ASPIRACIÓN Y DEPRESIÓN:
UN ESTUDIO EN ALUMNOS PRE-
UNIVERSITARIOS DE LA UNSAAC
Gustavo Valdivia Rivera
I. PLANTEAMIENTO DE LA
INVESTIGACIÓN
Una población de estudiantes del Ciclo
Básico Universitario, hoy Centro de Estudios Pre
Universitario, CEPRU, con un alto nivel de presión
personal y familiar enfrenta la problemática de
un difícil acceso a la profesionalización en la
UNSAAC, debido a las pocas vacantes que oferta.
Una cantidad significativa de estos alumnos
queda forzosamente frustrada en su aspiración
de realización profesional, con un incremento
incesante de repitencia y sucesivas experiencias
de fracaso.
Como esto afecta las expectativas y los
objetivos de los adolescentes, la respuesta
depresiva debe ser frecuente. Ignoramos en qué
nivel y cómo el adolescente enfrenta tal estado.
También desconocemos el impacto en la familia
y su reacción, factor diversificador de la respuesta
de depresión, morigerándola o acentuándola. A
ello se suman las condiciones socioeconómicas
insuficientes y el desarraigo por migración
característico de la región. Esto repercute en el
funcionamiento académico e interpersonal, en el
nivel de autoestima y en la expectativa de meta.
La depresión está relacionada a la experiencia
concreta de fracaso. Esta situación se agudiza
tanto por la presión personal como por la presión
familiar, sobre un marco contextual sociocultural
-procedencias distintas y socioeconómico -diversos
niveles de riqueza— propios de la región.
El estado depresivo incide en el rendimiento
académico y en la motivación, determinando
deserción, fuga o abandono, trastornos
psicosomáticos y problemática interpersonal,
además de riesgo suicida.
El objetivo central de este trabajo fue:
Determinar la relación entre nivel de depresión y
funcionamiento familiar en estudiantes del Ciclo Básico
de la Universidad Nacional de San Antonio Abad del
Cusco según el
género,
el área vocacionaly la
procedencia
sociocultural.
II. MARCO TEÓRICO
1. LA DEPRESIÓN
1.1 Síntomas y causas
La depresión presenta ciertos rasgos distintivos
en diferente proporción e intensidad y
duración y con predominio de origen genético
o ambiental. Es una respuesta biopsicosocial
ante riesgo de fracaso o experiencia de
pérdida, cuya gravedad se intensifica cuando
hay vulnerabilidad biológica.
En diferentes grados, los síntomas de la
depresión son los siguientes (Davison y Neale,
2000; 274-276 / Martin, 1985; 366 y ss).
Por lo menos los casoss graves de los
trastornos afectivos son causados por
factores bioquímicos que regulan el tono
de humor por un metabolismo alterado de
neurotransmisores por exceso o déficit. Y
el disturbio tendría origen genético como
lo prueban los antecedentes familiares
y el estudio con gemelos dicigóticos y
homocigóticos.
* Trabajo desarrollado en base de la tesis de maestría: Relación entre niveles de depresión y funcionamiento familiar e estudiantes del Ciclo
Básico Universitario de la UNSAAC. Universidad Peruana Cayetano Heredia. Lima, 2004.
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Palpitaciones, sudoración, cefaleas, sequedad en la boca, gases, indigestión (malestar epigástrico),
como manifestaciones de ansiedad; falta de energía.
Inapetencia. Insomnio o hipersomnia.
Falta de energía, fatigabilidad; disminución de la libido (impotencia, frigidez).
Cognitivos Dificultad para concentrarse, recordar y tomar decisiones.
Necesidad de expiación. Ideación e intención suicida.
Delirio de indignidad y ruina.
Afectivos Abatimiento y tristeza, llanto inmotivado; desesperanza y pesimismo.
Anhedonia
(negación
de la sensibilidad para el placer y para
vwenciar lo
agradable y
humorístico);
disminución
de lo atractivo de las experiencias y situaciones.
Pérdida de interés: síndrome amotivacional, indiferencia por lo cotidiano; sensación de futilidad,
intrascendencia, de deficiencia y vacuidad.
Visión pesimista de sucesos y experiencias, acentuación de lo trágico, frustrante y defectuoso.
Perspectiva desesperanzada del futuro y del logro de metas.
Ansiedad e irritabilidad; baja tolerancia a la frustración.
Sentimientos de desdicha y culpa irracionales; minusvaloración.
Conativo - Motrices Falta de tensión para la acción.
Inquietud e inhibición motoras; lentitud, inmovilidad o agitación; fascies
fija
y melancólica,
ausente y lastimosa; entonación monótona.
Sociales Silencio y soledad. Retraimiento, eludir compañía y reuniones.
Resistencia al consuelo, la ayuda y al aliento.
