El
Antoniano 132
/
Diciembre 2017
Recepción:
12.06.2016
|
Aprobación:
29.09.2017
139
CONSTRUCCIÓN
DE NACIONA LISMO
ME
XICANO
Vicente
Riva
Palacio
y
su construcción
de
la
unidad histórica de la nación
mex
icana
alentin
Chillih uani
Ttit o
1
RESUMEN intentaré responder la formacn de Estado Nación de
México
O
li
v
e
r
Y
aba
r
P
a
r
e
d
e
s
Este
trabajo estudia la formación de Estado Nación en México
a través de la obra de Riva Palacio México a través de los
siglos”, sobre la base fusionada de dos culturas (la europea
y
la americana), dicha obra, es un recuento de la historia
de
México desde sus épocas
pre
-hispánicas hasta
l
a
contemporaneidad.
E l
presente trabajo
utiliz ó
la
metodoloa
inductiva-deductiva en la
squeda
de informacn en los
5
tomos de Palacios, particularmente el tomo
II ,
confronndola
con las posiciones posmodernistas de Nación, con lo
que
en los tiempos modernos.
As í
este trabajo es estructurado
e
n
tres partes, capítulo
I
que trata sobre temas generales de Riva
Palacio
y
la formación del futuro trabajo de la obra,
un
segundo catulo estudiamos el tomo
II
de
Riva
Palacios
y
la
confrontación con los conceptos posmodernistas
y
por último
como un tercer punto, presentamos las conclusiones a las
que
hemos llegado con este
trabajo.
PALABR AS
CL A
VE S
:
nacionalismo, construcción,
pasado
histórico, identidad
y
unidad.
1 Magister en Historia con mención en Estudios Andinos de la
Pontifi cia
Universidad Católica del
Perú.
Historiador Doce
nte
universitario . E-mail:
V
alentin72
2@
hotmail
.com
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Recepción:
12.06.2016
|
Aprobación:
29.09.2017
140
Construcción de Nacionalismo
Me
xicano
E
Abstract
This
paper studies the formation of the nation state in Mexico
through the work of Riva Palacio “Mexico through the
centuries, on the combined basis of two cultures
(
European
and American),
this work is
an account of the
history
of Mexico
from its
pre-Hispanic to contemporary times.
This
paper
wil l
use
the inductive method, deductive in finding information in
5
volumes of Palacios, particularly
Volume II,
confronting it with
postmodernist positions nation, which try to answer the
formation of the nation state of
Mexico
in modern times. So this
work is structured in three parts: Chapter
I
deals
with
general
issues of
Riva
Palacios and the formation of future work of the
work,
a second chapter we
wil l stud y
the second volume of Riva
Palacio and confrontation
with
the postmodernist concepts
and
finall y
as a third point,
I wil l
present the conclusions that
have
been reached
with
this work.
KEYWORD S:
nationalism, construction, historical past, identity
and unity.
Contrariamente a la
interpretacn
cristian a
de la
historia,
canonizada por los
cronistas
religiosos que
le
preced,
la historia
antigua
de
México es un relato
de
derechos
humanos expl
icados
por sus
pro
pio
s
condic
ionamientos
geográficos, poticos
o
sociales.
n este trabajo nos
proponemos
explorar
las
características centrales de la
obra
historiográfica de Vicente Riva Palacio
y
su
relación con
l
a
construcción de un
imaginario
nacionalista en el México del siglo
X
IX
,
en los
albores de la
R
epública.
Específicamente,
nos
interesa indagar cómo este autor
y
su
equipo
de
colaboradores
contribuyeron a forjar
una
identidad unitaria para un conjunto de
pueblos
que mostraba más diferencias que similitudes.
Como sabemos, las
repúblicas
latinoamericanas
que surgen formalment
e
durante el siglo
X I X
no expresaban
una
continuidad
his t
órica con
unidades
geográfico-culturales previas,
y
menos en el
caso de sus élites criollas
entroncadas
más
bien
con España. Por lo que, las
nacientes
repúblicas, para serlo necesitaban un discurso
que permitiese construir una sensacn
de
pertenencia a un noso
tros
, a
una
comunidad
i
maginada
,
capaz de incluir
no
solo a múltiples diferencias, sino de forjar
una
unidad entre diferencias
antagónicas.
Entre
quienes contribuyeron a construir est
a
comunidad
imaginada,
están los
pensadores
de
las élites criollas que terminaron
articulando
narraciones, símbolos
y
sensibilidades a partir de
un relato “hisrico dirigido a inventar”
un
pasado
que sea capaz de
amalgamar
a los
pueblos del
present
e.
En este sentido, la obra impulsada por Riva
Palacio es
paradigtica
de este proceso
de
construcción de una comunidad
imaginada.
En
particular xico a través de los siglos, es
una
obra que responde a la necesidad de impedir
una fragmentación de una unidad
basada
en el
dominio colonial, de aliviar un
desconcierto
social
y
de
posibilitar
la
gobernabilidad.
México
a través de los siglos de aln modo es la
o
bra
que inventa a México como Nación,
como
comunidad imagi
nada.
Apoyándome en la
T
eoría
Modernista de
la
Nación
y
los estudios poscoloniales,
inte
ntamos
leer la obra de
Riva
Palacio como inventora
de
una línea de tiempo que le da
una
continuidad temporal
imaginada,
continuidad
que es parte central de la invención de
la
comunidad imaginada que llamamos
nació
n
mexicana.
MÉXICO
A
TRA VÉS
DE LOS SIGLOS
CONTEXTO
Y
ANTECEDENTES
Biografía
(Vicente Riva
Palacio)
Vicente Florencio Carlos Riva
P
alacio
Guerrero nació en la ciudad de México el
16
de octubre de
1832;
fue hijo de don
Mariano
Riva Palacio,
abogado
liberal a
quien
Maximiliano escogió como su defensor
en
Querétaro,
y
nieto por la línea materna,
del
general
V i
cente
Guerrero, su madre
f
ue
da
Dolores Guerrero.
Estudió
en el colegio de
S
an
Gregorio
y
se recibió de
abogado
en
1854.
R
ehusó
la cartera de hacienda que le ofrecía el
presidente Juárez. Fue diputado en 1856
y
1861.
Construcción de Nacionalismo
Me
xicano
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141
Hábil narrador
f
olletinesco que inventó
la
imagen que tenemos de la colonia (Marn
Garatuza,
los piratas
de
l
golfo), autor
te
atral
,
cronista de la violencia mexicana (el
libro
ro
jo),
historiador, (México a través de
los
siglos),
prisionero de Tlaltelolco, ministro de fomen
to
que trajo el teléfono, remode el paseo de
l
a
R
efor
ma
y
desenterró a Palenque,
represent
ante
de México en España, célebre en las tertulias
madrileñas, dignificador de la narración breve
como género artístico” (cuentos del
general).
T
odo
esto
y
más
f
ue
e
l
inagotable
Riva
P
alacio.
Antecedentes
de la
obra
de México
a
través
de los
siglos
Haciendo una rápida mirada en el
pasado
sobre producciones bibliográficas,
podemos
encontrar alguno de ellos que tuvieron
una
significante relevancia para la
hi
storia
Mexicana.
Así
mismo, que también
f
ue
fuente
para los trabajos posteriores, con los cuales
se
enriqueció la obra México a través los siglos.
Una de esas primeras obras es la de
L
orenzo
Boturini,
que era una magnífica coleccn
de
antiedades
mexicanas reúnen entre 1736
y
1743.
L
a
obsesn del viajero
i
taliano
f
ue
recoger las pictografías
y
códices donde
se
haa resumido el
pasado
de los
pueblos
aborígenes.
