El Antoniano
129 / marzo 2015
ISSN
2223–3067
(edi cn impresa)
/
ISSN
2223–8662
(edici ón
on–line)
15
DE LA
SA T
ISFACCIÓN
SOCIOECONÓMICA
A
LA
SATI SFACCIÓN PSICOSOCIAL
BIENE STA R E
IDENTIDAD
Gustav o Valdivi a River a
1
Resumen:
E l
presente es un
estudi o
que
explor a la
mente
trabajando
en contextos
so cioculturales .
Explic a
cómo
la c oncien cia
y
la personalida d integra n la s fun cione s psíqui cas
para
la
adaptació n
y
desarroll o indi vidua l
y
grupa l
a
tra s
de
la
satisfac c n
de
necesidade s
y
aspira cione s
para
logra r
el
bienestar . E inve stig a
el
impact o
de
la satisfa cció n
c
omo
fundament o
de
la identida d
colectiva.
Palabra s claves : Bienesta r
y
Satisfac ción . Medi o S ocia l
y
Estil o
de
Vida . Migraci ón
e Identidad.
Abstract:
Thi s is
a
stud y
that
explore s
the
min d workin g
in
so ciocultura l cont ext s. Explai n
how
con sciousnes s
and
personalit y integrat e menta l functi ons
for
adaptatio n
and
individua l
and group development
throug h
the
satisfacti o
n
of needs and
aspiration s
to
achie ve wellnes s.
And
investigate s
the
impac t
of
satisfacti on
as the
foundati on
of
colle ctiv e
identity.
Keywor ds: Welfar e
and
Satisfacti on. Socia l
Environment
and
Lifestyl e. Migratio n
and Identity
El Antoniano
129 / marzo 2015
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/
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2223–8662
(edici ón
on–line)
16
De
la satisfacción socio econ ómica
a
la satisfacción psico s
ocial
E
Los nivele s
de satisfacción
que el hombre
alcanz a,
no
sólo dependen de las
condici onante s
externas,
sino también
de
la s
internas,
de su
autovalora cn
y
l
a
jerarqu ía moti vacio n
al
.”
1. DE
LO MACROSOCI AL A
L
O
MICROSO C
IAL
1.1 Del Medio
Social
al
Estilo
de Vida
l
modo de
producci ón
se
refiere
a
la
consecución
y
elab oracn
de
los
medios
necesarios
para
sat isfac er necesidades
b
ásicas
en
relaci ones sociales
históricamente
determin adas.
El
concepto de formación
socioeconómica
es más
circunsc rito
y
concreto:
pa rticula riza los
modos de
producción
de un determinado espacio
geográfico
(un
país,
por ejemplo):
convi vencia
de
diferentes tipos
de relaciones
de
producción
con una de
ellas
actuando
como dominante.
“En
el medio
social
estos elementos de
la
form aci6n
económico
soci a
l
cobran
vida
a
través
de
los
más
diversos
aspectos:
demogr áficos, étnicos,
psicológicos,
indivi duale s (Kon
y
Predvechn i,
1979.; 39).
En
el medio
social
se
desarrolla
un modo
d
e
vid a: “la
apropiaci ón acti va
por el individuo
de
las condiciones soci ales
de su
vid a (
K
ellé
y
Kovalz ón,
1985; 241).
“El
conjunto
de
relacio nes práctic as
con el medio
soci a
l
es lo
que
constituye
el modo de
vi da
de
la
personal idad (Pred vechni
y
Kon,
1979; 39).
Es la
manera por
la
que
los miemb ros
de
la
socied ad utili zan
y
des arroll an las
condiciones
de
vi da
con
repercu sn sub jetiva
traducida
en
satisf acción
o
ins a
tisf a
cción.
El
modo de
vida
puede
enfocarse
en un
nivel
de
análi sis gené rico
y en otro
par
ticula r
:
en éste, el
indivi duo
es
sujeto
de su
estilo
de
vid a,
como componente subjetivamente
determinado del modo de
vida,
del
cual
es
parte o subsistema.
El estilo
de
vid a,
son
las Formas
de ser,
tener, querer y
actuar compartidas
por un
grupo
significati v
o
de
person as
que
“comparten algunos aspectos
socio
demogr áficos
(edad, sexo,
cla se soci al,
etc.);
psicol ógicos (actitude s,
motivaciones,
intereses),
de
comportamiento
(trabajo,
compra, consumo,
diver sión);
de
‘equip amiento
(qué posee ycómo lo
utili z
a);
y
eventualmente, hasta la infraes tructura
que
usa
(zona
de
vivie nda, acceso
a mercados,
escuel as, etc.)” (Arell ano,
2000; 48). Incluye
form as
y
hábitos
de
relaciones
personales,
hospitali dad, forma
de
vestir,
uso de útiles
domés ticos, higiene perso nal,
cultura
sanitari a, rec reación
y
acti vidad
cultur a
l
y
polític a; refleja valores
y
vi sn
del mundo. Es
una
forma crista lizada
pero
reajustable
de
adaptaci ón,
desde
la
cua
l
el individuo
enfrenta
el
ambiente
y
busca salir
airoso
hacia
el
logro
de
sus
objetivos.
Con el enfoque de
las condiciones
de vida
se puede comprender el
carácter
d
e
´subsistema
funcion a
l
dinámic o
´
del
estilo
de
vida
en
la rel ación sujeto
modo de
vida,
y
acerc ar la categoría condiciones
de
vi da
a
la
De
la satisfacción socio econ ómica
a
la satisfacción psico s
ocial
El Antoniano
130 /
junio
2015
17
psicol ogía:
es el
conteni do
genuinamente
psicol ógico
del modo de
vi da (Palaci os,
D.,
Castro, C. y
Reygada s,
D.; 2005). Está
regu lado
por
la pers onalidad
y representa el
conjunto
de
conductas
del
individuo
en su
medio social.
1.2 Condiciones de
Vida
y Nivel de Vida
En
el
ámbito individu al, las relacio nes
del
modo de
vida
yel
estilo
de
vida
se dan a
través
de
las con diciones
de vida,
determin adas
por
el tiempo
histórico
y el
escen ario natural,
social, cultur al,
económico y
político;
tanto
como por
los
eventos en
escenarios
más
específicos
en que transcurre
la vida
de una
persona, produciendo subjetividad.
Son
las condiciones reales
en que los
hombres producen y reproducen su
exis tencia social
e
in dividu al;
su
natu raleza
es
pluri determin ada.
Contiene elementos
materi ales
y
espiritu ales. E ntre
las
condiciones
de
vida están: trab ajo,
vivienda,
atención médica, alimentos; exis tencia
de
centros
cultur ales
y
deportivos,
saneamiento
ambient al,
transporte, comunicaciones.
También
un
ni vel
de
las condiciones
de
vida
es
resultado
de
la activid ad
del
sujeto
y
su
personalidad,
su
autodetermin ación
y
decisio nes
y
elecci ón
a
partir
de su
desempeño
soci a
l.
El
desarrollo económico
está relacionado
con el concepto de
nivel
de
vida
cuyos
indica dores giran básicame nte
alrededor
d
e
los
ingresos
yel consumo.
Esto forma
parte de
los
componentes de
la calidad
de
vi da
y el
bienest ar
humano.
El ni vel
de
vi da
es el
grado en que se
sa tisf acen las
necesidades
humanas expresadas
a
trav és
de
i
ndi c
adore
s
cuantitativos
de consumo.
1.3
La Cali dad
de
Vida
y el Bienestar
La Calidad
de
Vida resul ta
de
la
compleja
inter acción
entre
f
actor
es
obje tivos
y
subjetivos; los primeros constituyen
las
condiciones externas
(
económica s
,
socio política s, cultu rales, ambient ales,
etc.)
que
facilitan
o entorpecen el
desarrollo
de
la
pers onal idad. Los factores subj etivos
están
determin ados
por
la valor ación
que el sujeto
hace de su
biog rafía
en
función
del
nivel
de
satis facc ión
que
alcanza
en
las es feras
más
importantes
de su
experiencia
y el
ni vel
de
corresponde ncia
entre
las aspi raciones
y
expectativas traza das,
y
los
l
ogro
s alca n
zados.
Los niveles
de
sati sfacción
que el hombr
e
alca nza,
no sólo dependen de las
condicion antes extern as, sino también
de las
internas,
de su
autova lorac ión
y
l
a
jerarqu
ía
motivacional.
De
la diferenci ació n
de componentes
obj etivos
y
subj etiv os
es que se han
plan teado
los enfoques para
la
medición
de
la c alida d
de
vi da:
uno centrado en
variable s objetiv as
externas de corte
sociológic o
y económico y otro centrado
en
la dime ns n subjeti va
por
la
percepción y
valor ació n
de
la
sa t
isf a
cción
del sujeto de su
pro pia
existencia.
La cal idad
de
vida
está
vinc ulada al
funcion amiento
de
la socied ad,
a
las
normas
y
valor es,
pero sobre todo a
las
asp irac i
one
s
y el
ni vel
de
satisf acción
con respecto a los
dominios
más
importantes
en
los
que
la
persona
desa rrolla
su vida.
La satisfacción
es un estado
mental,
una
apre ciación valorat iva
de
algo capaz
de
provocar goce
o
disfrute implicando
un
complejo cognitivo afecti vo,
sea en sectores
especí ficos
o en una
percepción
genérica.
Suele denomin arse
´
felicid a
a
l
Bienestar
Subjeti vo,
a
la vi vencia
de emociones
agrada bles
más que
desagra dables,
a
la
reali zación
de
acti vida des inte resa ntes
y de
satis facc ión
con
l
a
vida,
y a su
correspondiente
evaluación (Cuad ra
y
Florenzano,
2003; 85).
1.4 Adaptación y Socialización
La socieda d
es un conjunto permanente
y
organi zado
de
indi viduo s
y grupos que
interactúa n
con
diverso s fine s deriv ado s
d
e
disti ntos nivele s
de
necesidades.
En el
De
la satisfacción socio econ ómica
a
la satisfacción psico s
ocial
El Antoniano
130 /
junio
2015
18
proceso de
satisf acció n
de necesidades
desa rrolla n trab ajo,
como producto de lo
cua l
se crea
cul tura . La cultu ra
es el hábitat
y el recurso de
adaptació n
y
desarrollo
del
ser humano.
En esta
inter acció n
acontece
la
ada ptació n
del
individu o
y los
grupo s
en el
transcurso
de su
vid a
y de su
histor ia
por
adecu ació n
entre
la
estructura
socio ambienta l
y
la estructu ra
de
la
pers onalidad
a
trav és
de
l
a
socialización
por
incorpor ació n
de un
sistem a
de actos
e
idea s
mediante experiencia,
comunicació n
y
aprendi zaje
para
vivi r
y
des arroll arse
en un medio social.
Por
adaptaci ón
se producen
modific aciones conductuales
que mejoran
prog resiv amente los vínculos
persona
ambiente
en
referencia
a
sus nece sidades
y
metas en el marco
dinámico
de
las
normas
de
la socieda d. Es to incluye
cambios,
progresione s, detenciones
y regresiones;
resig nificación
de
situaciones escrutando
sus
ame nazas, riesgos
o
desaf íos,
reevaluando
acciones pertine ntes
y
alter nativas
con
argumentos
que corroboran o refutan,
jus tificaciones
para superar
vacilaciones
y
obstáculos
y
crisi s.
´Ca
libra r
´
es intentar
mayor
precisión, funcion alidad
y operatividad
del
indi viduo
en el
ambiente
(Moreno
Rodríguez,
1999).
El
resultado
es un
‘estilo
de
vid a’,
que
car acteriza al indi viduo
(en su consistencia
comportamenta l)
y
dirige
su
conducta
(su
plan
de
vida, las estrate gias
que adopta para
cumplir sus
metas},
descrito
no sólo por
cuánto
tiene
sino
por cómo lo
utiliza
para
alca nzar sus objeti vos,
en un
ambien te
que
impide
o
f
acilita
sus
logros.
Ada ptarse
es conocer
los formatos
del
entorno y
calibr ar la in teracción
en un
escenario;
o bien, saber q papel
representar en un contexto, en
los
trances
de un
argumento
de
aproximación
o
alejamiento
de lo que quiere y
busca
y de
sus consecuenci as,
una
rel ación
entre su
visi ón
y su
misión
en una
secuencia
d
e
argumentos
y
escenarios
con
la conciencia
y
la pe rson alidad
como
funciones
integradoras
para
la regulación
de
los
mediadores
psíquicos.
La ideol ogía
es
importante
para
calificar
las
relacio nes
entre
los fines
y
medios
del
desarrollo, los valores fund amentales
que
orientan la acción concreta
en
los planos
de
razón, el
interés
y el poder con interacción
retroconectiva
entre lo
socioeconómico,
lo
sociocult ural
ylo psicosocial.
2. DE
LA
CONCIENCIA
SOCIAL A
LA
CONCIENCIA
INDIVIDUAL
La conciencia
soci a
l
refleja
no sólo el ser
soci a
l
(base económica, relacio nes
de
pro ducción), sino las exp resiones
de
la
cultur a,
las relacio nes
entre
las cl ases
s
ociales
y entre
naciones
a
través
de sentimientos,
costumbres
y
tradi ciones... Las clas es
sociales
y
las naciones “tienen sus
condiciones
especí ficas
de
vida
yde
activid ad”
y“su propio
refle jo
de
la realid ad objeti va,
su
criterio
partic ular
de
la vida social;
su
apreciación
de
los
acontecimientos”
(Nesterenko,
1978;
23, 34 y 35).
La conciencia indivi dual
no es simple
fracción
de
la conciencia social
pero le es
insep arable, adquiere singula ridad
mediante
la ex periencia
en
las condiciones
de
vi da
del
medio
social. Ambas
tienen
carácter activo
y
efica z,
operan sobre
la realid ad
y
la
transforman.
Hay
otros conceptos que intermedian
entre
la conciencia social
y
la
conciencia
indivi dual
tan estrechamente
vincul ados
q
ue
no siempre es
posible establecer
d
istinciones
clar as
entre
ellos: ideolo a, conce pción
de
mundo,
mentali dad, imagin ario
social.
2.1
La Ideo logía, La Men talidad
y el
Imaginario
Social
La ideol ogí a con sist e
en un sistema,
más o menos coherente de
ideas ,
valores,
creencia s
y
opiniones ,
e
inclus o
de deseos
y
aspiracione s relati vament e estable s
sobre
la
re alida d,
predominantemente en los
De
la satisfacción socio econ ómica
a
la satisfacción psico s
ocial
El Antoniano
130 /
junio
2015
19
aspectos
sociale s
de ésta, y que comparten
la s
personas pertenecientes a un mismo
agrup amient o
o conjunto
societ a
les
(Munné ,
1971; 501).
La ideología ,
com
o
concepció n
de mundo o como
mentali dad,
es el marco de
referenci a
para
adaptarse
a
la signific ació n
de los hechos y
guia r la acci ón ;
el recurso
f
undamenta l
d
e
compren sión
entre los miembros de una
colectivi dad
sobre
la significaci ón
de cosas
y fenómenos,
influ yend o
en el ethos de
una
cultur a
entendido como
la
normativid ad
que brota de su
sistem a
de
valores.
La
idea de
imagi nari o colectivo
y afines
viene de
la tra dició n ma rxis ta
so
bre
ideologí a,
que
expuls ó
lo imaginario
circun scribiéndol o al
reino de
la
f
icció n
y el
engo para perpetuar
condicione s
de
exp lota ción. La me ntal idad ,
es una
vis i
ón
de aspectos de
la realid ad
más
simpl e
y
menos
estructurada
y más
relacionad a
con
la práctic a cuotidi ana
que
la
ideología.
Por
ment alida d Vovell e
(1993; 231,
233, 501) entiende
la existenci a
de una
repr
esenta
ció n
que se hace el sentido
común a
parti r
de
ciert a práctic a socia l
del
discu rso
de
la ideologí a
como
for m aliza ción orga nizad a
y
polar izada .
Son
estructura s
mentales
ligada s
a estructuras
soc iale s
a
tra s
de
las cuale s
´
se
piensan
la s
co
sas
´,
con
j
uicios ,
conceptos y
creencia s, ide as, regla s
y disposiciones
intelectuale s est able s
y
generale s
a
un grup o
humano
resultad o
de su experiencia
(Meran i,
1971).
Es pens amient o
colectivo.
Para
Bouthou l la ment alida d
es un
conjunto de
idea s
y disposiciones
intelectuale s integr ada s
en el mismo
indivi duo unid as
entre
ella s
por relaciones
lógica s
y
rel acione s
de
creencia s
(Gara,
1980; 21) que operan como
med
iaciones
complej as
entre
la vi da re a
l
de los
hombres y
l
a ima gen hast a
las
rep resent acione s fantá stica s
que se
hacen de
ella " (Vovell e,
1993; 240);
est ableciend o así cone xione s
entre las
condicione s objeti vas
de
la vi da
y sus
representaciones.
Cordeli us Castori adis
conceptuó el
imagin ario socia l
como obra de ed
ificación
de los
sujetos
a
parti r
de una red de
símbolo s, sirviend o
de
articulac n
entre lo
subje tivo
y lo
soci al,
en el proceso
continu o
de
construccione s
de sentido.
