WESTPHALEN EN INSULAS
EXTRAÑAS EN EL CENTENARIO
DE SU NACIMIENTO
Mario Pantoja Palomino
Emilio
Adolfo
Westphalen, uno
de los
grandes
poetas del surrealismo peruano y latinoamericano
(junto a César Moro, el de La
tortuga ecuestre),
de
quien elo 2011 se cumplió el centenario de su
nacimiento, publicó dos libros fundamentales en
la década del treinta: Las
ínsulas extrañas
(1933) y
Abolición
de la
muerte
(1935); para luego reunir en
un solo volumen toda su producción poética, bajo
el título de Belleza de una espada clavada en la lengua
(1986). Westphalen a partir de su acercamiento a
César Moro (que formó parte del grupo de artistas
liderado por André Bretón), se convirtió en uno de
los principales difusores de la propuesta surrealista
en América Latina. En su gran mayoría, en Las
ínsulas extrañas
las composiciones son poemas de
amor, pero se trata de un amor que ha terminado y
ya pertenece al pasado y los poemas van dirigidos
a una amada ausente. "El gran tema, la gran
pasión de la poesía de Westphalen -como dice
Javier Sologuren- es el amor". Al mismo tiempo
afirma el autor de Las uvas del
racimo
"que los
poemas westphalianos son en definitiva un haz
de vislumbres. Un haz, nada menos. Pero dotado
de una viva unidad y crecido conforme a un
ponderado diseño estructural. Llevan razón por
consiguiente quienes destacan el control de una
inteligencia configuradora en la escritura de sus
poemas". Los textos, tanto del primer libro como
del segundo, han de verse como una lucha contra
el tiempo y la muerte, como una búsqueda del
tiempo perdido, en la cual el poeta se esfuerza por
recuperar la felicidad del amor perdido mediante
la memoria y la imaginación poética. Y como
señala Ricardo González Vigil, "Westphalen
asimiló mucho del Surrealismo (la triada poesía-
revolución-amor, el culto a las asociaciones libres y
soterradas), llegando a componer textos calificables
de surrealistas (...), pero en los dos poemarios
citados arriba somete la lección surrealista a un
registro distinto,s arquitectónico, producto
de una escritura vigilante y escrupulosa, diversa
del mero 'automatismo psíquico'. En el plano
vital, de otro lado, optar por una insularidad y
una discreción poco compaginables con la 'vida
escandalosa' de los surrealistas cabales".
En sus dos libros, Westphalen "ha hablado
con esa voz, que es la suya y es la de todos y es
la de nadie: la voz del otro que es cada uno de
nosotros. Al mismo tiempo, ha oído el silencio
que precede, acompaña y sigue a esa voz. Ese
silencio alternativamente nos atrae y nos aterra;
por eso, muchos poetas, sin excluir a loss
grandes, sienten la tentación de cubrirlo con las
palabras de la elocuencia o de la retórica (...). El
silencio de Westphalen es el complemento de su
voz. Cada uno de sus poemas es como una torre
rodeada de noche: su chorro pétreo, obscuro y
luminoso, se levanta sobre una masa de silencio
completo" (Paz 1979: 165). En
Abolición
de la
muerte
—que es el libros difícil para descubrir
la intencionalidad del autor la memoria suele
salir triunfante, aboliendo el tiempo y la muerte
al rescatar de la niebla del pasado la figura de la
amada y la felicidad asociada con ella.
En toda la obra poética de Westphalen —por
cierto- el gran tema es el amor del pasado. Es
probable que la intensidad visionaria de su erotismo
no tenga parangón en toda nuestra poesía del siglo
XX. Si en Las
ínsulas extrañas
prevalece la zozobra
que tiñe su expresión con las lívidas tintas de la
pesadilla y en todo momento nos permite asistir
a sus oscuros combates; en
Abolición
de la
muerte
se
manifiesta, así desde su título mismo, una voluntad
—• REVISTA UNIVERSITARIA 141 -
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y una consigna: destruir, por el amor, a la muerte. El
poeta ha dicho: que él estuvo "en soledad de amor
herido" y de esa herida brotó íntegra su poesía.
