utiliza estos combustibles sólidos son
Huancavelica (87,75%), Apurimac (84,72%) y Cajamarca
(78,77%), coincidentemente todos en la sierra peruana. Entre
los departamentos cuya población utiliza menos
combustibles sólidos se encuentran Lima (4,75%), Arequipa
(15,56%) e Ica (15,84%), todos ubicados en la costa
(MINAM/INEI/PNUD 2009).
La Corporación de Certificación de Leña (2009) afirma
que, a diferencia de las fuentes de energía fósil, la combustión
de leña tiene un efecto neutro sobre el balance de dióxido de
carbono (C02) en la atmósfera. Es decir, no contribuye al
efecto invernadero causante del cambio climático, siempre y
cuando provenga de un bosque o plantación manejado en
forma sustentable.
Por su parte Bond y Roden (2006), citados por Heising
(2006), mencionan que las cocinas que emplean leña o
desechos de cosecha como combustible contribuyen al
cambio climático mucho más de lo que se pensaba. Ellos han
descubierto que el humo generado por el fogón,
tradicionalmente utilizados en países en desarrollo para
cocinar y para calentar, contiene el doble de partículas de
hollín de lo que indican mediciones previas en laboratorio.
Estas partículas nocivas y negras (más oscuras que aquellas
producidas por la quema de pastizales o los incendios
forestales), absorben gran cantidad de luz solar y contribuyen
así a aumentar la temperatura del planeta al ser liberadas a la
atmósfera. La FAO (2006), afirma que, si se produce el
combustible de madera de forma insostenible talando
bosques, la sustitución de combustibles fósiles por
dendroenergía no ejercerá un efecto positivo en los balances
del carbono y podría incluso ser peor que el uso de
combustibles fósiles.
Respecto del empleo de la biomasa vegetal como
combustible el INEI (2005), especifica lo anotado en la Tabla
2.
Tabla 2. Uso de Biomasa como Combustible en el Perú.
Fuente: INEI, 2005
La tabla precedente indica que, exceptuando Lima
metropolitana, más del 80% de la población del país utiliza
como fuente de energía la biomasa vegetal, especialmente en
la zona rural; por lo tanto, existe la gran necesidad de
acometer programas regionales de reforestación a efecto de
incrementar la oferta de leña desde los bosques manejados,
uso de cocinas mejoradas y otros implementos a efecto de
disminuir el consumo o demanda de leña y, acometer
programas de información y capacitación en el uso apropiado
de la leña.
La FAO, (2008b) determina una escala de combustibles
desde lo s contaminante a lo menos contaminante;
especificando lo siguiente:
Icchu o paja
Bosta, estiércol
Residuos agrícolas
Ámbito
%
Lima Metropolitana
3,66%
Selva Rural
95,54%
Selva Urbana
61,82%
Sierra Rural
76,22%
Sierra Urbana
45,00%
Costa Rural
87,96%
Costa Urbana
31,77%
Total Urbana
25,92%
Total Rural
82,05%
Total
42,97%
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Leña
Carbón vegetal
Kerosene, aceite vegetal
Gas, ethanol
Energía eléctrica
Si bien es cierto que la leña ocupa una posición
intermedia en la escala precedente y aun cuando se podría
disminuir sus niveles de contaminación a través del secado,
la gran ventaja que posee está referida al costo respecto a los
otros combustibles más limpios. Esta ventaja es de sumo
interés para las comunidades campesinas, pues la leña,
representa un bien “gratuito” o un bien de bajo costo, de
obtención relativamente fácil. Los recursos forestales han
constituido desde siempre una fuente importante de energía
para la humanidad. Sin embargo, en la actualidad su
utilización es frecuentemente cuestionada por el impacto
ocasionado sobre el ambiente, sin considerar que también son
fuente de soluciones y oportunidades para un importante
segmento de la población urbana y rural.
El objetivo del presente trabajo es analizar el uso de leña
y madera proveniente de bosques nativos comunales, tanto en
el empleo como material de construcción para la vivienda,
herramientas, aperos agrícolas y utensilios domésticos en
forma comparativa del uso por los comuneros hoy en día y
hace 20 años; igualmente es objetivo del trabajo, el estudio
de las características más importantes de las especies nativas
como es el caso de la capacidad de rebrote, tolerancia a
temperaturas extremas y la aridez.
Ámbito de estudio
El ámbito de estudio se halla en la Cordillera del
Vilcanota, localizada en el departamento del Cusco el que es
un componente de la cadena oriental de los Andes del Perú,
se ha considerado como parte de la muestra para el estudio a
ocho comunidades representativas: Phallata, Willoq y
Patacancha en la microcuenca del río Patacancha en el
distrito de Ollantaytambo y cinco comunidades en el distrito
de Lares microcuenca de los ríos Lares y Trapiche:
Pampacorral, Kiswarani, Wakawasi, Kunkani y
Tambowaylla; todas ubicadas por encima de los 3 200
m.s.n.m (Fig. 2).
Las comunidades campesinas se ubican en las zonas
denominadas cabecera de cuenca donde la cobertura vegetal
arbustiva, semiarbustiva y herbácea viene siendo deteriorada
por efecto de la intervención del hombre, debido a acciones
de sobre explotación, sobre pastoreo e incendios forestales;
actividades que influyen directamente en la perdida
inevitable del recurso hídrico en razón de que se rompe parte
del ciclo hidrológico, se deterioran los suelos por efecto de la
erosión; una de estas acciones es la tala de los árboles nativos
con la finalidad de satisfacer la demanda energética de las
poblaciones; ante esta problemática instituciones
gubernamentales y no gubernamentales vienen desarrollando
un conjunto de actividades a fin de reducir los impactos
generados por estas acciones, una de estas instituciones es
ECOAN, que desarrolla trabajos tendientes a reducir el
consumo de leña y ampliar las áreas forestales con este fin y
proteger la vegetación natural de la cabecera de cuenca por la
gran diversidad de especies vegetales y animales que alberga.
