El Antoniano
130 /
junio
2015
137
LA
COMUNICACIÓN
POLÍ T
ICA
EN LOS PR OCESO S
ELEC TOR ALE S EN EL PE R
Ú—
Vida l Cháve z
River a
1
RESUMEN
La Comuni cació n Polític a
en los Procesos
Ele ctorale s
en el
Perú, es un
trabaj o,
no solo producto de
la
sistematiza cn
y el
análisi s
de lo que
piensa n diferente s especiali stas
en
la
materia ; sin o
además el
resultad o
de
la elab oració n
y
aprehens n su bjetiv a
y
objetiv a
de
la realida d
en cuestión
de nuestra parte.
En
el
trab ajo des arrollad o
se aborda
aspect os
sobre
la interven ció n
de
los
medios de
comuni cació n
en los procesos
ele ctorale s
a
tra s
del
tiempo,
parti cularment e
en el Perú.
E l
presente trabajo
contiene : La
Prensa y
la Comunicaci ón Políti ca,
Actores
Poti cos
y
Comunica cn Potica , la Comunicaci ón,
la
Democr acia
y
la Opini ón Pública , Periodism o
y Elecciones
en el Perú, los
Candidato s
y
la Promo cn Potica ,
las
con clusione s
y
la s referencias .
Todos y
cad a
uno de los
temas abordados
guarda n relaci ón, coherenci a
y
s
ecuencia
entre
,
los que
incide n
en el
escenari o
de
la vid a
potica,
econ ómica , socia l
y
cultura l
de nuestro país.
1 Decano de
la Faculta d
de
Comunicaci ón
Socia l
e
idiomas
de
la Univer sida d Naciona l
de
Sa n Antoni o A bad
del Cusco.
El Antoniano
130 /
junio
2015
138
L a com unica c n
po
tica
ABSTRACT
Politi cal
Communi catio n
in
Elect oral Pro cesse s
in Peru,
is
a
job, not
onl y
the product of the
system atizatio n
and
analysi s
o
f
what they
thin k differen t specialist s
in the field;
but
als o
the
result
of the
development
and
subje ctiv e
and
obje ctiv e understandin g
of
realit y withi n
us.
In
the
developed work
it
addresses
aspect s
o
f
the
interventio n
o
f
the media in
elect oral
processes over time,
particularl y
in
Peru.
Thi s
paper
contains :
The Press and
Politi c
al
Communi cation ,
Politica l
Communicatio n
and
P
olitical
Act ors, Co mmunicati on, Publi c Opinio n
and Democracy,
Journalis m
and
Election s
in Peru,
candidate s
and po
litical
advo cacy , con clusion s
and references.
Eac h
and every one
of the
issue s
addressed relate,
consistenc y
and string
together the
scenari o affectin g
the
political ,
economic,
socia l
and
cultura l lif e
of our country.
LA PR ENSA Y
LA
COMUNICACIÓN POLÍTICA
Quiero empezar el abordaje del
presente tema
parafras eand o
a un gran y
L a
comuni cación
política,
mueve
l
a
opin ión públ ica
y
no
olvidemos ,
responde a
los grupo s
de poder,
vía
medi os
de comunicacn
que
orienta n sus mens ajes
a
fi n
de
convencer
a los
electores para que voten
por uno u otro candidato.”
eximi o
personaje de
la polític a
y de
la
economía,
Vladimi r Ilic h Lenin ,
quien en
Pradv a
en 1918, respecto a
la
prensa
escribí a: E n
nuestros
perdico s
se dedica
dema siado espacio
a
la agitació n
política
sobre
viejo s
temas,
a l
estrépito
político .
Se
reserva un
esp acio mínim o
a
la
edificación
de
la
nueva
vida :
a
la repro ducció n
de
multitu d
de hechos que dan
testimoni o
de
ella. .. L a
prensa
burgue sa
de los ‘buenos
tiempos
viejo s
de
la
bur
guesí a
no tocaba
el
sa nct a sancto rum : la situ ació n
interior
de
l
as
br ica s
y empresas
pr ivadas . E l
tipo
de nuestros
perió dico s
no cambia
todaa
Má s adel ante , Leni n al
que le apodaban
el
vie jo , decía : Fijao s
en
la
burguesía,
¡Q
admi rablement e
sabe dar publicidad
a lo que le
convien e
a
ella !
¡
Cómo exalta
la s
empresas modelo... en los
millone s
de
ejempl ares
de sus
perió dicos !
¡Cómo sabe
hacer de
la s instituci one s
burguesas
modelo, un motivo de
orgull o
nacional.
Leni n
y
Marx amigo s
míos, en el
espacio-tiempo , reconocí an
que
la
prensa
jueg a
un rol
import ante
y
decisiv o
en
la
form ació n
de
la concienci a socia l
y de
la
opinió n pública ;
en esta orientación
ubicamo s tambié n
a nuevos entendidos,
sobre los temas en
cuestión,
entre los
q
ue
dest aca n Jurge n
Habermas quien
denomina a este proceso
“l a
prensa de
idea s,
f
enómeno de los
siglo s XVI I
y
XVIII ,
época de
la orator ia,
arengas,
propagand a
y
la persu asió n
comunicativa
dir igid a
a
l
as
grand es mu ltitude s
(
masas);
entre otros
especiali sta s, (Je sús
Martín
Barbero, entre otros).
En el
actu a
l
ateneo de acontecimientos
que acaecen y se producen en
el
escen a
rio
económico,
político , cultur a
l
y
soci al;
alborotado y
sacudi do
por un
clima
de tensión, donde los
protagoni stas
cual
person ajes
de una
teleno vela
con una
agenda y un
guio n
predeterminados,
lanza n
propuestas
ads crita s al
pode
r
ecomico;
discur sos
que discurren
permanentemente por
la s
pant
alla s
,
orientados a
concientiza r
a los asiduos
espectadores;
drama tizaci ones
que son
expue stas
por los medios
d
e
comunicación , insurgiend o
as
í
nuevos
prot agonist as
en
la
comedia
diari a,
los que
ví a discurs os carga dos
de promesas,
mens ajes enrareci dos,
intoxicados,
sórdidos
y bien
unifo rmiza dos,
persiguen
secuestrar
nuestra s conciencias,
y
as í
l
ograr
por medio de un
leng uaj e
embelecedor y
cauti vado r, envolve r a
l
públic o rece p
to
r
.