Con Las ínsulas extrañas y Abolición de la
muerte
hace una de sus primeras apariciones el
Surrealismo en América Latina. Como se sabe,
Westphalen fue el amigo y el compañero de César
Moro y sus nombres están unidos en la historia del
surrealismo peruano y latinoamericano. Pero "el
surrealismo de Westphalen, como lo indican los
títulos mismos de sus libros, estaba enlazado a otras
preocupaciones espirituales que lo acercan a una
gran tradición de nuestra civilización: la mística
alemana y la española, de San Juan de la Cruz a
Eckhart y de Silesius a Santa Teresa de Jesús. Si
el título de su primer libro procede de El
Cántico
Espiritual,
el de la gran revista que él y César Moro
dirigieron, Las Moradas, viene de Santa Teresa.
Insulas extrañas: islas navegantes, archipiélagos que
brotaron de pronto en la página como una súbita
vegetación verbal; moradas construidas con letras
de aire en el hostil continente americano, moradas
sin techo para ver mejor las constelaciones, sin
puertas para que entren mejor el sol de todos los
días y la noche de todas las noches. La empresa
poética de Westphalen fue un descubrimiento de
esas tierras imaginarias, aunque intensamente
reales, que estáns allá de la geografía racional;
asimismo, fue una de las tierras ocultas que están
debajo del suelo histórico. La segunda revista que
dirigió se llamó
Amaru
y ese nombre designa otra
de las direcciones de su espíritu: la reconquista
y revaloración de las enterradas civilizaciones
prehispánicas" (Paz 1979: 167). Sin dejar de
mencionar la primera revista: El
uso
de la palabra,
que dirigieron Westphalen y Moro para propagar
el surrealismo en el Perú.
Pues así el surrealismo al que se inscribe
de cuerpo y alma Westphalen contribuyó
poderosamente a la renovación de la literatura
occidental integrando el componente onírico
como uno de los ejes primordiales del discurso
poético surrealista, en poemas río como este:
"Después la niebla la noche / El cielo los ojos /
Me miran los ojos el cielo / Despertar sin vértebras
sin estructura / La piel está en su eternidad / Se
suaviza hasta perderse en la memoria / Existía no
existía / Por el camino de los ojos por el camino
del cielo / Qué tierno el estío llora en tu boca /
Llueve gozo beatitud / El mar acerca su amor /
Teme la rosa el pie la piel / El mar aleja su amor /
El mar / Cuántas barcas / Las olas dicen amor /
La niebla otra vez otra barca / Los remos el amor
no se mueve / Sabe cerrar los ojos dormir el aire
no los ojos / La ola alcanza los ojos / Duermen
junto al río la cabellera / Sin peligro de naufragio
en los ojos / Calma tardanza el cielo / O los ojos
/ Fuego fuego fuego fuego / En el cielo cielo fuego
cielo / Cómo rueda el silencio / Por sobre el cielo
el fuego el amor el silencio / Qué suplicio baña la
frente el silencio / Detrás de la ausencia mirabas
sin fuego / Es ausencia noche / Pero los ojos el
fuego / Caricia estío los ojos la boca / El fuego
nace en los ojos / El amor nace en los ojos el cielo
el fuego / El fuego el amor el silencio".
En este texto, como en los demás de Las
ínsulas extrañas, Westphalen rehúye al uso de
formas métricas tradicionales y, por el contrario,
actualiza una polimetría conforme a la estética
vanguardista (empleando versos tetrasílabos,
octosílabos, eneasílabos, decasílabos, hasta versos
de dieciséis sílabas). Asimismo se puede evidenciar
que existen por lo menos quince unidades rítmicas
de acentuación ternaria, vale decir, aquellos cuyo
ritmo interno se manifiesta en la acentuación
vigorosa de tres sílabas: "Des/)!/« la
rambla
la «oche
(...)/ Me miran los ojos el cielo (...) / Cómo rué da
el silencio (...)/ ElJiiego nace en los ojos".
