
EULOGIO NISHIYAMA:
FOTÓGRAFO DEL CUSCO
Nada más fidedigno que el lenguaje
fotográfico en su intención de testimoniar la
vida y los eventos humanos. Esta certeza se
evidencia más cuando apreciamos el arte de
Eulogio Nishiyama Gonzales (Cusco, 1920-1996),
fotógrafo de ascendencia japonesa y testigo
privilegiado de una época remecida por notables
acontecimientos. Sin el registro de su cámara,
quizás quedarÃa incompleta la narrativa histórica
del Cusco correspondiente al siglo XX, tal vez
sumergidos algunos sucesos que determinaron
los cambios sociales y la decidida incursión en la
modernidad. Gracias a este artista, resulta más
amplio el panorama que podemos visualizar de
nuestro pasado reciente, especialmente de su rica
diversidad social y cultural.
Será que para el lente de Nishiyama nada
de lo humano le era ajeno, según el decir del
inspirado comediógrafo latino. Todo cuanto de
destacable ocurrÃa en la ciudad y la región, él lo
registraba con vocación de perennidad, acudiendo
con espÃritu abierto, bien sea al acontecimiento
polÃtico trascendente como la llegada a Cusco
de Eva Duarte de Perón, al suceso familiar
consistente en una humilde boda de campesinos,
a la concentración de jinetes en la plaza de Santo
Tomás, o a la manifestación eucarÃstica en la plaza
de armas. En suma, dotado de visión coreográfica
y sensibilidad de artista plástico, el
fotógrafo
estaba
allà donde latÃa el fervor de la multitud, impulsado
por su voluntad de cronista de la historia cotidiana
y también documentalista de eventos de más
estricta memoria, atributos que honrosamente
lo acercan a la prosapia estética de Chambi y de
Figueroa Aznar.
Artista de doble pericia instrumental,
Eulogio Nishiyama además incursionó en la
cinematografÃa, llegando a ser el pionero del
documental etnográfico en nuestro medio. AquÃ
filmó, desde la década de 1940, una serie de eventos
de la cultura tradicional cusqueña (tanto rural
como urbana), quizás bajo el influjo del discurso
indigenista en boga, pero esencialmente motivado
por sus arraigadas convicciones sociales. Son
singulares sus documentales sobre la festividad de
Quyllurit'i, el rito de Qhiswachaka, la tauromaquia
chumbivilcana, el carnaval citadino de Cusco, y
el concurso de belleza indÃgena, entre otros. En
1956 fue co-fundador del Cine Club Cusco, el
cual, cinco años después, concretarÃa la primera
pelÃcula en lengua quechua:
Kukuli,
cuyo éxito hizo
hablar al historiador francés George Sadoul sobre la
existencia de la Escuela de Cine de Cusco.
Por todo ello, la
Revista Universitaria
presenta
aquà una parte interesante del legado fotográfico
de Eulogio Nishiyama
y,
al difundirla, cumple con
revalorarlo como uno de nuestros más renombrados
exponentes de las artes visuales. Él recuperó las
imágenes de un ayer cercano que todavÃa proyecta
sus luces sobre la agenda social de este inicio de
milenio. Su vasto testimonio gráfico bien puede
ayudarnos a entender las claves interactivas que
articulan el pasado con el presente, en perspectiva
a diseñar las bases del futuro. (ERP)