El Antoniano
130 /
junio
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139
L a com unica c n
po
tica
El milagro
de
la
homogenización,
hegemoní a, sime tría
y uniformización
subje tiviz ada
de
la re alida d,
recreada a
imagen
y
semejanza
de
los
dueños de los
medios
de
comunicació n,
del poder político
y
económico;
se produce a
través
de los
dis cursos
y
mensajes estructurados
por
ellos,
con el
propósito
de
capturar las
mentes
débiles
de un
público
objetivo
desmemo riado, sin conciencia ni
formación
política
e
ideológic a,
que son presa
fá cil
de
ser
subsumi dos
por el
sistema político
y
económico imperante.
ACTORES POL ÍTICOS Y
COMUNICACIÓN
POLÍTICA
Los prot agonistas, person ajes políticos
y
cand idatos
son presentados a
trav és
de
l
a
pantalla
como
único
producto, que reúne
todas
l
as cara cterísticas
y bondades para
satisf acer
a un
público ávido
por adquirir
este, por medio de su voto;
product o-persona je, construido
a
imagen
y
espejo de
los usu arios; los cuales sin derec h
o
a
reflexion ar
se ven
impelidos
a
adquirir
y
consumir “el único producto
que se
promoci ona
vía medios
de comunicación,
particula rmente
a
través
de
la
televisión.
En el Perú,
la comunicació n polític a
se
ha
conve rtido
en un eje
fundamenta l
d
e
influenci a
del poder económico, a través
de
cierto s mens ajes
y
discu rso s
difun d
idos,
que tienen el propósito de
posicion arse
en
la concienci a
de
la opin n públic a,
para
logr ar
de este modo que estos participen
acti vament e
en los procesos electorales,
optando por uno u otro candidato,
llegand o inclus o
a un estado de fanatismo
político ,
que
conlle va
a simpatizantes,
alleg ados , amigo s
de los amigos,
part idari os
e
invitad os
de
l
os
invitad os;
a
cerrar
fil a s
con el
candid ato
puesto en
vitrina ,
promocionado
estratégic a
y
comunicacio nalmente ,
se observa como
la
promoción de un
aspirante -candi dato
no
solo depende del programa e
ideario ,
sino
además de
la form a
mo se le presenta,
mo se
dirige ,
mo se
comunic a
y, que
estra teg ia pers uasiva s
ut
il i
za,
para
gana r
las
eleccione s
y hacerse de
su
nuevo puesto
de trabajo.
Para
ser un buen
candidato,
es
decir,
un
buen
político, hay
que mostrarse como
tal;
el
aspiran te, postulante
o el
político
d
ebe
parecerlo;
este
aspir ante
a una
curul
o a una
presidencia,
meta que se ha propuesto para
llegar
a
l
poder,
sin
temor a
equiv ocarn os
en
el contexto
actual,
para
cada
momento,
utiliza
determin adas estrategias
de
comunicación polític a, efecti stas, efecti vas
y
afe ctivas,
destacando
a
trav és
de
l
os
medios
de
comunic ación,
el
in diviso
del candidato,
los valores morales
y
ético s, la eficiencia
del
candidato,
su
oratoria,
el modo de
conduci rse,
el
estilo
de
vida,
entre otros
aspectos; sin
embargo,
ello
no quiere decir
que
los
que no
hagan
uso de adecuadas
estrategias
de
comunic ación polític a,
no
logren
su
pro pósito; al cont rario, también
lo
pueden lograr.
La comunic ación polític a,
mueve
la
opinión pública
y no
olvi demos
responde a
los grupos
de poder,
vía medios
d
e
comunicación
que
orientan sus men sajes
a
fin
de
convencer
a
los
electores para
q
ue
voten por uno u otro
candidato político afín
a
su entorno;
candidatos
que ofrecen a los
votantes, propuestas
y promesas por
doquier: terminar
con
la cor rupción,
hacer
frente a
la delinc uencia,
mayor seguridad,
desarrol lo
de obras de
enver gadura,
no
hacer
mal
uso del dinero del erario nacional,
inv ersión
en
progra mas sociales,
traer
inversiones
del
extranjero,
entre otros
talantes; mientras
que, de otro
lado, ya
en
pleno
eje rcicio
de
sus funci ones
como
autoridades elect as, siguen promovien do
y
ofertando demagógicamente
una serie de
obras,
l
eyes,
reformas sus tanc iales
a
f
avor
de
la colecti vida d,
as
í
como más
trabajo,
como
si to davía estu vieran
en
plena
campaña
elector a
l.
Todas
las propu estas
y
oferta
que se
rea lizan
en
los
procesos y campañas
electorales
tanto para
las
presidenciales,
region ales
y
locales
se
basan
en
estrategias
comunicati vas política s, las
que
por cierto
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L a com unica c n
po
tica
están
dirigi das
a
logr ar
un
ambiente
de
credibili dad, espe ranza,
orden, autoridad,
segu ridad, mode rnización
y
desarrollo
de
nuestro
país,
entre otros
ejes; ofert as
que
son
consentidas
por
los ciud a
danos-electores
(opinión blica), quienes
en base a su voto
dan
la anue ncia
a
f
avor
de
tal
o cual
candi dato
o
político,
con
la esperan za
de
q
ue
algún día las cos as cambien
y, mejore
la
calid a
d
de
vida
de
los
peruanos.
Los
peruanos,
los
de a pie,
los
de
l
auto,
los
de
l
avi ón, los
con
causa
y
l
os
sin
causa,
los
con
estudio
y
los sin estudio, los
con
traba jo
y
los sin trabajo, los
que no tienen
La
comuni cac n política y,
el
mism o juego polí tico
en el
sistem a democrático
se ha
constreñido
a
l
os
medios
de
com unicació n, imagen
espejo
encargado
de
elaborar
y
const ruir product os y
mensajes
comuni cativos plagado s
d
e
ideol ogía y
po
lítica.
acceso
a
los medios
de
comunicació n,
los
que
lo tienen,
los
que
mandan
desde el
poder,
los
que no
tienen
poder; es decir,
todos
los
peruanos que
conformamos
el
Perú
profundo
y el Perú
ofici al,
el Perú de
la
esperanza
y el Perú de
la
desesperanza;
todos somos
testigos,
cómo
los medios
de
comunicación influyen notoria
y
profund amente
en
nuestras conciencias,
y
nos
orientan
a que votemos por los
candi datos
que
ellos const ruyen
y fabrican.