El ritmo ternario en este texto implica un
abandono de la métrica tradicional. El poeta
huye de la rima o del alejandrino modernista
y, por ende, se apoya en otros recursos rítmicos,
uno de los cuales es reforzar la musicalidad de los
versos con la acentuación poética de determinados
ejes silábicos. En la poesía de Westphalen cada
verso conserva su autonomía respecto de los
otros. Evidentemente hay excepciones, pero el
fragmentarismo verbal es muy frecuente y nos
recuerda el tipo de funcionamiento de los discursos
oníricos, es decir, el texto poético fragmentado
opera con una determinada modalidad discursiva
que se asemeja mucho a la que prima en el
lenguaje de los sueños. De modo consecuente,
Pierre Reverdy expresa sobre el valor del sueño lo
siguiente: "No creo que el sueño sea estrictamente
lo contrario del pensamiento. Lo que sé de él me
inclina a pensar que, después de todo, no ess
que una formas libre ys abandonada de él.
El sueño y el pensamiento son lados distintos de
una misma cosa, el revés y el derecho, siendo el
sueño el lado en que la trama ess rica y menos
estricta, y el pensamiento aquel en que la trama es
s sobria peros tupida" (Nadeau 1972: 82).
Es sabido que con los esfuerzos de
André Bretón, Louis Aragón y Paul Eluard,
el surrealismo llegó a afianzarse sólidamente
en el período de entreguerras, es decir entre la
Primera y la Segunda Guerra Mundial. Esta
nueva escuela vanguardista, aparecida en octubre
de 1924 con la publicación del Primer Manifiesto
Surrealista
por André Bretón -luego de romper todo
vínculo con Tristan Tzara y el Dadaísmo-, fue un
movimiento de exterior ambiguo, con un tinte
mitad romántico -por sus apelaciones al sueño- y
mitad paracientífico, por su utilización de Freud,
s cierto afán sistemático. El autor de
fiíadja
y Los
vasos comunicantes,
desde las primeras páginas de su
primer Manifiesto, sustentaba al surrealismo como
un antirrealismo, antinaturalismo, negación y aun
reprobación absoluta de lo real como materia
y base del arte. Bretón ha llegado a decir que
"Heráclito es surrealista en la dialéctica, Llull en
la definición, Baudelaire en la moral, Rimbaud
en la práctica de la vida". "La poética surrealista
propone la búsqueda de una superrealidad capaz
de ser alcanzada cuando el hombre aprenda
a mirar el mundo con otros ojos. De hecho se
trata de una nueva versión de una poética que se
remonta hasta los románticos y que entra en auge
en la época simbolista, una poética que concibe
la poesía como un vehículo para captar el mundo
ideal que yace detrás de las apariencias del mundo
material" (Higgins 1984: 16).
En las dos publicaciones de los años 30
-Las ínsulas extrañas y Abolición de la muerte-, las
composiciones son poemas de amor, que tratan de
un romance que ha terminado y ya pertenece al
pasado y los poemas van dirigidos a una amada
ausente. Pues así en "No es válida esta sombra"
lamenta el vacío en el cual se ha convertido la vida
del poeta con la pérdida de la amada: "Se despega
una nada tras otra / Crece una nada sobre nada
/ Y había ríos que se iban en vueltas y derechas /
Y había árboles con algos que ramas y algunas
hojas / El sol no hacía en vano su camino..." En
tanto en "Andando el tiempo", el primer poema de
Las
ínsulas extrañas,
tan sorprendente por su esencia
surrealista para quienes habíamos leído a Eguren
simbolista y a Vallejo vanguardista a partir de
Trilce,
sitúa la obra de Westphalen en el contexto
de un mundo regido por la inexorable marcha del
tiempo, y "Hojas secas para tapar ...", otro de
los poemas de este mismo libro, está construido
alrededor de la imagen del otoño, símbolo del
inevitable desgaste de la vida por la muerte, un
proceso que hace irrisoria toda actividad humana
pors que los hombres cierren los ojos ante él,
y dice el poeta: "Tal vez nunca se ha dados el
otoño a la angustia del hombre".
