CANTUA Vol. 17 (1): 17-26 (2018). Versión Online ISSSN 2709-8817
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en cambio, en las comunidades altoandinas, se verificó que las
familias almacenan la leña para un periodo mayor a una
semana; igualmente, el estudio de Córdova Carbajal, concluye
que no es un problema significativo el abastecimiento de leña;
en cambio, en las comunidades altoandinas, la oferta de leña
proveniente de bosques nativos va disminuyendo,
especialmente por encima de los 3 500 m s.n.m.
Delgado (2003), evalúa los bosques de Manto (Lares)
especificando la flora arbórea utilizada, más no determina la
oferta de leña de dichos bosques; nuestro trabajo especifica las
especies utilizadas y la oferta total de leña.
Alonso et al., (2001), sostienen que en la región de los
Andes orientales sólo queda el 25% de la cubierta forestal
original y sólo el 25% de sus bosques actuales cuenta con algún
tipo de protección. Esta situación hace que la Cordillera de los
Andes sea una de las regiones más importantes para la
conservación de la biodiversidad en el mundo; nuestros
estudios confirman esta aseveración y nos parece que incluso
existe un porcentaje menor de la cubierta vegetal original, pues
los bosques nativos constituyen parches en el ámbito de estudio.
Los bosques nativos en los altos andes, no sólo están siendo
afectados por la sobre extracción de leña como sostiene
MINAGRI (2012); nuestros estudios ratifican esta conclusión
y, además indican otras connotaciones ambientales que afectan
los servicios ecosistémicos.
Análogamente a lo reportado por Ocaña (1994), en las
comunidades estudiadas que se hallan ubicadas por encima de
los 3 600 o 4 000 m de altitud el déficit de material energético
es crítico y no llega a abastecer las necesidades más urgentes,
especialmente si de leña se trata; por lo tanto, es substituido por
otros elementos como la bosta de ganado (vacuno, ovino y
camélidos sudamericanos) generados en la propia comunidad
y/o la leña de eucalipto, proveniente de otras zonas.
Pretell et al. (1985), Reynel et al. (2006), concluyen que las
especies forestales son de alta utilidad en el control de erosión
y en la oferta de biomasa vegetal; nuestros estudios conducen a
esta conclusión y señalan que las especies maderables, además
de ofertar leña brindan otros servicios ambientales.
Desde hace décadas se observa la creciente escasez de leña para
uso doméstico, tal como lo sostienen Córdova-Aguilar (1992),
Ektvedt (2011) y MINAGRI (2012); en efecto, esta conclusión
es ratificada por nuestros trabajos de campo y especifican una
oferta escasa de leña de los bosques altoandinos, especialmente
para comunidades ubicadas por encima de los 3500 m.
Los estudios de campo demuestran que los bosques
altoandinos están en franco proceso de retraimiento debido a las
actividades que generan impactos sobre la biomasa vegetal y
que las comunidades campesinas requieren apoyo del estado
para proteger sus bosques.
CONCLUSIONES
Los bosques altoandinos son altamente productivos,
brindan servicios ecosistémicos múltiples, aspecto que
posibilita su conservación. En el ámbito de estudio, el bosque
mixto ocupa el 61,5% de la superficie de bosques y su oferta es
del 58% del total de leña utilizada por las comunidades. Los
bosques monoespecíficos de Polylepis constituyen el 19,2% del
total del bosque en el ámbito estudiado y, la oferta de leña es de
40,2%. El matorral espinoso constituye una fuente importante
de leña para las comunidades; su extensión es inferior al 16,3%
del total de bosques y proporciona el 1,74% de leña; empero,
todas las especies tienen preferencia alta.
El material energético de la biomasa vegetal, corresponde a
vegetación arbustiva y arbórea de los bosques; existe mayor
diversidad en los bosques y bosquetes inferiores a 3 500 m. de
altitud, constituyendo bosques mixtos, matorrales espinosos y
asocies interespecíficos; en cambio, a altitudes superiores a los
3500 m se observan rodales dominados por los géneros
Baccharis, Polylepis, Gynoxis, Weinmannia, Cytharexilum,
Buddleja.
De las especies más utilizadas en el abastecimiento de leña,
destacan por su abundancia los géneros Hesperomeles,
Buddleja, Escallonia y Polylepis; sin embargo, considerando la
biomasa que ofertan, las especies más importantes pertenecen a
los géneros Alnus, Acalipha, Baccharis, Myrica, Berberis,
Duranta, Barnadesia, Gynoxis, Hesperomeles, Myrcianthes,
Citharexylum, Escallonia y Polylepis.
En las comunidades ubicadas entre 3200 y 3500 m de
altitud; los bosques mixtos, matorrales espinosos y asocies
interespecíficos, son los que proporcionar madera y leña en
cantidades aún suficientes; en cambio en las comunidades
localizadas por encima de los 3500 m de altitud las especies de
Polylepis son las que proveen las mayores ofertas de leña. Las
comunidades campesinas altoandinas poseen predisposición
para la reforestación y están dispuestos a participar en
programas forestales.
Las especies del género Polylepis, son de interés comunal,
es apreciado como combustible, para obtener carbón, madera y
como tintórea.
El bosque ofrece un mayor número de servicios
ecosistémicos. Análogamente, en las comunidades más altas, la
vegetación es escasa, con menor presencia de matorral
espinoso, por lo que emplean bosta de ganado vacuno, ovino y
de camélidos sudamericanos; la oferta de leña es menor. En
comunidades ubicadas a altitudes superiores a los 3500 m, el
recurso más importante de leña es el bosque de Polylepis.
Los habitantes de las zonas altoandinas, conservan una
relación directa con su entorno, están dedicados a la agricultura
y ganadería y utilizan la leña como un servicio ambiental. Esta
situación está en un momento de cambio, por la necesidad de
algunos de buscar fuentes de trabajo en la ciudad y por el
turismo vivencial que, de no administrarse adecuadamente,
puede permear la cultura tradicional del uso de leña.
Los impactos más resaltantes, consecuencia de la
extracción de leña son: la erosión de suelos, infiltración escasa,
mayor escorrentía, regímenes pluviales irregulares, agricultura
poca productiva, pérdida de biodiversidad, disminución de
manantes, arrastre de sólidos, pérdida de la fertilidad de los
suelos, con consecuencias en la economía campesina generando
un éxodo rural y pobreza comunal.
La oferta total de leña calculada para los bosques
altoandinos de la cordillera del Vilcanota es de 178 816,38
toneladas; esta oferta calculada para las dos zonas de estudio;
la zona uno oferta 88 199,04 toneladas; mientras que la zona
dos tiene una superficie de 446 ha y oferta 90 617,34 toneladas.
AGRADECIMIENTOS
A Ecosistemas Andinos-ECOAN, por posibilitar la
ejecución del estudio y, al colega Alfredo Tupayachi Herrera
por el apoyo en la identificación de las especies botánicas.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Alonso, L.E., Alonso, A., Schulenberg, T.S. & Dallmeier, F.
(2001). Biological and social assessments of the Cordillera
del Vilcabamba, Peru. Washington D.C., United States of
America. 296 p. RAP Working Papers N° 12 and SI/MAB
series N° 6. Conservation International.
Ansión, J. & Van Dam, C. (1986). El árbol y el bosque en la
sociedad andina. Lima, Perú, Talleres Gráficos Art. Lantrec.
119 p.