La topografía del ámbito de estudio, es completamente
irregular y en las partes medias y altas se encuentran
formaciones boscosas de Escallonia (chachacomo, t’asta),
Hesperomeles (lenle, mayu manzana), Vallea (chiqllurmay),
Duranta (mot’e mot’e), Kageneckia (lloque), Myrcianthes
(unca), Cytharexylum (k’uruchu), y Polylepis (queñua); estas
especies forman bosques mixtos o monoespecíficos de
distribución restringida, por lo tanto representan ecosistemas
y hábitats de interés ecológico, climático y biogeográfico. Sin
embargo, y a pesar de su importancia biológica, estos
bosques, representan uno de los hábitats más vulnerables de
los altos Andes, por la creciente presión humana debido a
factores económicos, sociales, y culturales
MÉTODO
El diseño de la investigación fue cuasi experimental de
tipo corte transversal porque la investigación fue dirigida a
un grupo de control específico, y tiene una perspectiva
metodológica cualitativa y cuantitativa, es decir mixta. Sin
embargo, cabe resaltar que se pretende conocer más sobre el
uso de la vegetación proveniente de bosques altoandinos
nativos remanentes; el público objetivo definido para la
obtención de la información estuvo integrado por líderes
comunales, varones en actividad de obtener leña y madera
para los usos en la vivienda y el trabajo en la finca.
Según el tipo de información recopilada y generada, la
investigación es cualitativa, puesto que se analizan los
principales usos de la madera y leña utilizados en las
comunidades altoandinas ubicadas en el ámbito de estudio y
sus impactos en el bosque y el ambiente. Desde la perspectiva
de la técnica de investigación, el presente trabajo constituye,
además, una investigación documental, pues hace posible el
procesamiento de información obtenida en base de datos e
información de carácter secundario (Sánchez, 2019).
El grupo de control específico estuvo representado por
líderes comunales, varones en la actividad de obtención de
leña y madera y campesinos que utilizan estos recursos desde
hace varias décadas; en tal sentido, la encuesta fue aplicada a
40 personas representativas. Se formularon 10 preguntas al
grupo de control en base al conocimiento y al análisis crítico
del tema de investigación, con el fin de conocer la percepción
que tienen del uso de los bosques comunales y la leña y
madera obtenidas para sus diversas actividades, tanto en la
vivienda como en la finca.
El cuestionario fue diseñado con el objetivo de obtener
información sobre la opinión y propuestas de los líderes
comunales y campesinos en actitud de obtener leña y madera.
Además, se consideró una presentación neutral de las
preguntas para evitar introducir sesgos debido a que estos
obstaculizan la determinación de la verdadera opinión de los
encuestados (Casas Anguita et al, 2002). La encuesta fue
aplicada en un periodo de tres meses; una vez obtenidos los
resultados, se inició el procesamiento de dicha información.
Para la estimación de la tasa de crecimiento poblacional,
se utilila metodología propuesta por el INEI (2009) y se
empleó los padrones comunales proporcionados por los
líderes de las comunidades campesinas; se aplicó una
estimación con proyección a corto plazo, aquella que se
realiza para períodos inferiores a 5 años; utilizándose la
siguiente ecuación: 󰇛 󰇜
Donde:
No = Población de inicio.
Nt= Población al final del periodo.
t = Tiempo en años entre No y Nt
r = Tasa de crecimiento.
Despejando r para hallar la tasa de crecimiento, se tiene:
Gil-Mora & Huamán-Miranda: Uso de leña y madera de bosques nativos. Cusco
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Figura 2. Ámbito de estudio
Fuente. Base cartográfica Google Earth Pro
RESULTADOS
La población, número de familias y su respectiva
proyección en las comunidades campesinas de los distritos de
Ollantaytambo y Lares se muestra en la Tabla 3.
La información que proporcionan la tabla 3, revela que las
comunidades campesinas próximas a centros urbanos tienen
las más altas tasas de crecimiento, así se observa en las
comunidades campesinas localizadas en el distrito de
Ollantaytambo, concretamente con la comunidad campesina
de Phallata, que dista pocos kilómetros de Ollantaytambo,
considerando que esta localidad, a su vez, comprende el
espacio arqueológico de Ollantaytambo, que es un centro
poblado que viene desarrollándose urbanísticamente debido al
flujo turístico receptivo, hecho que influye en las actividades
económicas y laborales de las comunidades campesinas; es
decir, tiene un efecto gravitatorio espacial muy fuerte,
manifestándose concretamente en el precio del trabajo
comunal que se mide por jornal equivalente a ocho horas de
trabajo al día, fenómeno que está iniciándose en las
comunidades campesinas localizadas en el distrito de Lares
por el dinamismo del turismo de aventura y vivencial que se
está desarrollando en este espacio y por tanto ya está
manifestándose en el precio del trabajo comunal.