Cada vez más en
los distintos
contextos
socioecon ómicos,
políticos
y electorales,
surgen nuevos
actores de
la política,
en tanto
otros son desenterrados y remozados para
emprender
sus camp añas
como
candidatos
a
la presid enc ia,
a
las regiones,
a
l
a
alca ldía, al
congreso
y otros
espacios públicos.
L
os
políticos
más
conocido s, integ rantes
de los
difere ntes partidos políticos
de nuestro país,
empiez an
a ser
ma quillad os, reciclados
y
reju venecidos
por
los medios
d
e
comunicación
para
presentarlos
ante el
electorado
(opinión públic a),
como los
abander ados
y
los únicos
que nos pueden
sac ar
de
la situ ación delic ada
que
vivimos
y
en
la
que estamos
inme rsos, utili zando
el
entretenimien to
y lo
festivo,
y de este modo
atraer nuestra
atención
y aceptación.
LA
COMUNICACIÓN, LA
DEMOCR ACIA Y LA
OPINIÓN PÚBLICA
Ahora bien,
pero qué rol
cum ple la
comunicación
en
“el sistema
democrático
peruano”, hay seguramente
infinidad
de
resp uestas, sin
embargo, se hace necesario
puntu alizar
que el
sistema
socioeconómico,
político
y
cultur al,
está de
espal das
a
la
reali d
ad
de
la gran ma yoría
de
los
peruanos;
en este contexto,
la función
que
la
comunicación pasa
a
cumplir
está
orientada
a
logr ar la credibilid ad,
gobernabilidad,
instituci onalid ad, sostenibili dad,
estabilidad
socioecon ómica
y
política
y,
la confian za
y
compromi so;
en
la medida
que
la
comunicación intermedie
a
través
de los
medios
de
comunicació n,
el proceso:
P
olítico
– económico – medios de
comunicación
– y
socied ad
en
la
toma de
decisione s,
estamos
seguros
en este
escen ario, la
comunicación
política pasará
a
cumplir
un rol determinado
a
favor
o en contra de uno u otro actor
soci a
l.
Al fin a l,
de todos
los
procesos electorales,
los ciuda danos
son
los inv itados
de
piedra, al
ser solo tomados en
cuenta como
rec
epto
res
caut ivos
y
pasiv os
de toda
la
and anada
de promesas e informaciones
cauti vantes
y embelecedoras que adormitan
y
neutral izan
aún más
las espera nzas
de
l
os
asi duos
y
suf ridos
electores,
los
que como
dijimos
anteriormente son tomados solo en
consi deración
cuando se
avecin an
las
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141
L a com unica c n
po
tica
elecciones
y
luego
que
pasa
este juego
elector al,
son
dejados
de
lado
y, no los
toman en
consideración,
no
los
hacen
partícipes
de
la vi da polí tica,
económica,
cultur a
l
y
social
del
país
n
i
tampoco
los
hacen
inter venir
en
las deci siones
de
los
que logran
el pode
r
.
Decimos, resul ta siendo
paradójico,
porque
la pl atafo rma
que tiene en los
momentos
actuales la comunic ación
política,
queramos o no
aceptarlo, resulta
siendo
princi palmente la televi sión,
no
olvidemos
y
obviemos
que
la televisi ón
se ha convertido
el
día
de hoy en
la pl atafo rma
de
internet,
de
la radio
y de
la
prensa
escrit a. El Twitte r,
el
Faceboo k,
y otras redes
soci ales
por increíble
que
parezca
han
logr ado
el
mila gro
de
s
er
hoy
las canali zado res
de
la opinión
pública,
fuer za gravitante
en el
juego democr ático,
a
l
cumplir
el rol de
trasla dar la
política,
economía
y
acción
del
gobierno
a los
medios, plataform as
que
median
el poder
económico,
político,
comu
nicacion a
l
e
ideológico
del sistema.
Observamos
cotidianamente
como los
medios
de
comunicación
están
ad scritos al
papel
reproductor y
am plifica dor
del sistema
democr ático, cumpliendo
de otro
lado
el rol
de sostener el orden
preestablecido
por el
poder económico y
político;
p
orque
establecen
y ponen
la agenda
a cualquier
gobierno
a nombre de
la democr acia
y
d
e
los ciuda danos,
cuando en
verdad
favorecen
a un determinado sector
social
que a través
de
bamb alinas manip ula
como lo hace “Pepe
en su
casa”,
ut
il i
zando
discurs os
y mensajes
atrac tivos, afectivos
y emotivos,
condimentados
de
contenido político
que
reproducen y
ampli fican
como dijimos
anteriormente,
los intereses
y el
pensamiento
de
las cla ses
gobernantes.
La tele visión,
como
escenario
que
reproduce una parte de
la vida
social,
materi al,
esp
iritu a
l
y
psicológica
es el espacio
que
vi sibiliza
a
través
de
los dive rsos
actores
(candidatos
y
políticos)
esta parte de
la
realida d,
mostrando
rasgos cotidianos
y
apelando
a
las em ociones
y
sentimient os
que
reproducen en cierto modo un poco de lo
que es el Perú,
imágenes
y mensajes
retóricos supuestamente sanos
y,
desliga d
os
de todo
interés personal
o
grup al,
nos
muest ran
a estos
líderes
de siempre con un
rostro aparentemente más humano.
La televisión
en
particula r,
por lo tanto, se
ha
convertido
entonces en
la
plataforma,
escenario
y medio
transport ador
no solo de
las excentricid ades
de
los candid atos,
de los
políticos
y de
las autorid ades, sino también
se
ha
convertido
en el nuevo
espacio
articulado
y reproductor que
refl eja
y reproduce
la
política
y
la economía;
por
co nsiguiente, la
form ación
de
la opinión
pública.