"La poesía de Westphalen -a decir de Higgins-
ha de verse en ese contexto, como una lucha contra
el tiempo y la muerte, como una búsqueda del
tiempo perdido en la cual el poeta se esfuerza por
recuperar la felicidad del amor perdido mediante la
memoria y la imaginación poética".
Entre tanto un texto revelador al interior de
Las
ínsulas extrañas
es: "Un árbol se eleva hasta el
extremo de los cielos...", que evoca, como símbolo
de la existencia terrestre que se rebela contra sus
límites y se esfuerza por superarlos, la imagen de
un árbol que se levanta hasta tocar el techo del
cielo y golpea contra él en su afán de irs allá:
"Un árbol se eleva hasta el extremo de los cielos
que lo cobijan / Golpea con dispersa voz / El
árbol contra el cielo contra el árbol / Es la lluvia
encerrada en tan poco de espacio I... I Golpea
con las ramas la voz el dolor / No hagas tal fuerza
por que te oigan / Yo te cedo mis dedos mis ramas
/ Así podrás raspar arañar gritar y no solamente
llorar / Golpear con la voz ...".
En este poema, "el árbol también se golpea
a sí mismo porque su rebelión contra el cielo y el
límite que este representa es a la vez una rebelión
contra su condición de árbol arraigado en el suelo.
El ruido insistente de sus golpes hace recordar
el de la lluvia en un espacio restringido, y este
paralelo sirve para destacar que está clamando
por salir de sus confines terrestres. Los golpes dan
también contra el alma del poeta, despertando
su solidaridad ya que él comparte los mismos
anhelos y por eso ofrece prestar ayuda al árbol
en su empresa" (Higgins 1984: 17). En los versos
siguientes de "Un árbol se eleva ...": "Agua / Y
navegan los rojos galeones por la gota de agua /
En la gota de agua zozobran / Acaso golpea el
tiempo / Otra gota / Agua / La garganta de fuego
agua agua / Matado por el fuego / La llamarada
gigantesca / Maravilloso final / Muerto sin agua
en el fuego / La mano arañaba el fuego ...".
Los galeones que zozobran en una gota de
agua son otro símbolo de un deseo demasiado
infinito para ser satisfecho por el mundo corriente.
"Este deseo el poeta lo experimenta en forma de
una sed de fuego que le quema la garganta y
amenaza con consumirlo, y con insistencia reclama
agua para apaciguarla. Pero, como el deseo sexual,
este fuego que lo devora por dentro también resulta
placentero, y
el
proceso delirante mediante el cual su
sed crece y crece hasta convertirse en
fuego
absoluto
se parece al crescendo que lleva al orgasmo. De esta
forma el fuego de su sed se transforma en el fuego
del arrebato místico" (Higgins 1984: 18).
De otro lado, Carlos Garayar dice: "La
poesía de Westphalen impacta de un modo distinto
del usual. Para acceder a ella el lector necesita
tener una actitud igualmente distinta,sn si
se trata de un lector que busca luego comunicar
su experiencia. La poesía de Westphalen no se
deja asir desde afuera;s bien, invita al lector a
sumergirse en su caudal, abandonando las reservas
conscientes que lo mantienen en esta margen, para
sólo después experimentarla en toda su intensidad
y hermosura. Fabricadas de esa materia universal
y sutil con que el hombre teje sus sueños, las
imágenes que cuelgan de sus versos como de hilos
de araña, amenazan romperse, volverse nada
al menor intento de extraerlas para el examen"
(Fernández Cozman, 1990: 12).
En cambio, en Abolición de la muerte —el
libros difícil de entender plenamente que Las
ínsulas extrañas,
como ya dije la memoria suele
salir triunfante, aboliendo el tiempo y la muerte
al rescatar de la niebla del pasado la figura de la
amada y la felicidad asociada con ella. En algunos
casos, como en "Marismas llenas de corales...",
"una compleja interacción de tiempos verbales
destaca -a la manera borgiana la lucha entre la
memoria y el tiempo, pero en otros las barreras
temporales quedan borradas y la imagen de la
amada surge del pasado para revivificar al poeta
en un momento de calidad eterna": "Has venido
pesada como el rocío sobre las flores del jarrón /
BIBLIOGRAFÍA
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Lima, 5 de marzo de 1934.