Teniendo las tasas de crecimiento poblacional se calcula
la proyección de la población comunal para un horizonte de
cinco años, proyección que si bien muestra que la población
comunal casi permanece estacionaria; sin embargo, en el
futuro se verá incrementada debido al desarrollo de las
actividades económicas dedicadas al turismo, lo que a su vez
determinará una tendencia a crecer y exigirá una mayor
permanencia en los espacios comunales, actualmente esta
población comunal para proveerse de recursos monetarios
migra a otros espacios económicos donde encuentran trabajo
como es en el valle de la provincia de La Convención,
fundamentalmente en los meses de cosecha de café; esta
tendencia de la población de las comunidades campesinas a
ser más estacionaria, a su vez exigirá mayor consumo de leña
para preparar sus alimentos e interactuar socialmente debido a
sus factores culturales, como fiestas patronales, ceremonias
religiosas, etc. aspecto que exige necesariamente un programa
de reforestación, dado que otras alternativas o cambios en las
matrices energéticas exigirían un programa educativo a
mediano plazo sin asegurar que pueda tener éxito por la
resistencia del campesino alto andino a cambiar sus patrones
culturales en la preparación de sus alimentos.
La principal actividad productiva de la zona es la
agricultura. En la parte baja predominan los cultivos de maíz,
alfalfa, cebada, trigo y papa. En la parte alta, caracterizada por
la presencia de bosques naturales, arbustos y matorrales, se
cultiva papa, haba, arveja, olluco, cebada y tarwi. A los
sistemas de producción agrícola se suman la crianza de
vacunos, ovinos, caprinos, algunos equinos, porcinos, cuyes,
aves de corral y otros.
Leña y principales usos energéticos
La combustión de leña proporciona energía calórica, la
cantidad de energía que ofrece la leña, dependerá de la
densidad de la madera, del contenido de humedad y de la
cantidad de leña adquirida. La leña recién obtenida del bosque
tiene una humedad entre 60 y 65% y su combustión generará
lo la mitad del calor que, si estuviera seca, la otra mitad del
calor se gasta en evaporación. La leña que está almacenada
secándose y ventilándose por al menos cuatro semanas, posee
CANTUA Vol. 18 (1): 15-30 (2019). Versión Online ISSSN 2709-8817
21
Tabla 3. Población estimada en comunidades campesinas de Ollantaytambo y Lares.
Distrito
2007
Tasa crecimiento
Anual %
2008
2009
2010
2011
2012
Ollantaytambo
Comunidad
Willoq
1100
0,15
1102
1103
1105
1107
1108
Phallata
300
4,88
315
330
346
363
381
Total Ollantaytambo
1400
1417
1433
1451
1470
1489
Lares
Comunidad
Tambowaylla
325
0,51
327
328
330
331
333
Pampacorral
360
0,94
363
366
370
373
377
Kiswarani
275
1,24
278
282
285
289
292
Total Lares
960
968
976
985
993
1002
TOTAL
2360
2385
2409
2436
2463
2491
Fuente: Elaborado en base a padrones comunales.
un contenido de humedad inferior a 25%, esto permite
duplicar su rendimiento, contaminar menos y ahorrar tiempo
y dinero (Suárez, 2014).
Las especies mejor consideradas por su poder calorífico
y poca producción de humo en su combustión son:
chachacomo, queuña, t’asta, unca, k’uruchu, lloque, lenle,
aliso, entre la vegetación arbórea y waka asta, llaulli e incluso
la retama, entre los arbustos, según las entrevistas realizadas.
Se observa una disminución en el empleo de estas especies
para este fin, coherente con una disminución del recurso
arbolado nativo y un mayor empleo del eucalipto. Además,
el chachacomo, t’asta, unca, qolle, aliso, chiqllurmay y
queuña son maderas apreciadas para la construcción de
infraestructuras y herramientas, por lo que se han visto
enfrentadas a la presión de la venta de su madera a lo largo
de los años. Aunque el empleo de la madera de eucalipto
como leña existe en la actualidad, lo que no ocurría hace años,
no es muy importante frente a otras especies como el aliso.
Esto habría que tenerlo en cuenta en posibles programas de
reforestación con fines energéticos. El número de especies
utilizadas como leña ha disminuido con los años dentro del
proceso de deterioro paulatino del bosque y matorral nativo.
Para alcanzar el uso eficiente de la leña sin la emisión de
contaminantes, se deben lograr tres condiciones: una leña de
calidad con un bajo contenido de humedad, hornillos que
posibiliten una buena combustión, y un consumidor
responsable e informado. Usualmente se recomienda quemar
leña con 12 al 20% de humedad. La capacidad energética de
la leña disminuye considerablemente con el contenido de
humedad. Lo anterior implica que existe un factor importante
a ser considerado en el uso de la leña como combustible en
cuanto a su uso directo; es decir, que será imprescindible que
la biomasa vegetal sea almacenada en un lugar seco y
ventilado a efecto de que pierda humedad en por lo menos en
un 60%, esto implica un almacenamiento de hasta cuatro
semanas antes de su uso.
Según el análisis de las entrevistas realizadas, las
especies señaladas en el acápite anterior son las más
utilizados en razón a sus bondades en el rápido secado, arder
mejor y generar una brasa con mayor durabilidad en el
proceso de cocción y producir carbón; igualmente ciertas
especies nativas como el aliso, chachacomo, queuña y unca
son maderas apreciadas para la construcción de
infraestructuras y herramientas. El número de especies
utilizadas como leña ha disminuido con los años dentro del
proceso de deterioro paulatino del bosque y matorral nativo
Como se aprecia en la tabla 4, el empleo de leña
proveniente de bosques nativos ha disminuido en forma
apreciable, especialmente en especies como queuña,
chachacomo, unca, qolle, t’asta, cuyo consumo ha
disminuido e incrementado el empleo de la leña de eucalipto
en más de 11 veces. Significando ello que la biomasa vegetal
es cada vez menor y la demanda de leña es mayor aun cuando
el consumo per cápita puede ser similar desde hace 20 años.