Disminución en la capacidad para el trabajo.
Las causas psicológicas son importantes en 1.2 Tipos y modelos explicativos de la
la depresión reactiva y en su encronización, depresión
Los trabajos de investigación efectuados por
Lachar con la escala D del MMPI, presentan
una intensidad de rasgos y síntomas según
intervalos de puntajes que van desde el
vigor, entusiasmo y optimismo hasta els
extremo abatimiento y pesimismo; desde
las formas razonables de depresión (como
la Aflicción o Depresión Reactiva) a las
depresiones delirantes (como el Transtorno
Depresivo Mayor y el Transtorno Bipolar),
pasando por formas que podrían verse como
intermedias en cuanto a su intensidad y
estabilidad, desde los Episodios Depresivos a
los Trastornos de Humor Persistentes) (CIE
10, 120; DSM-IV, 170).
En la Personalidad Depresiva y el
Trastorno Distímico subyace un tipo
temperamental predispuesto; la escala D del
MMPI describe a un individuo serio y huraño,
ansioso, preocupado, rígido, sobrio, pesimista;
tranquilo y modesto; apático y abúlico,
evasivo y convencional, indiferente, silencioso;
desconfiado y pesimista (Núñez, 1979).
El modelo cognitivo de la Depresión de
Beck considera contenidos de pensamiento
Síntomas
Físico-biológicos
como respuesta a experiencias y factores
emocionales, enraizados desde fases
tempranas del desarrollo. Entre estas causas
se cuentan:
a. Experiencias de pérdida.
b. Crisis por cambio de situación o de edad.
c. Frustraciones, fracasos.
d.
Conversión
de la ansiedad en depresión.
e. Carencia de motivaciones positivas en la vida.
f. Deficiencia del refuerzo social positivo.
g. Culpa.
La repetición de estas experiencias, sin
procesamiento adecuados o la inserción de
un estado depresivo en una personalidad
predispuesta puede determinar la
encronización de la depresión (Martin, 1985).
También hay causales ecológicas, como la
contaminación y la densidad poblacional,
y sociales: delincuencia, corrupción,
desarraigo por migración, desempleo,
miseria y la desigualdad y marginación)
que generan susceptibilidad en las personas,
haciendo un cuadro depresivo.
referidos a una visión negativa de sí mismo,
considerarse deficiente e inadecuado; una
visión negativa del mundo -percepción
de privación y derrota en las interacciones
con el ambiente y una visión negativa del
futuro, expectativa amenazante y pesimista
del porvenir. La persona depresiva atiende de
modo selectivo a los sucesos negativos (Beck,
A.; 1983). En el Modelo de Seligman
se considera al desamparo aprendido como la
creencia de que se haga lo que se haga no
habrán efectos positivos; le acompaña el estilo
explicativo, forma que elegimos para entender
por qué nos suceden las cosas; un estilo
explicativo
optimista bloquea la experiencia de
desamparo y un estilo explicativo pesimista
permite que dicha experiencia continúe, se
amplifique y propague.
2. FAMILIA Y APOYO SOCIAL
2.1 La familia como sistema
La sociedad y la familia son sistemas con
mecanismos homeostáticos y morfostáticos.
El feedback activa el
regulador
para mantener
la homeostasis, mecanismo autocorrectivo
que preserva, da seguridad y estabilidad
al sistema para su supervivencia dentro
del contexto físico y social. En contraste,
los mecanismos morfogénicos derivan
en modificación y crecimiento, a partir
de un aumento de la diferenciación de
las partes componentes del sistema, de la
cual cada uno puede desarrollar su propia
complejidad permaneciendo en relación
funcional con la totalidad. Mientras la
homeostasis enfatiza la autocorrección, la
morfogénesis enfatiza la autodirección.
El cambio es el momento en que con mayor
claridad puede observarse la necesidad
de adaptación. Puede percibirse como
amenaza y riesgo, como reto e incentivo o
como
oportunidad peligrosa.
Pone en actividad
las fuerzas homeostáticas y morfogénicas
del sistema, para negar la transformación
y volver a una posición anterior o para
aceptarla en busca de una nueva estructura.
2.2 El modelo circumplejo de la Familia
La familia es un sistema que usa procesos de
corrección para mantener su organización o
equilibrio ante una desviación. La ampliación
de la desviación empuja a la familias allá
del umbral de sus costumbres hasta generar
cambios cualitativos.
Se puede definir al tipo de familia mediante
las dimensiones familiares de cohesión
y adaptabilidad. La cohesión familiar está
definida como el vínculo emocional que
los miembros de la familia tienen entre.