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N° 7. Lima, octubre -1980 diciembre de 1980.
FERNÁNDEZ COZMAN, Camilo
1990. Las Insulas Extrañas de Emilio Adolfo Westphalen. Lima,
Naylamp Editores.
GONZÁLEZ VIGIL, Ricardo
1977. "Westphalen o el esplendor de la imaginación lírica".
En: Creación & Crítica N° 20. Lima, agosto 1977.
Has venido para borrar tu venida / Estandarte de
siglos clavado en nuestro pecho".
En esta compleja obra,
Abolición
de la
muerte:
"Para
los
muertos no hay muerte ya. Pero entre vida y
muerte hay un instante que las anula o que las funde:
ese instante se llama sueño, se llama contemplación,
se llama amor (...). El tiempo, ha dicho Westphalen,
es una escalera que baja porque nadie la sube. Su
poesía es una invitación a subirla para, ya arriba, ver
lo que pasa del otro lado" (Paz 1979: 167).
En los poemas de Abolición de la muerte, los
esfuerzos de Westphalen por captar la imagen
esquiva de la amada ausente están referidos de
una manera que hace recordar "la búsqueda de
unión con la divinidad de los poetas místicos": San
Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús, de quienes
recibió claras influencias. Vicente Azar —poeta de
espíritu surrealista de los años treinta escribe
un breve ensayo no exento de interés donde
califica la obra de Westphalen como "poesía del
silencio". Azar se detiene en la atmósfera poética
westphaliana y dice: "Técnicamente la modalidad,
surrealista en esta pura poesía de Westphalen ejerce
de vivificación y de toque o mirada complacida
sobre la total estructura lírica intangible". El autor
del ensayo "Violencia de Westphalen" resalta la
forma como el poeta surrealista "busca violentar
el universo verbal". Pero finalmente dice con
precisión parnasiana: "Ahí reside la grandeza de
Westphalen quien es un alto poeta del Perú". Pues
así, con Vicente Azar coincidimos plenamente
—en
la imaginación crítica de ponerle en un alto sitial a
Westphalen—, sin dejar de pensar en Chocano, en
Vallejo y en Romualdo, tres de las otras grandes
montañas de la poesía peruana y latinoamericana.
1999. Poesía Peruana Siglo XX. Del Modernismo a los años 50.
Selección, prólogo y notas de Ricardo González Vigil.
Lima, Editado por el Departamento de Relaciones
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HIGGINS, James
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Poemas 1930 -
1986. Lima, Ediciones Rikchay.
—• REVISTA UNIVERSITARIA 141 -
POEMAS DE WESTPHALEN
(Selección de Mario Pantoja Palomino)
UNA CABEZA HUMANA viene lenta desde el olvido
Tenso se detiene el aire
Vienen lentas sus miradas
Un lirio trae la noche a cuestas
Cómo pesa el olvido
La noche es extensa
El lirio una cabeza humana que sabe el amor
s débil no es sino la sombra
Los ojos no niegan
El lirio es alto de antigua angustia
Sonrisa de antigua angustia
Con dispar siniestro con impar
Tus labios saben dibujar una estrella sin equívoco
He vuelto de esa atareada estancia y de una temerosa
Tú no tienes temor
Eres alta de varias angustias
Casi llega al amor tu brazo extendido
Yo tengo una guitarra con sueño de varios siglos
Dolor de manos
Notas truncas que se callaban podían dar al mundo lo que
(faltaba
Mi mano se alzas bajo
Coge la última estrella de tu paso y tu silencio
Nada igualaba tu presencia con un silencio olvidado en tu
(cabellera
Si hablabas nacía otro silencio
Si callabas el cielo contestaba
Me he hecho recuerdo de hombre para oírte
Recuerdo de muchos hombres
Presencia de fuego para oírte
Detenida la carrera
Atravesados los cuerpos y disminuidos
Pero estás en la gloria de la eterna noche
La lluvia crecía hasta tus labios
No me dices en cuál cielo tienes tu morada
En cuál olvido tu cabeza humana
En cuál amor mi amor de varios siglos