L
a
visi ón
no percibe directamente
la s
cosas,
sino
a travé s
de
la s
configuraciones
imagin aria s
en
la s
que el ojo se alimenta”
(Santana ,
6).
Lo imagin ario
en este caso, es fuente de
la s definicione s
a
través
de referencias
indirect as, metafó rico
anagica s,
que se
reific an
con el uso repetido y compartido
hast a
generar
for mas
e identidades,
aceptadas
como
lida s
y realmente
existente s
con
autonomí a
colectiva,
legitiman do ciert as ide as
y usos y
deslegi timand o
otras.
Ba jo
cada concepto,
image n
o idea late
una
met áfor a, con vertid a
en
creenci a
y
fuente de
realida d conformand o
un
unive rso
de
significaci one s
que impelen
comportamiento s
con
form as
en que el
deseo se anuda
al
poder,
fi j
ando
linderos
entre lo
lícit o
y lo
ilícito ,
entre el bien y el
mal, entre lo debido y lo indebido.
Produce
narrati vas
que se repiten en
difere ntes forma s
y
escal as
en
la
retícula
socia
l
en que
circ ulan , configu rand o
y
destacando aspectos preferidos
subje tivame nte, resaltando
ciertas
repr esentaciones,
normas y
valore s
para
dotarl as
de un sentido, dejando otras en
la
oscu rida d
o el
silenci o
por no ser
convenien tes
a un
sistem a
v
ertebra
l
de
intercomunic ació n
e interaccn.
Ideolo gía , me ntalid ad
e
imagi nari o
son
alg o así
como una
atmó sfera
de premisas
colectiv as
desde
la s cuale s
los individuos
conscienteme nte
o no, y a
través
de los
filtro s mediacio nale s
de su actividad
psíq uica, elaboran
sus
propia s
i
deas
sen
sus
circu nstan cias
y su
bio grafía ,
l
o
cual
le
De
la satisfacción socio econ ómica
a
la satisfacción psico s
ocial
El Antoniano
130 /
junio
2015
20
da un
mati z pa rticula rper sona l
sobre
la
matri z
genéric a
soci a
l
desde donde
procede
n.
2.2
Subjetividad
y
R
epres
entaci
ones
Sociales.
En el proceso de
adapt ació n
el ser
humano
su b jet iva la reali d ad
a
trav és
de su
expe rienci a
y
la
de su comunidad
utilizand o
sus procesos
mentales
en forma
de
represen tacione s
sociales.
Las RS
pueden
caracte rizarse
del
s
iguiente
modo:
La
emoc ionali dad
es
generadora
de sentidos,
fuente
de producción,
organiza cn
y
reorgani zación
de
necesidade s
y del desarrollo
de
la s
configuraciones
subjetiva s
de
la
personalidad.”
Tienen carácter
ontológic o
y
pluri determin ado;
y
valo r
heurístico
sobre
las inte rrelacio nes
de elementos
múltiples.
Corresponden a un
sistem a
complejo
y
din ámico ,
con
f
enómenos sociales,
cultur ale s
e
indi v iduale s, reific ado s
en
objetos concretos,
cri stali zánd ose
en
la or gani zació n socioeconómic a,
los
códigos ,
los mitos, etc en que se
plas man
sus
criterios
de valor;
No
re fleja n
los objetos, los
reconstruyen; se
explicit an
en formas
de lo
real,
pero “son una expresión
complej a
del tejido
soci a
l
en el que se
produce
n
(Gonzále s
Rey, 2002; 17).
Se
manifie sta n
a través de
la
singul ariz ació n
de sujetos concretos
que procesan y elaboran
símbolo s
y
signific a
dos.
Traducen
rel acione s
de pode
r
.
Sus componentes
gua rda n relaciones
de
proce sualid ad,
contrariedad,
inter acció n
y recursividad.
2.2.1
El
Discurso y el Sentido
L a s R S
dan sentido común a las
pro duccione s sociale s (ciencia ,
arte,
polític a),
a través de
creencia s,
valores,
mitos, completando
conocimie nto
y
pensamiento como
realida des inte rnas
y
teniendo
a
l
discu rso
y
la
comunicación
como
realida des
externas.
L a s narrat i vas ,
a
dif eren cia
de
l
dis c
urso,
son
coconstruida s,
son totalmente
context uales . El discu rso
como
si s
tema es
portador de elementos que no son
coconstruido s,
es un
sist ema
previo
a l
sujeto, de
na turale za ideol ógica
y que
cond iciona
las
narrat iva s
que
se
prod
ucen
dentro de sus
límite s
(
Ibi d
;
132).
En
la n arr a tiv a
el mundo adquiere
sentido para el sujeto.
L o s
sentidos son
los
espacio s
de
subje tivaci ón
de
la
emoció n" articul ada s
dentro de
esp acio s simbólico s
y de
sig n
ificación"
con
rel ació n recu rsiv a
entre
ello s A
su vez
el pensamiento, está
imbui do
de
emocionali dad
con
multiplici dad
d
e
sentidos
subjetivo s
en los que se
sinteti za la experienci a his tóric a
de cada
cual (Gonzále s;
113115).
L
a
emocionali dad
es generadora de
sentidos ,
fuente de producción,
organiz ació n
y
reorgani zació n
de
necesid ades
y del
desarroll o
de
l a
s
configu racione s subje tiva s
de
la
per sonali dad ,
más
a ll á
de simples
pr áctica s
lingüísticas
De
la satisfacción socio econ ómica
a
la satisfacción psico s
ocial
El Antoniano
130 /
junio
2015
21
ENFOQ UE
SOCIO
CU LTURAL DE L A
MENTE
ENFOQUE HISTORIC OCU LTURAL DE
L A
MENTE
Repre senta ntes: Wertsc h,
Del
o,
Bronckart
Representantes
:
Vigot sky
La psique
es
sistema compl ejo
y
autorr egulado
de
naturaleza
social,
Acc ión hum ana
y
m edia cn : La
mente es producto de
la relac ión
del
hombre con
la cultura
a
través
de
códi g os lin güíst icos
mediadores
y
orientadores;
se omite que
la
mente y el marco
socio cultur al,
s
e
constituyen recípr ocamen te, sin
que en este proceso una se
dil uya
en
la otra” (Gonzá les Rey;
159).
cult ural, implica da
en
la his toria
del sujeto…
La mediación
no es sólo
semiótic a;
el
senti do explica
que
las
palabras
conti enen
una
compl ejidad
mayor que
la
relación
signi ficante
sig nificad o, con figura ndo
una
dinámica dialéctica
ysistémica de
la me n
te.
El
i
ndivi d
uo:
agente o
sujeto: la acción
es
entend ida
en
l
a
conf igur a cn
El
i
ndivi d
uo es
e
l
sujeto
portador ygenerador “de una condición
de
´
influ enci a
externas
del contexto
sociocu ltura l,
en donde el
indi viduo,
es agente más que
suj eto, algu ien
que
´
opera
´,
perdiendo
su rol
confi gurador
de
los sent idos
de su acción.
El
agente
cogn itivo
que opera con el
instru mento: los
aspectos
sub jetiva
que aparece en
la c onfig uración
del
sentido
de su
acció n
(Ibi d.
160).
La ela borac ión
de
sentidos
i
ncluye
un aspecto
moti v
ac i
onal
(afe ctiv o),
y
la dinámic a
de
la acci ón
y el
pensa mient o
se entretejen
formando
redes
.
Supera
el enfoque
procesua l
y
funcionalista
de
la ps ique
y permite su
psi cológi cos
son
func ional es
a
la acción
sobre
e
l
ins trum ento,
no
actúan
comprens n
como
sistema complejo
y
diná m ico organ izado
e
n
sobre el
sentido subje tivo
que el
instrument o
tiene,
d
efin i
endo
fin almen te
el tipo de emociones que
caracte rizan
su uso.
sistem as
de
sentido
que están más
al
de todo proceso psíquico
puntual:
el
sujeto
no opera sobre
e
l
instrumen to
puro,
sino
sobre el
sentido subj etivo
que posee.
L a reificaci ón
del
símbolo
y
e
l
sentido
de
fuente onto lógi ca: Los
vín c
ulos
La organi zac ión subj e tiva
de
la s influ e nci a s
supera
la dicotom ía
de
l
o
indi vidu osocie dad
se
expresan
en procesos
semi óticos
de mediación
soc ial
y
l
o
indi vidua l:
todo
comportamiento
concreto de
l
sujeto
en un
socialmente constitu idos,
y procesos de
compr ensión
y reconstrucción
espacio social
es
inseparable
de
los se ntid os
y
las
s
ignificaci o
nes
de una
producc ión cul tural (en
el
constru ccion ismo social
el
indivi d
uo
tiene un rol aún menos protagónico)…
procedentes de otros
es pacio s soci ales , organiz ánd ose
en el plano
sub jetiv o
en
la s config uracio nes
de
la pers onali dad
de
cada
cual…
De
la satisfacción socio econ ómica
a
la satisfacción psico s
ocial
El Antoniano
130 /
junio
2015
22
2.2.2 Marco
Sociocultural
y Marco
Histórico Cultural para la
Explica ción
del
Comport
amiento
Se han ensayado
vario s
modos de
establece r
esta
relació n
entre
la
mente,
la
cultur a
y
la socieda d;
entre los
último s
se
encuentran el
Enfoq ue
Sociocultur a
l
y el
Histórico Cultur a
l:
3.
LA
I
DENTID
AD
Y
L A
S
REPRESEN TACIONES
SOCI
ALES
3.1 Funciones y
Sistem as
de las
Representaciones
S
ocial
es
La ca tegoría
de
represen tación
social
reconoce
la natu raleza simlica
y
social
de
la experiencia human a,
que produce
signific aciones
más
allá
del objeto concreto,
como un modo de
conceptuar la
actitud
integrando
elementos
sociológicos (cultura
e
ideologí a)
con elementos psicológicos
(imagen
y pensamiento).
Las
representaciones
soci ales (Moscovici
y
Jodele t,
1961;
Martí
e
Ibáñe z,
1979)
conciernen al corpus cognitivo
organizado
del
sentido
común de
la
experiencia
cotidiana,
a
l
modo de una teoría que
ayuda
a leer y
actuar
en
la re alidad física
y
so
cial
median te los
digos, valores
e ideologías
(Mora,
2002).
Cumplen funciones
d
e
conocimiento (para
comprender y
explicar la
realidad
y
adqu irir
e
i
ntegrar
nuevos
conocimientos
coherentemente), identitaria
(confieren
especi ficidad
a
los
grupos
situándolos
en el
contexto
social
de modo
compa tible
con el
sistema
de
normas
y
val ores),
de
orien tación
(definen
las
situaci ones
para
ajustar las
en
e
l
sujeto
para
seleccion ar
y
f
iltrar
inform aciones).
F
unción
justificatoria (dan
razón o
fundamento
a un
comportamiento
o toma de posición),
función sustitutiva (sustituyen la realidad
a
la
que se
refieren),
y
funci ón icónico s
imbólica
(pre sentifican
un fenómeno, recrean
la
reali dad
simbólicamente).
E l sis tem a cent ral
de una representación
soci a
l
está determinado por condiciones
his tórica s, sociológica s
e ideológicas,
marcado por
la
memoria
colectiv a
grup a
l
y
su
sistem a
de normas, dando
signific a
ción
a otros elementos
constituti vos
de
la
represent acn permi tiendo
la
consensualid ad, estabilid ad
y coherencia,
definien do la homogeneid ad
del grupo
soci a
l.
El sis tema pe riférico
de
la
representación
es
din ámico
y
fle xible, sensible
a
la
s
car acterís ticas
del contexto inmediato,
concreti zando
el
sistema cent ral
en
términos de toma de
posicn
o
conducta;
asegura la
función
de
regulación
y
adaptación
del
sist ema central
a
los desajust es
y
car acterís ticas
de
la situación
concreta.
Defien de
y protege
la significaci ón
centra
l
de
la represen tación
y absorbe las
informaciones
o eventos nuevos,
susceptibles
de
cuestion ar
el
núcleo.
Integra
la represen tación
a
las
variaciones
individuales.
3.2
El
Proceso de Construcción de las
Representaciones
S
ocial
es
Las
repre sentaciones soci ales
se
estructuran
alrededor de tres componentes:
la ac titud
o
toma de posición
afecti voeval uativa hacia
´
alg o
´
con
disposición
f
avorable
o no
hacia
el
objeto de
la represen tación dánd ole intensi dad
y
dirección a
l
compor tamiento; la
info r
mación, conocimientos
en torno
al
objeto de
representación
en
función
de
la
pertenencia
grup a
l
e
inserci ón soci a
l
como
mediati zadores
y
las prá cticas soc iales
e
n
torno
a éste; y el campo de
representación
u orden
que toman
los
contenidos
representacionales
en una estructura
funcion a
l
determinada.
En
el proceso de
construcción
de
la
representación
soci a
l
intervienen
dinámicamente:
a. Proceso de
Objetivación. Traducción
de
lo
abstracto
y
complejo
a imágenes
concreto
metafó ricas, transfiriendo a
l
espacio mental
lo que se
halla
en el espacio
físico
en tres
f
ases
: con strucción selectiva
(se
retienen unos elementos y se rechazan
otros,
según
su
signific ativid ad
encajándolos
en
estructuras cognitivas ya
constituidas),
esquem atización estructurante
(organiz ación
interna
para
confe rir cohe rencia)
y
natu raliz ación (el núcleo cent ral
adquiere
status ontológico
como un componente más
de
la realid ad objeti va;
por efecto de una
const rucción
soci a
l
se
ol vida
el carácter
De
la satisfacción socio econ ómica
a
la satisfacción psico s
ocial
El Antoniano
130 /
junio
2015
23
arti ficial
y
simbólico
del
núcleo
y se le
atrib uye exi stencia
fá
ctica).
b. Proceso de
Ancl aje . E s la
integ ración a l
pen samient o
de nueva
inform ació n
con
signific ado es pecífic o
sobre un objeto, a
esquemas anteriores con
atribució n
de
funcionalida d
y rol
regulado r
en
la
inter acción . El
proceso de
ancl aje
articula
la s
tres
f
uncione s
básica s
de
la
represent ación:
funció n cognitiv a
de
integració n
de
la
novedad, función
interp retati va
de
la reali dad
y
funció n
d
e
orientació n
de
la s con ducta s
y
la
s
relacio nes
sociales.
Ancla je
y
obje tivaci ón famili ariz an
lo
extraño, trans firiéndolo
a nuestra esfera
partic ular
para
comparar lo
e
interpretarlo,
y
reproducién dolo
en
cosas
tangibles
hacié ndolo posible
de control.
3.3
Las
Representaciones
Sociales,
la
Cultura y la Identidad
La ex plicación
de
fondo
del
comportamiento
se encuentra en las
prácticas soci ales
y
culturales proces adas
de
modo
pec uliar
y
dinámico
por
cada sujeto
a
través
de
sus medi aciones
psíquicas.
La cultur a
es toda
producció n
creada
por efecto de
inte racció n
de los
grupos
de
una
socieda d
en el proceso de
sa
tisf a
cción
de
necesi dades.
´Sub
cultur a
´,
designaba
a grupos
marg inal es;
hoy, se
refiere
a
grupos de personas con modos de
comportamiento
distintivo s,
que otros en
común con
la cultur a princi pal
de
q
ue
form a
parte. ´Contracultura´ es un tipo
d
e
subcultur a
de carácter provocador
frente
a
los
valo res estatdo s,
proponiendo una
socied ad
alternativa.
En el endogrupo o
sociedad
propia
surgen sub
unid ades
que
mati zan
el
sentimient o
de
identidad :
una cultura
popula r
f
rente a una
cultur a elitista ,
una
cultur a
rura
l
frente a una
cultur a
industrial
urbana, una
cultur a naciona l versu s
una
cultur a estat al, cultur a proletari a
frente a
una
burgues a; uni dade s
espeficas,
fragmento s
o segmentos de una unidad
cultura l
mayor o dominante.
Henri
Ta
j
f
e
l
y
Joh n
Turner (1986)
propusieron
la
Teoría de
la
Identidad
Social :
el
indivi duo
desea una identidad
soc ial pos itiv a
y propia, por comparación
entre su grupo y otro
relevante .
Al
pretender defender y
eleva r
su
autoestima puede
menospr eciar
a otros
por prejuicio
y
discri minac ión ,
para mejorar su propia
estim a. Las categori zacione s funcion an
al
modo de un ´embudo perceptual´:
buscamos
dar realce a nuestra autoestima
y para ello nos
cobi jamo s
en el
valo r
del
grupo;
resa ltam os rasgo s
qu
e
consi deramo s alt ament e positivo s
y para
definirlo s
los
contr astamo s
con otros
grupos en
especia l
con un grupo relevante,
fuente de
referenci a; la tendenci a
al
respecto
es a
menos precia r
las
car acterís tica s
del
grupo
refere ncia l
o a
equilibr arla s
o a
bu sca r
la refere nci a
de un grupo a
travé s
del
cua l
logremo s
una
contrast ació n
que nos
enaltezca.