Para
Boturini,
estos
docu
mentos
contenían
"t
anta
excelencia de cosas sublimes,
que sen Florescano, no solo puede c
ompeti
r
esta historia con las más célebres del orbe, sino
excederlas"
(
Florescano
2002:
275). Posterior
a
esta hay otra producción bibliográfica,
como
una respuesta a la
il
ustraci
ón euro
pea,
representado
por el Conde de
Buffon,
el
abate
R
aynal
,
Cornelius de Pauw
y
el historiador
escocés William
R
ober
tson
,
quienes
habían
producido denigratorios sobre América
y
la
incapacidad
natural de los oriundos para
crear
obras de ciencia
y
cultura.
Es
así que Juan
Jo
sé
de Eguiara
y
Eguren, respondió a
esas
afirmaciones con una Bibliotheca
mexicana
(1755), una obra monumental
consagrada
a
mostrarse los méritos de la produccn científica
y
literaria de los mexicanos desde los
t
iempo
s
más antiguos hasta
l
as
primeras
décadas
del
siglo
XVII I
(
Florescano
2002: 276).
Otra obra de capital importancia es la
de:
Francisco Javier Clavijero que era uno de los
mayores humanistas
il
ustrado
s
novohispanos
que florecieron en la segunda mitad del siglo
XVIII .
Entre sus numerosas contrib
uci
ones
sobresale su propuesta para pensar el
pasado
de su patria desde otro mirador, una idea
que
se plas en su obra
denominada
Storia
antica
del messico publicada en 1780 en
Cesena,
Italia durante el amargo exilio que
compart
ió
con sus
comperos
jesuitas.
(
Florescano
2002:
276)
Estamos viendo los primeros trabajos que
se
han podido dar, estos dentro de la
domi
nación
española,
el siguiente es otro trabajo que
i
gual
merece ser reconocido, como otro
antecedente
de la obra de
Riva
P
alacio:
Contrariamente
a la interpretación
cri
stiana
de la historia,
canonizada
por
los cronist
as
religiosos que le precedió, la historia antigua
de
México es un relato de derechos
humanos
explicados por sus propios condici
onamiento
s
geográficos, políticos o sociales. Como
d
ice
L
uis
Villor o,
"abrimos el libro de Clavijero
y
,
de
sus primeras páginas, nos encontramos
con
una historia en la que toda dimensión
sobrenatural parece haberse desvanecido".
Clavijero se vale los modelos
y
las técnicas
del
historiador occidental para escribir un
relato
unitario, coherente, razonado
y
elegante de
la
historia de una nacn indígena. Es un
relat
o
del pueblo mexicano desprovisto de los
estigmas satánicos
y
providencialista
que
propagaron
los
cronistas religiosos.
En
lugar
de
ver
al indígena como un ser
inferior,
Clavijero lo
contempla
i
gual
a cualquier otro ser
humano.
(
Florescano
2002:
276-277)
Según José Emilio Pacheco advierte que el
libro de Clavijero es de importancia
capi
tal
para cultura
americana,
porque es el primero
que plantea en el
"siglo
de
l
as
luces"
una
reflexión en que el europeo ya no es el
cen
tro
,
una primera tentativa de mostrar que hay
otras
culturas
y
otros grupos humanos diferentes
de
los
paradigmas
grecolatinos, en este campo
la
Historia antigua de México equivale a
una
declaración de
independencia
intelectual. De
la
misma forma la Historia antigua de México,
al
rescatar orgullosamente el
pasado
indígena
que se convirtió en símbolo del patriotismo
Construcción de Nacionalismo
Me
xicano
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142
criollo
y
el argumento histórico para
demandar
la
independencia
de la
nación.
Seguidamente fray Servando
T
eresa
de Mier
escribió en
1813.
En su Historia de
la
revolución de nueva España para refutar
las
diatribas contra las insurgencias que
hacían
correr los realistas españoles,
y
p
ara
presentarlos ante Europa
y
los
propios
americanos, un alegato a favor de
la
independencia.
L
a
primera parte de la Historia
revolución de nueva España relata el
derrocamiento del
virrey
Iturrigara
y
.
L
a
segunda
narra con prosa exaltada la insurrección
del
cura Hidalgo
y
las cruentas
represiones
desatadas
contra ella por las fuerzas
realistas.
Inspirándose en un héroe Bartolomé de
las
Casas
(
Florescano
2002: 294-295).
Mier
no
es
solo el primer cronista de la insurgencia
y
uno
de los actores del drama revolucionario
que
toma
l
a
pluma para defender la causa
rebelde.
Es el creador de una original
argumentación
histórica
y
política a favor de
independencia.
El
argumento central de Mier es que el vínculo
que un a los pueblos de América con los
reyes de España se fundaba en un
pacto
antiguo, escrito en las
leyes
de Indias:
"
un
pacto
solemne
y
explicito que celebraron los
americanos con
los
reyes España".
L
a
insólita
i
nterpretación
del
pasado
que Mier
plasmó en su historia produjo un doble
efecto.
Por un lado, su
virulenta
crítica de la Conquista
y
del dominio español que transformó los tres
ciclos del Virreinato en la época negra de
la
historia mexicana.
L
a
historia de la revolución
de
nueva España es la primera obra que pone
en
jaque las imágenes de la conquista
elaboradas
por los cronistas españoles, la primera
crónica
de la insurrección de Hidalgo
y
con surtidor
de
argumentos, metáforas e
imágenes
antiespolas
.
Otro personaje que se asoma con
una
producción bibliográfica de suma
im
portancia
antes de xico a tras los siglos
es
Bustamante que según Florescano, expone los
fundadores de la memoria nacional gracias
a
su
obra:
L
a
más conocida es un Cuadro histórico
de
la revolución mexicana que comenzó
publicar
en 1821
y
concluyó en
1827.
Es un
obra
escrita en forma de cartas, que se
iban
publicando conforme el autor las
entregaba
a
la imprenta
y
que s tarde fue como
reunidas
en cinco volúmenes que sumaron casi dos mil
páginas. Se trata de una acumulación
de
documentos mezclados con
co
mentario
s
desordenados
del propio Bustamante,
difíci l
de
entenderse por la
anarquía
de los
asunto
s
tratados
y
la
intromisión
de
anécdotas
y
asuntos
triviales.
(
Florescano
2002:
301)
As í
mismo hay otra obra de este autor,
que
sin duda trabajos de este tipo son
y
han sido
una fuente para la
elaboración
de la
obra
México a través de los
sig
los:
L
a
segunda gran obra de Bustamante es el
Diario
histórico
de
México,
un torrente de
páginas
manuscritas que suman 42 volúmenes.
El
Diari
o
exhibe las mismas deficiencias que se le
achacan
al Cuadro histórico:
aglomeración
desordenada
de documentos, falta de rigor en la selección
y
presentación de
los
textos, comentarios
e
innecesaria mezcla de estos sustantivos
co
n
anécdotas
triviales, garrulería patriotera,
etcétera.
Pero, a pesar de estas dificultades con el cuadro
y
el diario integraron el primer corpus
documental
de la insurgencia, la primera memoria escrita
de
l
acontecimiento que cambió la vida de los
mexicanos
y
definió un nuevo rumbo para
la
nación.
(
Florescano
2002:
301)
Esta parte del texto podemos concluir
mencionando,
que si bien es cierto,
hemo
s
citado estas producciones como
antecedentes
de la obra que estudiamos, son a los
que
hemos podido acceder en esta
oportunidad
(fuentes
secundaria
s).