No
hay
que
obvi ar
que
la
comunicación
política
y, el
mismo juego político
en el
sistema democ rático
se ha
constreñido
a los
medios
de
comunicación imagen
y espejo
del
juego democr ático
y, de
la
política—,
imagen
espejo
encargado
de
elaborar
y
construir
productos y mensajes
comunicati vos plagad os
de
ideología
y
polític a,
que son
difu ndidos
por
los
medios
de
comunicación,
a
favor
o en contra de tal
o
cual
actor o
can didato, quienes
se
convierten
en
los pala dines medi adores
y
defen sores
del orden socioeconómico,
político actuante; la tele visión
en
es
te
concierto
se
convie rte
en
la plat aforma
y
escen ario; a mismo
que
la política
a través
de
los
medios de
comunicación
sea el centro
y motor de
las encuestas,
sondeos,
referendos y
estadíst icas,
en
los
soportes que
en
cierta medida reflej an
lo que
la
opinión
pública piensa
y quiere.
Los
medios de
com unicación
han
pasado
a
ser no
los
representantes de
la
opinión
púb lica; al co ntrar io,
han
pasado
a
jugar
e
l
rol
de
mediadores
del
sistema
y orden social
imper ante,
a
l
estar
reemplazando
los
esp acios públicos
donde
los
candidatos
expo nían
en
las grand es plazas,
desde sus
estrados y
tablad illos,
sus planteamientos
y
propuestas
a
l
as
masas popular es
con el
obje tivo
expreso de
orientar
y apoderarse
del
pensamiento
y
las
mentes de
la
opinión
de
las
mayorías, reproducie ndo
en
es
te
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142
L a com unica c n
po
tica
espacio
de
la pant alla chic a, fría,
calculad o
ra,
imper sonali zada, despótica
e
imposi tiva; vía
candi dato s, polí ticos
y
autoridades
el papel
que
jue ga
y
cumple la opinión públic a,
es
deci r,
se ha empoderado y
asumido la
función social
y
política
que desempeña ella
opinión pública —
en
la vida
p
olítica,
económica
y
soci a
l
en el país.
Los
medios de
com unicación
en el
contexto
actual,
en el
cual
inter a
ctuamos
inter activ amente
en el mayor tiempo de
nuestras vidas,
están homogenizando
nuest ras conciencias
a
partir
de
la
uniformi zación
de
la info rmación,
de
la
“Ello s decía n,
no
exist e
una
opinió n blica
que nace
en
la socie dad
civil , sin o
una
opini ón
que pertenece a las
clase s dom
inantes .
progr amación
y de todo lo que
discurre
y se
trasmite
y
difunde vía radio,
prensa escrita,
televi sión
e internet, este fenómeno de
la
uniformi zación
de
los men saje s,
discursos,
dramas
y de
la reali dad sub jetivada
se nos
impone
sutilmente vía mens ajes
y discursos
en
movimient o, apelando
a diversos
aspe ctos, has ta incluso
intrascendentes,
ale jados
y
divorc iados
de
la vi da
mate
ria l
,
soci a
l
y
psicológica
de
las
personas y todo
ello
con el objeto de hacer
asentir
su realidad
en
la conciencia
soci a
l
pública.
La opinión pública
para unos no existe,
porque es una
terminología vacu a, vacía
y
abstra cta, mientras
que, para otros
existe
línea
en
la cual
nos involucramos—,
porque tiene
forma, estructura
y contenido;
por tanto, es
definible
para terceros, una
creación premeditada
que tiene el propósito
de
l
ograr
f
ine
s
exprofesos;
sea
así
o
difere nte, la cuestión
es que
funci ona
en el
ordenamiento
existente,
es práctico,
funcion al, aplicable
y
tangible,
porque es
utilizado
para
“medir
tanto
cuantitativa
y
cualit ativamente
lo que
piensa la
gente”,
respecto a un determinado asunto, sobre
todo de
la situación eco nómica
y
política
del
país.
Jean
G.
Padio leau señala ba
hasta
irónicamente
que a
la “o pinión pública
le
ocurre como a
los elefante s:
puede ser
d
ifícil
defini rlos,
pero es un
muy
f
ácil
reconocer
uno
o cuando
sostiene
que a
“la
opinión
pública
le sucede lo que
al di ablo,
debe
existir
puesto que
pronunciamos
su
nombre”.
La de finición
es
bastante cla ra
y
preci sa,
porque podemos a
través
de ella
colegir
que
la opi nión blica
es
una
catego r
ía
formal, bajo la cual
se
establece
y
determina
el
resultado
de
los
sondeos y
encuest as
de
opinión, los
que por cierto
orient an las decisio nes
de
la
gente.
Para Giovanni
Sartor
i
(1987) la
“opinión
pública
es ante todo y sobre todo un
concepto
político”. Para
el investigador
itali ano la opinión blica
es
“un público
o
multiplicid ad
de
públicos cuyos
di f
usos
estados
mentales
(de
opinión)
se
interrel acionan
con
corrien tes
de
inform ación
referentes
a
l
estado de
la
res
pública . Lo
que el autor quiere
si g nificar
es
que a esta
categoría socio política
se le
conocía ya
en el
siglo XVI II
como: opinión
común,
vox populi, voluntad
general,
opinión popula r,
o como Demóstenes,
“la
voz
pública
de
la patria ”,
Cicerón,
apoyo
del
pueblo”, Tito Libio, opinión unánime”,
y
as
í,
hasta Maq uiave lo,
Hobbes, Lockes,
Rouss eau, Adam Sm ith, David Ricardo,
Max
y
Engel ellos decí an,
no
existe
una opinión
pública
que nace en
la socied ad
civil, sino
una
opinión
que pertenece a
las
clases
domin antes
y,
fin almente,
Habermas
El Antoniano
130 /
junio
2015
143
L a com unica c n
po
tica
reivin dica la opinión pública
como el
resultado
de un
diálogo
racion a
l
y plural.
De uno u otro modo los diferentes
autores a
l
os
cuale s
hemos hecho
refere ncia,
—no nos
olvid amo s
de
la
alema na Elis abet h
Noelle-Nuemann, quien
dice en su teoría
La Es pira l
del Silencio,
que
l
as
personas están atentas a
l
as
opinione s
de su entorno para
con strui r
la
suy a, ningun o
de los autores a los que
hemos hechos
al usió n nieg a la
existencia
de
la categorí a opin n pública ,
pues cada
quien le da un
signi ficado , s i
bien
di f
erentes
y
contra puestos ,
pero lo hacen,
reconociendo de esta manera; por lo
tanto,
la opin n públic a
es un fenómeno
psico social , cultur a
l
y
polí tico ,
qu
e
querramos o no manda en nuestro modo
de
concebi r las
cosas, el mundo y todo lo
que sucede alrededor nuestro.