Los
componentes
cognitivos
que operan
en
la apreci ación
de
la autoestima
en función
de
los grupos
del entorno, son:
Categoriz ación: etiquetarse
por
inclusión
dentro del contexto más
genérico
de su
grupo;
Identi ficación:
ser o pertenecer a un
determinado
grupo para
afirmar la
autoestima;
Compar ación: contrast ar
el grupo con
otros, con un
sesgo favorable hacia
el
propio;
Disti nción psico socia l:
deseamos
qu
e
nuest ra iden tidad
sea
diferente
y a
la
vez
favorable.
Saber de nosotros
mismo s
y
experimenta r
consecuencias
emotivo
conativa s,
es producto de
la
igualació n
con
los nuestros compartiendo
d igos
y
normas, y de
la captac ión
de
difere ncia s
con
la ‘otr edad , resu ltad o
de
l
contacto de lo
propio con lo
ajeno
en una
complej a
red de
relacio nes
superpuestas
polític as,
ec onómica s
y
cultu rale s (Davi es
y Har,
1990).
De
la satisfacción socio econ ómica
a
la satisfacción psico s
ocial
El Antoniano
130 /
junio
2015
24
3.4
La
Identidad y sus Formas
La culur a está hecha
de
formas
objetivas
(artefacto s y comp ortamie ntos observables)
y
form as inte rioriz adas (esq uema s cognitivo s
o
representaciones
sociale s)
dialécticamente
relacio nadas. Los actore s soci ales
interiorizan
los significa dos
com partidos y duradero s
de su
cultur a convirtiéndol a
en
sustanci a
propia.
Desbordan
contexto s particulare s
para
difundi rse
a
contextos más amplios,
al
canza n
do
´
tematici d
ad
´
(un cle o significativ o
encuentra
ropajes
o
encarna ciones diversas ) y
f
uerza
motivacional.
La cultur a
penetra todos los espacios
de
la
sociedad. Pero su repertorio no es
homogéneo y
está tico :
contiene zonas
de
est abilida d
y
pe rsistenci a
o tendencias
centrípetas
y a
l
a
vez zonas de
m
ovi l
idad
y
cambi o
o
tendenci as cent rífuga s.
L
a
identid ad,
siendo representación
soci alment e comp artid a,
tiene su fuente
en
la cultu ra ,
su idea
im p
lica
perm anenci a
y
unid ad , delimitació n
y
disti nció n
de parte del propio sujeto y
también de parte de los demás por
asignació n
de un repertorio de
atr
ibutos
valor izado s
y
relat ivame nte estab les.
Es
resultad o
del modo cómo nos vemos y
de cómo nos ven los otros,
particula rment e
quienes consideramos
poseedores de poder o posición
dominante para establecer distinción,
demarcació n
y autonomía.
Es, pues, una
relació n
entre lo
soci alment e comp artido
y lo
indivi dualment e único’ ,
lo que destaca
la
similitu d
y lo que
enfati za la
diferencia,
algun as
de
cu yas
pertenencias pueden
tener mayor
visibilid ad.
En lo
relati vo
a los
atributo s particula riza ntes
las personas se
iden tifica n
y se
di stingue n
de las demás,
entre otras cosas: 1) po
r
atributo s
car a
cteriológico s
;
2) por el
estil o
de
vid a
de sus
hábi tos
de consumo; 3) por su red
personal
íntima
(alter ego); 4) por sus
objetos
entra
ñable s
, y 5) por su
biogra f
ía
personal
(Giméne z,
2008; 814).
La idea
de
identi dad social
remite a
la
expe riencia
del
´
nosotr
os´
y a
los vínculos
y
redes, en torno
“a algo
que tiene que ver con
las r eglas
y normas
socia les,
con el
lengua je,
con el
con trol social,
con las
relacio nes
de
poder, con
la pro ducción
de
subje tivid ades
(Iñígue z,
2001).
Nada
hay fuera
de
l
a
producción
de nuestro
contexto por lo que
identidad
s
ocial
es
contingente
a una práctica
cultur alsimbólica
per sonali zad a.
Identidad
indivi dual
y
soci a
l
comparten
la
capacidad para
diferencia rse
del
entorno con
lími t
es
propios.
No se
trata
de una
´cosa´
sino
de
“E l
aspect o sincr ónico
es el
modo cómo
coexisten
los
componentes de
la
identi dad
en un tiempo
circu nscrito , segú n
el
ambie nte
o
la
circ u
nstancia
en que
viv e
la
persona.”
“un sistema
de
relaciones
y de
representaciones .
La iden tidad
soci a
l
se
define
por lo común y
compa rtido
de
la
s
orientaciones
de
los fine s, los medios
y el
campode
la acci ón. Es vivi da
como un valor,
como
´modelo
´
susceptible
de adhesión
colectiv a,
a
través
de
rituale s, práctic as
y
artefactos culturales. Fredrik Barth dice
que
en
per spectiva histórica
o
diac rónica,
los
grupos étnicos
pueden
modificar
rasgos
De
la satisfacción socio econ ómica
a
la satisfacción psico s
ocial
El Antoniano
130 /
junio
2015
25
fundamentales
de su
cultura manteniendo
sus
fronteras,
es
decir, sin
perder su
identidad ;…"un
grupo
étnico
puede adoptar
rasgos culturales
de otros
grupos,
y continuar
percibién dose (y siendo percibi do)
como
disti nto
de
los
mismo s
"
(Giméne z,
op.
ci
t.;
17, 18).
Má s
que por los
rasgo s cultur ales
de una
identid ad étnic a,
debe
pregunt arse
p
or
mo los grupos
étnico s log ran
mantener
la fue rza
de sus
fronte ras distinguible s
a
tras de los
cambio s soci ales , político s
y
cultur ale s
de su historia.
3.5
El
Sentimiento del
Y
o
La iden tida d
es
la actitu d
de
la s
personas
respecto de
s
í
misma s
y de lo
q
ue
consi deran
como propio; le corresponden
un componente
cognitiv o
(
autoconcepto
,
autoimage n),
un componente afectivo
(autov aloración , autoestim a)
y un
componente conativocomportamental.
La percepción
de
s
í
provoca
reacciones
afecti vas
que
impul san
o
frenan
el
compor tamiento
y se
expresan
como
sentimient os
del
Yo
del propio poder y del
propio
val or (Lersc h,
1966; 285 y ss).
3.5.1 Sentimiento
de
l
propio
po
der
(autoafirmación
y
autodetermi
nación)
E s
el grado en que una persona
experiment a
su
pro pia potencialid ad
su
autoconfianz a
y su
capa cida d
para
enfrent ar,
mantenerse e imponerse ante
la s dificulta des . E s
de dos
clase s: bi l
o
Asté nico (insatis facc ión , trist eza ,
amargura,
angustia ;
temor y
sobre salto
ante las
contr ariedades
y el
futur o; nece sidad
de
someterse,
docilida d
y transigencia;
tendenci a
a
la huíd a
y
al refugi o
en
la
fantas ía
y
la cav ilos idad) ;
y
F
uert
e,
V i
goroso
o
Esténic o (tranqu ilidad ,
seguridad,
iniciati va,
decisión ,
audacia).
É
x
i
t
o
(
o
au
t
o
v
a
l
o
r
a
c
i
ó
n
) = É
x
i
t
o
Pr
e
t
e
n
s
i
o
n
e
s
De
la satisfacción socio econ ómica
a
la satisfacción psico s
ocial
El Antoniano
130 /
junio
2015
26
3.5.2 Sentimiento de propio valor
(autovaloración y
autoes
tima
)
La autov aloraci ón
es el
juici o
que de
s
í
hace una persona sobre su yo
(
su
autoconciencia) :
el grado como se
acepta y se
conform a,
y el modo como
busca
la ace ptació n
de sí, de donde nace
un
sentimient o
de propia
dignidad ,
d
e
orgullo ,
de amor propio.
Lo s
individuos
se
valo ran confrontan do
su
nive l
de
pretensiones con los
resultado s
objetivos
de su
activid ad
y por
la
compa ració n
d
e
sus
logro s
con los de
otras personas.
Al
respecto,
W illia m
Jame s
planteó
la
siguient e
fórmula:
S i alguie n
decide emprender una tarea
elig e
un
objetiv o
que no está en un
nive l
por encimade sus
cap acida des ,
q
ue
deba
sufri r pertu rbació n
y
humill ación ,
ni
fraca so,
ni tampoco por debajo de sus
cap acida des
que deba sentirse
inefica z
y
poco
vali o so a l re aliza r
una tarea. Asume
la ca ntida d
y el tipo de trabajo
q
ue
manteng a la auto es tim a al
máximo
(Allpor t,
1977; 186).
Se
manifie sta
como
sentimiento elevado del propio
valo r
y como
sentimient o
de
inferioridad.
a.
Se ntimient o Elev ado
del Propio
Valo r.
Puede ser
vivi do
de un mod
o
acrític o
e
ingenu o (l a
persona asume que
es
valio sa
sin sustento
alguno) ;
de modo
suprapersona l
(como
s i
su
valo r
fuera
una concesión
es pecia l
para un destino
trascendente); por abolengo (por
posici ón ari stocr átic a
por el hecho de
pertenecer a
al gun a fa milia) ;
de modo
narci sístic o,
(con rasgos de
egocentrismo,
vanidad , presunció n
y
coquete ría);
de modo med
iato
o
bjetivo
(por el
rendimient o
destacado
en una determinada
cu alida d
o
acti vida d);
y de modo
inauténtic o
(ocultamient o
de un
sentimient o
de
inferioridad
compensándol o
con
rasgo s
de
a
ltanería,
sobre valor ació n
y
menosprecio
arti f
icioso s).
b.
Sentimient o
de
In feriori dad :
Puede
ser causado por aspectos corporales
(como tales
la figu ra , la feal dad
y
la
defo rmida d);
defectos
sociale s
(hechos
vergonzo sos
u origen o
posició n soci a
l
de
infe r
ior
nivel , ilegitimid ad,
ancestros
humill a ntes ; falt a
de maneras
corteses y de rutina del trato
social) ;
rest ricció n
del
potenci a
l
psicol ógic o
o
sen timiento s
d
e
culpa ,
que hunden el propio
valo r
dando
luga r
a un
sentimient o
de
indignida d
ante
s í
mismo y los demás.
c.
Emocione s
de
la
Autoestimación:
E n la
necesidad de
estimació n
busca
el hombre su
image n
del
val or
en el
espejo del
juici o
de sus semejantes y en
cambio, en
la
de
autoe stimació n,
en el
del propio
ju icio "
la
necesid ad
de
autoe stimació n trat a
de dar
a l ho m
bre
un rango ante
s
í
mismo
de acuerdo a su
propia
e interna ordenación del mundo
(Lersc h;
145).
L as
emociones
vincula das
a
la
fru straci ón
de esta
nece sidad
son
l a
s
vive ncia s
de
inferio rida d (situ acione s
en
lasque
percibimo s
que no hemos salido
airos os)
y de
vergü enza (... "cua ndo
se ha
perdido el
prestigi o
que se
poseí a"..."cu ando
se percibe un
descenso en el
juici o
de
val or
que los
demás tienen de
nosot ros"/
id. 217); el
desprecio de
sí,
y el arrepentimiento
(cuando uno mismo atenta contra sus
propios
valores )
y
la
contumacia
(defectu osa dispo sició n
para el
arrepentimient o
por estar sólo
orientado por
la val oració n
del
ambiente).
d. Contento y Descontento:
E l
yo se
experimenta como poder y como valor,
pero también como
exige ncia
y según
estas demandas se
satis f aga n
o no,
aparecen el contento y el descontento
al
mirarse uno mismo como
alg o vali oso
o
capaz,
a
l
reconocer en
s í
lo que se desea
o se pretende ser, o lo contrario. Del
descontento nacen
la amargur a,
la
irrit a ción , la envidi a
y el resentimiento.
De
la satisfacción socio econ ómica
a
la satisfacción psico s
ocial
El Antoniano
130 /
junio
2015
27
3.6
Dinámi ca
de la
I
dent
idad
3.6.1 Diacrónico y Sincrónico
El senti do diac rónico
es el modo cómo
estos componentes cognitivo–afectivo–
conativos,
personal sociales interactúan
conformando
gradientes
de
identid ad
en el
transcurso
del tiempo, cómo se
forman
y se
transforman
en el
transcurso
del
ciclo vital
personal,
o en el
devenir
delgrupo
soci al. Las
polari dades
que se
refieren
a
la dimensi ón
diac rónica
son, entre otras
posible s:
persistencia–fugacidad, integración–
desintegración,
definición difumin ación,
etc.
E l
aspecto
sinc rónic o
es el modo mo
coexi sten
los componentes de
la
identidad en un tiempo
circunscrito ,
según el ambiente o
la circun stanci a
en
que
viv e
la
persona,
destacándos e
algunos
anublándo se
otros,
afirmándo se
éstos negándose
aqllo s
en
funció n
de
la
perentoriedad de
la expe riencia .
Son
polaridades correspondiente s
a esta
dimensión :
congruenciaincongruencia,
multiplicidadunicidad, ubicuidad
localización,
prio rizaci ónsubordin ación ,
etc.
La iden tida d
está
someti da
a
la
presn
de
la dinámic a
soci a
l
en
relaci ón
a
la
situ ació n
y según
las necesid ade s
y
as piracio nes : la correl ació n
entre éstas en
determinado contexto
favorecerí a
la
identid ad
y su
des fas amient o impul sarí a
la
squeda de otros patrones de de
sarrollo
para
adquiri r
otra,
segú n
e
l
grado de
conformi dad
o
inconformi dad
de
la
persona o el grupo.
La si tuació n
de
margi nalid ad
genera
movilid ad soci al. Siend o
el grupo de
pertenencia
(aqué l
en el
cua
l
el sujeto
vi v
e,
en el que está
fí s
icament e
presente),
la
soc ieda d rural,
sus miembros para
salva r
l
a
barrera de
la
pobreza se
movili zan haci a
su
grupo de
refe renci a
(grupo
a
l
cua l
el
indivi duo aspir a
a pertenecer, tomando sus
normas y
valore s
como
modelo s):
la
socied ad
urbana. Este es el
trans fond o
de
la
migr ac n
del campo a
la
ciudad,
implicán dos e
en ello procesos de
aculturació n
y
desi dentid ad ¿Por
qué
alguno s
elementos se
conser van
y otros se
desintegran?
3.6.2 Lo
Tradicional
y lo Moderno
Se
consi dera n tradicionale s las
f
ormas
de pensar o de
actu ar pic as
de una
época,
tra ducida s
en costumbres y
creencia s
que se encuentran en un
momento en el
cua
l
surgen,
se desarrollan
y van cobrando
vi g en cia
otras
formas
de
interpretar
la reali dad
y de
act uar
en ella,
como producto del proceso
his tórico –
evolutiv o
de
la socieda d.
Hay un período
en que va
definiéndo se
el cambio
generacional,
a
trav és
de varias
gener acione s
hasta que dicha
transformació n
se impone y hace común,
generando
con flicto s
en
las rel acione s
de
la
gener ación
mayor y
la gener ació n
joven.
Lo
moderno hoy puede ser
conceptu aliza do
bajo el
predomini o
de
la
socied ad capitali sta
en su
form a
o etapa
neoliber a
l
,
asoc iad a
a
la s
novedades
tecnológic as de riva das
de los sistemas
computar izados
y
las nanotecnología s,
la
injerenci a
de
la cibe rnétic a
y
la di aléctica ,
la
indu striali zación ;
el
desarrollo
de
la
ciencia; y
la libe ralid ad
en el campo de las
expresione s
del comportamiento moral,
todo con una
ideologí a
de respaldo.
3.6.3 Lo
Eliti sta
y lo Popular
La élit e
está
situa da
en el
lado
de
la
cultur a
dominante, por detentar
p
oder
ecomico y
polític o
con una
jerar quía
de
grupos en torno suyo.
Las
manife s
taciones
culturale s
que
forman
y
apoyan
se
presentan, se
difunde n
y se defienden
como
la expre sió n
más deseable. En el
mundo
actual ,
debido a los medios de
transporte y de
difus ión m asiva ,
y
al
fenómeno
mun dial
de
la
globalización,
estos patrones de
cultur a
pasan a ser
adoptados y
adapta dos
por
l
as
otras
De
la satisfacción socio econ ómica
a
la satisfacción psico s
ocial
El Antoniano
130 /
junio
2015
28
cultur as
en
con dicione s
de
subordinación,
adecuánd olos
a sus
prop ias posi b
il i
dade s
a
la
vez que
alterand o
sus genuinas
manife stacione s
(Ashi n,
1987; 304 y ss).
Tambié n
hay
expresione s cult urale s
que
´suben´ y
al su b ir
y ser
aceptada s
arriba,
se expanden. ¿Qué
expresiones
son esas y
por qué
alc anz an
ese
ni vel?
Las expre sione s cult urale s
de
la élit e
y
de
la clase bur gues a
tienen su efecto
princi pal
en
la ciuda d,
ya que es el asiento
de esta
cultur a dominante ; bajan
a las
masa s popular es
tanto de
l
a
ciuda d
como
su
proy ecc ión ha cia la s
áreas
rurales .
D
e
este modo lo
popula r
se
aburgues a
por su
marca
elitiz ada
a
travé s
de una serie de
intermedi acione s.