Coyuntura
de la
obra
México
a través
de
los
siglos
Los
Y
orkinos (federalistas)
y
los
Escoceses(antigua
élite
co
lonial)
L
a
oposición de intereses entre estos
g
rupos
produjo una escisión en la clase política,
que
más tarde se extendió al cuerpo social a
t
ras
de los nuevos medios de difusión
(
el
periodismo
) y
de participación política
(
las
eleccio
nes).
Eran grupos que continuamente
se
encontraban
en enfrentamientos políticos,
por
Construcción de Nacionalismo
Me
xicano
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2017
143
acceder al poder, cada uno por su
lado
apoyados por la
prensa.
Era una lucha constante donde, cuando
uno
de ellos accede al poder, el otro
era
perseguido, es así que cuando
los
yorkinos
llegan al poder, empieza una
campaña
cont
ra
los escoceses, tratando de expulsadas del
ps,
la misma figura sucede cuando los
escoceses
llegan al
pode
r
.
Conflicto Bélico
entre
México y
Esta
dos
Unidos de
Amér
ica
Desde su
independencia
en
1821,
México
había tratado infructuosamente de
consolidar
un sistema de gobierno acorde a
las
necesidades del país.
Así
para 1846 ya
haan
experimentado las más diversas formas
de
gobierno como: Monarquía Constit
ucional,
R
eblica
Federal,
R
epública
Central
y
Dictadura; pero ninguna había
l
ogrado
establecer un gobierno sólido capaz de
superar
la lucha de fracciones políticas
y
la
t
remenda
crisis de la economía nacional que
llevaba
cadas
dominando las posibilidades
del
desarrollo.
L
a
guerra contra Estados Unidos en
1846,
evidencia el hecho de que después de 25
años
de vida independiente,
México
sigue siendo
un
país inestable. Sin embargo, a
l
a
debilidad
interna hay que agregar el acoso de diversas
fuerzas extranjeras imperialistas que veían
en
este territorio como un espacio de
oportunida
d
para expandir su poder
y
,
Estados Unidos fue
uno de estos países, así podríamos decir que el
enfrentamiento armado entre estas
dos
naciones fue el producto de dos factores:
por
un lado el expansionismo
y
la
ambición
estadounidense
y
,
por otra parte las
luchas
entre
los
distintos grupos poticos en México
(yorkino s y
escoceses), que no lo
graban
agruparse
en torno a un proyecto de
ps.
CARA CTERÍ STICAS CENTRALE S
DE LA
OBRA MÉXICO
A
TRAVÉ S
DE LOS
SIGLOS (TOMO II)
Estructura
de
l
a
obra
Según Jo Alejandro Ortiz Monasterio, el
tomo 3 bien podría ser la parte central o el
eje
central de la obra historiogfica de Riva
Palacio, pero Jo Alejandro considera que
la
esencia
y
lo central se encuentran en el tomo
2
propiamente
redactado
por Vicente Riva
Palacio. No obstante, el de Riva es el
to
mo
estratégico, pues
abarca
el largo trayecto
de
tres siglos que
corresponden
al embrión
y
origen de la nación mexicana, además Riva
Palacio conoce ampliamente la
hist
oria
colonial de xico gracias a que tuvo
acceso
al archivo de la inquisición de xico. Así, el
tomo 2 está s
cargado
de teoría e incluso
de
filosofía de la historia (Monasterio
1999: 426).
Según el análisis que hace este autor
del
segundo tomo, muestra que sigue un
p
lan
estratégicamente
cronológico de toda la
obra,
una peculiaridad
exclusiv a
del tomo de
Riva
al
iniciarse el examen de los siglos
X VI I y
XV I
II,
inserta cinco o seis capítulos en los que
r
ompe
la secuencia cronológica
y
ofrece una
ambicn
de conjunto de ciertos aspectos estructural
es.
L
a
inclusn
de estos capítulos que rompen el
relato, aleja
e
l
tomo de
Riva
del calificativo
de
crónica, esto sin mencionar las
muchas
reflexiones que hace el autor a lo largo de
la
obra. Estos capítulos son también un signo
de
modernidad,
pues si bien
abarca
aspectos
convencionales como la división
po
lítica,
resó otros como
e
l
comercio
y
l
a
re
al
hacienda,
las costumbres
y
las ciencias
que
interesan mucho un día, suponemos que
todo
esto es una influencia de la ilustración que Riva
pudo conocer en multitud de
f
uentes,
comenzando
por el barón de Humboldt
y
el
doctor Mora; pero no deja de tener un
fin
en
la
historiografía mexicana.
L
a
obra está dividida
en tres
"
libro
s"
que
corresponden
a varios siglos
de dominación
espola.
El
libro primero
es
por mucho el más extenso, pues
abarca
450
páginas, justo
l
a
mitad de toda la obra;
la
explicación de este desequilibrio es quizás
que
el siglo
XV I
es el más rico en
acont
ecimientos
que los que
l
e
siguieron: en primer lugar
era
necesario narrar la expansn de las
conquistas
y
los avatares de la subyugación de
las
diferentes culturas o grupos étnicos, otra
part
e
muchos renglones los ocupa el autor en
narrar
el proceso el establecimiento del
gob
ierno
virreinal en la Colonia, cuyos primeros
años
fueron tan turbios.
L
os
libros segundo
y
t
ercero
Construcción de Nacionalismo
Me
xicano
El
Antoniano 132
/
Diciembre
2017
144
abarcan
200
y
250 páginas
respectivamente.
(Monasterio
1999:
426-427)
El
libro primero
(
1521-1599)
comienza
co
n
una interesante introducción
y
luego sigue
la
descripción de
T
enochtit
lan
desps de
la
victoria
española,
plena de cadáveres
por
doquier,
y
el martirio a que es
sometido
Cuauhtémoc
por la sed de otro de los
conquistadores. Sigue luego,
l
a
relación de
la
conquista de Michoacán
y
Oaxaca;
en
ambos
casos
Riva
termina un análisis de la lengua
de
estas regiones
y
dice que para Michoacán
no
se apoya tanto en Pimentel como en sus
propias observaciones durante la Guerra
de
Intervención, así como en los trabajos de "don
Toribio Ruiz,
vecino
Uruapan
".
El
libro segundo
(1600-1699)
comienza
con
seis capítulos monográficos ya
mencionado
s
que rompe con la secuencia cronológica,
par
a
describir el estado de la colonia al terminar el
siglo
XVI , y
son los
sig
uientes:
I. División política. División
eclesstica.
Ciudades,
villa s y
pueblos.
II.
R
azas
y
castas.
III .
Minería, agricultura,
ganadea,
anim
ales
dos
ticos
.
I
V
.
Comercio.
V.
Navegacn.
VI .
Instrucción política, literatura
y
bellas
artes.
L
uego,
el autor narra la sublevación
en
T
opia.
Enrico Martín
o
Martínez
y
el desagüe
de
la Ciudad de México. Expedición
y Vizcaín o
al
Japón. Sometimiento de los yanquis. Ejecución
de los treinta
y
tres negros.
Matri z
del
desagüe
de México. Piratas en Acapulco. Misiones
en
Sonora
y
Chihuahua.
L
legada
del
virre y
Duque
de Escalona.
El
obispo Juan de Palafox
es
nombrado en lugar del Duque. Conflicto
del
obispo con los jesuitas.
L
a
soñada
conspiración
del irlandés
L
ampart
.
L l
egada
del nuevo virrey
conde de Salvatierra. Disturbios
y
hambre.
Insurreccn en
T
ehuantepec.
El
pirata
Morgan
.
Insurreccn general en Nuevo México.
P
irata
L
orencillo
.
Llegada de un falso visitador.
R
econocimi
ento
de
Texas.
Sublevacn
en
Sonora
y
Chihuahua.