La opi nió n públic a,
como hemos visto
ha sta aquí ,
tiene una
relació n
p
ermanen
te
con
la situació n ec onómica ,
política,
ideológic a
y comunicacional,
espacio-escen ario,
en el
cua l
estamos o no
implica dos
y, en el
cu al, particip amo s
de
una
u otra
f
orma,
bien como actores
act ivos ,
como
pas ivos ,
como
conse rvadores
o
indife rentes ;
estos
estados expresan no solamente los
senti dos afectivo s
o
emocionale s
sino
además
opi nione s carga das
de
ideolo a
,
polític a
y economía.
Diga n
lo que
dig an
los autores aq
mencionados , hasta
L
uhma n
n
l
a
gran
may oría coi ncid e
con
la exis tenci a
y
funció n
que
cumpl e la opinió n públic a
en
el
sistem a
y ordenamiento democrático,
apuntal ado
por el poder
polític o
y
ecomico; por lo tanto, nosotros
creemos que
la e xistenci a
de esta
“reali dad, así
esté solo en nuestra
mente es
objetiv a,
en tanto, es terca y
obstinad a
porque aunque
se a gaseos a
e
id ealiza da” ,
es
fu nc iona l al sis tem a
y
s i
rve
como base, medio y
fi n a l mi smo ,
en
la
medida que lo sostiene y lo
din amiz a
a su
semejanza -espejo;
lo
referido hast a
aqu
í
entonces
im plic a
de nuestra parte
reconocer
tambié n
que
la opinió n
pública
está
ahí,
aunque no se le pueda ver ni
tocar, porque
funci ona
en el escenario
político ,
ecomico y
comunicacion al,
en
concreto, es parte del
engran aje
del
sis tem a polí tic o
y ecomico.
E s
cierto que,
la comunicació n,
la
democr acia
y
la opinió n públic a inte ractú an
junto s
y n más
s i
a ello le
agregamo s
la
situ ació n potic a
y
electo ral
se convierten
en los
pilare s
que
sostiene n
a cualesquier
sis tema socioeconómic o
y
político ,
en
la
medida que son elementos que
sir ven
no
solo, para
la super vivenci a
del
si s
tema
democr ático,
sino además, para
regu
la
r
,
contrapesar y
co ntro lar la vida
social,
económic a
y
polític a
en un ps.
Como
colofó n al
tema creemos
pertinente hacer mención a Robert Dahl,
en su obra On Democracy (1998) uno de
los
especiali stas
más connotados en los
temas de
polític a
y
democ racia,
este señala
que:
La democ raci a
y el
sistema
político
provee
las oport unida des
para: a) Una
efectiv a participaci ón,
b)
I
gual d
ad
en el
voto, c) Para obtener un entendimiento
muy
fundament ado
sobre lo que sucede
en los
asunto s públicos ,
d)
Ejerce r
control
efectiv o
sobre
la agend a
no solo de lo que
se
discut e
como
po ticas ,
sino
también
de
lo que se
ejecut a
como proyectos de
gobiern o
y, e)
Incluy e
a todos los
ad
ultos.
Dahl ,
entonces
pri oriz a
l
os
aspectos de
equidad,
informaci ón
y
particip ac n
en los
aspectos
públicos ,
que le
interesan
a los
ciudadanos , sin
dejar de
l
ado
estos
aspectos ,
debemos
indica r
que a nosotros
nos
interesa
para
la
presente
investigación lo
relaci onad o al
proceso
electo ral,
el
cu
al
está
vincul ado
con el
periodi smo elector a
l,
en el
cua l
el autor
hace hincapié
manife stan do enfá ticament e
que
la
igual dad
en el voto y en
la pa rticipaci ón
en
asuntos
de interés
soci a
l
de parte de
la
població n
en su conjunto son temas
inso slay able s
que no pueden estar
al
margen de esta coyuntura.
El Antoniano
130 /
junio
2015
144
L a com unica c n
po
tica
PERIODISMO Y
ELECCIONES
EN
EL
PERÚ
El
proceso
elector a
l
o de
elecciones
está
vincul ado directa
e
indisolublemente a
l
sistema electo ral,
el que
va
a
pe rmitir la
elección
de
ta
l
o
cual candid ato
para
la
presidencia
de
la re pública,
el congreso,
la
alcal día
o
la región,
es
deci r,
todo está
implica do
con
los parti dos políticos,
los
medios
de
comunicación
y
la
opinión
pública,
de
igu a
l
manera, está
vinculado
y
relacio nado
con
las
normas,
las
que en
última instancia regul an las elecciones,
acto
que se
articula
en
los
votos,
los
cuales
“E n
esta
nueva
coyuntura
son
los medio s, los
que
siguen impon iendo
la
agend a
y
los
derroteros
de
la vid a polític a
económica
y
social ,
a
los cuale s
los
ciuda dano s (opin ión
pública)
debemos
adscribi r
nos.
deciden las preferenci as
de
los
electores y,
por
co nsiguiente, la selecci ón
de
los
mejores
candidatos
para ocupar
los diferentes
cargos
funcion ales
a
nivel
del estado y del gobierno.
Como
señalaba
en
algún
momento de
la
his toria,
—nos
referimos
a
Lenin la
prensa
se ha
convertido
en el
único
vehículo
portavoz
por
excelencia
del
p
oder
económico y
político
que
dirige
con
desfachatez
y de modo
humillante
a millones
de
personas, imponiéndoles
por medio de
los
discur sos gran dilocuentes, bañad os
con
la
sutileza
del engaño,
sus programas, planes
y
proyectos
que han
sido
exprofesamente
preparados y hechos a
la med iada
de su
visión,
con el propósito
consabido
de que los
hagamos nuestros
y
los
aceptemos como
si
nosotros
los hubiéramos
propuesto.