Madera y otros usos en la comunidad
Techado de la vivienda
El material utilizado para el techado de la vivienda es uno
de los elementos que s cambio ha sufrido. El empleo del
denominado “enchaclado” formado sea por palos delgados
como el mot’e mot’e, llaulli, aliso, chiqllurmay, carrizo y
otros, ha perdido importancia y el eucalipto cobra un uso cada
vez más prioritario. El empleo de la calamina necesita de
palos largos y rectos, característica del eucalipto.
Anteriormente se empleó mucho el aliso y otras especies
adecuadas. La diversidad de especies usadas hace años refleja
que no se requerían unas características muy específicas para
la paja, que era la cobertura principal de las viviendas (Tabla
5). La información anterior permite colegir que es una
necesidad de las comunidades campesinas el contar con
especies que posibiliten satisfacer los requerimientos para la
construcción de la vivienda, principalmente referente al
techado; esto conduce a planificar programas de
reforestación con especies que hace algunas décadas
empleaban con éxito para estos menesteres.
Herramientas y aperos
El empleo de Chachacomo, unca, t’asta, aliso, k’uruchu,
qolle, chiqllurmay, lenle, lloque y queuña para la
construcción de herramientas es absolutamente preferencial.
Se construyen o adecuan mangos de utensilios de cocina,
herramientas agrícolas, yugo, arados, etc. En otros tiempos,
el uso de estas especies era importante, actualmente lo sigue
Gil-Mora & Huamán-Miranda: Uso de leña y madera de bosques nativos. Cusco
22
siendo aun cuando la proporción ha disminuido
sustancialmente a pesar de que las especies se hallan en
menor abundancia; sin embargo, existe alta preferencia. Por
lo tanto, se puede colegir, que la preferencia por la madera
nativa para la fabricación de aperos y utilería es mucho más
marcada que para otras cosas, como por ejemplo la leña. La
madera de chachacomo, t’asta, unca y aliso son muy
importantes como combustible, pero es prioritario su empleo
para herramientas. El aliso es apreciado por su fácil trabajo
(Tablas 6 y 7).
De las 43 especies estudiadas, 14 especies ofertan madera
y leña de calidad; 32 especies poseen una capacidad de
rebrote que permite su manejo óptimo; 34 especies pueden
soportan fríos extremos y aridez extrema; por lo tanto, son
especies adaptadas a esas condiciones de clima y
consecuentemente, son óptimas para la reforestación (Tabla
8).
Tabla 4. Fluctuación de especies utilizadas como leña (expresado en porcentaje).
Especie
Nombre local
Ahora
Hace 20 años
Fluctuación (%)
Allnus acuminata
Aliso
34,36
41,63
- 17,5
Escallonia resinosa
Chachacomo
14,65
28,34
- 48,3
Vallea stipularis
Chiqllurmay
12,18
25,42
- 52,1
Polypelis incana
Queuña
08,47
22,34
- 62,1
Myrcianthes oreophilla
Unca
06,34
18,36
- 65,5
Kageneckia lanceotata
Lloque
08,38
22,45
- 62,7
Gynoxys longifolia
Q’oto kiswar
04,24
18,45
- 77,0
Buddleja coriacea
Q’olle
07,23
12,45
- 41,9
Hesperomeles latifolia
Lenle
08,48
15,22
- 44,3
Citharexylon argutedentatum
K´uruchu
04,24
11,12
- 61,9
Senna birrostris
Mutuy
06,45
12,56
- 48,7
Escallonia myrtilloides
T’asta
04,46
14,36
- 68,9
Barnadesia berberoides
Llaulli
12,48
35,44
- 64,8
Eucaliptus globulus
Eucalipto
48,24
04,24
1 037,7 (*)
Fuente. Resultado de entrevistas de campo a líderes comunales.
(*) Es la única especie que incrementó su uso en un elevado porcentaje.
Tabla 5. Fluctuación de especies utilizadas en la construcción del techado de la vivienda (expresado en porcentaje).
Especie
Ahora
Hace 20 años
Fluctuación (%)
Aliso
21,08
18,44
14.3 (*)
Chachacomo
01,44
12,24
-88.2
Chiqllurmay
08,82
18,22
- 51,6
Queuña
01,27
21,24
- 94,0
Unca
02,23
12,13
- 81,6
Mot’e mot’e
12,44
20,12
- 38,2
Q’oto kiswar
02,14
10,45
- 79,5
Q’olle
06,22
11,15
- 44,2
Lenle
04,28
12,32
- 65,3
Kuruchu
02,14
16,22
- 86,8
T’asta
04,66
12,26
- 62,0
Llaulli
10,28
25,14
- 59,1
Eucalipto
95,34
24,14
295,0 (*)
Fuente. Resultado de entrevistas de campo a líderes comunales.
(*) Son las únicas especies que han incrementado en el empleo para la construcción de la vivienda.
CANTUA Vol. 18 (1): 15-30 (2019). Versión Online ISSSN 2709-8817
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Tabla 6. Fluctuación de especies utilizadas como herramientas: Yugo, arado, mangos, aperos agrícolas y utensilios de cocina
(expresado en porcentaje).
Especie
Ahora
Hace 20 años
Fluctuación (%)
Aliso
06,40
12,41
- 48,4
Chachacomo
16,14
58,54
- 72,4
Chiqllurmay
02,12
15,23
- 86,1
Queuña
1.72
20,24
- 91,5
Unca
04,24
18,46
-77
Lloque
1.28
08,25
- 84,5
Q’olle
11,83
15,35
- 23,0
Lenle
02,28
11,42
-80
Kuruchu
02,34
10,14
- 76,9
T’asta
04,26
16,46
-74.1
Eucalipto
18,34
10,64
72.4 (*)
Fuente. Resultado de entrevistas de campo a líderes comunales.
