El Antoniano
130 /
junio
2015
Este
es el
Waqaypata,
donde
l
as
momias
de
l
os
inkas
han
sido reemplazados
con las
momias
de
Dio s. Aquí estu vo
el
Kiswarkancha
10
con
sus
muros de lava
irref utable. Aquí Q’asana
11
,
Qoraqora
12
,
Sunturwas i
13
. Aquí
están
las ru inas
de
l
o
que
fueron
todo y
sin
embargo son nada.
Este
el
Amaru Kancha
14
,
sobre
cuy os recin tos
los
teólogos levanta ron calabozos
de dogmas.
Mir en
el
Waqaypata
con
orejas
detrás de
las cortinas:
con
orejas, sota nas
y
vagi nas
tras
el
soplo
de un
Ave Marí a. Aquí
sólo llegaban
los
que
debían
morir para que
la
esperanza
no quedase en escombros.
Aquí
só
lo
llegab a
n
los
que
sabían
a
plau d
i
r
,
los
que en medio de
la
noche
renuncia ron
a sus
testículos
para
vivir
en paz.
La historia dice:
y
llegar on los pizarro:
Pero
por
estas esquin as
no pasónadie:
simplemen te
las ratas subieron la
escalera.
Miren allá, la
cabeza
de
jhoan García
d
e
San tol lalla,
i
zada
por
l
as
manos de
sus
socios.
Más al lá, las t estas
de
Gonza lo Pizarro
y
Franc isco
de
Carvaja l,
herv idas
y
ref ritas
en el santo
gri a
l
de
los
inquisi dores. ¡Miren al
padre
Horán! ¡Miren
a
Olav ita,
con su carne
rosada y
sus
contornos, con
las
frutas
colgantes
de
sus
senos!
Este
es el
Waqaypata: vieja afición
de
frailes
y
gamonales. Holocausto. Prodigio
de
la
pie dra
y de
la
sombra donde muerte y amor
se aman a
tientas. ¡Sientan
el
Waqaypata,
donde
l
a
soledad
de
Dios
son todas
sus
ig l
esias!
Este
es el Cusco,
ciudad esca parate
en las
agenci as
de
turismo. Inconsolablemente
sola,
aún más
sola
en medio de
la
gente y los
discu rsos. Ciu dad remordimien to
de
la
historia.
Miren
a
L
orenzo
Farf án
de
los
Godos
colgando
de
l
a
horca.
A hí
está
L
ope
d
e
Aguir re, esc ribiendo cartas, jurando
y
rejuran do:
El aire
está
podrido,
no
f
ío en el
rey
ni
en
sus letrados.
A llá
está
Monipo dio
y
don Quijote
embutido
en
la sot ana
del
obispo
Juan Manuel Mo scoso
y
Peralta.
Y
más
allá,
esc uchen
a
Juan Esp inoza
y
Medr ano
predicando latine s, aplaudi do
sin
pausa
por
los
i
nqu i
sido r
es:
este es
e
l
Waqaypata,
donde
J
uan
Espin oza
y Medrano
fue
el perro
predilecto
del Oidor.
Ese
que
comienz a y
recomie nza
es
F
elipe
Túpa q Amar u decapitad o con extraña
obsesión.
Ah í
están
l
os
indio s y
l
as qoyas
15
rehusando
bautizars e, avivand o
la pira
con
sus cuerpos.
V
ean
la
procesión
de
españ oles aplastad os
por
e
l
apósto
l
Santiago.
Y
esa luz
abrumadora
es
J
osé
Gab riel
Túp aq Amaru. Ese cuerp o
es Micaela
Basti das
Puyuqhawa , más
allá ,
Tomasa
Tito
K
onde
mayta .
Ah í
está n las tenaza s
que mordieron
las ca rne s
de
José
V
erde
jo
y An drés
Bastidas.
¡Escuche n a Fernand o Túpaq Am aru,
gritando
desde
sus nueve años!:
No
hay revolución
por
decretooooooo!
Ahí
están
los sicarios comulgando
por el
alma
de
los ajust iciados, festeja ndo
a
la
p
atria,
reorganizando
l
a
univers idad. Están
los
ladrones
de
las sequías,
l
os
cuerpos de
mulatos
wamanguinos, los sinchi s
16
,
los
wayru rus
17
: Los
hideputa
condecorándose.
¡Miren los tukuy riku q
18
con yelmos
españ oles! Acusa ndo
a Bernardo
Tambowaqso,
trampeando, de
tes tigos
en
l
as
cortes
marci ales. ¡Miren los tukuy rikuq
10 Qoraqora:
Palaci o
de
I
nka
Roqa,
se
alza ba
en el sector que ahora
empiez a
en el
Porta l
de Harinas.
11
Sunturwasi : Igual
que el
anterio r,
pero perteneciente
al complej o arquitectóni co
del
Amar u
K
ancha.
12
Amar u kanch a: Palaci o
de
Wayn a
Qhapaq, se
alzaba
en el
luga r
donde ahora están
la Universida d y la iglesi a
de
La
Compañía.
13
Sunturwasi : Cas a
de
emblema s
y
armas
en
form a
de torreón
cilíndri co. Exi stía n
dos
sunturwa sis
en el
Waqaypata ,
éste se alzaba
en el área que hoy
ocup a la iglesi a
del Triunfo.
14
Kis warkancha . Palaci o
del
I
nka
Weraqocha,
se
alzab a
en el área que ahora ocupa
la basílic a
Catedral.
15
Qoyas : Reinas ,
princesas.
16
Sinchi s:
Guerreros
feroces,
despiadados.
17
Wayrurus : Semill a
seca del búcarede
color
rojo
y
negro.
En sentid o figurad o
se
dice wayruru s
a
los poli cías
de
la Guardi a
Civ
il
por el
color
del
uniform e
que
lle vaba n
antiguamente.
18
Tuku y rikuq :
Que lo ven todo.
Funcionari os visitad ores
e
informante s
en el
Imperio
de
los
I
nkas .
Por
comparaci ón
de funciones
se
dice Tukuy riku q
a
los
soplones.