Las intervenciones de conservación de
monumentos
El
Antoniano 131
/
Diciembre
2016
Cusco,
y
en
1933,
la revista del Museo
Nacional estuvo
dedicada
al
IV
Centenario
de la Fundación Española del Cusco.
A
más
de las publicaciones realizadas, no existen
estudios sobre este momento importante
de
la historia de la restauración de los
monumentos, salvada por breves
pero
valiosos datos que se hallan en los archivos
del antiguo Patronato del Cusco, el Instituto
de Arqueología de la Universidad
Nacional
de San Antonio Abad del Cusco, el
Banco
de Crédito de
L
ima,
el Museo Nacional
y
los
diarios de época del
Cusco.
Sin
embargo,
la historia de la
arqueologí
a
del Cusco desconoce estos aspectos.
A
la
fecha
no se han identificado a
cabalidad
los
sectores intervenidos de los m
onumen
tos,
tampoco cuales fueron estas
inter
vencion
es,
sus técnicas
y
procedimientos, o
los
recur
sos
materiales
y
humanos que se aplicaron,
t
oda
vez
que dichos aspectos se
encontraban
en
un
estado primario de desarrollo; la Carta
de
Atenas, que permitió contar con
pautas
esenciales en el tratamiento de los
monumentos, todavía no estaba difundida
y
la
arqueología
de Cusco desconocía
la
presencia de tradiciones culturales anteriores
a
los Incas, que J. H.
R
owe daría a
conocer
recién en 1948
y
1952.
LA
COMISIÓN
DE L IV
CENTENARIO
L
a
L
ey
N°7798
promulgada
el 13
de
septiembre de
1933,
estableció
la
celebración del
IV
Centenario de
la
Fundación Española de la ciudad
del
Cusco,
así como su lanzamiento oficial
como Capital Arqueológica de Sudamérica
,
reconocimiento dado en el Congreso
de
Americanistas desarrollado en Argentina
en
1933.
L
a
promulgada
L
ey
además
instauró
la fundación del
Instituto
Arqueológico
.
E l
presupuesto designado para
t
ales
efectos encaminó un conjunto de obras
de
variada naturaleza que generaron
un
inusitado entusiasmo local.
El
Cusco
f
ue
el
escenario de intervenciones diversas,
tales
como trabajos de limpieza
y
consolidación
en conjuntos
arqueológicos,
obras
nuevas
como
l
a
construcción
y
reparación
de
carreteras
y
puentes para la accesibilidad
a
determinadas
"ruinas" ,
así como
l
a
edificación
y
refacción de edificios públicos
emblemáticos, conjuntamente con obras
de
pavimentación de calles, mejoramiento
de
puentes
y
la canalización de ríos.
T
odo
ello
fue posible gracias a una
minuciosa
organización que tuvo como cabeza a
un
Comité central del cual se
desprendían
comisiones, subcomisiones
y
secciones,
así
como diversos comi
tés.
Participaron de estas comisiones
numerosas
personalidades
del medio local, al igual
que
equipos técnicos con personal comi
sionado.
Es
importante señalar la contribución de
la
Junta Departamental Pro
Desocupados,
encargada
de diversas tareas,
principalmente
de la pavimentación de call
es.
El
programa no solo
contemplaba
l
a
inauguración de obras nuevas
y
de
restauración,
sino que involucraba
acto
s
artísticos
y
culturales, como la exposición
de
objetos de arte colonial religioso, concursos
d
e
música, canto
y
coreografía, certámenes
de
artes plásticas
y
aplicadas,
conferencias,
congresos,
abarcando
también la
publicación
de revistas. Por su parte, el Comité
de
Certámenes emitía circulares para la
prensa
extranjera
americana
en
demanda de
"adhesión
espiritual "
a las fiestas del
IV
Centenario, solicitando además que
se
dediquen ediciones extraordinarias con
ese
motivo. Ciertamente, la
conmemoración
del
IV
Centenario constituyó un acontecimiento
que
desató efervescencia en la colectividad
cusqueña,
generando
un
vivo
interés por
la
recuperación
y
entendimiento del
pasado
prehispánico
y
la revaloración del
senti
mient
o
indigenista.
En
aquella época fue
común
advertir a través de los diarios
y
revistas
loca
les,
la circulación de manifiestos, ensayos
y
artículos, alusivos al legado incaico
y
la
cuestión indígena desde perspectivas de
corte
social, económico,
cu
ltura
l
y art í
stic
o.
No cabe duda que dentro de la estruct
ura
organizativa del
IV
Centenario, fue
la
Comisión Técnica la que tuvo una import
ancia