(*) Es la única especie cuyo uso se incrementó en esa proporción.
Figuras 3A-C. Diversas especies de Polylepis son las predominantes en los altos Andes.
Figuras 4A-B. Las especies del género Polylepis constituyen bosques monoespecíficos en los altos Andes.
a
a
b
b
c
a
Gil-Mora & Huamán-Miranda: Uso de leña y madera de bosques nativos. Cusco
24
Tabla 7. Características Importantes de las Especies Nativas en la Zona Alto Andina.
Especie
Nombre local
Madera de
calidad y
buena
dimension
Leña y
carbón de
alto poder
calorífico
Aptas
para
manejo
de
rebrotes
Tánicas
Tintóreas
Toleran
intenso
frío y
extrema
altitud
Toleran aridez
(- 400 mm de
precipitacion)
Buddleja coriacea
Qolle
X
X
X
Buddleja incana
Kiswar
X
X
Escallonia
myrtilloides
T’asta
X
X
X
X
X
Escallonia resinosa
Chacha
X
X
X
X
X
como
Myrcianthes
oreophilla
Unca
X
X
X
Hesperomeles
lanuginosa
Manzanito
X
X
X
Hesperomeles
latifolia
Lenle
X
X
X
Polylepis racemosa
Queuña
X
X
X
X
X
Polypelis incana
Queuña
X
X
X
X
X
Polylepis subsericans
Queuña
X
X
X
X
X
Polylepis microphylla
Queuña
X
X
X
X
Polylepis pepei
Queuña
X
X
X
X
Sambucus peruviana
Sauco
X
X
Citharexylon
argutedentatum
K´uruchu
X
X
X
X
X
Colletia spinosissima
Roque
X
X
X
X
Gynoxys longifolia
Q’oto kiswar
X
X
X
X
Gynoxys nitida
T’oqorway
X
X
X
X
Gynoxys
callacatensis
Q’oto kiswar
X
X
X
X
Kageneckia
lanceotata
Lloque
X
X
X
X
Myrica pubescens
Laurel de puna
X
X
X
Berberis carinata
Monte cheqche
X
X
X
X
Berberis commutata
Waka asta
X
X
X
Barnadesia horrida
Llaulli
X
X
X
Barnadesia
berberoides
Llaulli
X
X
Dasyphyllum
leiocephalum
T’ancar llaulli
X
X
Lycianthes lycioides
T’ankar quiska
X
Duranta mandonii
Mot’e mot’e
X
X
Vallea stipularis
Chiqllurmay
X
X
X
X
Caesalpinia spinosa
Tara
X
X
X
X
X
Cantua buxifolia
Cantuta
X
X
Senna birrostris
Mutuy
X
X
X
Erythrina edulis
Pisonay
X
Prunus serotina
Capulí
X
Tecoma sambucifolia
Waranway
X
X
X
Baccharis latifolia
Chilca
X
X
X
CANTUA Vol. 18 (1): 15-30 (2019). Versión Online ISSSN 2709-8817
25
Baccharis odorata
Tayanka
X
X
X
Schinus molle
Molle
X
X
Spartium junceum
Retama
X
X
Dasyphyllum
leiocephalum
T’ankar llaulli
X
X
X
X
Dunalia spinosa
T’ankar
X
X
X
Acalipha aronioides
P’ispita
X
X
X
Tetraglochin
cristatum
China kanlli
X
X
Fuente. Información recogida mediante observaciones y encuestas de campo.
Tabla 8. Especies según Capacidad de Rebrote.
Especie
Nombre local
MUY
ALTA
ALTA
MODERADA
Buddleja coriacea
Qolle
X
Buddleja incana
Kiswar
X
Polylepis racemosa
Queuña
X
Polylepis microphylla
Queuña
X
Polylepis subsericans
Queuña
X
Prunus serotina
Capuli
X
Sambucus peruviana
Sauco
X
Salix humboldtiana
Sauce
X
Alnus acuminata
Aliso
X
Caesalpinea spinosa
Tara
X
Cantuta buxifolia
Cantuta
X
Senna birrostris
Mut´uy
X
Escallonia herrerae
Chachacomo
X
Acalipha aronioides
P´ispita
X
Schinus molle
Molle
X
Hesperomeles lanuginosa
Mayu manzana
X
Hesperomeles latifolia
Lenle
X
Myrcianthes oreophilla
Unca
X
Citharexylon
argutedentatum
Kuruchu
X
Kageneckia lanceotata
Lloque
X
Fuente: Elaborado en base a experiencias de campo
Gil-Mora & Huamán-Miranda: Uso de leña y madera de bosques nativos. Cusco
26
Figuras 5A-D. A,B: Chachacomo (Escallonia spp) es una especie representativa de los bosques mixtos montanos. C,D: Q´olle
(Buddleja coriacea) constituye una especie adaptada a zonas xerofíticas de altura.
DISCUSIÓN
Coincidimos con Morrone, (2001), quien sustenta que las
especies de plantas que crecen en los ecosistemas de Los
Andes, se encuentran bien adaptadas a las condiciones
climáticas predominantes; nuestros estudios tipifican que las
especies adaptadas a los altos andes como el chachacomo
(Escallonia resinosa), la queuña (Polylepis spp.), tayanka
(Baccharis odorata), t’asta (Escallonia myrtilloides), lenle
(Hesperomeles latifolia), aliso (Alnus acuminata), unca
(Myrcianthes oreophilla), chiqllurmay (Vallea stipularis),
k’uruchu (Citharexylon argutedentatum), q’otokiswar
(Gynoxys longifolia), lloque (Kageneckia lanceolada) son
especies de importancia no sólo en la ecología de esta zona,
sino en la supervivencia de sus habitantes.