Se imponen por
la
fuer za
o
la per sua sión ,
mediante
la
acción
milita r
e
ideológica ,
mediante el manejo de
la
econoa y por medios
simbólicos ,
en
donde
funciona n grado s
de
aceptació n
de
uno y otro lado, que requieren de
la
inter venció n
del poder usado de
diferentes modos y a
travé s
de
disti ntos
recursos.
Lo popula r
puede entonces, ser
consi derado
como
vul gar, infe rio r,
simple,
desag radab le,
grotesco,
atrasad o:
mientas
mayor
di stanci a
se muestre entre el
modelo de
aburgue samient o
y
la s
pautas
de
conduct a adoptad as
por un
indi vidu o
o
grupo, mayor
la peyo rizaci ón
y
la
di
stan c
ia
soci a
l.
Lo elitist a
y lo popular están vinculados
con lo moderno y lo
tra dicional . La
cultura
domin ante asimil a
—dadas sus
condiciones
socioecon ómicas — la
tecnolo gía
con
mayor
f
aci l
ida d
en todos los
campos, y las
clase s alt as
y
me dias
están en
mejores
condicione s
de
reproduci r
los
modelos de
vid a
europea y
norteameric ana
que se
propala n
por
l
os
medios de difusión
masi va,
y de
intr oducir se
en el fenómeno
de
la socieda d
de consumo y de las
modas.
Lo pop ula r exist e
en el campo y en
la
ciuda d,
y es
expresió n
de lo
tradicion al,
de
pauta s antigua s
que son
conservada s
por
ciertos sectores de
la socied ad.
Pero es en
el campo en donde
las nue vas
modelos se
incorpora n
con mayor lentitud,
manteniéndose mejor expresiones
cultur ale s
de
distinto s piso s etápic os
del
pasado o
l
a
hist oria
de los pueblos.
E s
entre lo
elitist a
y lo popular, entre lo
moderno y lo
tradicio nal
que se entienden
conceptos
tale s
como
‘criollo
,
costumb rist a,
folkló rico ,
etc.
3.6.4 Lo
Público
y lo Privado
Otro efecto que puede
provocar la
transcultur ación
en
relación
con
la identidad
es
la polari dad público priva do:
lo que se
muestra a
los
demás y lo que se conserva
para un
rculo circun scrito
de personas,
como
la familia,
o
solamente
para
s
í
mismo
(haciéndose
íntimo).
Cuando se produce
la tr aslació n
a
grupos
di f
erent
es
se producen
adecu acione s
de los
sentimiento s,
los
pensamiento s
y los comportamientos,
según el grado de
toler anci a
entre los
grupos y
cultura s implicado s.
Cuando el
grupo es muy
disími l
y además
dominante en cuanto poder,
la tendenci a
puede ser a
la imit ación ,
a
l
mimetism o
o
a
la
asimil a
ció n
de sus normas de
ideació n
y
acción ;
esto puede
inten sifica rse si
los
miembros del grupo
domin ante
hacen
escarnio
de
la proce denci a
y de su modo
de ser: el
indi vidu o quisier a
expresarse en
su
pro pia autenticidad ,
pero el entorno lo
limita .
Se produce entonces un posible
desdoblamiento :
su
ide ntida d públic a
se
adecúa a
la s exigenci as
del grupo recepto
r
,
reproduciendo sus
conducta s
para
adaptarse
del mejor modo
posible .
Pero
ha y
una especie de
identid ad
privada
puesta en juego con otras personas de su
proce dencia .
Y
de no ser esto
así ,
su
modo de ser
origi nal
puede expresarse
o
manife starse
lo en el plano
psíquic o,
mas
ya no en el
comportamenta l;
funcionando
lo en el
interio r
en
f
orma
oculta ,
privado
o
res tringid o
de una
exp resió n lib re
y
auténtic a. Y
por esta
ví a
se puede llegar
De
la satisfacción socio econ ómica
a
la satisfacción psico s
ocial
El Antoniano
130 /
junio
2015
29
entonces a
la
represión de una
form a
de
identida d
(con todo su
sistem a ideati vo
y
acti vo),
e
inclu so
ser relegado a un
plano
inconscien te
(negado pero
siempre actuante).
4.
EL BIENES TAR
PSICOLÓGICO
4.1
La Psicología Positiva
y
e
l
Bienestar
Subjetivo
La Psicologí a Positi va (Seligma n,
2002)
focali za
su intes en
la in vestig ació n
de
la
s
for taleza s
y
v i
rtude
s.
Fredri ckso n
estudió
el
La fel icida d
puede
plantea r
se
como
rasgo
o
como estado, con dos
perspectiva s
de abordar el
tema:
l
a
Tradic ión
Hedónica o del
Bienesta r
Sub jetiv o
y
la Tradició n Eudaimón ica
o
del
Bienesta r
Psicológic o
.”
efecto de
la aleg a,
el
entusiasm o,
el
orgullo , la compl acencia ,
etc., concluyendo
que comparten
la pro pieda d
de
amp
liar
repertorios de
cognició n
y
acció n
y de
constru ir reserva s
fís i ca s
y de salud
psí quica s
y
sociale s
para momentos
d
e
crisi s,
en tiempo de
esc asez , conflict o
y
riesg o . E l
efecto sobre
la salu d
y
la
longevi dad
se deba a
neutr alizaci ón
de
efectos
f
isiológico s
nocivo s
de emociones
negati vas perju diciale s
a
l
sistema
card iovasc ular
y otros.
La cali dad
de
vida contiene
dos
dimensi ones: objeti va
y
subjeti va.
Ésta
corresponde
a
l
bienest ar psicológico:
una
“vi vencia subjeti va
relativamente estable,
que
se produce en
relación
con un
juicio
d
e
sa tisf acción
con
la vida (b alance ent r
e
exp ecta tivas
y
logros)
en
l
as
áreas de mayor
signific ación
para
cada individuo
en particular,
todo lo
cual
está
mediado
por
la
personali dad
y por
las
condiciones
socio histó rico
y
culturales”
(Victoria Ga rcía Viniegr as;
2001, 1).
La satisfacció n
es un estado
mental ,
una
apre ciac ión valorat iva
de
algo capa z
de
provocar
goce
o
disfrut e im plicand o
un
complej o cognitivo afecti vo:
el bienestar
estarí a
compuesto por una
facet a
centrada
en aspectos afectivosemocionales
(estado s
de
ánimo )
y otra en los aspectos
cognitivo valor ativo s (ev aluació n
del sujeto
de su
propi a vid a). La felici dad
es “un
TRADICIÓN HEDÓNICA
BIE N ESTAR
SU B
JETIVO
(SWB: Subj etive Wellbei ng)
(“fe l
ic i
dad”)
E l Bienes ta r S ubjeti vo
es el
balanc e
de
las oportunida des
vi tale s
recursos
soc iales
y
personales, aptitudes
indiv iduales
del curso de
los
aco ntecimien tos
y
con flictos
a ser
enfrentados
y
la
experiencia
emocional
derivada.
E l
bienes tar
como
orient ació n al place r,
medido por
la vi venci a
de
la
vida
de
forma po sitiva indaga ndo las causas
de
la sati sfacción
o
insatisfa c ción
a
part ir
de
juic ios cognitivos
y
reacciones
afectivas.
Se le
atribuye n
bases más
emoc ionales
en
reaccio nes puntuale s
a eventos concretos:
s
i
predomi na
lo
placen tero
se
percibi rá la
vida como
deseable . Personas
de mayor
biene star subje tivo
valor an
más
TRADICIÓN EUDAIM Ó NICA
BIE N ESTAR
PSICOLÓGICO
(PWB: Psychological Wellbei ng) (“des arrol lo
del
potenc ial
humano”)
Enfa tiza la
conse cución
de
los valor es
que hacen a
las personas
sentirse
vivas
y
auténti cas,
que
la s
hace crecer como
individuos
yno
tanto a las
activi dade s
que
les
dan
placer
o
l
as alej an
del dolor.
El
bien estar visto
en
e
l
pote
nci a
l
humano:
l
a
vida
con metas y
sign ifica do. Per specti va cent rad a
en el
desa rrollo
persona
l
y el
estilo
en que se
afrontan
retos y
e
l
esfuer zo
por
lograr las
metas deseadas.
La sati sfacción
con
la vida res ulta
de
la integración cogni tiva al eval uar
el
trans curso
vi tal
como un resumen
glob al. L a sat isfac ción
con
l
a
vida al
ser producto de un
juic io cogn itivo, resu lta
un
con structo
más
estable
positivamente circunstan cias
y eventos;
las
´infelic e los evalúan
como que el
bienes tar subjeti vo,
más
transitorio
por depender
de estados de
per judic iales . consi dera r la
f
elicida d
como un estado
genera l
que se
consigue
a
través
de estados
parci ales
o
situ acion ales
de
fe l
ic i
dad.
El
bienes tar
es
ausencia
de
síntomas (ansieda d, depresió n)
y
presencia de emociones
positivas
sobrepasando
a
la s
negativas.
ánimo;
o
considerarla
como un
sentim iento gene ral
que hace
leer
positivamente las difer entes situac iones
de
la
vida.
Enf atiz a
el
bie nesta r
psicosoci a
l
con
estudios
sobre el Bienestar
Psicol ógico (Ryf f,1989)
y el
Bienestar Social (Keye s,1998):
desarrollo,
afront amiento, esfuer zo: propós ito
del
viv ir; pos ibi lidad
de
interven ir
el ambiente.
De
la satisfacción socio econ ómica
a
la satisfacción psico s
ocial
El Antoniano
130 /
junio
2015
30
estado
afectiv o
de
sa tisf acció n
plena que
experiment a subjeti vament e
el individuo
en posesión de un bien
anhelado ”.
Son
propiedades de
la conduct a feliz :
a)
la
vive nci a
de un
sentimient o íntim o
de
sa tisf accn ,
componente subjetivo
indivi duali zado r;
b) es un ´estado´,
pos
ee
est abilida d tempor al,
y aunque es
duradera, es
perecibl e;
c) supone
la
posesión de un
´
bien´;
el
´bien
deseado´, es el objeto
anhelado
el
q
ue
hace
la felicid ad
de una
persona;
d)
es
te
bien generador de
felicid ad
es
d
e
natu ralez a va riad a (mate rial ,
ético,
estético,
psicol ógico , religioso , soci al,
etc).
S e
trata de cosas a
la s
que
la s
personas les
asignan
cualid ade s axiológic as
o valencias
posi tiva s: un a
´cosa´ deviene en bien
deseado por el
val or
que le
atribu ye
una
persona, de lo
cua
l
se
infie re
que
la
cosa
deseada no
neces ariamen te
posee un
val or intrí nsec o
y que un
mismo
bien no
siempre genera
la felici dad
de todos los
indivi duos ;
y, e) es
posibl e
que en un
tiempo
históric o
y en una cultura
determin ada , las aspi racione s
colectivas
pueden
coincidi r
en desear
algú n
bien
o
bienes (Ala rcón ,
2006; 99).
La felici da d
puede
plantearse
como
rasgo o como estado, con
dos
pers
pectiv a
s
de abordar el tema:
la
Tradició n Hedó nica
o del
B
ienest a
r
Subjeti vo
y
la Tra dició n Eudaim ónic a
o del
Bienesta r Psicológic o (Cuadr a
y
Florenzano,
87/ Zubieta,
Murator i
y
Ferndez ;
2012).
Se suelen
con sider an sinónim as
las
expr esio nes: sat isfac ción
por
l
a
vida,
bienest ar sub jetivo , felicid ad,
bienestar
psicol ógico ,
todas
incluida s
en
la
dimensión
psí quic a
de
la calid ad
de
vida .
No obstante,
anal izándo las, podr ían
verse
dif eren cias
en base a
l
a
inclusi vida d (una s
más gericas que otras),
al ángul o
metodológic o
(por
parcela s
o áreas de
experienci a
o en
término s eval uativ os
globale s),
a un elemento
actitudina l
preferente (el aspecto
cognitiv o
o el
aspecto
afectivo) ,
etc.
4.2
Componentes
Para Diener, el
biene star
es un
constructo que presenta
diferentes componentes:
Área s
de
la vi da: Trabaj o , fam ilia ,
tiempo
libre, salud ,
f i
nanzas ,
sí
mismo, grupo
soci a
l.
Sati sfacció n
con
la vida :
Deseos de
cambio s, satisf acció n actu al,
con el
pasado, con
l
as
persp ectivas
futuras,
percepción de los ´otros
signific a
tivo s
´
acerca de
la vid a
y el
modo de ser.
Componentes de
afecto s
p
ositivos:
Alegría , regocijo , orgullo ,
apego,
felicid ad,
éxtasis.
Afecto s negativ os: Culp a
y verenza,
tris teza , ans iedad ,
i
ra,
estrés,
depresión, envidia.
R y
f f
ha propuesto
sei s dimensi one s
para
oper acionali zar
el
Bienes tar Psicológic o
(
en
Zubieta,
Murator i
y
Fernández,
2012):
1)
Autoaceptació n. Senti rse
bien
consigo a pesar de
la concienci a
de
la s
propias limitaciones.
2)
Relacione s positiv as
con otras
personas.
Relacione s soci ales
estables con gente confiable.
3)
Autonomía .
Sostener
la
individu alidad
en contextos diversos,
auto determin ación
para
resis tir
la
pres i
ón
so cia l
y para
autorregula r
el
comportamiento.
4)
Domini o
del entorno.
Sens ació n
de
influenci a
del entorno para satisfacer
deseos y necesidades.
5)
Propósit o
en
la vida . Met as
y
objeti vos
que permiten dotar
la vi da
de
cierto sentido.
6)
Crecimien to personal. Interé s
por
des arroll ar
potencialidades.
El
concepto de
Bienes tar
Soci a
l
de
K
eyes
(199 8) contiene cinco dimensiones (Bla nco
y
az,
2005):
De
la satisfacción socio econ ómica
a
la satisfacción psico s
ocial
El Antoniano
130 /
junio
2015
31
1)
Integración social. Evalu ación positiva
de
la calidad
de
las relacio nes
con
la
comunid ad
on
sentimiento
de
pertenencia
soci a
l
con
famili a, ami gos,
vecino s,
etc.
2)
Ace ptación social. Actitu des
pos
itiv a
s
hacia
otros;
aceptación
de lo
positivo
ylo
negativo.
3)
Contribución social. Sentimiento
de
pertene ncia
yde
utilid ad
como miembro
de
la sociedad
y del mundo. Provecho,
eficacia
y
aport ación al bien
común.
4)
Actualiz ación social. Confian za
en el
progreso yen el
cambio
y
futuro soci al,
en
su
potencial
de
desarrollo
y
bienest ar
en
búsq ueda
de metas de
las
que podemos
beneficiarnos.
5)
Coherencia
social . Sens ación
de que se es
capaz
de entender
lo
que sucede a nuestro
alrededo r
con un orden
y
un
funcion amient o aprehen sibles,
coherentes.
Reynaldo Alarcón
(2006; 104) por
a
nálisis
facto rial estableció
cuatro
dimensiones
de
la
felicidad:
Facto r
1:
Sentid o Positiv o
de
la
Vid a
.
Est ar libr e
de estados
depresivos,
fracas os,
pesimismo.
Facto r
2:
Satisf acció n
con
la
V
ida.
Valor ació n
de
log ros
y percepción de
aproxim ación
a los ideales.
Facto r
3:
Realiz ació n
Personal.
Sens ació n
de posesión y
conserva
ción
de lo querido;
placide z
producto de
la
orient ació n haci a
los ideales.
Facto r
4:
Alegrí a
de
Vivi r. Vi vir
como
expe rienci a maravillos a,
como estado de
placi dez
estable.
4.3 Condiciones y
Manifestaciones
del
Bienestar
4.3.1 Condiciones
psicosocial es
del bienes
tar
4.3.1.1 Calidad de la sociedad
Una
nación difiere
de otra en
cuanto
a
satisf acción,
debido a su ´habitabilidad´
(livabili ty) dife rencial
con componentes a
menudo
conectados
que se
condicionan:
La satis facc ión
con
l
a
vida
es
mayor
e
n
naciones
prósperas, pero
las
correlaciones entre
sati sfacción
y
situ ación
de ingresos son
fuertes
en
paí ses
pobres
y
débiles
en
naciones
ricas.
El nivel
de
la desig uald ad acen túa
el riesgo
de
acontecimientos
f
rustrant
es.
Es la
desig uald ad la
que
pro picia actitudes
de
disc riminación
como
posici ones
de
supe riorinferior
y
tendenci as
a
la
igual a
ción
o
superación
por admirables
esfuerzos
o por medios
ilícito s. Mir ar
a
otros desde
altu ras diferentes
—desde
arriba
o desde
abajo
promueve el
egoísmo, la codicia
y
la envidi a;
el uso de
compen saciones median te la menti ra, la
fa rsa, la vi olencia,
el
estr opicio
yel crimen.
El
acceso al conocimien to
y
la
educación:
En
una
sociedad tecnológica
y
tecnocrática este
valor
se
va
desvan eciendo;
e
l
potenci a
l
de
nivel ación
y
super ación
que
la
educaci ón posa
se ha
reducido
a
l
esca s
ear
las po sibilida des
de empleo y po
r
la exi gua re tribución
a
l
esfuerzo.