La comunic ación política
en esta
orient ación
empata con
la opinión pública
y
el
perio dismo electo ral,
particularmente
—en
las elecciones ,
en tanto, estos tres
facto res
y elementos
engarzan,
simplific an
y
reproducen el
sistema democ rático ”;
es así,
al fin a
l
de
cuentas
como en base a esta tríada
es que
f
unciona
el
sistema
económico,
social,
político
e
ideogico
que es encarnado a
través
de
los discursos
y
mensajes
que se
trasmiten
por
los
medios de comunicación
masi va,
estos como
dijimos líneas arriba al
final, pasan
a ser
los sujetos
y actores activos
de
la acción política
y de
la vida
nacion a
l.
Respecto
a
la
prensa y
las
elecciones,
creemos pertinente en esta oportunidad
retomando lo
desa rrolla do al inicio
del
presente
traba jo,
y
al
haber hecho
alusi ón
a
un
clá sico
de
la opinión pública
como es
Vladímir Ilich Lenin
y
siguiendo
esta
línea
en
esta
oportunidad
nos
permitirnos
conocer a
través
de su obra
Histo ria
y
Ctica
de
la
Opini ón blica
a
Jürgen
Habermas,
sociólogo alemá n, quien dice
que
gracias
a
la
exis tencia
de
la
prensa en
Inglate rra
se
estimuló
el debate de
los
temas públicos.
Adem ás manifiest a
se
propició
que el
parlamento inglés die ra
mayor
publici dad
a
sus decisio nes
y tomara en
cuenta
más
opiniones,
lo
cual
se
constituyó
en uno de
los catali zado res
de
la democr acia
en el
mundo occidental.
No se debe
olvi dar
que el
origen
del
periodismo
como actor
político,
se presenta
en
función
a
la a parición
y
con solidaci ón
de
los
estados modernos y
l
a burguesía
a partir
del
cuestionamiento
de
los privilegi os
de los
cuales goz aba la nobleza
feud a
l
y las
monarquías,
y es
precisamente,
en ese
contexto que aparecen
los parl amentos, as
í
como,
la exp ansión
y
consoli dación
de
la
economía
capitali sta. Si bien la
prensa en este
incipiente sistema
en
sus inicios fue
medio de
tra nsmisi ón
de
avisos comerciales
y
El Antoniano
130 /
junio
2015
145
L a com unica c n
po
tica
decisio nes gube rnament ales,
en el
siglo X V
III
se
convierte
en un
espacio
para el debate
político
e
ideogico,
medios
aunados
a los
ahora modernos que se ha
converti do
en
signific ativos
para
info rmar
y
comunica r,
es
deci r,
estos se han
constituido
ahora en
espacios
y
plat aform as
para el debate político
y, sobre todo en
media dores importantes
del
sistema.
Después de haber
realiz ado
un recorrido
sobre
los
temas en
cuestión,
que a nuestro
modesto
criterio
son
picos transversales
y
artic ulados
entre
sí,
creemos
necesario
a
est as alturas
del
desarrollo
del
pr
esente
traba jo, trasladarnos
a
nuestra realidad,
a
nuestro
país
y de este modo abordar
aspectos
que tienen
vinculación directa
con
la comunic ación polític a, la opinión pública,
el
perio dismo electo ral
y
los
procesos
electorales.
A l
respecto,
Ju an Ga rgure vich
en
su
artículo El
periodismo elector a
l
señ ala:
lo que sucede desde hace
unas
pocas
semanas
en nuestro
periodismo,
es que
la
s
pri meras ginas
han comenzados a
aband onar las
notas
policial es
y
los
dramas
humanos en
general,
para
enfrascarse
en
l
os
prelu dios
de
la borr asca elec toral
que se
avecina”.
Al
empezar
ya
a
vivir la fiebre electo ral
de
las próxim as eleccione s,
es creo necesario
recordar lo que
acabamos
de
vi vir
con
la
alcal desa Villar án,
con
Nadín
Heredia, con
los
procesos de
revocación
a
nivel nacional
y
ahora, con
la partici pación
y
reaparición
de
otroras actores
tradicionale s:
pepecistas,
apris tas, acc iopop ulistas,
nacionalistas,
fujimontesinista s,
entre otros,
quienes
han
comenzado a
rea lizar campañas
y a ofertar
sus
productos
candidatos,
para atraer y
gan arse la simp atía
de
los
consumidores
—electores—,
utili zando las
tribun as,
estrados y
escen arios”
de
los
medios de
comunicació n,
actores
intermedi adores
que
sirv en
de
plata forma
y
espac io
para
l
a
actuación
de
los “nue vos candid atos
y
político s”, reciclados
y
reenc auchados
solo
en
l
a forma,
aspecto que ha
reem plazado al
fondo
o
contenido,
con lo que en
la
práctica
se ha
tras tocado la forma,
l
a
que ahora
cumple
el rol del
fondo
o
contenido,
y
est
e
ha
sido relegado
y
convertido
en forma.
Los
antecedentes
his tóricos
del
periodismo
nos han demostrado que el
mejor
espacio
y
escenario
para
las
elecciones
y para
los cand idatos
y po
lí t
ico
s
que aspiran
lograr nuevos
puestos de
trabajo,
como
presidentes
de
la república,
congresistas,
alcal des, presi dentes regionales
y, como
consejeros
y
regidores,
lo
constituyen
los
medios
de
comunicació n, los
que por cierto
ya
comenzaron a
calent ar
el
ambien te
del
proceso
elector a
l
que se
avecin a;
en esta
nueva coyuntu ra
son
los medio s, los
que
siguen imponiendo la agenda
y los
derroteros de
la vida política econ ómica
y
soci al,
a
los cuales los ciuda danos
(opinión
pública)
debemos
adsc ribirno s. Aq
es
neces ario enf atizar
que
los
dueños de los
medios
de
comunicación
y
sus actores
de
turno”,
se han hecho más
vis ibl es, al
haberse
convertido
en
los media dores
del
ordenamiento
socioeconómico
y político
predominante.
En consecue ncia, los medios
de
comunicación
en nuestro
país
en
las
últimas
coyunturas
han
cumplido
un rol
d
e
media dores, defen diendo los intere ses
de los
sectores
dominantes convirtiéndose
ahora
en
los
sectores de poder, que
imponen
a los
candidatos cual protagoni stas principales
de
una
novela,
en
la medi da
que determinan
quienes van
a ser
los
nuevos
presiden tes
y
quienes los congresi stas,
entre otros, sino
observemos lo que está
sucedie ndo
con
Humal a,
que
v
irtu a
l
y realmente ha sido
secue strado
por el poder de
los
medios de
comunicación imponién dole la
agenda.