Cuento la noche
Esta vez tus labios se iban con la música
Otra vez la música olvidó los labios
Oye si me esperaras detrás de este tiempo
Cuando no huyen los lirios
Ni pesa el cuerpo de una muchacha sobre el relente de las
(horas
Ya me duele tu fatiga de no querer volver
Tú sabías que te iba a ocultar el silencio el temor el tiempo
(tu cuerpo
Que te iba ocultar tu cuerpo
Ya no encuentro tu recuerdo
Otra noche sube por tu silencio
Nada para los ojos
Nada para las manos
Nada para el dolor
Nada para el amor
Por qué te había de ocultar el silencio
Por qué te habían de perder mis manos y mis ojos
Por qué te habían de perder mi amor y mi amor
Otra noche baja por tu silencio
(De Las ínsulas
extrañas)
***
VINISTE a posarte sobre una hoja de mi cuerpo
Gota dulce y pesada como el sol sobre nuestras vidas
Trajiste olor de madera y ternura de tallo inclinándose
Y alto velamen de mar recogiéndose en tu mirada
Trajiste paso leve de alba al irse
Y escandido incienso de arboledas tremoladas en tus
(manos
Bajaste de brisa en brisa como una ola asciende los días
Y al fin eras el quedado manantial rodando las flores
O las playas encaminándose a una querella sin motivo
Por decir si tu mano estuvo armoniosa en el tiempo
O si tu corazón era fruta de árbol o de ternura
O el estruendo callado del surtidor
O la voz baja de la dicha negándose y afirmándose
En cada diástole y sístole de permanencia y negación
Viniste a posarte sobre mi copa
Roja estrella y gorgorito completo
Viniste a posarte como la noche llama a sus creaturas
O como el brazo termina su círculo y abarca el horario
(completo
O como la tempestad retira los velos de su frente
Para mirar el mundo y no equivocar sus remos
Al levantar los muros y cerrar las cuevas
Has venido y no se me alcanza qué justeza equivocas
Para estarte sin levedad de huida y gravitación de planeta
Orlado de madreselvas en la astrología infantil
Para estarte como la rosa hundida en los mares
O el barco anclado en nuestra conciencia
Para estarte sin dar el alto a los minutos subiendo las
(jarcias
—• REVISTA UNIVERSITARIA 141 -
Y cayéndose siempre antes de tocar el timbre que llama
(a la muerte
Para estarte sitiada entre son de harpa yo de escaramuza
Entre serpiente de aura y romero de edades
Entre lengua de solsticio y labios de tardada morosidad
(acariciando
Has venido como la muerte ha de llegar a nuestros labios
Con la gozosa transparencia de los días sin fanal
De los conciertos de hojas de otoño y aves de verano
Con el contento de decir he llegado
Que se ve en la primavera al poner sus primeras manos
(sobre las cosas
Y anudar la cabellera de las ciudades
Y dara libre a las aguas y canto libre a las bocas
De la muchacha al levantarse y del campo al recogerse
Has venido pesada como el rocío sobre las flores del jarrón
Has venido para borrar tu venida
Estandarte de siglos clavado en nuestro pecho
Has venido nariz de mármol
Has venido ojos de diamante
Has venido labios de oro
***
TE HE SEGUIDO como nos persiguen los días
Con la seguridad de irlos dejando en el camino
De algúna repartir sus ramas
Por una mañana soleada de poros abiertos
Columpiándose de cuerpo a cuerpo
Te he seguido como a veces perdemos los pies
Para que una nueva aurora encienda nuestros labios
Y ya nada puede negarse
Y ya todo sea un mundo pequeño rodando las escalinatas
Y ya todo sea una flor doblándose sobre la sangre
Y los remos hundiéndoses en las auras
Para detener ela y no dejarle pasar
Te he seguido como se olvidan los años
Cuando la orilla cambia de parecer a cada golpe de viento
Y el mar subes alto que el horizonte
Para no dejarme pasar
Te he seguido escondiéndome tras los bosques y las
(ciudades
Llevando el corazón secreto y el talismán seguro