Hay socied ades
en
las
que
la
pertenencia
a
grupo
ereo
(expl otació n
in fantil ,
descuido
de
la senilida d)
o
grupo
de nero
(mac hismo , rituales islámicos , etc) incid e
en
la felici dad
de
la
gente
m ás all á
de
las
simples
condicione s biológica s (¿po r
qué son, por
ejemplo , los varo nes algo s felice s
en
algunos países y las muje res
en otros?).
4.3.1.2 Por encima del
nivel
de
subsistencia
Quien ha
logrado
vencer el
ni vel
base
d
e
sub sistenci a,
se
siente
en
condici ones
de
dis frut ar
de
la vid a. La in sati sfacción
prevalece
en
naciones
en
precariedad
de
oportunidades
y
posibili dade s.
Son causales
de
infelici dad las
con diciones muy malas
de
un
país
pobre, o
la ap arición
y acumulación
de
tensiones materiales
y
sociales
por su
repercusión
en
la elabor ación
y
proyecci ón
a
metas.
Las
personas de naciones
depa uperadas al comparar sus estilos
de
v i
da
De
la satisfacción socio econ ómica
a
la satisfacción psico s
ocial
El Antoniano
130 /
junio
2015
32
con
los
de
las naciones
materialmente
acauda ladas, agud izan la percepción
y
sen sibilidad
de su pobreza relativa.
4.3.1.3 Deprivación y saciedad
Los
estados
dep rivaci onales soci ales
crean
contextos frustrantes
y deprimentes
gener aliza ndo la vivencia
del
male star
y
poniendo a prueba
la cap acidad
de
resiliencia
de
la
gente para soportar y
comb atir la
advers idad
y el uso de
sus capa cidad es
de
afrontamien to
para
reducir
el impacto
psíquico concomit ante, directo
y
colater
al
sobre
indivi duos, vecind arios
y comunidades.
También
es cierto que
la ansied ad
en su
proporc ión debida
es un
motivador
para
la
sagac idad
y
la creat ividad;
más
allá
de
ci
erto
s
niveles
se hace
intoler able
y neurotizante.
Parajic ament e
la sacied ad tambié n
puede
ser
causa
de
infortunio , ya
que suele
aco mpañar la el has tío y
l
a
fal ta
de motivación;
puede ser terreno
rti l
o
para el ocio
creativo
o
para
e
l
desacat o y la
pervers ión (disn omia).
El
´sobrante de
riqueza
o de bienesta
pu
ede
defo rmar y
corromper
las
costumb res,
v
alores
e
ideale s
de
la socieda d, llev ándol a
a
dep ravació n y
a
una indiferenci a
por el
envilecimiento ,
elementos
destructivos
de
la
convive ncia
humana.
4.3.1.4 Curso de los acontecimientos
vitales:
fortuna y desgracia
Unos encuentran reiteradamente
problem as (accidente s, despido s,
grescas
famili ares,
enferme dades,
etc). Otros son
afortun ados:
conocen gente
agradable,
son
promocionado s,
tienen
hijos exitosos,
etc.
Situaciones fortui tas
pueden
cambiar
el curso
de
la existencia influye ndo
en el balance
entre
acontecimientos favorables
y adversos.
Es
común que
la
gente reconozca ´golpes
de suerte´, y que lo
ca
sua
l
de
la circunst ancia
sea
percibido
como
decisi vo po sitiva
o
negativamente
en su
vida posterior:
no cabe
duda de que
cada línea
de acontecimientos
tiene su
propia lógica, perce pción
que se
pierde cuando uno se pone a reflexionar
sobre el porqué
dichos cauces
conflu y
eron
en el
espacio
y el
lug ar
´pr
eciso s
´.
4.3.1.5 Personalidad
La satisf acción cor relaciona bien
con
la
buena
salud
f
ísica
y
mental,
con
la asert ividad
soci a
l
y
la em pa a,
con
la extr over sión
y
la
apertura a
la experienci a.
Puede ser que
algún
elemento sea
temper amental,
derivado
de
tende ncias congénitas
de funcionamiento
del
sistema nervioso
(as
í
lo
dicen
estudios
con
gemelos univitelin os, diviteli nos
y
adopt ados).
Pero
los
productos de
la
herencia
están
expuestos
a
la
variabilidad
medioambie ntal,
y
operarían
de un mod
o
indirecto
en el
bienest ar
a
través
de rasgos
como ´energía´ y
´res
istenci a
´
que
incidirí an
en el estado de ánimo.
En los
años
sesenta
con el descubrimiento
de
los
centros
cerebr ales
del
placer
se
avanzó
en
la comprensión
de
los
fenómenos
de
la afectivi dad (Old s,
1956:
Roll s,
1979).
Pero no
existe
un
lóbulo
o
glándula
de
la
felicid ad,
pues todo es un
tejido
hecho de
hilos
bio–psico–sociales.
La ex traversión
influye
en el afecto
posi tivo
y el
neurotici smo
en el afecto
negativo (Costa
y
McCra e,
1980). Según
Gray (1991),
dos
sist emas
cerebrales
influyen las diferenci as
de
la per sonali dad:
el
sistema
de
activ ación conductual
(
BAS
)
sen sible
a
los
premios,
al
no
malt rato
y a
conduct as
de
acercamien to;
y el
sistema
de
inhibición conductual
(BIS) sensible
a los
signos
de
castigo,
no premios y
al
freno
conductual
ante
la am enaza
pun
it i
va.
Estos
mecani smos
facilita an
una
acentuación
de
las viv enc ias
en
l
os
tonos
agradab les
o
desagradables
de
las
experiencias.
4.3.2
Manifestaci ones
Psíquicas
Relacio nadas
con la Dimensión
Satisfacción–Insatisfacción
4.3.2.1
La
Experiencia hedónica y la
capacidad de disfrute
La experiencia hedónic a,
por su
compleji dad,
no está
bien
comprendida.
Pero tiene que ver con
necesidades.
Maslow propuso una
jerarquía
de
De
la satisfacción socio econ ómica
a
la satisfacción psico s
ocial
El Antoniano
130 /
junio
2015
33
necesidades
instintoides
que
ac tivan
y
dirigen la
conducta.
La ex periencia,
el
aprendiz aje
y
la
s exp ecta tivas las afectan
(Schultz
y Schulz,
2011; 303).
Conforman
una
pirámide
en
cuya
base se encuentran
las
necesidades
fisioló gicas
(hamb re,
sed, respiración,
evac uación,
reposo, sexo,
evitac ión
de
l
dolor),
le
si guen las
de
seg urid ad
(protección del
pelig ro
y el
rie sgo),
co ntinúan las
de
afili ación
(amor y
pertenencia), las
d
e
estim ación
(recon ocimiento,
f
ama,
poder)
y
las
de
auto rreali zación (actu alizaci ón
de
ideales,
va l
ores)
.
S i un a
persona
ti
ene
una
creencia ,
por
s
absurda
que
ésta
sea
tendrá
una
determinada
consecuencia;
imp resione s subjetiva s
al
ser
proyectada s
en
la
realidad
llega n
a ser
verdaderas
para
quie nes
las
proyectan
A
menor
j
erar
quía
de
la nece sidad
mayor
fuerza, potencia
o
priorid ad
y
cuanto
mayor
su
altura
o
jerar quía
menor su
indis pens abilida d,
por ser de menor interés
para
la superv iven cia. Las necesi dades
de
alto
nivel tardan
en aparecer; su efecto
fa
vorece
el
sentimiento
de felicidad.
Unas necesid ades
son
dominantemente
psico fisiológic as
y otras
dominantemente
psico sociales
(Cohen,
1973; Reeve, 1999).
Los motivos
pueden
autonomizarse:
“motivos
que
estuvieron
condicionados
por
las necesid ades
biol ógicas
pueden
convertirse
en
motivos
en
mismos
después de una
utili zación repetid a”.
El
avaro
aprendió el
val or
del dinero para adquirir
bienes;
pero
lue go la adqui sición
de dinero
se
autonomiza (Darle y, Gluck sberg
y
Kinc h
la
,
1990; 447).
A
todo esto hay que
añadi r
que también
ha y
modos de
satisf acció n
comunes y
saluda bles ,
y modos de
satis f
acc i
ón
extra ñ
os
y perversos,
l
o
cual
está más
vincul ado al
sistem a
de
valore s
de un
grupo
soci a
l
que
a l
sentido
bioló gico
estric to
que contiene
la
necesidad.
4.3.2.2
Euforia
y penuria: acontecimientos
agradables y desagradables
Acontecimiento s adver sos
provocan
reaccio nes parecid as
en
la
mayoa,
cuando exceden
la adapt abilida d
humana.
Dentro de esos
límites , la s
reacciones
difiere n
de acuerdo con experiencias
pasadas ,
con el
sig n
if i
cado
atrib uído
al
suceso y con
la resi stenci a
psicológica.
Bec k
(2000) compro que los
depresi vos
reportan
contenido s
ideativos
negati vos referido s
a
sí mi smo ,
a
l
mundo y
a
la ex p ec tativ a
para el
f
utu
ro.
Elli s
y Rehm dicen que
la
depresión se
origin a
en
autodev aluacione s,
en
la
atenció n
selectiv a
a hechos
neg ativo s
y en
esfuerzos
con tasa
baj a
de
autogratific a
ción
y
alt a
tasa
de
autopunición .
Fórmulas
verb ales
pe yora tiva s lleva n al
pesimismo
repercutiendo en el desempeño real.
L
a
rumiaci ó
n
negativa
(repaso
infructuo so
de
lo
des agra dable )
reduce el
nive l
d
e
bienestar.
Confirm ando
a
la
vez que ampliando
esto, el modelo de
Seligma n exami na
dos
conceptos:
La
desesperanza
aprendida ,
e
xpec
tat i
va
de
inminent e
f
rac a
so
o
pérdida
de
situacione s
no
controlable s
e
inesc apable s;
por creer que cualquier
cosa que se
hag a
no tendrá efectos
positivo s. Entonce s
el sujeto
a
l
quedar
De
la satisfacción socio econ ómica
a
la satisfacción psico s
ocial
El Antoniano
130 /
junio
2015
34
inerme ante el
acontecimie nto
ni
huye, ni se defiende.
Y
el
estil o explicati vo, la form a
que
elegimo s
para entender por
q
ué
suceden
l
as
cosas que nos pasan y para
dar respuesta a
l
a
sit uaci ón:
un estilo
explic ativo optimist a
bloquea
la
expe rienci a
de desamparo; un estilo
explic ativo pesimis ta
hace que dicha
expe rienci a conti núe,
se
ampli fiqu e
y se
propague a otras situaciones.
La
Quejum
bre
Si pre valece la sati sfacción,
eso no
evita
el
suf rimiento
y
las que jas: ni
el más
feliz
está
libre
de
la preocu pación.
Habrá
´satisfacción preocupad porque
siempre
habrán
res quicios
por donde se
f
iltre
la
infelicid ad
sin que uno
mismo
sea su agente,
pues otros
—a
veces extraños
pueden serlo, nos
la
traen; o
vienen
de un entorno del
cual
no somos
res pons ables. Es imposible
anular
a cero el dolor y el
peligro (y
no
va
mal
vi v
ir
algo
preocupado a modo de
prevención
y precaución).
4.3.2.3
¿Capacidades
y Propósitos o Azar
e
Incertidumbre?
Lo
que nos ocurre en
la vida
es en parte
asunto
de buena o
ma la
suerte, de
l
azar,de
líneas
de
acontecimientos
que no
sospec hamos
en qué momento nos
encontrarán
j
ustamente
en su encrucijada
(un hecho
fortuito
a
favor
o en
contra).
Por
tanto,
la po sibilidad
de que ocurran
acontecimientos
´gratos´
o
´desafortunados
´
no es
igual
para todos: es
producto de
la biogr aa perso nal
del sujeto,
de
la histo ria social
de su
colectivo
y, además,
de
la circunstanci a. Algunos sucesos
son
asunto
de buena o
mala
suerte y ocurren
con
independencia
de
la posición social
o
la
s
capacida des
(
V
eenhov
en, op.
cit.;
11).
¿Realidades
o Ficciones?
Lo
bien o mal que nos
sintamo s
también
depende de
disposici one s
e
interp retacione s.
Los
estados depresivos
se
intensifica n
o atean según el estilo
interp retati vo (si optimist a
o
pesimi sta) .
El
denominado Teorema de Thomas, está
formulad o alg o as í
como que
s i
una
persona tiene una
creencia,
por más
absurda que ésta sea tendrá una
determin ada consecuenci a
(no
impo rta
s
i
coherente o
desfasada :
tendrá una
consecuenci a
en
la
medida en que
la
creenci a
determina actos y éstos,
efectos);
impre sione s subjeti vas
a
l
ser
proyectadas en
la re alida d llega n
a ser
verdaderas
para quienes
l
as
proy ecta n : si
la s
personas
define n las situacione s
como
reales, éstas son reales en sus
consecuencias.
En el efecto
pigmali ón, la s creencia s
y
expectativ as
de un grupo respecto a
alguie n afecta n
su
conduct a
provocando en
el grupo
la confi rmació n
de dichas
expect ativ as. El m arketi ng
crea
f
icciones
soci ales
de
cuya con vicció n
dependen los
bito s
de consumo.
Lo
que nos hace
felice s
o
in felice s
no son
la s
cosas
ta
l
como
objetivament e
son, sino lo que son para
nosotros y
l
a
manera como
la s
miramos”,
escribi ó Schope nhauer.
En
cienci a
no
pocas veces el
prejuici o
o el paradigma
han hecho ver
l
o
que no
exist ía
y negar lo
existente.
La le y
de
Vic o
dice que
La fam a
crece
con
la dist anci a
y
dismin uye
con
la
presencia ,
que en su
forma newtonian a
se
exp resaría
como:
La cre dibilida d
crece en
form a inver sament e proporciona l
a
la
dist ancia
(
´dis
tanci a
´
más que
geogr
áfic a
,
soci al): mient ras
más
lej ana la situ ació n
a
vivi rse
más
posibl e
que un perceptor
pesimi sta inc rust e
sus miedos para
implement ar la
escena
catastfic a;
y un
perceptor
optimist a
se hará excesivas
ilusione s
de éxito. Cuando
la dist anci a
se
acorta,
la reali dad
se impone mejor y
oblig a
a los
reajustes
del caso.
Lo
cierto es
que, mentalmente, el
depresivo
padeció
su drama y el
eufóric o
paladeó un triunfo
del que
la reali da d
puede
de silusion arlo .
Y
,
además
la
f
ant a
sí a
o
ficció n
puede modular
el
compor tamient o
concreto del sujeto.
Y
habituarlo.
De
la satisfacción socio econ ómica
a
la satisfacción psico s
ocial
El Antoniano
130 /
junio
2015
35
De
la satisfacción socio econ ómica
a
la satisfacción psico s
ocial
El Antoniano
130 /
junio
2015
36
4.3.2.4
Resilien cia
y
V
ulnera
bilidad
La resiliencia
es
la capac idad
para
soportar,
enfrentar
y superar
la adv ersidad;
f
uerza
y
energía
y
perspic acia
para
resis tir
y
p
ersi s
ti
r
.
La vulnerabili dad
es
la falta
de recursos
psí quicos
y
soci ales
para
enfrentar
los
obstáculos
y
des grac ias,
una
propensión
a
ceder y a
declin ar
en
la
ruta para
conseguir metas.
Es posible
pensar en
una dimensión respecto del grado de
tenaci dad
para seguir en
la luc ha
o para
dejarse
vencer.
En
ello
juegan varios
facto res, condiciones
y rasgos.
La
persona
sometida
a
estímul os
depresores
inescap ables ,
de
los
que
intent a
sali r
o
supe rar y
n
o
puede,
viv e
un estado
de
resignac ión, renunc iando
a
hace r algo
por
sobr
epon
erse:
si la
depresión
se prolonga
puede
llega r
a
la
cronicidad.
Optimismo y Tenacidad
E l
logro de
satisf accione s
s
ignifica t
ivas
está
relacio nado
con el éxito y el
optimi smo;
y su
fraca so
con el
pesimismo y
la
depresión.
El optimism o
es
la
tendenci a
a esperar del
futu ro
resultados
favora bles ;
es un rasgo
dis posicion a
l
que media entre los
eventos externos y su
interpretació n personal,
con
componentes
cognoscitivos ,
emocionale s
y conativos; suele
con duci r
a
la per sever ancia .
L
os
optimista s
son
personas que
si n
negar sus
problem as,
tienen
esperan zas
y crean
estr ategia s
de
acció n
y de afrontamiento.
El optimi sm o inteligent e serí a
una forma
reali sta
de ver
la s
cosas,
diferent e
del
optimi smo absolut o
e
incon diciona l
ydel
optimism o ingenu o (Cuadr a
y
Florenzano, 84).
Segú n
D.
Gilber t
de
la Uni versi da d
d
e
Harvar d,
n
si la s co sa s sale n
mal es
posibl e
ser
feli z
pues nuestro ´sistema
inmun opsicológico ´
protege nuestros
sentimient os
de
f
elicida d
n
s
i
la s
cosas
no
salen
como
qui siéramo s,
lo
cua
l
nos
lleva ría
nuevamente a pensar en
la s
raíces
temper amentale s
del bienestar.