E l
libro tercero
(
1700-1799)
inicia
igualmente como cinco capítulos
mono
gráficos
sobre el estado de la colonia al terminar el siglo
XVI I
,
son los
sig
uientes:
I.
E l
territorio, su división política
y
administrativa. Ciudades, villas
y
pueblos,
población.
II. Agricultura, minería
y
comercio.
III .
L
a
real
hacienda.
I
V
.
R
elign.
Costumbres.
V. Ciencias, literatura
y
bellas
artes.
Sigue el autor su narración
comentando
las
incursiones de los piratas.
L
ujo
y
corrupción
de
las costumbres.
Osadía
de los
ladrones.
Persigue el
v i
rrey a
L
orenzo
Boturi n
i
.
Pacificación de
T
amaulipas.
En gobierno
del
virre y
marqués de
l
as
Amarillas. Sublevación
en Sonora.
L
evantamiento
de Canek
en
Y
ucatán.
L l
ega
el visitador con José de
Gálvez.
Gobierno del virrey marqués de Croix.
Ex t
ramiento
de los
j
esuitas.
R
efor
mas
del
clero regular. Problemas con
I
nglaterra por
Belice. Gobierno del virrey conde
de
R
evillagige
do
.
R
evoluci
ón
Francesa, sus
efectos.
Expediciones a Nutka (Monasterio
1999:
428-429).
Hasta aquí es solo una descripción
de los contenidos más resaltantes del
to
mo,
como algo particular es la peculiaridad,
que
hace distinto este tomo con respecto a los
demás, es la inclusión, al final del tomo,
de
ciertas "consideraciones
generales".
Básicamente esta es la estructura del tomo
II
de la producción del
Riva
Palacio, como
antes
mencionábamos,
tiene algunas
peculiaridades,
algunos sicamente sobre la historia
que
vamos a citar más
adelante.
Sobre
l
a
introducción
En esta parte, Riva comenta su idea de
la
historia
y
debe ser analizada con
mayo
r
detenimiento. De alguna manera se
puede
encontrar el mismo
título
de la obra
México
t
ras
los siglos, que ya trae en sí su carga de
teoría,
pues supone
l
a
existencia de México como
un
ente cuya esencia es siempre idéntica, para los
siglos
y
México
permanece
siempre el
mi
smo,
puede haber alteraciones o contingencias
pero
Construcción de Nacionalismo
Me
xicano
El
Antoniano 132
/
Diciembre
2017
145
no alcanzan el ser de México; dicho de otr
o
modo
los
que cambian son los siglos,
pero
xico no
(
Monasterio
1999:
431). Riva
señala en la introducción que el siglo
XV I
ha
sido el más glorioso
y
más fecundo en
grandes
acontecimientos que registra la historia, un siglo
de tremendas contradicciones en el que
puede
hallarse lo más sublime
y
lo más
degradante;
y
ese siglo ha tenido una evolución convulsiva
y
sangrienta, la geografía del mundo el est
ado
de los espíritus para recibir la semilla de
la
moderna
civilizacn,
es decir que la historia
es
un proceso evolutivo hacia la
mo
derna
civilizacn; esta es una historia
determ
inista:
hay una meta
fi
jada
desde el principio, a
l
a
que
se le puede llamar la moderna civilización lo
mismo que la
R
eblica
Independiente
(Monasterio
1999:
432). Según los ojos
de
Monasterio,
Riva
es un gran personaje que
ha
podido plasmar con lujo
y
detalle los
sucesos
ocurridos al
inicio
del siglo
XVI ,
en la etapa
de
México anti
guo.
Sigue una descripción, de las luces
y
sombras de Europa en el siglo
XVI ,
en
donde
destaca la figura de Carlos
V
que lleva
sobre
sus hombros el terrible peso de dos
mundo
s,
menciona
Riva
que la conquista fue obra de los
conquistadores, no de la Corona
y
no
tardarían
los oficiales reales entrar en conflicto
con
aquellos.
Elogia
de una manera superlativa
a
Isabel la Cató lica, quien prohi
bió
terminantemente
l
a
esclavitud de los
i
ndios,
en
la época actual
y
a la luz de la política
y
la
filosofía
del siglo
X
IX
,
nada parece tan fácil,
tan
natural
y
tan sencillo como la conducta
de
Isabel en aquellos días que dio a entender,
que
tenía un espíritu superior al siglo en que
viv í
a,
y
de haber vislumbrado a través de
las
prerrogativas del vasallo los sagrados
derechos
del
ciudadano,
aquí
Riva
al parecer se
adhiere
a
la doctrina del gran hombre, en este caso
la
gran mujer
y
con su sola voluntad camb
en
destinos de millones de indígenas, que sería el
asunto un poco exagerado que Isabel
vislumbrara los progresos del
ciudadano,
este
es otro rasgo determinista, el sentido de que
se
propone que la nación
y
sus
ciudadanos
ya
se
veían
anunciando
desde el siglo
XVI .
Tal
vez
la
moderna civilización a que se refería
antes,
forma también a la
luz
de la política
y
la
fil
osoa
del siglo
X I X
de la cual por cierto no
po
día
quedar fuera del Positivismo.
Entonces según
Riva
Palacio,
l
a
Nación
y
l
a
ciudadanía
ya se tenía
anunciando
desde el
siglo
XV I
,
muestra clara de que la Nacn, ya
estuvo presente mucho más antes que
l
as
teoas
presentadas
por los representantes de
la
T
eoa
Modernista de la Nación, del siglo
XI X
;
Eric Hobsbawm, en su trabajo
t
itulado
Naciones
y
Nacionalismo, menciona que
la
idea sobre
form
ación de naciones
y
nacionalismos es propia del siglo
X I
X
,
"que
presentó la historia del siglo
XI X
como la historia
de la "construcción de naciones"
(
Hobsbawm
2000:
9). Hicimos esta cita porque la idea
de
nación o nacionalismo es propia del siglo
X I
X
,
pero vemos que
Riva
Palacio tiene esta idea
de
nación todavía desde la colonia; para sustent
ar
aún con mayor rigor sobre el origen de
nación
y
nacionalismo citaremos a otro investigado
r
,
quien es el historiador Joseph Dager
quien
menciona que
"esta
corriente teórica surgió
con
fuerza desde la
década
de
1980,
y
su principal
propuesta es sostener la condicn de
artefact
o
cultural de las naciones modernas. Ernest
Gellner, Eric Hobsbawm
y
Benidict Anderson
son los principales representantes"
(
Dager
2009:
42).
Este
autor señala con precisión
que
efectivamente la idea de nación o
nacionalismo
es una construcción del siglo
XI X
,
sin
embargo
vemos que Riva la concibe mucho
antes,
todavía en la colonia de México.
Acabamos de apreciar neas arriba
un
pequeño fragmento del tomo
II,
donde está
la
posicn de
I
sabel
la Católica, según Riva
Palacio tiene una posicn a favor del
indígena
del nuevo mundo. Ahora pasemos
a
l
siguient
e
párrafo:
A l
parecer, de un hecho histórico
com
o
proceso inevitable,
predeterminado
desde
siempre, pero una indefectible, terrible
evolución que arrojaba al activo sobre el
nuevo
continente.
Y
a la
comparación
de
la
constancia de los vencidos con el
levantado
espíritu de la reina en un recurso
inter
esante,
pues siendo precisamente los opuestos que
se
hacían la guerra, cada uno estaba cumpl
iendo
su papel en la evolución histórica del país;
de
este modo el autor salva históricamente
a
Construcción de Nacionalismo
Me
xicano
El
Antoniano 132
/
Diciembre
2017
146
ambos. Esta visión conciliadora
será
fundamental en Riva, aunque no deje
de
condenarlos a crigos codiciosos o ávidos
encomenderos
(Palacio
1884:
tomo
II
p.
