(hiperostosis porótica, osteofitosis,
tuberculosis, hipervascularización). Es
importante también el “Estudio
bioarqueológico de cráneos chancas y
quichuas del periodo intermedio tardío,
Andahuaylas- Apurímac”, tomando como
muestra 68 cráneos (Argoña y Monteagudo
2018).
En otra línea de estudio es importante
también las investigaciones de antropología
molecular aplicada a restos óseos de los
descendientes de los incas. En este terreno,
la antropóloga e historiadora española María
del Carmen Martín del Rubio, quien ha
desarrollado varios trabajos de exhumación
de probables descendientes en las criptas
coloniales de los templos de Santo Domingo
y San Cristóbal, pensando hallar los restos
de Topa Amaro y del inca Paullo Inca. En
este terreno se encontró osamentas,
actualmente la investigadora ofreció un
estudio de ADN que todavía no ha
informado (Martín 2002, Calvo 2016). En
este terreno la investigación de población
incana todavía es un vacío, debido también a
que no existe evidencia de los restos óseos
de los incas gobernantes (Calvo 2016).
Se tiene también otras líneas de
investigación, como el estudio acerca de la
adaptación y fisiología del cuerpo de los
pobladores andinos puede ser
complementario a los estudios de Monge
(Broocke 1971), otro es la deficiencia
endémica de yodo en los Andes y sus
consecuencias psico biológica (Pollitt 2000).
Estudios etnológicos y de antropología física
ya no son realizados, aunque, no falta esta
inquietud, como el que emprendió el
odontólogo Luis Dávila Negrón quien
realizó un estudio odontólogico de la
población Qero en sus propias comunidades.
En su estudio estableció interesantes
aspectos costumbristas incidentes en la salud
dental, por otro lado, estudió, patologías
buco dentales. Diseñó un diagrama maxilo
dental, estableció la oclusión, articulación y
dimensión vertical (Dávila 1993).
En general, todas estas investigaciones
permiten conocer las características
fisiológicas del cuerpo, como su exposición
a los tratamientos, a los factores ambientales
y socio culturales incidentes en su salud y
enfermedad.
Actualmente tiene desarrollo también la
Antropología Forense. Esta especialidad se
viene operativizando profesionalmente en el
área de Medicina Legal del Ministerio
Público en el Cusco. En esta área viene
laborando el antropólogo forense Alejandro
Rodríguez Zegarra. En su formación luego
de estudiar Antropología, siguió la segunda
especialidad profesional de Antropología
Forense, con lo cual se habilitó para ejercer
función contribuyente a contextos legales
criminalísticos en la identificación de los
restos óseos humanos. La finalidad de esta
especialidad es contribuir en la
identificación de los individuos anónimos y
al establecimiento de datos que pudieron
intervenir en la muerte de estos dentro de
contextos criminalísticos. Según Alejandro
Rodríguez, más allá de contribuir a los