En
este
panorama
vemos como a través
de
los
medios se ha empezado a
darles
más
tribuna
y
espacio
a
los
actores más visibles
del
A PRA,
del
Fujimori smo
y del
PPC,
ello
creemos que no es
gr atuito ni casual,
puesto
que
los medios
de
comunicación
en común
acuerdo, —creemos— han
deci dido
dar
tribuna gra tuita
a
los líde res
apristas
princi palmente, los
que se han
convertido
en
jugadores
de
la
derecha y, que por cierto,
El Antoniano
130 /
junio
2015
146
L a com unica c n
po
tica
jueg an al com pás
del poder económico y
político,
en tanto yen cuanto, representan
los nuevos
actores
subalternos,
es
dec
i
r
, a los
antiguos
y nuevos actores
dominantes
de
nuestro país.
Los
medios de
com unicación
en el
decurso de
las camp añas
y de
los
procesos
electorales,
que se han
producido
en
nuestro
pa ís
han
servido
de plataformas,
tribun as
y
escenari os
por medio de
los
cuales
han
logr ado
acceder
al
poder
los
candidatos
oficiali stas
del
sistema predomin ante,
sino
recordemos lo
acontecido
en 1915, cuando
Leguía utili zando
el
dia rio “El
Tiempo
“Ho y
observamos
impávi dos
y mudos
com
o
los medi os
de
comuni cación
están
secuestrados
y
adsc ritos
al
poder económico.
socavó
a
l
gobierno
de Pardo y, en 1919 ganó
las elecci ones;
recordemos
también
como
“El D ía”, sirvió
para promover
la
cand i
datura
de
José
Pardo (en este tiempo Mariátegui
lan La
Noche
para
contrarrestar
estos
diarios).
El dia rio Exp reso,
en 1961
inició
su apoyo
a
Bel aúnde, quien accedió al gobierno
en
1963,
mientr as
que, en 1980
la
izquierda
creó
e
l
“Diario Marka”,
que
jugó
un papel
importante
en
la coyuntu ra electoral
cuando
Belaú nde ganó las elecciones;
entre tanto,
Fujimori
y
Montesinos subsumieron
a los
diar ios ch icha: Ajá”,
T
rome
”,
“El
Chino”,
así
como
captura ron
y
secuestr aron la televisión
e
hicieron
de
la suya.
Hoy observamos
impá vidos
y mudos como
los
medios de
comunicación
están
secuestrados
y adscritos
al
poder económico.
LOS CAND IDATOS Y
LA
PROMOCIÓN POLÍTICA
Marshall Mc Luhan
en su obra:
“Comprender
los medios
de
comunicació n
:
Las ext ensiones
de
l
ser
huma no”,
señalaba
visiona riamente
lo
siguiente:
“Con
la
televi sión decí a, llegó
a su
fin la
votación
política
en bloque,
forma
de
especializ ación
y
fragmentación
que no da
ya resultado.
En
lugar
del bloque de
votantes,
tenemos el
ícono,
la imagen exclusi va. En lugar
de un
punto de
vista
o
progr ama político, tenemos
la
postura o
la p osición política inclu sive.
En
lugar
del producto,
la elab oració n”.
Sabias
opiniones
de
Mc Luhan,
hoy pese, —como
señalábamos—
a que
vivimos
en un nuevo
contexto
mundializ ado
por
la
tecnología
comunicacio nal,
se
sigue utili zando
para
vender
candi datos las mismas técnicas que
son
utilizad as
para vender productos,
tarjetas, bebidas, alimentos
enlatados,
juguete s,
ropa
interior;
s
i
bien,
remarcamo s
no es
posible
vender un
candidato
como vender una
tarjeta
de
crédito, también
es cierto que en nuestro
país,
se está
u
ti l
izando
esta
estrat egia
de
l
mar keting recu rriendo
a
la
televisión,
escenario
y
plat aforma
de
la política
y de
la
economía,
de
la política
del
simul acro
y, de
la
telenovela.
La nue va forma
entonces, de
hacer
p
olítica,
es a
través
de
los medio s
de comunicación
fundamentalment e hoy
en
día, vía tele visió n
e
internet
(redes
sociale s), plataformas
q
ue
priv ilegian
l
as
cam paña s políticas basa das
en
e
l
ataqu e, la hua chafer ía, la
moda,
mostrando
l
o
bueno,
bonit o y lo mal o
de un
candid ato;
para
ta l fin ,
un
candidato
es
diseñado
como se
dis a
un producto,
el cua l
tiene en su haber
determinado s atributo s y bondades ,
que
cauti van y encan dilan
a
l
electorado;
así
mismo,
como
una marca , una identida d,
un
estilo ,
un
ser que embelece, producto que puede ser
adquiri do y consumid o
a
través del
voto,
proceso en
el cual , el candi dato
es un
producto
y, los electore s opinió n
blica
los
consumidore s
o
compr adores ;
aquí
no se promueven
programas , planes,
i
deari
os,
no se
convoc a
desde
los parti dos,
pues
lo únic o
que se
privilegi a
es
al elec tor
como consumidor
objetiv o
de un producto
creado a
imagen
y
semejanza
de
lo
que
le
intere sa
a
los
votantes.
Este
proceso
configur ado , y
recreado
por
la
televi sn ,
donde
deamos
que
el
candi dato
ha
sido convertido
en
producto-
marca, para
ser
vendi do y con sumido ,
se
le
conoce como
mar ketin g polític o,
esta
técnic a
procesa
cand idato s
que son
diseñado s
visib iliza ndo
sus
cualid ades,
minimiz ando sus defecto s
y
proyectan do
una
buena
image n
a
tras
de lo
afecti vo y
emocional, reduciend o
de esta
maner a
a
la
nim a expresió n
lo
auténticamente
político ,
pues
las ide as
pobres,
la falta
de
consistenci a
de
los planes
y
programas,
son
los actores principales
q
ue
inund an el “merc ado político ,
empobreciendo
reiteramos—
de esta manera
la polític a:
as
í
mismo , hay
que poner
hinc apié
que
todo ello
sucede , sin emb argo, tamb n
es
verdad
que
la
televi sión
no ha
eliminad o las
f
igur a
s,
lugare s,
y otros
aspe ctos ; al
contrar io, la
televisión remoza,
recicl a y
hace
el milagr o
de reconvertir
y rel anzar
todo
lo
que
le
es
úti l y le
es
necesario.