V II)
Señala el autor que España buscó
mantener
un desequilibrio entre conquistadores
y
conquistados en todo lo tocante a la
po
tencia
guerrera, pero no hay materia de cultura
y
de
adorno del espíritu, como popularmente
se
creyó, es decir que según
Riva
la conquista
no
devastó el espíritu de la cultura de los
i
ndios,
lo
Cuando
Riva
habla de lo
indígena, da a entender
el
surgimiento de un pueblo
con
raíces ingenas y
español
a,
pero solo después de la
conquista podrán
constitui r
un
solo pueblo ya que antes eran
reinos no solo
i
ndependientes
entre sí, sino que se hacía
n
duras
guerras
cual viene a ser una reivindicación,
cuando
menos parcial de la conquista
y
la
época
colonial (Monasterio
1999:
433).
Rápidamente
avanzaron las conquistas, pues los
pueblos
comprendían lo
inútil
que resultaba oponerse
a
quienes habían vencido al arrogante
y
esforzado Cuauhtémotzin. (Palacio
1884:
t
omo
II
p.
VIII)
En
seguida citamos otro pequeño
fragmento
del tomo
II
de Riva:
T
an
pronto como alguna de
aquellas
independientes
nacionalidades asentadas
en el
gran territorio que debía formar la
Nue
va
España, era
dominada
por los españoles,
las
fronteras
desaparecían,
ella entraba a
fo
rmar
parte del gran colonia que Cortés
había
adivinado, la geografía de
México
comenzaba
a equivocarse, la legislación unificaba intereses
y
costumbres,
y
la
propagación
del cristianismo
dedicando la fraternidad universal
y
la
obediencia a los reyes de España,
coronaba
la
obra creando la uniformidad de sentimientos
y
aspiraciones, a todo lo cual,
poderosa
y
eficazmente distriba la generalizacn
del
idioma español.
(
P
alac
io
1884:
tomo
II
p.
VIII)
Acá, al parecer hay una posicn un
tanto
conformista de Riva, afirmando que no hay
nada más que hacer por ahora, porque los
españoles tienen el control
y
se está
inst
aurando
el dominio español junto con sus
co
stumbr
es,
relign
y
gobierno.
Monasterio hace otro tipo de lectura
además
de eso, pues acá estaría naciendo
según
lectura de Monasterio el embrión de la
fut
ura
R
epública
Independiente de xico, que
en
nuestras palabras diríamos que está naciendo
o
al menos eso hace ver
Riva,
o sea el embri
ón
de la futura nación m
exicana.
Cuando Riva habla de lo indígena, da
a
entender el surgimiento de un pueblo
con
raíces indígenas
y
espola,
pero solo
después
de la conquista podrán constituir un
solo
pueblo ya que antes eran reinos no
solo
independientes entre sí, sino que se
hac
ían
duras guerras, la conquista apareció así
como
elemento de progreso hacia la
meta
determinada,
pues al echar abajo a
las
monarquías indígenas abrirá el camino para
la
república independiente, meta
y
destinó del ser
histórico llamado
México.
A
la
vez, Riva
zanja el
estéril debate entre indigenistas, colonialistas
y
vida,
salomónicamente:
tanto valen, Isabel
como Fernando.
Y
esta procede del mestizaje
poderoso que debía hacerse laborioso
y
de
difíci l
evolución, en ella
existía
el ser de México,
pero en un estado embrionario
y
,
para ello
era
preciso el recorrido por un proceso histórico
evolutivo para realizar su verdadero ser,
la
república mexicana libre, independiente
y
soberana
que era la meta
fi j
ada
por el
Determinismo de
Riva
(Monasterio
1999: 435).
Se puede notar que Riva de alguna
manera
justifica la presencia
española
en
t
ierras
mexicanas, pues parece que para él la
única
forma de
ll
egar
a un México republicano
era
necesariamente
pasar por todo esto (llegada
y
conquista de un pueblo con mayor
desarro
llo),
Construcción de Nacionalismo
Me
xicano
El
Antoniano 132
/
Diciembre
2017
147
entonces todo este suceso de hechos lo ve
como un hecho histórico
.
Seguidamente pasamos a otro
fragmento
de Riva:
L
ento
y
silencioso del trabajo social,
s
e
operó incesante entre ciclos del dinero
españo
l,
apresadas
de que las
proclamaban
la división
de las razas
y
de las castas (Palacio
1884:
tomo
II
p.
VIII) .
Es
dec
i
r
,
que de nada
val
ieron
las disposiciones legales para impedir que
se
formara un nuevo pueblo, pues con el
ti
empo
las razas fueron
confundiéndose,
las familias
enlazando los intereses, convirtiéndose
en
patria la tierra de los
desheredados,
los
mandos del alma nacional. Ocurre pues
una
trasfiguración: la Nueva España, la Colonia,
se
transforma en parte, en el alma
nacional.
Se puede hacer una lectura de esta posición
de Riva, donde podemos encontrar
la
comunidad imaginada de Anderson,
donde
Riva
estaría
imaginándose
la nacn Mexicana.
V
amos
a citar un nuevo párrafo de Riva:
L
a
Nueva España no fue la vieja
nación
conquistada que recobra su libertad
después
de 300 años de dominación extranjera:
f
uente
de históricos errores
y
de
ext
raviadas
consideraciones
filoficas
ha sido
considerarla
así, cuando es un pueblo cuyas embriogenia
y
morfología deben estudiarse en los tres siglos
del gobierno español, durante los cuales con el
misterio del trabajo de la crisálida
y
con
heterogéneos
componentes, formase
la
individualidad social
y
política que, sintndose
viril
y
robusta proclamó su
emancipación en
1810.
(
P
alacio
1884:
tomo
II
p.
V III)
Este rrafo es de gran intes pues
echa
abajo de idea de que en la fecha culminante
arriba citada surgió el Anáhuac, después
de
solo tres siglos de ocupacn extranjera.
No
asegura
Riva si
es en la Colonia donde se
debe
estudiar la embriogenia (sin que estudia
l
a
promoción
y
desarrollo del embrión)
y
morfología (tratado de la
f
orma
de los
seres
orgánicos
y
de las transformaciones
que
experimentan) del ser político que se
emancipó
en Dolores.
As í
mismo acá podemos decir
que
Riva está utilizando la terminología médica
a
favor de su argumento como sustento
del
nacimiento de la Nación, que en este
caso
vendría desde la época de la
Colonia.
En
seguida,
Riva
señala que el desarrollo
d
el
pueblo mexicano
abarca
el periodo del 13
de
agosto de 1521 al 27 de septiembre de
1821.
Aq
hay algo curioso,
e
l
tomo de
Riva
llega
al
año de
1800,
pero
incluir
los siguientes
21
años en esta clase, porque seguramente
quiso
incluir
esa meta que el país estaba
determinado
alcanzar, morfología
"viri l y
robusta".
Es
decir,
la
independencia
y
sin condenar a Iturbide,
como
tampoco lo hará Zárate en
e
l
tomo relativo a
la
Guerra
I
nsurgent
e.
Es decir, que la
N
ueva
España corresponde a la etapa temprana de
un
pueblo en desarrollo, pero que
y
a
es
ese
pueblo en potencia al menos que alcanzaría
a
cobrar conciencia de su individualidad
y
no
lucharía en
consecuencia,
por su
independencia.