Ratificamos lo manifestado por Kessler & Driesch,
(1993), cuando sostienen que los bosques andinos
históricamente han sido fuertemente afectados por la
actividad humana y lo siguen siendo; en efecto, los trabajos
de campo han verificado que la actividad antrópica ha
generado devastación y fragmentación de hábitats y hoy los
bosques nativos constituyen parches aislados y se hallan en
lugares de poco acceso al ganado y a la actividad agrícola.
No coincidimos con la afirmación de Graf, (1994) y,
Villalba, (1995), quienes sostienen que el principal factor
natural que rige el cambio en los bosques andinos es el clima;
nuestras observaciones de campo y el trabajo junto a las
comunidades nos indican que el principal factor de cambio
es la actividad antrópica, la obtención de leña y madera, la
introducción de especies exóticas y la erosión de suelos.
Nuestras observaciones de campo son coincidentes con la
afirmación de Kessler & Driesch, (1993) quienes sostiene que
el crecimiento demográfico ha llevado a los grupos humanos
cercanos a los bosques andinos a hacer uso, explotación y
sobreexplotación de los recursos naturales, en especial de la
madera; en efecto, estas actividades vienen agotando la oferta
de leña y madera en bosques nativos altoandinos.
El resultado de nuestra investigación no es coincidente
con la afirmación de la FAO, (2007) cuando sostiene el
bosque sólo es fuente de leña; en esencia, madera bruta seca
en trozos normalmente medianos a pequeños; aun cuando el
bosque altoandino es fuente importante de leña; no obstante,
también es fuente de madera para la construcción de la
vivienda, herramientas y aperos agrícolas y utensilios de
cocina.
La afirmación de la Corporación de Certificación de Leña
(2009) que señala que, a diferencia de las fuentes de energía
fósil, la combustión de leña tiene un efecto neutro sobre el
balance de dióxido de carbono (C02) en la atmósfera;
consideramos que la tala, quema y cambio de uso del suelo
no sólo generan deterioro ambiental, sino que contribuyen a
la generación de gases de efecto invernadero; por lo tanto, la
reforestación con especies adaptadas a los ecosistemas
andinos debe ser una prioridad. Los estudios de Hensen
(1991), señalan que el 50% de las plantas para herramientas
vienen del bosque y que las especies de Polylepis son las más
utilizadas como especie provisora de leña y madera para
aperos agrícolas; nuestros estudios reportan que existen
b
a
d
c
CANTUA Vol. 18 (1): 15-30 (2019). Versión Online ISSSN 2709-8817
27
diversas especies provenientes del bosque que son utilizadas
en la fabricación de herramientas y aperos agrícolas; los
informantes señalan hasta 10 especies nativas.
Ocaña (1996), plantea que, a través del Ministerio de
Agricultura, se intensifique la reforestación y forestación,
debido a que estas acciones contribuyen a que las poblaciones
rurales tengan el suficiente material leñoso para el uso en sus
viviendas; en efecto, la disminución de la oferta de leña y
madera proveniente de bosques nativos, cada vez es menor
observándose un déficit que debe ser suplido con leña de
eucalipto.
Reynel y León (1990) mencionan que los cercos vivos
para el cobijo de los cultivos es una práctica extensamente
difundida en la Región Andina y alrededor del predio o chacra
se establece un cinturón de plantas leñosas,
predominantemente arbustivas o arbóreas; esto no es posible
observar en el ámbito de estudio, pues la provisión de leña y
madera, usualmente es obtenido de los bosques nativos.
CONCLUSIONES
Los bosques andinos son complejas formaciones de
vegetación tropical de altura y están integrados por especies
adaptadas a las condiciones climáticas de los Andes y son
relativamente estables en estos hábitats. Sin embargo, estos
bosques cambian por las condiciones ambientales y por la
influencia del hombre.
La dependencia de las comunidades campesinas a los
recursos provenientes del bosque nativo muestra claramente
la importancia de las áreas boscosas para la vida campesina y
la necesidad de una forma de manejo, que permita el uso por
los campesinos en forma sostenible.
Figura 6. Estructura de eucalipto (Eucaliptus globulus)
necesaria para sostener el peso de las planchas metálicas del
techo.
La vegetación representativa del ámbito de estudio está
formada por matorral espinoso, bosques mixtos y
monoespecíficos de distribución restringida, que tipifica a
ecosistemas y hábitats de interés ecológico, climático y
biogeográfico. Sin embargo, y a pesar de su importancia
biológica, estos bosques, representan uno de los hábitats más
vulnerables de los altos Andes, por la creciente presión
humana debido a factores económicos, sociales, y culturales
y en un franco proceso de deterioro irreversible sino se
acometen acciones para su recuperación.
El género Polylepis es representativo de los bosques
andinos, tanto por su amplia distribución como por su
afinidad al tipo de ambientes, siendo casi exclusivo de las
zonas altoandinas. Las comunidades rurales andinas tienen
una relación muy especial con los bosques. Su desarrollo
cultural está en armonía con el entorno forestal y su identidad
es el producto de su vida vinculada al bosque. La
problemática del manejo de los recursos forestales en la zona
andina afecta tres componentes: el suelo, el agua y, productos
secundarios del bosque, los mismos que están íntimamente
relacionados e integrados en su existencia con el hombre y la
satisfacción de sus necesidades.
Las comunidades campesinas saben que los bosques y
árboles son importantes y que son capaces de administrarlos
y han mostrado lo siguiente:
Los campesinos han acelerado la plantación y
protección de los árboles tanto en sus propiedades como
en los bosques comunales.