Resistencia
o Resignación
Es
una
fal acia, piens an algun os
críticos
soci ales, la idea
de
la satisf acción
de los
ciuda danos
de
las
modernas naciones
occident ales:
eso
sería simple
producto de
una
triste adaptaci ón
por
pérdida
de
esperanza
de una
mejoría
y un
ajuste
a lo
inevit able median te estr ategias
defensivas
como
negaci ón
del
sufrimiento,
comparación con
niveles inferio res,
tendencia
a ponerle color a
cosas
que de
verdad
son
gris es;
o, lo que
llam aríamos
un
uso del ´recurso de
valora c
n
´:
resaltar
lo
posi tivo actual
y
renunci ar al balance
glob a
l
de una existencia poco
satis fact oria.
De ser
así, ser ían
los
depresivos quienes
ven el
mundo más realistamente.
Debiera
explo rarse la rel ación
entre
resi stencia (la
persona
percibe
su
f
alencia
yel
problema,
pero lo
enfrenta
y lo soporta
pensando en que
la situación cambia
o que
puede hacer un
esfuerzo
para
disminuí rla)
y
resignación
(estado por el
cual la pugna
por
ser
f
eliz
ha
cedido
y se
acrecienta la
conformi dad
con
la con dición
inadecuada
incluso
con
riesgo
de un
incremento
de
la
misma).
La des valide z aprendid a design a
la
convicció n
de que nada se puede para
mejorar una
situació n negativ a
(
Marti n;
380;
Wittig ,
1982; 47).
La
persona
someti da
a
esmulo s
d
epresores
inesc apable s,
de los que
intent a sali r
o
superar y no puede,
viv e
un estado de
De
la satisfacción socio econ ómica
a
la satisfacción psico s
ocial
El Antoniano
130 /
junio
2015
37
resignación , renunciand o
a hacer
alg o
por
sobreponerse:
s i la
depresión se prolonga
puede
lleg ar
a
la cronicid ad ,
como rasgo
o
estado en
l
a
persona.
4.3.2.5
El
Orgullo y la
V
ergüenza
Los sentimientos
y
las
emociones
refuerzan
o
inhiben experienci as
tiñéndolas
de
matices agr adables
o
desagradables
q
ue
impuls an
o
frenan
el
comportamiento.
El
yo
se
experimenta
como pod
er
(autodeterminación)
y como valor
(
autoestim a
).
El
sentimiento
del propio poder es el
grad
o
en que se
expe rimenta la pro pia
potenci a
lidad
y
la confian za
para
enfrentar,
mantenerse
e
imponerse ante
las dificult ades.
La
gradualidad
del
sentimiento
del propio
val or
se extiende entre
la sobre valor ación
y
el
sentimiento
de
infe riorid ad.
A
mbos
sentimientos
pueden
sustentarse
en
valores
reales
u
observables
o en
ficciones
y simulaciones.
En
la nece sida d
de
estim ació n
el
hombre
busca
su
valo r
en el espejo del
juici o
de sus
semejan tes;
en
la
necesidad
de
autoe stimació n
lo busca en su propio
juicio .
Cuando esta
necesida d
de
autoe stimació n
se encuentra insatisfecha
aparecen
la s vive ncia s
de
inferio rida d
(por
situ acione s
en
la s
que
percibimo s
que no
hemos
sali do air osos )
y de vergüenza
(..."cuand o
se ha perdido el
prestigi o
que
se
posa") ;
el desprecio de
s
í
(cuan do
uno
mismo atenta contra sus propios
valores )
y el
arrepentimient o (angustio so
deseo de
reponerse y de recuperar
valía )
y
la
contumaci a (defectu osa dispo sició n
para
arrepentirse por estar sólo orientado
p
or
la valoraci ón
del ambiente).
Los mec anismos
de
defe nsa
también
pueden entenderse como maneras
d
e
reducir
el
impacto
de
la ansied ad
en
la
autoestima
procurando
elimina r, disimular
o
jus tificar las dison ancias
y contradicciones
respecto de
nuestra
I
magen
del
Yo
(
Ko
n
,
1984; 78 yss).
Adler explicó
el
f
uncionamie n
to de
la
personali dad
en base a
la
relación
sentimiento
de inferioridad–
compensación en 3
grad os
u órdenes:
la
de
primer
orden combate
la inferio ridad
en el
mismo
terreno de
la limit ación
o defecto,
buscando
equilibr arla
o
suprimi rla; la
de
segundo
or
den
es
la compens ación
por
adie stramie nto
y
desarrol lo
de
capa cidades
para
invi sibilizar
o
equilibr ar la presión
del defecto
o
insuficie ncia;
s
i
estas salidas
a
la inferio ridad
se
traban el
sujeto trata
de
ganar se prestigio
a
cualq uier
precio, a
través
de una
compen sación
fic ticia
o
llamati va
per
o
desadaptada.
4.3.2.6
El agravio
y el
perdón
Rodríguez , Russiá n y
Moreno
(2005
)
admini straron el Tenness e
Sel f
Concept Scale
(con dimen siones
de
identid ad,
a
utosa
tisf a
cción y auto percepc n); el
Invent ario
de Cociente
Emociona l (EQi) (co n
las sube scala s
de
flexibili dad , toler anci a
a
l
ests
y cont rol
de
impulsos ) y el Cuestionari o
de
Actitude s
ante
Situacione s
de
Ag ravi o (CASA ).
Es te
último
presenta
10
situaciones breves
de
ofensa,
inju stici a
o
violenci a para dar una
respuesta
situándo se
en
el caso del agraviad o
(Mo reno
y
Pereyra,
2000; 25).
Las resp uestas posib les
ha
sido
cl
asif i
cadas
como:
Respu estas pasivas
o Inhibidas
(Sometimiento
y Negación);
Respu estas agr esivas (Host ilidad, Rencor
y
V
enganza);
Conductas prosociale s: Reclamo
de
Explic ación,
Perdón y
Bús queda
d
e
Reconciliación.
Adem ás, la
prueba
consi dera
s
ituaciones
en los
Ámbito s
del
Trab ajo
(T), de
la
Amista d (A )
y del
ncul o
con los Padres
(PM )
y de
Relació n
con
la Parej a (P )
y
ámbito de
la Relació n
con Dios u
or
den
suprapersona l
(D).
La tole rancia
a
la
f
rust
ración
al
manejar
posi tivam ente las situac iones
adversas
y
De
la satisfacción socio econ ómica
a
la satisfacción psico s
ocial
El Antoniano
130 /
junio
2015
38
control ar los problemas
o
crisis dismin uye la
propensión
a
la
respuesta
agres iva.
L
a
flexibili dad
del yo permite una
adaptación
a
los cambios sin pér dida
del equilibrio
emocional a
como
probabili dad
de
negar
o
excluir
de
la conciencia
el hecho
agraviante.
En adolescentes
con mayor
control
de
im pulso dis minuyen
l
as
respuestas
agresivas de
venga nza,
rencor
(expe ctativa
de daño
del
agresor)
y
hostilid ad,
con
incremento
d
e
las
de perdón ante
los agravi os.
L
a
autorregul ación emocion al,
como habilidad
para
res istir los
o
posponerlos,
f
avorec
e
la
intuición
de
la res pons abilidad
en
la
respuesta
Evoca r acto s
sublimes,
reconocer
la
generosidad,
el
hersmo,
el sacrifici o y
la
virtud provoc a una
emocn
de
elevac n
que
incrementa
la sensibilida d
para
cooperar y
para
experimentar
orgullo
por
las buen as intencio nes
y
acciones .
y
la actitud
serena
f
avo
reciendo
la
respuesta
prosoc ial
a
través
de una
actitud
de perdón ante el
agra vio
y una mayor
indulgencia
ante eventos
suprapersonal es
dios,
destino, etc—.
La conducta prosoc ial favorece la
empatía y mejora
vínculos
de apoyo y de
logro
por
las consecuenci as positiv as
en
quienes
son objeto de esa
conducta
—aún
cuando,
por supuesto,
también existe la
ingr atitud .
L
as
conduct as
en
beneficio
de
otros repercuten en
la valor ación per sonal,
reducen el
dogmatismo
y
favorecen
el
ajus te
a
situ aciones
y
condiciones
cambiantes.
4.3.2.7
El flu jo
de experiencias vitales
Csiksz entmihalyi (1999)
exploró
la
expe riencia
de
f
lujo
como
dimensión
d
e
felicid ad, definida
como el
“estado
de
envolvimiento total
en una
acti vidad
que
requiere
concentr ación complet a
o “el
estado en
e
l
cual las
personas se
hal lan
tan
inv olucradas
en
la ac tivi d ad
que nada más
parece
import arles; la ex periencia,
por
s
í
misma,
es tan
placentera
que
las
personas
la
realiza rán incluso
aunque
tengan
un gran
costo, por el puro
moti vo
de
hacerla : la
felicid ad po dría en focar se
en
los
procesos en
que
la conciencia humana usa sus
habili d
ades
y
las obser va disfrut ando
de
ell o,
como
s
i
como
hubiera escapado
de
las
condiciones
témpor o–espa ciales rutinarias,
y en que una
especie de
fruición parecie ra acompañ ar
el
proceso de
la acción. La flui dez
es un estado
emocional positi vo
de
domi nio
y
gran
júbilo,
de tan
gran placer
que reduce
la
sensación
de
fatiga
y
tensión
del
esfuerzo
y los
obst áculos, confirien do resi stencia
y
per sistenci a, transfo rmando la experiencia
en
motivo
de crecimiento.
Elevación
y Éxtasis
Contempl ar
o
evocar actos
sublimes,
reconocer
la
generosidad, el heroísm o,
el
sac rifici o y la
virtud provoc a una emoció n
de
elevaci ón
que
incrementa
la sen sibilida d
para
cooperar
y para experim entar orgullo
por las
buena s intencione s y acci ones.
A la vez ,
la
s
pers onas ayudada s exper imentan y
expresan
grat itud , y
l
os
observadores
deseos de ser
mejores
personas.
La esp iral positiva
provoca
efecto s sociale s
de
altruismo contribuye ndo
a
cohe siona r el tejid o socia l (Fredri ckson ,
2001).
Para Perls, desarrollar se
es
am pliar
el
autoconocimiento
con
la
conciencia
plenamente
despierta
y
concentr ada
en el
aquíahora. “Darse
cuenta o saber, es
prestar
atención al
primer
plano
que surge
permanentemente de
la pro pia
per
cepció n
dejando
que
fluy an
libremente las
relaciones
entre
l
as
formas
y
fondos
sucesivamente
(Fadim an
y
Frager,
1979; 181, 182).
El
awarn ess
es
la intro spección flue nte
en
De
la satisfacción socio econ ómica
a
la satisfacción psico s
ocial
El Antoniano
130 /
junio
2015
39
medio de
las si tuaciones
que permite
identific ar la
necesidad domin ante
en el
momento y
la
mejor
opción
para
s
ati s
face r
la,
sin dejar
de estar
“b ajo la influencia
de un
flujo
permanente de
formaciones
y de
disol uciones
de
‘gest alts (Ginger
yGinger,
1993; 147–149).
Una
caracte rística res altante
de las
personas
autorrealizadas, según Masl ow,
son
las
´
exper
iencias
cumbre´:
expe riencias
de
éxt asis,
asombro y
admir ación
en que
la
s
dimensi ones témpor oespaciales
parecen
anul arse
y de
la
cua
l
el
indivi duo
parece
resultar renacido, transforma do
o
fortalecido
(Schultz
y
Schult z,
2011; 309).
El éxtasis
ha
sido estudia do
como una
alter ación
de
conciencia típico
de
la
expe riencia stica, cuy as caracterí sticas
son
(Kaplan
y
Sadoc k,
1994; 156):
Inef abilida d:
se recurre a
metáfo ras
y
alego rías ético es ticas
para
descr
ibirlo.
Noe sis: iluminación
y
revel ación
de lo
trascendente
tras
la ap ariencia
de
las
cosas
simples.
Transi tori edad: Es éxtasis
es breve, pero su
efecto
prolongado;
es una
vi v
encia
transformadora.
Pasi vida d:
Se
vi ve
con
privación
d
e
voluntad propia,
como
si
una
voluntad
supe rior la
sometiera.
‘Unión Mís tica’:
Sensaci ón
de
absorción
en
la uni dad
de
la infini tud
cósmica.
5. ECONOMÍA
Y
FELICIDAD
El
bienest ar indi vidual
es
la conciencia
de
haber
cubierto necesidades personales;
el
bienest ar
soci a
l
se
refiere
a conjuntos
soci ales,
con
indi viduos satisfec hos.
Ser
feliz
es
sentirse bie n, disfrut ar
de
la vida
y quer
er
permanecer
as
í.
En
la
teoría
económic a
ortodoxa, un
indivi duo
percibe que su bienestar
(utilid ad )
es superior
al ma ximiza r
su
consumo en
depen dencia
del
ingres o
y los
precio s
de mercado.
Tal cone xión
tiene su
mite ,
a
pa rtir
del que el
impac to
de
crecimient o
en
la felicid ad
va reduciéndose
hast a
acercarse a cero (Pena y
S
ánch ez,
2007; 5).
5.1
Felicidad
e Ingresos:
La
Paradoja
d
e
Easterlin.
La ley
de
los rendimientos
marginales
decrecientes
se puede
aplic ar
tanto a
la
renta
y a todo lo que
la
renta puede comprar:
aumentos
suce sivos
en
sus niveles
generan
elevaci ones p rogre sivame nte
menores del
bienest ar subjetivo.
El
dinero es importante
en
la medi da
en que es un medio paralograr
fines,
sólo
a cor relaciona
con
la felici d
ad.
La paradoja
de
Eas terli n,
expresa que:
e
n
las sociedades desarro lladas
aunque existe
una
relación directa
entre
niveles
de
bienest ar
e
ingre so, pareciera
que una vez
satis fechas
l
as necesi dades básicas,
l
as
personas
se
adapt an al ni vel
económico que
tienen y su
felicid ad ya
no depende de éste;
la rdida
del
status
económico produce
infelicid ad
más duradera que lo
contrario.
L
a
rique za
de un
país
presenta una relación
directa
con
la c apaci dad
de
sa tisf acción
de
necesid ades básicas cotidi anas,
por lo que el
vínculo
entre
bienestar
y renta es más claro
en
paí ses
menos
desarroll ados… (Pena
y
Sánchez,
2007; 7–8).
Esta polémica
de
si las
condiciones
materi ales inciden
o no en
la percepción
d
e
la felici dad,
puede
lle var
a muchas
refle xiones:
por
ejemplo la
ruptura entre el
equilibrio
de un elemento y otro podría
deri var
en una
alteraci ón
y deterioro de
la
vida moral:
un sobrante econó
micomate r
ial
sería dispuesto
para
fines hedónicos,
dando
lugar
a una
confrontación
con
las
normas de
períodos
anteriores
(uno de
los orígenes
de
las tensiones intergene racio anale s),
tanto
como
al surgimiento
de nuevos
planteamientos
axiológicos.
La anomia
(o
disn omia),
para Durkheim,
es
la pérdi da
de
la cap acidad regul ativa
de las
normas para
orientar socialmente
el
comportamiento, provocando
una
crisis
con
De
la satisfacción socio econ ómica
a
la satisfacción psico s
ocial
El Antoniano
130 /
junio
2015
40
desorientación
axiológica
por
la
que los
valor es esta tuidos dejan
de ser
operativos
para
la
convivencia.
La Tabl a
de
Merto n preci sa las
posibles
desviacione s
entre
los fine s y
medios:
innov ación , rituali smo, retraimien to y
rebelión.
5.2
El
Ciclo Generacional, la Noria
Hedónica y la Teoría de la Renta Relativa
Hirschman (1982) sugiere
que
la
generación siguiente
asume como
naturales
los niveles
de
bienestar
y
logros
materiales
de
la
precedente, por loque
las
aspiraciones
surgen
en otros
ámbitos (político, soci al,
etc).
No obstante,
los progre sos
en estos ámbitos
tropiezan luego
con lo
mismo,
de
forma
que
las generaciones
f
uturas retornarían
a
objeti vos
de corte
mat
eriali s
taut
ilitari s
ta.
Por sobre
los niveles
de pobreza,
la
s
difere ncias
de
bienest ar
dentro de un país
presentan una
relación
tenue con
los
niveles
de renta.
Para explic ar
este
resultado
se
consi dera la idea
de
‘noria hedó nica
o
binomio logr osaspiracione s:
a
medida
q
ue
aument an los log ros
del
indivi duo también
lo
hacen
sus aspiracio nes,
con lo
cual
el
ni vel
de
sa tisf acción
se
mantend ría inaltera do.
Una
parte de
l
a pobla cn podría
optar por
increment ar sus niveles
de renta como
medio para
incrementar
su
ni vel
de
bienestar
subjetivo, sin
tener en
cuenta los
costes
deriva dos
en otras
dimensiones
(por
ejemplo: salud
y
capacit ación
personal).
Las ada ptaciones
pueden tomar el
símil
de
una
grade ría
que da
acceso
a
di f
erentes
pisos;
por
la grader ía
se
asciende
o se
descien de
—no siempreporque se empeora
sino
porque es
neces ario.