En el siguiente párrafo, vamos a ver
como
Riva
conceptualiza al criollo:
A
la muerte de Carlos
II
era crecido el
número de los que se
l
lamaba
n
criollos,
pueblo
nuevo
y
raza belicosa e inteligente,
que
formando una clase intermedia entre
españoles
e indios, ejerc tal influencia en
aquella
naciente sociedad, que a pesar de
la
prevención con que se les miraba,
co
menzó
por
mo
derar los derechos de los
encomenderos,
por iniciar la idea de
la
igualdad,
y
por
apoderarse
de algunos
puestos
en la escala más baja en el clero
y
la
administración: siguió luego
preparando
sordamente los ánimos para la
emancipació
n
social,
y
concluyó con proclamar
y
consumar
l
a
independencia.
(Palacio
1884:
tomo
II
p.
IX)
Creemos que no está claro, la clase criolla
a
quien se refiere con esta
f
rase,
he aquí los
protagonistas del destino ineludible del país.
El
autor en este pasaje no define con exactitud
a
qué se entiende por criollos, pero se deduce
del
enunciado mismo que es la "clase
inter
media
entre espoles
indios",
es decir aquellos
que
hoy llamaríamos mestizos (incluyendo tal vez
a
las castas), sin embargo advertimos
una
contradicción, pues en el catulo sobre
las
razas en las castas Riva dirá: "los hijos
del
español
y
española
que no po
dían
considerarse como castas los
llamado
s
Construcción de Nacionalismo
Me
xicano
El
Antoniano 132
/
Diciembre
2017
148
crioll os", y
para confundir más el cuadro en
las
consideraciones finales resulta que la nueva
y
belicosa raza, la que
t
riunfa con
la
independencia,
no son solo criollos, sino los
mestizos.
Así,
cuando
Riva
señala a los criollos
como el grupo humano fundador de la
nación
la "gente decente" se sentirá identificado
co
n
destino nacional; al tiempo que cuando le da
a
los mestizos del papel estelar, el maestro
de
escuela, del tratante de maíz o de café
y
tambn el obrero, sentían que ellos
han
forjado esa patria (Monasterio
1999:
438)
.
Riva trata de encontrar nación
(
teoría
modernista de la nación, que vamos a
precisar
en nuestras conclusiones) o mejor dicho
trata
de formar
i
dentidad
con esta
li
teratura,
de
esta
manera la intensión de Riva es
brindar
identidad
y
sobre todo hacer ver que la
clase
criolla sea parte importante de la
nación
embrionaria.
De misma manera Riva no tarda
en
mencionar muchos abusos que se
com
etían
en la colonia
y
la existencia de instituciones
terribles como lo fue el tribunal de
la
inquisicn, pero el ánimo de los dos no
es
condenar de un plumazo esa época,
t
ambién
menciona el gran valor de la recopilación
de
leyes
de
i
ndios
y
el auge económico que
ll
egó
a
tener la Nueva Espa, siendo xico:
"una de las más opulentas ciudades
del
mundo" (Palacio
1884:
tomo
II
p.
XI).
La
tarea
del
hist
oriado
r
V
amos
a transcribir un pequo
párrafo
que se refiere sobre
l
a
tarea del
hist
oriador:
L
a
severa imparcialidad de la historial
debe
juzgar a los hombres
y
a los acontecimientos sin
preocuparse
del efecto que su fallo ha
de
producir en las presentes o
venideras
generaciones.
El
tribunal puede alagar
las
pasiones o los intereses de la multitud
para
alcanzar el
triunfo
de una causa: el
diplotico
cubre con su vuelo ante un gobierno los
acontecimientos cuyos contornos le conviene
que no se perciban: el poeta alzar sobre
un
pedestal de gloria al hombre que se inspira
un
canto.
El
historiador no puede ni debe más si
no decir la verdad; pero como esa
verdad
iluminada por la filosofía del escritor
afecta
muchas veces
f
orm
as
y
proporciones esn muy
lejos de ser las ciertas, preciso es alumbrar
cada
uno de los cuadros con la luz que le es
propia.
Si quiere juzgarse a los hombres del siglo
XVI
por el código de ilustración, de cultura
y
de
ciencia que rigen en el que alcanzamos; si
las
pasiones religiosas
y
políticas de la época
de
Carlos
V
;
si los hechos, las leyes
y
las
costumbres de aquellos tiempos se estudian
del
siglo
XI X
,
fallo injusto será sin duda el que
se
pronuncie,
y
los personajes
quedarán
tan
desconocidos para el
l
ector
como los
hechos
de esos grandes personajes serían para ellos
mismos si pudieran leyes de
l
as
crónicas de su
vida escritas bajo ese sistema
(
P
alacio
1884:
tomo
II
p.
XII).
Aquí, Riva habla propiamente de
la
imparcialidad que debe mantener el
historiado r al
mom
ento de hacer
la
investigacn, el historiador debe decir
la
verdad, asimismo el historiador no
debe
mirar con
los
ojos del presente el
pasado;
con esta parte del rrafo nos atrevemos
a
afirmar que Riva tea un alto sentido
de
investigación
y
minuciosidad para
la
investigación, además tenía un cierto
conocimiento sobre la historia
y
e
l
his
toriad
o
r
,
aparte de estas
apreciaciones
que Riva
dice
se puede, considerar que este trabajo
es
mucho más que una crónica, como
l
o
calificarían sus
detract
ores.
E l
siguiente párrafo es sobre
l
o
que él
llama los grandes hombres, los cuales
ha
dado ejemplo al mencionar a
I
sabel la
Calica
y
a Hernán Cortés, citaremos
este
rrafo
t
ambién:
Es
verdad que los grandes hombres
pueden
producir importantes modificaciones en
la
estructura
y
en la marcha de los pueblos;
pero
es preciso no obligarlos, como dice
Spence
r
,
que cuando un hombre influye sobre
una
sociedad, esa sociedad ha influido
con
anterioridad sobre el hombre, todos los
cambios de que él es autor inmediato tienen sus
causas principales en las
generaciones
de
que
él desciende.
El
hombre pertenece a su siglo
y
el siglo no pertenece al hombre; juzgar
al
hombre significa conocer el siglo; pero
para
Construcción de Nacionalismo
Me
xicano
El
Antoniano 132
/
Diciembre
2017
149
conocer el siglo se necesita estudiar a
la
sociedad (Palacio
1884:
tomo
X II
p.
XII )
.
A l
parecer
Riva
Palacio hace una
alabanza
a
Isabel la Católica
y
Hernán Cortés, porque, si
nos
acordamos,
líneas arriba ya
habíamos
mencionado que Riva siente un
particular
afecto por Isabel la Católica, es más,
señala
que es la defensora de los indígenas,
y
asimismo habla sobre el tiempo
y
el
espacio,
donde señala que el tiempo no pertenece
al
hombre, pero que el hombre
pertenece a
una
época determinada
y
un tiempo
determinado
que él en sus palabras lo señala como
siglo
s;
en otras palabras se puede entender que Riva
nos dice; cada ser humano es producto de su
tiempo
y
la época en el cual vive.
Riva siente
alabanza
por la
Co
lonia,
inclusiv e
refiriéndose a
l
as
cnicas,
l
as
cuales
hay que saber investigarlas, q hay
de
verdad detrás de un
relato.