Los campesinos conocen en gran medida las técnicas de
propagación para las principales especies.
Algunas comunidades han emprendido acciones
colectivas sin ayuda externa para administrar mejor las
tierras comunales.
Las comunidades han desarrollado sus propias reglas y
regulaciones que incluyen beneficios y sanciones para
proteger y usar los bosques comunales.
En el ámbito de estudio las prácticas de aprovechamiento
de los recursos del bosque son todavía eminentemente
extractivas, sin consideración efectiva por la sostenibilidad de
los productos del bosque. Sin embargo, los comuneros
asienten que se requiere incrementar sus conocimientos
respecto de la importancia de manejar los recursos del bosque
y su directa dependencia para satisfacer sus principales
necesidades de energía.
Referente al análisis y percepción de los bosques
comunales y matorrales desde donde, los campesinos
obtienen leña y madera, los comuneros identifican como
problemática tres grandes causas: la extracción de leña y
madera sea para uso doméstico o para la venta; la
deforestación provocada por el avance de la frontera agrícola
y, los incendios forestales que no permiten que la
regeneración natural del bosque ocurra.
Las especies mejor consideradas por su poder calorífico,
pocos residuos de ceniza y poca producción de humo en su
combustión son: chachacomo, queuña, t’asta, unca, k’uruchu,
lloque, lenle, aliso, entre la vegetación arbórea y waka asta,
llaulli e incluso la retama, entre los arbustos. Además, el
chachacomo, t’asta, unca, qolle, aliso, chiqllurmay y queuña
son maderas apreciadas para la construcción de
infraestructura, aperos agrícolas y herramientas.
El número de especies utilizadas como leña ha
disminuido con los años dentro del proceso de deterioro
paulatino del bosque y matorral nativos. Sin embargo, se ha
incrementado ostensiblemente el empleo del eucalipto,
aspectos que deben de ser considerados en la propuesta de un
programa de reforestación con fines energéticos.
Constituye una necesidad de las comunidades campesinas
el contar con especies que posibiliten satisfacer los
requerimientos para la construcción de la vivienda,
principalmente referente al techado; especies como el aliso,
chachacomo, unca, chiqllurmay, lenle y en los últimos 20
años el eucalipto son los más utilizados; esta última especie,
ha cuadruplicado su uso y de las otras ha disminuido
drásticamente; esto conduce a planificar programas de
reforestación con especies que hace algunas décadas
empleaban con éxito para estos menesteres.
Las estrategias que se sugieren para el ahorro de
combustible tienen los siguientes enfoques: primero, elevar la
oferta de leña y madera desde los bosques nativos y
plantaciones en macizo a través de un programa de
reforestación con fines energéticos; segundo, disminuir la
demanda y uso de leña mediante la incorporación de fogones
Gil-Mora & Huamán-Miranda: Uso de leña y madera de bosques nativos. Cusco
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mejorados; tercero, gestionar los bosques con
participación comunal incluyendo actividades industriales en
la transformación de los productos del bosque; cuarto,
introducir acciones para el cambio en los hábitos de cocción
de alimentos del poblador andino.
El establecimiento de áreas forestales en terrenos
comunales podría proveer a sus pobladores con madera, leña,
postes, palos, madera para la fabricación de aperos agrícolas y
utensilios y, madera para la construcción de viviendas.
Desafortunadamente, no se plantan suficientes árboles y los
que son plantados carecen de los cuidados necesarios. Por lo
tanto, se requiere actuar con inmediatez a fin de recuperar la
cobertura vegetal arbórea con estos fines.
Las especies nativas más utilizadas como combustible son
chachacomo (Escallonia resinosa), queuña (Polylepis spp.),
tayanka (Baccharis odorata), t’asta (Escallonia myrtilloides),
lenle (Hesperomeles latifolia), aliso (Alnus acuminata), unca
(Myrcianthes oreophilla), chiqllurmay (Vallea stipularis),
k’uruchu (Citharexylon argutedentatum), q’otokiswar
(Gynoxys longifolia), lloque (Kageneckia lanceolada) y otras
especies nativas, los que por ser de madera dura y tener alto
poder calorífico son las preferidas.
SUGERENCIAS
Posibles soluciones para la deforestación por consumo de
leña
Las soluciones o estrategias que se diseñen para
transformar el consumo de leña en una actividad sustentable a
largo y mediano plazo, deberán ser de un carácter diverso y
dinámico. A pesar de que la disponibilidad general del recurso
leña, es decir, la oferta de biomasa vegetal por los bosques
nativos es diversa; es el caso de que en la microcuenca del río
Patacancha que proporciona leña y madera para
Ollantaytambo, Phallata e incluso Willoq sobrepasa al
consumo en la actualidad; igual observación se puede hacer
para la microcuenca de los ríos Lares y Trapiche donde la
oferta de leña es mayor al consumo actual. Análogamente
ocurren casos donde la oferta de leña es escasa frente a la
demanda por las comunidades campesinas como en aquellas
ubicadas por encima de los 4 000 metros de altitud; sin
embargo, es importante señalar que no todo el recurso
potencial es accesible y que su disponibilidad varia
espacialmente, lo que reduce significativamente el stock
disponible de manera efectiva en muchas comunidades
andinas.
De otro lado, es necesario considerar el crecimiento de la
población, el aumento en el consumo y la degradación del
recurso, si no se acometen acciones concretas para mejorar la
oferta de leña y disminuir el consumo per cápita, será
inevitable que la presión por el uso de leña y madera continúe
aumentando. Consecuentemente es necesario introducir
acciones de forestación y reforestación a efecto de incrementar
la producción anual del bosque nativo. Esta situación indica
que se pueden tomar iniciativas y emprender acciones para que
el consumo de leña sea más sustentable y aprovechar mejor los
recursos provenientes del bosque nativo.