Un
candidato político,
representante
de
un
grupo
político,
no puede
promoverse como un producto
lácteo,
en tanto, no es una
lata
de leche.
Es te
candi dato
o aspirante a
polí tico
no debe
ser
vendido , sino
se le debe presentar
como una propuesta
política
amplia
y
plu ralis ta;
propuesta que debe
tener en
cuenta
cómo este
va
a
dirigir
y
admini s
trar
el
paí s,
as
í
mismo,
como
representante
intercomunic ador
de una
manera de pensar, una
filosofía
y
doctrina
y, un
estilo
diferente
de
vida,
es
deci r,
como ejecutor
pctico
de
los proyectos
y de
los planes
que
propone su
movimiento
o partido.
El pa rtido
o
mo vimiento político
que
encabeza
un
candidato
tiene
propó sitos
de
comunicació n,
tan
igual
a cualquier
organiz ación,
empresa o
institución,
por
estas
razones es que el
objetivo
especí fico
de un
candidato
debe
orientarse
a
concit ar
el
reconocimiento
de
los postulados
de su equipo, el
aliento
a
sus propuestas
y
la
adhesión
a
su
movimiento
e
ide ario;
por lo tanto,
creemos que
al
hacer uso de
la
publicid ad, la pro paganda
y
la
promoción, como
procedimiento s,
no
se debe
afectar
los
aspectos éticos,
morales
y
deontológicos
de
las personas
y de
las
organizaciones.
Es conveniente señalar
que un
partido
político,
un
candid ato político,
no puede
utiliz ar
solo
técnicas
publicit arias,
tampoco
encar ar
glob almente cam pas
de
“Ma rketing ,
sino
además, debe tener en
cuenta
que
la acción
de
la
comunicación
política
tiene que ver con
valore s,
actitudes,
costumb res, cultur a,
filo sofía,
necesid ades
e
intere ses,
y por
consiguiente,
cualquier
elección necesita
de
planeamientos
y, por lo tanto, se
debe
integrar racional
y
eficientemente
la comunicación política
en este proceso.
Por todo lo
señal ado, la
estrategia
de
la
comunic ación
en
la
vida
política
estamos
seguros
debe
esforzarse
en
foment ar
y
atraer
la atención,
el
interés
y
la
prefe rencia
de
los
electores, —opinión
blica
persuadiéndolos.
Finalmente , los partido s y
movimientos
político s
por medio de
sus candid atos
deben en este
contexto,
comprender
la
nece sida d
de
gan ar la co nfian za y
credibilid ad
de
la
opinn
pública ,
proponiend o progr amas y
proyectos
ejecut able s y realis tas para logr ar la
aceptación
soci al.
Toda
estrategia
tiene
que
orientarse
y
dirigi rse
fundament alment e para
que
la
ener
a
comunicativ a
mensajes actúen
no
solo como
dobl e vía, sino ademá s vela r y
hacer
reali dad
que
conjug uen el deci r
con
los
hechos, por eso,
el discurs o
debe
estar
diseñado
y preparado
par a ayuda r al
electo r
a conocer y comprender
la
propuesta
polític a del parti do
o
movimient o político , el discur so
debe,
cr
eemos
incidi r
en
los asunto s
de
mayor
importancia
para los electore s
o
votante s y,
por
último ,
el
discu rso
debe
plante ar los
lineamiento s
de
polític a
de modo
claro,
transparente
y entendible.
CONCLUSIONES
La comunic ación polític a, la
opinión
pública
y el
perio dismo electo ral
son
aspectos importantes
que tienen que
ver
direct amente
con
la vida m aterial,
soci a
l,
cultur al, psicológica, espi ritual
e
intelec t
ual
de
los
seres
sociale s,
en
la medida que
esta
tríada juega
un rol
determinante
en
la
vida polític a,
económic a, social
y
comunicativo
de
un país.
El
uso de
la nue vas tecnología s,
satélites,
fa x,
redes
sociales,
televi sión
por cable,
Internet
y,
otros
medio s,
pueden formar
intern alizam os
este hecho
y, sí
logram os
a
tras
de
los medios ,
admini strar
con
serie dad,
responsabilida d y comp romis o
la
comunicació n polític a,
estaremos
los
comunica dores sociale s
contribu yend o
y
coadyu vando
en
la con solidació n
de una
verdadera
democracia.
La comunic ación política
está
ligada
a
la
estr ategia, al
proyecto
político,
a
l
cand idato, así
como a
las propu estas,
las que
pensamos
deben
cal ar
en
la
conciencia social
de
la opinn
pública.
La comunic ació n polític a, la opinió n
públic a
y
el perio dismo electo ral,
cumple n
un rol
condicion ante y
a
la
vez
determin ante
en
la
vid a soci al,
ecomic a, polí tica,
cu
ltura
l
y
comunicati va,
en
la vida
de
los
peruanos.
L a
comuni cación
política está
l
igad a
a
la
estrategia ,
al
proyecto
político ,
a
l
cand idato,
as
í
como a
l
as
propuestas , las
que
pensamos
deben
cala r
en
la
concie ncia socia l
de
la
opinió n
b
li c
a.”
una
ciu dad anía segura
de
mi sma
e
instrui da, capaz
de tomar
sus
propias
decisio nes sin
que sea
influenci ada
p
or
estos,
a
actores
mediadores
del pod
er
político,
económico y comunicativo.
Las cam paña s electoral es está n
orientada s
y
sustentada s
en
lo genera l
por
l
as
promesas,
las
que por
cierto
nunca
son
cumplida s
por
los
di f
erentes
candi datos, los
que apelan
continuament e
a
nuestro s estado s
afectivo s
y
emocionale s,
as
í
como a
nuestra
memoria
frági l para logr ar
nuestro voto.
La democ racia
no es
sino
comunic ación ,
¡
no
manip ulacn !,
a
parti r
de
esta precisión
si
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