Marchando sobre cada noche con renacidas ramas
Ofreciéndome a cada ráfaga como la flor se tiende en la onda
O las cabelleras ablandan sus mareas
Perdiendo mis pestañas en el sigilo de las alboradas
Al levantarse los vientos y doblegar los árboles y las torres
Cayéndome de rumor en rumor
Como ela soporta nuestros pasos
Para después levantarme con el báculo del pastor
Y seguir las riadas que separan siempre
La vid que ya va a caer sobre nuestros hombros
Y la llevan cual un junco arrastrado por la corriente
Te he seguido por una sucesión de ocasos
Puestos en el muestrario de las tiendas
Te he seguido ablandándome de muerte
Para que no oyeras mis pasos
Te he seguido borrándome la mirada
Y callándome como el río al acercarse al abrazo
O la luna poniendo sus pies donde no hay respuesta
Y me he callado como si las palabras no me fueran a llenar
(la vida
Y ya no me quedaras que ofrecerte
Me he callado porque el silencio pones cerca los labios
Porque sólo el silencio sabe detener a la muerte en los
(umbrales
Porque sólo el silencio sabe darse a la muerte sin reservas
Y así te sigo porque sé ques allá no has de pasar
Y en la esfera enrarecida caen los cuerpos por igual
Porque en mí la misma fe has de encontrar
Que hace a la noche seguir sin descanso ala
Ya que alguna vez le ha de coger y no le dejará de los dientes
Ya que alguna vez le ha de estrechar
Como la muerte estrecha a la vida
Te sigo como los fantasmas dejan de serlo
Con el descanso de verte torre de arena
Sensible al menor soplo u oscilación de los planetas
Pero siempre de pie y nuncas lejos
Que al otro lado de la mano
***
HE DEJADO descansar tristemente mi cabeza
En esta sombra que cae del ruido de tus pasos
Vuelta a la otra margen
Grandiosa como la noche para negarte
He dejado mis albas y los árboles arraigados en mi garganta
He dejado hasta la estrella que corría entre mis huesos
He abandonado mi cuerpo
Como el naufragio abandona las barcas
O como la memoria al bajar las mareas
Algunos ojos extraños sobre las playas
He abandonado mi cuerpo
Como un guante para dejar la mano libre
Si hay que estrechar la gozosa pulpa de una estrella
No me oyess leve que las hojas
Porque me he librado de todas las ramas
—• REVISTA UNIVERSITARIA 141 -
Y ni el aire me encadena
Ni las aguas pueden contra mi sino
No me oyes venirs fuerte que la noche
Y las puertas que no resisten a mi soplo
Y las ciudades que callan para que no las aperciba
Y el bosque que se abre como una mañana
Que quiere estrechar el mundo entre sus brazos
Bella ave que has de caer en el paraíso
Ya los telones han caído sobre tu huida
Ya mis brazos han cerrado las murallas
Y las ramas inclinado para impedirte el paso
Corza frágil teme la tierra
Teme el ruido de tus pasos sobre mi pecho
Ya los cercos están enlazados
Ya tu frente ha de caer bajo el peso de mi ansia
Ya tus ojos han de cerrarse sobre los míos
Y tu dulzura brotarte como cuernos nuevos
Y tu bondad extenderse como la sombra que me rodea
Mi cabeza he dejado rodar
Mi corazón he dejado caer
Ya nada me queda para estars seguro de alcanzarte
Porque llevas prisa y tiemblas como la noche
La otra margen acaso no he de alcanzar
Ya que no tengo manos que se cojan
De lo que está acordado para el perecimiento
Ni pies que pesen sobre tanto olvido
De huesos muertos y flores muertas
La otra margen acaso no he de alcanzar
Si ya hemos leído la última hoja
Y la música ha empezado a trenzar la luz en que has de
(caer
Y los ríos te cierran el camino
Y las flores te llaman con mi voz
Rosa grande ya es hora de detenerte
El estío suena como un deshielo por los corazones
Y las alboradas tiemblan como los árboles al despertarte
Las salidas están guardadas
Rosa grande ¿no has de caer?
(De Abolición de la
muerte)