Por otra parte, las posibles soluciones deben resolver una
diversidad de problemas que tienen causas diferentes y, por lo
mismo, deben ser diversas y dinámicas. Estas soluciones
deben orientarse a tres tipos de situaciones:
Primero, aquellas relacionadas al consumo doméstico en
el sector rural incluyendo el ahorro en combustible a través
del uso del recurso leña en condiciones óptimas; es decir,
con menor contenido de humedad, introducción de cocinas
mejoradas y el cambio en los hábitos alimentarios. En este
caso la leña es un recurso de bajo costo.
Segundo, aquellas vinculadas al uso de la leña para las
áreas urbanas en el piso de valle, específicamente en el
Valle Sagrado (Ollantaytambo, Urubamba, Calca, Pisaq)
donde la demanda de leña es cada vez mayor para el uso
de los restaurantes que poseen un crecimiento continuo.
Donde el recurso leña constituye una mercancía, por lo
tanto, forma parte de los ingresos económicos eventuales
de algunas familias campesinas.
Tercero, las acciones vinculadas al manejo sustentable del
bosque a través de un programa de gestión comunal en
materia de forestación y reforestación.
Figura 7. El k´urucho (Citharexylon argutedentatum) es una de las especies más apreciadas por el poder calorífico que posee su
leña. Debe ser una de las especies a ser utilizada en la reforestación de los altos Andes.
CANTUA Vol. 18 (1): 15-30 (2019). Versión Online ISSSN 2709-8817
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Existen ventajas comparativas del uso de los recursos
forestales provenientes de bosques comunales; en principio, la
leña como combustible, es una energía local, producida en el
bosque de la comunidad; es, además, una energía renovable.
Los bosques crecen todos los años y si se extrae de ellos una
cantidad inferior a su crecimiento, se podrá aprovechar esta
energía en forma indefinida. De otro lado, las especies nativas,
poseen un alto poder calorífico. Además, existen otras ventajas
del uso de las especies nativas: generan mayor volumen de
brasa, contienen menor cantidad de cenizas que el eucalipto y,
el proceso de secado es más rápido comparativamente con el
eucalipto.
Hacia una política dendroenergética
En un país como Perú, que aún tiene una gran cantidad de
población viviendo en áreas rurales, más de 7 millones de
personas poseen casi como único recurso energético a la leña,
y donde extensas áreas han sido ya deforestadas, es urgente
buscar y encontrar soluciones de corto, mediano y largo plazo.
Los diversos niveles del gobierno deben emprender programas
regionales de forestación y reforestación con fines energéticos,
industriales, gestión de cuencas hidrográficas y recuperación
de ecosistemas degradados; de esta forma, se incrementaría la
producción de los bosques nativos, generando trabajo para las
poblaciones locales y promocionando el empleo de recursos
energéticos en base a biomasa renovable.
Existen aspectos positivos de la dendroenergía que los
mencionamos:
Ambientales. A diferencia de las fuentes de energía fósil,
la combustión de leña tiene un menor efecto respecto de las
emisiones de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera; a nivel
local, la leña tiene un efecto ambiental positivo pues permite
cubrir parte de los costos involucrados en el manejo y
conservación de bosques; por lo tanto la reforestación y
forestación con especies altamente consumidas y provenientes
de bosques nativos no sólo controlaría la erosión de suelos y la
escorrentía superficial, sino que tendría efectos benéficos en
las poblaciones rurales. En este contexto, la conservación de
los recursos naturales y calidad del aire, forman también parte
de esta actividad, pues la producción y el uso de biomasa
forestal deben evitar la generación de externalidades
ambientales negativas. No es sostenible la degradación del
bosque nativo para producir leña, como tampoco lo es la tala
de plantaciones forestales que producen erosión, disminución
de la calidad y cantidad del agua, entre otros efectos. Tampoco
es sostenible la contaminación del aire en áreas urbanas que
amenaza la salud de la población. Para que la biomasa forestal
sea considerada una fuente de energía renovable no debe
atentar contra el ambiente ni el bienestar de la población.
Socioeconómicas. El mercado de la leña genera un flujo
importante en las poblaciones del piso de valle, debido a la
demanda en el sector de restaurantes. El rubro puede dar
empleo a cientos de personas, principalmente del sector
económico más deprimido. Este efecto sobre el empleo tiene
creciente importancia local y regional, pues la leña no sólo es
producida y comercializada localmente, sino que las
herramientas y equipos requeridos para su combustión son
fabricados a nivel local. El trabajo de campo y el diálogo
sostenido con los campesinos nos conduce a la conclusión de
que para el sector rural no es económicamente factible
reemplazar la leña por gas natural, dado las diferencias en los
precios.
Energéticas. La dendroenergía ha sido reconocida
mundialmente como una alternativa energética más limpia,
segura y económica, que puede además transformarse en
electricidad y en combustibles líquidos y gaseosos
(biocombustibles de segunda generación). Además, es una
fuente de energía local sobre la cual el Perú tiene soberanía. El
uso masivo de leña en el país tendría un efecto positivo y
sinérgico sobre el clima global, la economía nacional y los
mercados locales en el área rural y urbana. Si los gobiernos
locales y regionales optaran por una masiva acción de
reforestación con especies vinculadas a la generación de leña
y madera a fin de incrementar la oferta de los bosques nativos
comunales, no lo se generaría trabajo, sino la recuperación
de ecosistemas degradados en los altos andes.
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Presentado: 01/07/2021
Aceptado: 29/07/2021
Publicado: 31/01/2022