Capítulos
más
importantes
de
cada
libr
o
El
libro primero comprende desde los
años
(1521-1599)
los primeros capítulos,
comienza
con la narración de
Cuauhtemoc, como
prisionero
y
el cese de la resistencia con est
a
captura de su
gobernante,
este primer
capítulo
del primer libro comienza lo que
es
propiamente el inicio de la conquista,
las
primeras discusiones de Cortés, reparto
del
botín, presencia de
fray
Bartolo de
Olmedo,
son pues los principios de un
establec
imient
o
de una colonia, los capítulos posteriores
como
el 3, 4
y
5 narran algunas resistencias
que
ofrecieron los
l
ugaro
s
después de
la
presencia
española,
expediciones al interior
de
México, algunos soldados inconformes con el
reparto, asimismo Riva señala:
también
aquellos soldados no eran
hombres
completamente ignorantes, vemos entre ellos
surgir a
Bernal
Díaz, que es un historiador; Blas
Botello, que
pasaba
por astrólogo,
y
a
otros
varios que poseían conocimientos s
o
menos
artificiales
(Palacio
1884:
tomo
II
p.
17)
.
Acá podemos apreciar según Riva, que
entre
los conquistadores hubo personas que
tenían
ciertos conocimientos de alguna
ciencia.
Asimismo, podemos hacer una
peq
ueña
comparación a diferencia de Perú, donde los
soldados españoles primeros que llegaron
no
tenían conocimiento alguno de alguna
ciencia.
s
adelante,
en la gina 18 del tomo
2,
habla sobre
e
l
tormento
y
martirio que sufre
Cuauhmoc
por cuatro españoles
y
mo
Cuauhmoc
muestra resistencia a pesar
de
la poca fuerza que le queda, asimismo
todas
estas torturas son con el
fin
de
co
nseguir
mayores tesoros,
y
la
squeda
minuc
iosa
que realizó Cors
y
Alderet
e
.
Prácticamente toda la página 19
y
parte
del
20, explica cómo Cors reparte el tesoro a los
soldados,
y
la inconformidad de algunos
de
ellos.
V
amos
a citar otro pequeño o rrafo
de
Riva
respecto de la posición de la iglesia:
E l
padre fray Bartolomé de Olmedo,
que
no tuvo una palabra de inclinación
y
una
frase siquiera de descontento por el martirio
de
Cuauhtémoc
y
del señor de Tlacopam,
y
por muchas matanzas innecesarias
que
presenció durante la guerra, sintió
alarmada
su conciencia por la alegría
escandalosa
con
que los soldados españoles
celebraban
su
triunfo,
y
temió que Dios
abandona
a los
conquistadores por las ofensas que en
aquel
convite había recibido. (Palacio
1884:
t
omo
II
p.
22
)
Se puede ver, haciendo un análisis
del
texto, que
fray
Bartolo Olmedo no hizo
nada por impedir estos atropellos que
han
sufrido los indígenas
y
por el
pro
pio
Cuauhtémoc,
si bien es cierto que fray
Bartolomé de Olmedo hizoaln
comentario
en contra de este acto, fue llamado
de
inmediato por Cors;
y
Cortés
justificó
e
stos
atropellos, a lo cual no hubo
mayo
res
reacciones de fray
B
artolomé
de
Olmedo,
asimismo podemos notar que la iglesia
tanto
en caso peruano como en xico no hizo
ningún esfuerzo por impedir estos abusos
que
sufrían los originarios, sean mexicanos
o
incas.
Otra observación que hacemos, es la visita
de los soldados españoles al rey Caltzontzin,
y
a la interrogante del rey de aquel
pueblo
indígena donde los soldados
españoles
Construcción de Nacionalismo
Me
xicano
El
Antoniano 132
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Diciembre
2017
150
justifican su presencia contestando de
la
siguiente
manera:
Contestaron los castellanos, como
era
natural, que el deseo de
desengañar
a
las
naciones idolatras de la
ceguedad
y
el error
en que las tenía imbuidas el demonio
y
el
caritativo anhelo de darles a conocer
al
verdadero Dios
y
su verdadera relign,
eran
el móvil
pequeña
empresa,
y
que en los,
en
nombre de su capitán
y
de su
monarca,
ofrecían amistad
y
favor a todos
aquellos
pueblos
y
a sus reyes, o la guerra en caso
de
que su amistad fuera
desechada.
(P
alacio
1884:
tomo
II
p.
28)
En
el pensamiento de la época esto
habría
sido el discurso normal de los conquist
adores
y
de los colonizadores de ocupar
o
tros
pueblos, si bien es cierto iban en nombre
de
la religión cristiana, sin embargo no
daban
opción o posibilidad de una
nueva
propuesta, porque daban a entender que si
no es por este medio hay otras maneras
s
forzosas
y
belicosas.
Riva, acá habla sobre naciones
como
tambn encuentra en la respuesta del rey
de
aquel lugar la palabra patriotismo,
entonces
sen Riva Palacio desde su óptica, ve
o
entiende a los espoles como
naciones
civilizadoras,
y
cuando habla de
patr
iotism
o
se refiere a la posición de aquel rey de
aquel
pueblo indígena, Riva no da mayores luces
en este punto sobre el
pat
riot
ismo
.
Posteriormente,
Riva
señala sobre el
atraso
que sería la lengua más antigua
y
más
perfecta de los mexicanos, esto continúa en el
capítulo
II I
del libro primero que se refiere
a
las insurrecciones entre
l
as
primeras
que
sen en aquel
coloniaje.
Posteriores capítulos tratan sobre
más
expediciones al
interi o
r de México,
establecimiento del gobierno
y
administració
n
al
interior de la Colonia, la llegada del primer
virre y,
señalamiento de los primeros
límites
del
virreinato de Nueva España,
establecimiento
las órdenes religiosas, nombramiento
de
iglesias monasterios, en
comienza la etapa
de
cristianización a los originarios del
luga
r
,
llegada de visitadores
y
su potica de trabajo, el
estado de la Colonia al entrar en el
gobierno
los opositores,
i
nstalación
de la inquisicn
en
México
y
el primer inquisidor Moya
de
Contreras, establecimiento de hospitales,
etc
.
esto es en cuanto al primer libro el
segund
o
capítulo que
abarca
desde los años 1600
a
1669,
donde Riva hace los primeros alisis
del primer siglo de la dominación
español
a,
México tomó un nuevo rostro con divisiones
eclesiásticas, políticas, pueblos
y
villas,
asimismo Riva hace algunas distinciones
de
castas
y
razas, hace algunas
apreciaciones
sobre la agricultura
ganadería
etc.
cont
ia
siempre
l
a
sublevación de los naturales en
este
caso de
T
opia.
V
amos
a hacer referencia a
algunas
apreciaciones
que hace Alejandro Ortiz,
al
respecto del libro segundo, Alejandro
señala
que
Riva
es un buen estratega
manejando
el
orden cronológico del tiempo, así del
l
ibro
segundo
y
tercero además señala que Riva
tiene habilidades narrativas por
ejemplo,
sobre la descripción física
de
l
territorio.
Asimismo ,
Alejandro Ortiz hace un análisis
de
uno de los párrafos donde señala que
Riva
va
s allá de una simple narración, en
este
caso de las razas
y
castas, según Ortiz es
de
descripción de lo antropológico tecnológico
y
estaría tocando Riva de alguna manera
la
formacn de una nación: Cita textual
del
tomo II.