Por
la
homeostas
is
uno se
sitúa
en un determinado
punto de
la esc ala
y se detiene para
con
oce
rla,
dominarla
y
apr ovecha rla.
L
ueg
o
la ten dencia
es a
subir
con
rie sgo
de caer: y
entonces
actúan las fuerzas morfogenéticas
o
del
cambio. Para logr ar equilib rarse
en
un
piso hay
que haber perdido el
equilibrio
y
la
segu ridad
del
anterio r. La habituación
a
la
expo sición típica
de
la e stimulación
de las
condiciones
y
situ aciones
de un
piso
da
lugar a
la rutina,
genera una especie de
hastío, pero a
la
vez son
los
motores de
la
ambición
(mate rial, social, espi ritual,
de
cualquier
especie), acti vánd ose
procesos
oponentes
motiv acionales
que nos
alej an
del punto
seguropero neutro, como
si
se
tratara
de un
llama do
a
la excit ación
del
riesgo,
de
la
dificult ad
con promesa
recompensante;
las
emociones
amortiguad as
en un punto
muerto de
l
ascenso
se
trans forman
para
dar paso a
la activ idad
de
renovación
o
ampli ación
de metas:
quizá
ocurracomo en
las ideas
de
Solomon Corbit
para
exp licar
las emociones, se produce una
retir a
da
hedó nica’
por
pérdida
de ‘contraste
hedó nico’ conve rtida
en
sacie dad
p
or
‘habi tuación hedónic a’.
A s
í
se entiende por
qué
inclu so expe riencias
desagradables
pueden
lle gar
a ser una
fuente
de
sa
tisf a
cción
(Reeve,
1999; 371).
La teo ría
de
la
renta
relati va
de
Duesenberry
(1949) afirma
que
la
satisfacción obtenida
de
los ingres os
no
depende de su
nivel absoluto, sino
de su
nivel rel ativo:
el
bienest ar subjetivo
de
una persona
estaría posi tivame nte
relacionado
con su
nivel
de
ingresos
y
negativ amente
con el de
los ingres os
de
los
demás:
si
los
ingre sos gene rales
se
increment an
a
la
par,
nuest ra felici dad
ascende ría,
pero sólo dos
tercios
de lo que lo
hubiese
hecho
si
sólose
incrementan
en nuestra renta
propia
y no
en
la
de
los
otros.
Si ligamos
esta
explic ación
con
la
noria
hedónica,
nuestra
felici dad
d
epender
ía
fundamentalmente
de
nuestros ingresos
en
relaci ón
a
nuestras aspiraciones
y éstas, a su
vez, de
los ingres os medios
de
las
personas
de nuestro entorno.
Este
efecto no sólo es
generado por
compa raciones
de sesgo
envidioso, sino también
por
la pugna
por el
logro
de
bienes posicion ales,
bienes
suntuosos
que
al
ser
escasos
y costosos,
mar can las jerarqu ías soc iales,
l
as
elitiza
ponién dolas
dentro del marco del
lujo
y
la
ostentación.
Hacen
surgir
un
sistema
de
comportamientos
para
hacerlos distintivos
(o
De
la satisfacción socio econ ómica
a
la satisfacción psico s
ocial
El Antoniano
130 /
junio
2015
41
exqu isitos
o
depravados,
por lo menos para
ciertos
sectores de
la
población).
5.3
La
Brecha
Aspiracio nal
y los Bienes
Consumido
s
Así, la
brecha
aspira cional
no se reduce
conforme
el
ingreso
se
elev a: hay
personas
con
elev ados niveles
de
ingre so
con una
brecha
aspira cional
mayorque
individu os
de
bajos
i
ngresos.
Otro tipo de
explicación
a
la par adoja
de
Eas terlin
tiene que ver con
las
car
acterí s
ticas
de
los bie nes con sumido s. Distínga se
entre
bienes defensi vos
y
bienes
creativos:
productos
destin ados
a
impedir
o remediar
dolores y productos
destinados
a generar
satis f
acc i
one
s.
En psic ología humaní stica
se expone que
hay
dos
tipos
de
motiv ación según
el
nivel
de
la esc ala
de
nece sida des: la motiv ación
de
condición
D —de
ficit aplicable
a
la
s
necesid ades
básicas fisioló gicas
y de
segu ridad
y
pertenencia personas
que
busc an bienes defensi vos
y
la
motivación
de
condici ón B
—de
being,
ser— de los
indivi duos dirigidos
a
la sati sfacción
d
e
necesid ades
de
auto rreali zación
—buscan
bienes creativos— cuya
meta es enriquecer
su
existencia
a
costa
del
incremento
de
la
tensión experiment ando
hechos
estimulantes e
interesantes,
una vez que han
sido
cubiert as las necesid ades
deficita rias
d
e
orden inferior.
La
gente
escala
en
la pi rámide
j
erar
quiz a
da
de
necesi dade s: mient ras
unos se debaten
bajo la pre sión
de
las nece sida des
básicas,
otros pueden acceder a
las necesid ades
d
e
auto rreali zac n:
L a
auto rreali zación
es
la
necesid ad
más
alta
de
la
j
erar
quía
d
e
necesid ades
y depende de
la
máxima
sa tisf acción
y
realiz ación
de nuestros
potenci ales, talentos
y
capacid ades”
(
Schultz
y
Schult z,
2011: 307–308). Como es
la
necesid ad
más
alt a,
es
también la
más
f
rágil,
se
inhibe
con
facili dad. Las pctic as
de
crian za inco rrectas fru stran
este impulso;
también
el miedo de
ace ptar la
resp onsab ilidad
y
la grandeza,
l
as
dudas
sobre
nuest ras capaci dades Com plejo
de
Joná s . La
autodeterminación
se
facilita
por
la moti vación int rínseca la
que
ins pira
a
reali zar algo
por el
interés
y reto que
supone— y no por
la motivación
extrínseca
la
que
reali za algo
por una recompensa
externa—.
Esto im plica
competencia,
autonomía
y
afinidad capa cidad
para
asociarse—.
El ingre so
económico
viabiliza
esta
asce nsión,
pero no
define la sa tisf acción.
Hay
quienes dedican demasiado esfuerzo
para
aumentar sus
rentas creyendo que eso
mejor a
su
nivel
de
vid a;
pero
la
colater
alid a
d
de este
impulso
p
uede
desenc adenar efectos negati vos.
Se dedica
un tiempo
despro porcionado
para obtener
metas
monetarias
a
expensas
de
l
a
vida
famili ar
y
la sal ud,
lo
cual disminuye
el
bienest ar subjetivo: los bienes materi ales
no
lo pueden dar todo
sino hasta
cierto límite
(es
obvio,
que tampoco se puede
prescindir de
ellos ), ya
que
la
f
elicidad
incluye
un componente ético y un
componente
relacio nal social
y no puede
ser
defi nido
por un
entendimiento
reduccio nista
hedonista.
5.4
El Bien Limita do
y sus Consecuenci
as
Psicosociales
Foster (Delg ado,
1971) cree que
la
g
ente
concibe
que
los bienes
tienen un
límite
y,
llegado
el caso, no queda
espacio
para más
usuario s.
Se produce entonces una lucha
soci a
l
por
consegui rlos:
para que alguien
pueda
conseguir se
un
espacio
forzosamente
debe
quit árselo
a
alguien. La
sociedad
presenta
opciones
y
oportunid ades
con
fronte ra, cuyo crecimie nto
o no es
posible
o
es
muy dificulto so. En
este contexto
“ar
riba r
significa
encontrar un
lug ar
en donde no hay
sitio. El ar ribismo
es
la compe tencia
feroz,
deslea
l
y
ruin
por el
ascenso
y el
éxito
soci a
l
en donde todo medio es
lícito
(‘ s
ubir
derr
ibando
es el principio).
Al
arribismo,
le
acomp aña la
conducta
socio pática cuyas modal idades
o
perat
ivas
son:
De
la satisfacción socio econ ómica
a
la satisfacción psico s
ocial
El Antoniano
130 /
junio
2015
42
Adul ación genuflex a, elogio interes ado
a
quien
ocupa
posiciones
de poder;
sobonería
y
soplonería
a
quien
puede
disp ensarle favor es
y
apadri nar
el
ascenso
soci a
l;
Actitud hipe rcrítica destr uctiva
para
desacreditar
competidores usando
la
diatriba; ataques
a
mansalva;
m
aled
ice
nc i
a
anónima
a
espald as
de
la
víctima
delante de
quien
se asume una
actitud
cordial;
Reorient ación
de
la agre sivid ad
y
victimi zación
del per
sona
l
subordinado, con lo que
restablece
su
eq uilibrio
con
“E l
dinero no lo es todo: se
puede
percibi r
un ingreso
notorio pero en un
ambient e
de trabajo
malsano , capa z
de
transforma r persona s
dig n
as
y
saludable s
en individuos
mediocres
y enfermos.”
respecto a
la adul ación
y el
hala go
que
prodiga
a
sus
superiores.
Se
describen
dos
síndromes
derivados
de soportar un mundo
labor a
l
en estas
condicione s:
el
mobbin g
y el burnout.
Mobbin g
es
acosamie nto,
hostigamiento
con
per juici o
de
la autoestim a,
por
restamient o
de
prestigio ,
desacreditando,
exager ando
pequeños errores y
atribuyend o actitude s negativ as
o
perversas.
E l
burnout es provocado por el
estrés
crónic o inducid o
que conduce
a
l
desgas te la boral , al
agotamiento
pro fesion al,
a
la dismin ució n
de
la
motiv ació n
y del deseo de
reali zació n
y a
la pé rdid a
de
la co nfian za
en los
val ores
d
e
la in stitució n
y
la socieda d, haciend o
a
l
trab ajador
más
susceptibl e
a
la
manipulación.
El
dinero no lo es todo: se puede percibir
un
ingreso
notorio pero en un
ambiente
de
traba jo malsano, capaz
de transformar
personas
dignas
y
sal udab les
en individuos
mediocres
y enfermos.
6.
B IENES TAR Y
CONTEXTO
S
SOCIOCU LTURAL ES:
ESTUDIOS
TRANSC U
L
TURAL E
S
La autonomía
será un fuerte
predictor
del
bienest ar
de
los indivi duos
en culturas
indivi duali stas, mient ras
que
la calidad
de las
relaciones
con
los
otros será un fuerte
predictor
en
cultur as
colectivistas.
Para exa minar
esta
temática,
se
evaluó la
import ancia
de
las
metas intrínsecas
(auto
acept ación
y
relacio nalid ad)
y
las
metas
extrí nsecas (af án
de poderío y conformidad)
en
la e scala
individualismo–colectivismo
(Triandi s,
1995) con datos de 39 naciones
inv esti gadas
por Diener y
Cols
en 6782
sujetos.
Entre las conclu siones
del estudio
podemos
mencionar (Cuadra
yFlorenzano;
2003; 91–92):
E l
IH o
la autonomí a
está relacionado
posi tivame nte
con
la sati sfacció n
de vida
en
la s nacione s
más individualistas
(Est ado s U nido s
de
Améric a,
Australia,
Alemani a
y
Finlan dia) ;
y no lo está
asociad o
en
la ma yorí a
de
la s
naciones
colectivis tas (Ch ina , Pakis n,
Core
a,
Ghana,
Tanzan ia, Singapu r,
Turquía,
Tain).
E l
CH u
orie ntació n hacia las relaciones ,
no
se
relacion a
con
la sa tisf acció n
en
la
ma
yoría
de
las nacione s indivi duali stas y
está
positiv ament e asociad o
en
alguna s
naciones
colectivista s
(como
Chin a
o Taiwán).
El IV
o
com petitivi dad
se relacionó
posi tivame nte
con
la sati sfacción
de vida
De
la satisfacción socio econ ómica
a
la satisfacción psico s
ocial
El Antoniano
130 /
junio
2015
43
en
paí ses indi viduali stas tales
como
Noruega y
F
inlandia.
El CV
o
conformidad
estuvo
positi v
amente
correlacionado
con
la sati sfacción
de vida
en
Colombia, España
y
Hung a,
mientras
lo
hizo negativ amente
en Indonesia,
Taiw án, Sudáfrica,
Puerto
Rico
y
Dinamarca.
Replican do hallaz gos anterio res,
es
te
estudio
revelóque
los individuos
autónomos
estaban
más
satisfechos
con
sus vidas
qu
e
aquellos
menos autónomos en naciones
altamente
individualistas.
Lo
mismo ocurre con
la s
orientaciones
domin antes
o
haci a
el poder o
haci a
la
s
relacio nes
pero con
variacio nes
en
a
lgunos
país es ind ividua lista s
tanto
com
o
colectivi sta s.
En
nacione s occi dentale s
la
gratificació n
en
la autonomí a
y las
relacio nes
son
indic adore s
de
relie ve
en
la
satis facc ión
de vida.
De
los
39
países estudi ados ,
cinco
Estados Unidos
de
Améric a,
Australia,
Alemani a, Din amarc a y Finlan dia
mostraron patrones
claramente
indivi duali stas,
que son
minorí a
en
el
mundo
pero con más
inve stigacione s
sobre
el
tema—.
Algunos
Datos Iberoamericanos.
La
base
mundi a
l
de datos sobre
la
felicid a
d,
adminis trada
por
la
Universidad
Eras mus
de
Rotterda m, Ho landa, incluye
90
países: Colombia
es el
país cuya
gente se
siente
más
feliz
(
V
eenhov
en 1990
2000),
lo que sorprende por
sus
conocidos
problem as sociales
y
económicos.
Suiza
ocupa el
segundo luga r,
con un
ingreso
per
cápita
de USD $ 36.710, 4
veces
el de
Colombia. Según la Enc uesta
de
Cali dad
d
e
Vida
de 2003, el 59% de
los
hogares
colombianos dicen
vi vir
en
situación
d
e
pobreza, pero
la mayoría (55,3%)
considera que
sus con diciones
de
vida
son
buenas
o
muy
buenas.
Para
estos
estudios
se han
establecido relaciones
entre
los
niveles
subje tivos
de
satisf acción (”felici dad )
con
inform ación
de
los niveles
objetivos
socioecon ómicos
y
demogr áficos
de
la
Encuesta
de
Cali dad
de
Vida EC V,
de
2003 del
DANE
(Cruz y Torres, 2006; 136).
¿Podría
confundirse un estado de
b
ienest
ar
con un estado de conformidad?
En la región América Latin a, Argentina
se
ubica
en una
posici ón interme dia. Los
qu
e
decla ran
ser más
felices
son
los brasile ros
y
colombianos los
que menos
los
habitantes
los países and inos Ecuad or,
Perú y
B
ol i
via.
Casu llo
y
sus colabora dores
aplicaron
un
instrumento
basadoen
la Esc ala
de
BIEPS
de
Ry
ff
en
Argentina
a 1270
estudiantes
de
secun daria
en
Buenos Aire s, Tucun
y
Patagonia. Explo ra cinco
dimensiones:
auton omía capaci dad
de
actu ar
en modo
indepen diente, control
de situaciones
sens ación
de
control
y
autocompetencia ,
vínculos
psico sociales
cali dad
de
las
relaciones
interpe rsonales, proyectos
—metas y
propósitos
en
la vida
y
aceptación
de
mismo sensación
de
bienestar
con uno
mismo . Esta escala fue aplicada
también con
resultados
metodológicamente
satis fact orios
en
Perú, Cuba, y
E
spaña.
En Chile
se
aplicó
el
cuestion ario
de
Diener a 207
unive rsitarios
de entre 18 y27
años. No hubo
dif eren cias si g ni fica tivas
por
sexo, por edad
ni
por
nivel
de ingreso
famili ar. La ma yoría percibían
su vida
positivamente.
La in vestig ación
de
Diana Bronzi
(2011)
en
Arge ntina,
a
ni vel
nacion a
l
en 1012
personascon
cuotas
por sexo yedad, de 18
a más años,
mediante entrev istas,
en
con
tró
resultados semejantes; los
varones
experimentan
un cierto
ni vel
de mayor
felicid ad
y
la
edad
la influ y
e
en
especi a
l
por
cau sa
de envejecimiento.
7.
BIENES TAR
E IDENTIDAD
7.1 Mente, Medio
Social,
Adaptación
Los
efectos en
la
mente son producto
de una
influenci a inter activ a
y compleja
De
la satisfacción socio econ ómica
a
la satisfacción psico s
ocial
El Antoniano
130 /
junio
2015
44
que se extiende entre lo macro y lo
micros ocia l
a
parti r
de un medio
socia l
en
que se
constru yen
modos y
estilo s
de vida,
en los
cu ales
se concreta el
interc ambi o
de
bienes para
la sa tisf acció n
de necesidades
bajo
la regul ació n
de
la per sonali dad
y
la
conciencia ,
por un lado, y
la
normatividad
cultura l
por otro.
Esto s interc ambio s
entre el medio
so
cial
y los
esti los
de
vida
y
las persona lidad es
se
producen por
adapt ació n
como ajuste
recepti vo acom odació n
y como
inter venció n transfo rmado ra
del ambiente
sico
soci a
l
asimilación
en base a
la
soci alizaci ón, la expe rienci a
y el
aprendi zaje
y segúnlos
resulta dos
en los
ciclo s motiv acionale s
de
satisf acció n
de
necesid ades
y aspiraciones.