La adaptabilidad familiar se define como la
habilidad de un sistema marital o familiar
para cambiar su estructura de poder,
las relaciones de roles y las reglas de la
relaciones en respuesta al estrés situacional
(Kaneku, 2002; 25-28). De la combinación
de las formas adaptabilidad-cohesión se
reconocen dieciséis tipos de familia.
2.3 Apoyo social y bienestar
La red social está constituida por el conjunto
de personas que alternan con el individuo,
procurándole estabilidad, apoyo y seguridad, el
marco social próximo con el cual puede contar
como recurso de interacción en situaciones
críticas o difíciles. El
apoyo
social actúa eliminando
o reduciendo el estresor; elevando la moral y el
sentimiento de bienestar; atenuando la experiencia
del estrés y el impacto de la depresión, protegiendo
autoestima y estabilidad.
El bienestar objetivo o bienestar social,
depende de las condiciones de vida (salario,
empleo, vivienda). La calidad de vida se refiere
al bienestar social de un individuo, un grupo o
comunidad. Si mejoran las condiciones de vida,
mejora la calidad de vida.
El bienestar subjetivo es una evaluación
afectivo-cognitiva de las condiciones de vida
actuales, frente a las condiciones de vida ideales.
Entre los modelos que lo explican están: el Modelo
de la Discrepancia (a menor diferencia entre
aspiraciones y logros, mayor bienestar subjetivo) y
el Modelo de las Influencias Psicosociales (factores
socio-psicológicos que influyen en los sentimientos
de bienestar) (López, 44-47; en Hombrados, 1997).
La actitud pesimista u optimista, influye en la
salud. Un estilo atribucional positivo y esperanzador
es buena medicina. Las personas se deprimen
porque magnifican las experiencias negativas,
minimizando las positivas (Myers, 1995; 167). Todo
ello tiene que ver con el hecho de sentirse satisfechos
como seres realizadores de metas, estableciendo un
vínculo entre lo que se aspira y lo que se logra, y sus
costos dentro del contexto de las percepciones de sí
mismo y del mundo.
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2.4 El estrés psicosocial e intercultural
De acuerdo con el modelo de amortiguación,
el apoyo social puede reducir el impacto del estrés
y de la depresión, reforzando la capacidad del
individuo para hacerles frente o atenuando la
experiencia del estrés una vez que éste se ha puesto
en marcha.
Junto a ello, algunos rasgos de personalidad
potencian la salud, y otros la enfermedad. Son
menos saludables las personas que ante situaciones
perturbadoras usan estrategias de afrontamiento
focalizadas en la emoción (fantasía, culpa, escape,
aislamiento, descarga emocional),s que en la
situación (acciones planificadas en situaciones
potencialmente controlables y tendencias a llevar a
cabo mayor número de acciones para aliviar síntomas).
El proceso de adaptación a una nueva
cultura es estresante de por, dificultándose en
función de la sociedad receptora (San Martín;
Hombrados, 1997; 322). La inclusión a la nueva
cultura genera estrés por el nuevo ambiente físico
y social; sentimientos de pérdida; sentimientos de
impotencia y confusión; formas de compensación
a la intolerancia intercultural y al prejuicio y
discriminación de los residentes hacia los forasteros.
La investigación indica que el proceso de
ajuste a la nueva cultura no es lineal, sigues
bien un diseño curvilíneo en forma de U, con fases
de fascinación, frustración y ajuste bicultural.
3. ADOLESCENCIA Y VOCACIÓN: LAS ASPIRACIONES Y
EL PROCESO DE REALIZACIÓN DE OBJETIVOS
3.1 Motivación y expectativas
Las metas se relacionan con la motivación
procesos internos que activan,
guíany
mantienen una conducta
(Barón, 1996; 395), en función de aprendizajes
adquiridos para satisfacer necesidades en un
determinado contexto.
Las teorías de la motivación tratan
aspectos complementarios: el reforzamiento y las
anticipaciones del efecto de la conducta (Teoría
Neoconductista); la jerarquía de necesidades
y la presión por satisfacerlas de acuerdo a un
código de valores (Teoría Humanística); el
orgullo o la vergüenza que se derivan del éxito
y el fracaso (Teoría de la Motivación de Logreo);
la percepción, interna o externa, de las causas
del éxito (Teoría de la Atribución); la condición
activo-epistémica en situaciones desafiantes que
llevan a competencia y a autodeterminación
(Teoría de la Motivación Intrínseca), y el
esfuerzo según la evaluación del uso de recursos
y estrategias para ejecutar tareas con éxito,
desestimándolas si consideran no poder lograrlas
(Modelo de Expectativa por Valor). La autoestima
es un factor de relieve en el desempeño por estar
relacionada con la identidad (Martín Covington;
Good, Th. y Brophy, J. 1997).