No basta para contribuir una
nacionalidad,
como ha dicho un pensador de nuestros
tiempos, ni la unidad de lenguaje
y
de
la
relign, ni la comunidad de intereses, ni
la
posición geográfica de un territorio
o
cupado
por una gran comunidad de familias,
y
quis
ni aun la raza, tomándose esta palabra en el
sentido de remota fuente de individualidades,
pero tampoco basta tener en con
una
herencia de recuerdos de glorias o sufrimientos
racionales, como siempre ese
pensador,
para
formar el alma de una nación: preciso es el
concurso de datos estos factores, porque
l
as
naciones como los individuos deben tener
un
espíritu, un alma nacional, pero también
un
cuerpo, un organismo material
igualmente
nacional. Mientras en una muchedumbre
de
individuos que vivan en un mismo país, sujeto
s
a
un mismo gobierno
y
a unas mismas leyes,
Construcción de Nacionalismo
Me
xicano
El
Antoniano 132
/
Diciembre
2017
151
como sucedía en Nueva España en el siglo
X
VI,
haya una porción de ellos esn sujetos por su
organización a sufrir enfermedades
y
necesidades distintas de la otra porción,
no
como anomalía particular, sino como ley
filosófica de la raza, eso no puede ser
una
nacionalidad,
ni allí puede existir el
alm
a
nacional, ni los sentimientos patrióticos
y
políticos, que representan
l
as
pasiones de
ese
alma, pueden
aparecer
dando impulso a
aquel
pueblo
y
fo
rmando de él una
gran
personalidad
moral. (Palacio
1884:
tomo
II
p.
471)
Hace alusn a
R
enán
que ya
había
propuesto cómo debe ser una nacn,
pero
vemos que
Riva
afirma que la nacn no
solo
es unidad de
l
enguaje,
religión,
inter
eses
comunes, un área geogfica
habitada
sino
mucho más.
As í
,
siquiera estarían los
tr
icos
de la
modernidad,
porque ya sea
Gellne
r
,
Hosbawm o Anderson. Quizás de
alguna
manera la posición de Anthony Smith,
e
ste
autor menciona que la nación no solo
es
invento de la
modernidad.
Pero que sí es
una
construccn de la
modernidad.
Por otro lado, Riva Palacios era
parte
importante del gobierno, en este sentido si
coincidiría
l
a
posicn de los
modernistas.
Riva
cuando trabaja esta obra en particular el
tomo II, vemos que polemiza con Ernest
R
enán
,
sobre qué es nación, algo que el
historiador francés en
1882,
R
enán
haa
planteado,
donde ni lo étnico, ni siquiera el
lenguaje común de un pueblo; sino la
idea
de nacn es s que una creencia, para
que
haya una nación, este grupo de
personas
tienen que haber vivido una historia
con
como tiempos
f
elic
es,
tiempos trági
cos,
entonces la relign, la cultura, la raza, el
idioma, el territorio quedan en
segundo
plano.
(
R
enán
1987:
136)
Para
Riva
no es suficiente que el grupo
de
personas hayan vivido una historia
com
ún,
sino que
los individuos
deben tener un espíritu
un alma
nacional.
Asimismo, Riva menciona dentro de
este
párrafo arriba citado, una cierta afinidad
o
acercamiento
a ordenar sus teorías
y
su
méto
do
de trabajo que sería el método historicista,
romanticista o
inclusive
positivista.
Pero, la forma cómo Riva afirma sobre
la
raza, da a entender que la raza auctona es
la
mejor, la raza nativa
americana,
además es
la
más evolucionada
y
no debe a nadie
esta
particularidad. Entonces, inclusive la posición
de
V
asconcelos
que resalta la raza de
bronce
(mezcla entre español e indígena), se puede ver
que estos discursos de Riva tienen raíz en
la
Colonia, como un pequeño análisis
nos
atrevemos a afirmar que la identidad
mex
icana
se vino formando desde la época colonial,
al
menos para los ojos de Riva.
Capítulos monográficos
al inicio del
libro
III
(siglo XVII)
Este
libro
tercero comprende desde el
año
1700 a
1799,
y
es el último libro de
este
tomo, donde
Riva
siempre hace un análisis
al
comenzar cada libro del libro anterior
com
o
ha terminado en relación al siglo en que
se
encuentra, saca un muestreo de la
si
tuación
de mo terminó el siglo
anterio
r
.
Si bien es cierto que Riva tiene
una
posicn de crítica a la Colonia, pero
no
muestra su total disconformidad con
ella,
sino solo en cuanto a la administracn
de
algunas
autoridades.
Continuidad hisrica
de la
obra
de Riva
Palacio
Sin duda, la obra México a tras de los
siglos, es una de las más
grandes
producciones historiogficas
y
literarias
de
su tiempo
y
de todos los tiempos, puesto
que
es una fuente primaria de incalculable valor
histórico,
y
de referencia para
cualquier
investigador que quisiera estudiar la
hist
oria
de México
y
en general comprender
la
invasión
española
en Centro América
y
el
impacto que causó en ese entonces,
una
muestra de que es en plena consulta
para
las investigaciones de hoy, es la investigacn
que hizo José Alejandro Ortiz Mo
nasterio
Prieto en
1999,
para una tesis doctoral, en
la
Universidad de
Iberoamericana
(
xico),
titulada
L
a
obra historiogfica de Vicente
Construcción de Nacionalismo
Me
xicano
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Diciembre
2017
152
Riva
Palacio,
y
a la obra que por cierto
hemos
hecho bastante referencia en este
t
rabajo.
CONCLUSI
ONES
Primero.
Sin duda que nuestra
prim
era
impresión es la admiracn que siente Riva
Palacios a Isabel la Católica
y
a
Hernán
Cortez, a la primera
l
a
elogia por su
defensa
al indígena que es
abusado
por los
espoles
en México,
y
al segundo lo califica dentro
de
los grandes
hombres.
Segundo.
Justifica la presencia de los
espoles en xico, porque gracias a ellos
se ha podido llegar a la
R
epública, menciona
que sin ellos no se hubiera podido
l
legar al
desarrollo, en parte el coloniaje es
bueno
para Riva.
T
ercero.
Riva admira a los españoles
y
sen él la
nacionalidad
surge a partir de
esa
unn entre españoles e indios, entonces
la
percepcn de
Riva
sobre España es
po
sitiva
.
Cuarto.
Riva
trata de encontrar la
nación
dentro de su obra para
f
ormar
identidad,
no
define claramente cuando habla de raza,
qué
es raza.
Metodogicamente
la obra de Riva
sin duda es historicista
y
romántica.
Quinto.
Apoyándonos en la
T
eoría
Modernista de la Nación, este trabajo
de
Riva, en especial el tomo II, se puede leer
a
partir del postulado de
Benidic t
Anderson, su
trabajo de
co
munidades
imaginadas,
cuando Riva habla sobre el espíritu
alm
a
nacional, esto estaría
dentr
o de
la
imaginacn de Riva; cuando Riva afirma
sobre un cuerpo, desde la posición
de
Anderson diamos que se refiere a
la
soberanía.
Sexto.
Así
mismo,
l
a
obra de
Riva
si
bien
es cierto que tiene como
fin
forjar
una
identidad de la nación mexicana, no
deja
de ser una construcción del Estado o
sea
encaja claramente en los estudios
teórico
s
modernistas de la Nación
(
Hosbawm
,
Anderson,
Gellner
)
porque es un constructo
nacional a partir de una propuesta de
la
élite, por consiguiente no es posible
hacer
una lectura con una posición de Homi
Bhabha
apoyada
en el orientalismo
de
Eduard Said
.
ptimo.
Apoyándonos en la
T
eoría
Modernista de la Nación, se puede ver lo
siguiente: que la Nación es un
artefact
o
cultural como señala Gellner, que en caso
del
trabajo de
Riva
Palacio
xico
a través de los
siglos, es un artefacto cultural porque a
tr
avés
de este trabajo de Riva se crea la
nacn
mexicana; en él Riva no define
clarament
e
sobre el nacionalism o, pero
señala
claramente las ideas de Nacn que sen
él,
vienen desde la etapa colonial de xico,
con esto podemos decir que nuestra
hipó
tesis
inicial
fue probar que la obra
México
a
t
ras
de los siglos, sí contribuyó a la formación
de
la nacn
mexi
cana.
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