7.2 Representaciones Mentales:
Mentalidad, Imagin ario,
Discurso, Narrativa y Sentido
E l
producto
psíquic o
de estas
inter accione s
son representaciones
mentales,
subje tivaci one s
de
la
expe riencia , filtr ada s
desde
la
menta
lidad
y el
ima ginari o soci a
l
que, a
la
vez,
son
repre sentacione s soci ales,
que son
inte rioriz ada s simbólic ament e
por
mediació n
de
la s funcione s psí quica s
a
través del
discur so,
el sentido y
la
narr ativa , con junto s organi zado s
de ideas
en forma de datos,
creenci as
y
opinione s
y
práctic as activid ade s
y
ritu ales
respecto de una
determinada
temátic a soci al. E l di scurs o
soci a
l
produce
senti dos in dividu ale s
en
base a los
cu ale s
los sujetos elaboran
sus
narrat i vas . E l
sentido es
l
a
operación de
signific ad o
que
utiliz a n
los
in dividu os
en
acontecimien tos
adecuando el
tapi z
de
la
opinión
colec tiva
a
l
diseño de su
expe rienci a
concreta.
La gene ració n
de
signific ado s
y sentidos,
es
resulta do
del encuentro entre
estructura s
actitu dinale s
y eventos
motivadore s
con una determinada
direcció n
e intensidad.
7.3
La
Identidad yel Bienestar Psíquico
como Representaciones Mentales
La iden tidad
y el
biene star psíquico
son
representaciones mentales
efecto de las
interacciones concretas
por
intercambio
d
e
inform ación
y
experiencia
con el medio
soci a
l
a
través
del
estilo
de
vid a:
no son mero
reflejo
de
la realid ad sino subje tivaci ón
de
la
misma
por
inte rvención
de
la
actividad
psíquica.
La iden tidad
es
la repre sentación
mental
que corresponde a conocimientos,
sentimientos
y
operaciones
de un mundo
cultur a
l
en el
cual
el
sujeto
se ha
adscrito
o
incluido
por
activaci ón
del
sistema
actitudinal
cognición emoción acción
con
un efecto
e
n
la sensibilid ad he dónica. La
iden tidad
es una
representación mental
de
la
pertenencia
a un
grupo
con
reconocimie nto
de
los
elementos
y
ma nifest aciones
que le
son
d
istinti v
as.
El
bienestar
es una
represen tación
menta
l
resultado
de
la satisf acción
de necesidades
por
contrast ación
entre
la expect ativa
y el
éxito
en el contexto de
ciertas condiciones
y
situaciones.
7.4
Las
Operaciones de Formación de la
Representación Mental, la
I
dent
idad
y el
Bienestar
Los mec anismos p quicos
que
intervienen en
los
fenómenos en
estudio,
son los siguientes:
Exis te
un campo de
representación
para
recibir
y dar una
posición
a nuevos
contenidos actitu dinale s.
El
proceso
d
e
objeti vación tran sforma los
objetos
s
icos
en objetos
psí quicos
por selección
(captan do
unos
estímulos
y
dejando
otros
de
lado ),
por
esquem atización
—el nuevo
elemento
adquiere posición
coherente en
la estructur a
y por
naturaliz ación
(el
núcleo adquiere potencial real
por
const rucción soci al).
Y
el proceso de
ancl aje conde nsa
su
sentido
esenci a
l
a
la
vez que
engarzado
en
la
estructura
hacié ndose funcionante
y
regulante
en
ella.
De
la satisfacción socio econ ómica
a
la satisfacción psico s
ocial
El Antoniano
130 /
junio
2015
45
La iden tidad
es una
represent ación
mental
que ha obtenido
objetiv ación
y
anclaje
p
or
catego rizaci ón
e
inclusión
de pertenencia
en base a
operaciones
de comparación
estableciendo semejan zas
y
diferencias como para
distinguir
psico socialmente
lo propio de lo
ajeno,
asign ando atributos
y
valores distintivos
a
lo uno y a lo otro—. Se
construye
as
í
un
autocoencepto, una
autov aloración
yuna
auto afirm ación
y
autodetermin ación
respecto de lo propio.
El
bienest ar subjetivo
o
f
elicidad
es una
representación
soci a
l
con repercusión
mental
que se
refiere
a
la vive ncia
de
sa tisf acción
por
la po sesión
de un
´bien
deseado´ por
atributos
de
muy alto
valor
asig nados
por
la
persona
(sean
de
carácter
materi al,
ético,
estético,
religio so,
social, etc)
reconocibles
soci almente
pues otros pueden
comprender el
valor
intrínseco
asigna do,
por lo que está igualmente presente en
las aspiracio nes
colectivas.
7.5
Relaciones
entre
R
epres
entaci
ón
Mental,
Identidad y Bienestar
Entre
estos conceptos y su
correspondiente
reali dad
f
enoménica
pod rían establecer se los siguientes
v
ínculos:
Bienes tar
e
identid ad
son representaciones
mentales
de
origen
soci a
l
que adquieren
objeti vación
y
ancl aje al
ser transpuestas
del mundo
soci a
l
y
cultu ral al
mundo
mental
de
los individu os
en donde
adquieren estructu ra
y
concreción
social de
legitim ación,
lo
cua
l
les
da
validez como
realida des dotadas
de
ciertos
atributos
o cualidades;
El
campo de
represent ación
(que se
acomp aña
de un ´campo semántico´) se
elabora
y se nutre es el medio
social
y
la
organiz ación estructural
se
concreta
en un
sistema actitudinal
y
aptitudinal
que es
la
personali dad.
El
bienest ar
es efecto de
expe rimentar la posesión
de un bien
deseado
relaciona do
con el
sistema
de
necesid adesaspiracio nes
y sus
correspondie ntes
sati sfacciones
en el
proceso de
alc anzar
metas;
Como estas metas no pueden sino
reali zarse
en un medio
social
determinado
surge
una
identid ad
con
información,
sentimientos
y
comport amientos
que
est ablecen vínculos
con un mundo sociocultural.
La ecu ación bienest aride ntidad
se refiere
a
la oper ación
por
la
que ambos
componentes se pueden modificar
mutuamente el uno
influyendo
en el otro.
Tanto
bienestar
como
identi dad
como
motivos
y
actitudes
están
incur sos
en el
conjunto
del
funcionamiento social
y en sus
regul aciones
(en
colectivo s,
familias
e
indivi duos),
desde
la di stribución
de
la
renta
hasta
el respeto de
los
va l
ores
ético –
jurídicos,
de
los
que se desprenden el
desarrollo
y
la prospe ridad
la ju sticia
y
la
equidad
y
la gener ación
de redes de
participaci ón
y
con fian za
ciudadana.
7.6 Particularidades sobre el
B i
enestar
Subjetivo
El
bienest ar psicológico
es
la
dimensión
subje tiva
de
la cali dad
de
vid a,
es
pluridetermin ado
y producto de un
juicio
de
sa tisf acción
por un
balance
entre
expectat
ivas
y
log ros
en
las
áreas de mayor significación
de
la
persona en el contexto de
cond
iciones
y
valores
del medio
social,
en un
determinado tiempo y espacio
sociohistóricamente determin ados
bajo
inter acciones
de
carácter
bio–psico–social,
con
la perso nalid ad
y
la conciencia
como
sis temas
integradores.
Plan teadas
l
as
cosas
de este modo es
posible
afirmar:
Que es de
impo rtancia la rel ación
que
establece
el
sujeto
entre su
self real
(lo
que ha
logr ado ser)
ysu
self ideal (lo
q
ue
sup uso lleg ar
a ser o aun quiere
lle gar
a
ser) en
la squeda
de
satisf acción
de
necesid ades
de mayor
jerarquía. Es
un
fenómeno
psico social
de raíces
motivacionales.
Que es en
la dime nsión
del
aquí ahora
en
que se
establece la inter sección
o
De
la satisfacción socio econ ómica
a
la satisfacción psico s
ocial
El Antoniano
130 /
junio
2015
46
encrucij ada
entre
la experiencia preté rita
y
las aspi raciones
del
porvenir
haciendo
accesible la auto rrefle xn, la val orac ión
y
la deci sión:
es un momento dinámico,
pues el presente desaparece
continu amente
a
cambio
de lo
cua
l
el
pasado
y el
futuro
aparecen como más
consistentes
o
estables:
es una
tr
ansa
cción
entre
pasado presen te
porvenir
en su
dimensi ón
socio
tempora
l
y entr
e
microsi stema
y
macrosistema
como
dimensi ón socio
espacial,
en
función
d
e
las neces idades
de
la
persona,
sus
posibili dades
y
sus
realizaciones.
“S e
puede
habla r
de
grados de
iden tidad
designados como:
grad o
pleno, grado
parcial ,
anomia,
pseudoidentidad,
desidenti dad, alie nació n
y
alteri d
ad.
Las siguientes afirm aciones
son
vá
lidas
sobre
bienestar subjetivo,
en
base a
evidencia emrica
existente:
Es inneg able
que el estado de
sat
isf a
cción
es
afectado
por el
ingreso,
pero pierde
import ancia
a
medida
que aumenta
hasta
cubrir nece sidades
básicas.
La situación labo ral, la incor poración
o no
al
mercado de
traba jo
es determinante
por su
capac idad
para generar
i
ngresos
y
por el
desarrollo
que hace
posible.
L
a
pérdida
de empleo
ocasiona
restringe
ingre sos, per judica la motiv ación
y
la
confianza, provo ca ansiedad
y
depresión.
El
deseo del dinero que
quisiéramos
tener
es
según
el dinero que
percibimos
en
nuestros
vecinos
y en cuánto
sirve
para
l
as
metas que nos
p
roponemos.
Poseer
propie dades eleva el grado
de
sa tisf acció n
con
variacio nes
respecto de
la
cuan a y la calida d
de
los bienes,
en
especi a
l
cuand o los sujeto s
son
enfrentados
con sus
pares
o
sus grup os
de referencia.
La edu caci ón
y
la sa lud
están
aso ciadas
a
l
a
sa tisf acción
pues repercuten en las
posibili dades labor ales,
matrimoniales,
status social,
en el
rendimie nto
en el
trabajo
y su efecto en el
ni vel
de ingreso:
la educ ación
tiene
potencial
para producir
movilid ad soci a
l
y
económic a;
una persona
saluda ble
es más
productiva
y
dispone
de
libertad
para
activid ades
diversas
(incluyen do
un goce pleno de actividades
recreativas).
La exi stencia
de una red de relaciones
soci ales
o el
capital social
y
los
bienes
relacio nales guar da rel ación direc ta
con el
nivel
de bienestar.
La felici dad im plica es tabilid ad,
pero no es
inmutable,
no es
con stante. Es relativa al
momento de
la vida
y
al
entorno, en
dond
e
pueden nacer
nuevas
metas de mayor
trasc ende ncia, mientras
otras han perdido
val or
por haber
sido cubiertas
o
dese stimad as; cambian status, con diciones
d
e
vid a, experiencia s,
relaciones.
Las condiciones objeti vas
no
siempre
se
reflej an
en
la subjeti vidad
de
las
personas,
aun cuando
la mediación psí quica
siempre
la
s
mati za
en
di f
erentes
grados según
el tipo
d
e
necesid ad: las nece sida des sicas
son
exigenci as absoluta s, señalan los límites
de
la
adaptab
il i
dad
y
la superv iven cia
humanas.
Pero
la percepción subjeti va
de
la
pobreza
no está
su jeta al ingreso
de
forma
absoluta
sino
por su
posición relativa
frente
al
grupo
soci a
l
de referencia.
7.7
La
Correlación Bienestar – Identidad
Los sentimientos
de
bienestar
y de
identidad
—como
tantos
otros— brotan de
De
la satisfacción socio econ ómica
a
la satisfacción psico s
ocial
El Antoniano
130 /
junio
2015
47
un medio
social;
y un medio
soci a
l
es el
campo en el que
los indivi duos
definen
pertene ncias identit arias
tanto como
criterios de
bienestar:
es
allí
donde
encontrarán
situaciones,
objetos y recursos
para
dina mizar
su
activ idad
para satisfacer
necesid ades:
el
nivel
de
bienestar
en una
cultura
puede
determin ar
un
ni vel
de
identid ad,
puesto que se
trata
de
vi vencias
de
satisf acción,
de modo que a mayor
sa tisf acción
dentro de un medio
soci a
l
mayor
identidad
con su
cultura (los efectos
nunca
son
únicos sino múltiples,
pero algunos
predominan).
Si
el
sujeto
o el grupo
experimenta
que el mundo
a
l
cual
pertenece
(su
fam
il i
a,
su
cultura,
su
nación:
su medio
soci al)
le
proporciona
sa tisf acción
por un
equilibrio esfuer zos
logros
en
la
sa
tisf a
cción
de
necesidades presentará condiciones
para
senti rse iden tifica do
con ese mundo;
inver samente, si
ese mundo lo
frust ra,
podría
entenderse como
con secuencia la
posibili d
ad
de una
reducción
de
la
identidad.
En conclusión:
el
sujeto
obtiene su
identid ad
con respecto de
aquello
qu
e
favorece
su
bienest ar.
Pero como
la
identidad es producto de
la auto rrefle xión
a
la
vez
q
ue de
la com paración,
dos o más
medios
soci ales
pueden
competir
para
mo vilizar
sus
aspiracio nes
y
sentimientos identit ario s. A
es como aparecen
los contrastes
entre grupo
de
pertenencia
y
grupo
de
referencia;
y es
posible
que el
resultado
sea una amalgama,
dán dole multiplici dad expre siva.
Complejidad con
la
cua
l
qued arían cubiertas
las
dos
premi sas
de
la iden tida d: se ntirse
uno
con nosotros y
sentirse diferente
de
los
otros;
a
como
la premisa
del
bienes tar:
experimentar o no
satisf acción
en el medio
social
no sólo por
las nece sidades sino
por
las
posibilidades que
brinda
para
las
asp irac ion es)
en
contrast ación
con
los grupos
sociales
de
refere ncia.
El grupo
de
refere ncia
rel ativi za
el
val or
de lo propio para
enaltece rlo
o para
rebajarl o,
para
despreciar lo
o para emularlo.
Identi dad ind
ividu a
l
e
identid ad
colectiva
se
sustentan
una a
la
otra. Pero a
l
a
vez,
la
identid ad
presenta dos sectores el centro
o
núcleo
y
la perife ria:
es el
núcleo
quien
define la
zona de
fronter a; las
características
de
l
a
per ifer ia
se
adaptan
a
las var iaci ones,
a
las c ircu nstan cias
y
hasta
l
as
conveniencias.
Los atributos
de
la i dentid ad
que
caracterizan o
tipific an
están en el
núcleo,
allí
donde
está
lo
que
resiste hasta
el
fin al,
que
es cuando se
destruye
o se
modifica
de
modo
trascendent al, construyéndose
de
misma,
o
enajenándo se
para
convertirse
en un
´a
lter
ego´, sea por
acept ación
o
asimilación,
sea
por coacción.
Es po sible
que el
núcleo
de identidad
pueda
distinguirse
en
las personas
por
algunos
elementos
fund amentales
cognitivos
(autopercepción
y
autoimage n),
afectivos
(autov aloración, autoestim a)
y
volitivos
(autodeterminación,
autodominio),
como
repe rcusión subjeti va
de un modo de
vivir
y crear
cultura
en un
espacio social,
para
delimitar la frontera
de
la i dentid ad
de un puebloo
nación,
de modo
que el elemento
sincr ónico (la circunst ancia
del momento presente)
conjugue
con lo
diacrónico (la
historia
de
identidad
del
sujeto
producto del
transcurso
de
sus
exp
eriencia s
)
exprendose
en
las polari dades
del
org ullo
y
la ve rgü enza,
de
l
a supe rioridad
y
la
inferio ridad
y de
la alia nza
y
la
ri v
alid a
d.
Por estos
factores
se puede
habl ar
de
grados
de
identidad designados
como: grado
pleno,
grado parcia l,
anomia,
pseudoidentid ad, desi dentid ad, alienación
y
alteri dad. La rel ación
con el
bienestar
no es
unilineal ni forzosa
de modo que podrían
darse
casos
como
los siguiente s: la
identidad
se acomoda
a
l
bienest ar
de donde provenga,
la iden tidad sobre vive al m alest ar, la
identidad
se
amolda
a
las ci rcunst ancias
en
función
d
e
un
posible resulta do (tolera
y soporta el
males tar, mient ras
se
mantenga la
posibilidad de
beneficio), la iden tidad oscila
en el sujeto
según las variacio nes
de un
colectivo, la
identid ad con vive
en
di f
erentes
form as
como
estrategias
que hacen
posible
el
acceso
a metas. Una cosaes ser, otra cosa
es parecer, y otra cosa es identificarse…
¿De qué depende que
aparezca
uno u
otro
sujeto
o que se
combinen
p
osibilid a
des
De
la satisfacción socio econ ómica
a
la satisfacción psico s
ocial
El Antoniano
130 /
junio
2015
48
de
est as po siciones?
Nos parece que
la
relación
debe verse entre
la circu nstancia
yel
sector de
identi dad
(s
i
nuclear
o
peri férico)
y
en
referencia
a
la satisf acción
del
tipo
y nivel
de
la
necesidad.
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