"Muestras expectativas determinan la conducta
específica que
utilizamos para
obtener una recompensa o evitar
un castigo" (Klein, 1997; 310), pero también para
resistir castigos o rechazar recompensas, según dicha
orientación. No respondemos mecánicamente,
jugamos un rol activo y directivo en nuestro
comportamiento. Un embudo perceptual filtra las
experiencias acomodando la información nueva
en una red organizada de datos. Una vez que se ha
interpretado y
ponderado
cada fragmento de la información,
entonces
usará su
álgebra mental
para
integrar
las
diferentes
partes" (Myers, 1995; 78).
3.2 La vocación
El aspecto fundamental en donde se ponen
de manifiesto las metas y las expectativas en el
adolescente es el proyecto vocacional. Gracias al
desarrollo de su pensamiento está en condiciones
de establecer relaciones entre la realidad y la
posibilidad, proyectándose hacia el futuro en
términos cada vezs amplios a la vez que
realistas y sensatos.
Super (Horrocks, 1984; 437-438) afirmaba
que se elige la ocupación que permita el mayor
campo para la expresión de sí mismo; en la
decisión, las condiciones ambientales operan
como limitadores o facilitadores. La satisfacción
se alcanza cuando en la ocupación se igualan el
interés y la habilidad, igualación que requiere
un ajuste en el concepto de sí mismo. La etapa
vocacional que corresponde a la adolescencia
tardía es la de especificación de preferencias:
reducción de las opciones, primeros pasos para
lograr entrar en una ocupación.
El proyecto vocacional se convertirá en un
gran regulador de comportamiento, pues implica
organizar esfuerzos hacia una meta de largo alcance y
de alta significatividad, motivo por el cual representa
uno de los focos centrales de interés del cual se
derivarán satisfacciones o no y en concordancia con
ello la posibilidad de sufrir depresiones.
4. ADOLESCENCIA, ASPIRACIÓN Y DEPRESIÓN
4.1 Depresión y pertenencia a Grupo Etáreo:
enfoque evolutivo de la depresión
Los adolescentes experimentan estrés,
confusión, dudas, presión para lograr éxito,
inquietudes financieras y otros miedos mientras
van creciendo. El divorcio, la formación de una
nueva familia con padrastros y hermanastros o las
mudanzas a otras comunidades, pueden perturbarlos
más. Los síntomas en las conductas de los niños y
adolescentes, según su edad son los siguientes.
La enfermedad crea una súbita tendencia a
la conducta atolondrada. Pueden integrarse a una
pandilla, conducir atropelladamente o hundirse en
el mundo de las drogas; hay jóvenes depresivos
que buscan la muerte. La conducta imprudente,
que incluye riesgos mortales, puede ser expresión
de tal deseo.
El suicidio en el adolescente
El suicidio es la causa principal de muerte
entre universitarios, excedido sólo por la muerte
accidental. Beachler describe varios significados
posibles para la ideación y la intención suicida.
La huida de una situación dolorosa o
estresante.
El duelo, cuando se atenta contra la vida
propia después de la pérdida de un elemento
importante.
El castigo; el intento suicida se dirige a expiar
una falta real o imaginaria o mitigar la culpa.
La venganza, cuando se atenta contra la vida
para provocar remordimiento.
La llamada de atención y el chantaje, cuando
el intento suicida intenta ejercer presión
sobre otro.
El sacrificio, en donde se actúa contra la vida
para adquirir un valor, morir por una causa.
Las necesidades psicológicas frustradas, tales
como seguridad, confianza y logros.
La falta de opciones o de percepción de
opciones.
Autoevaluación negativa, culpa, humillación,
impotencia, desesperación y desamparo.
III. METODOLOGÍA
Las hipótesis contrastadas fueron:
General
Existe relación entre depresión, cohesión y
adaptabilidad en el funcionamiento familiar en
estudiantes del Ciclo Básico de la Universidad
Nacional de San Antonio Abad del Cusco.
Específicas
Existen diferencias entre grupos de género,
respecto de la depresión en alumnos del
CBU.
Existen diferencias según el número de
intentos para ingresar a la Universidad,
respecto de la depresión en los alumnos del
CBU.
Existen diferencias en la comparación de
la procedencia sociocultural y el grado
de aproximación a metas respecto de las
dimensiones de cohesión y funcionamiento
familiar en los alumnos preuniversitarios de
la UNSAAC:
El diseño de investigación fue descriptivo-
correlacional, en una muestra de 300 alumnos:
137 varones y 163 mujeres de las Áreas B (Ciencias
Biológicas) y D (Ciencias Sociales) del Semestre
2004-1, del Ciclo Básico Universitario de la
UNSAAC, sobre una población de 1200 alumnos
y estableciendo la muestra en base al uso de la
tabla de Fisher-Arkin-Colton.
Se aplicaron los instrumentos siguientes:
El Inventario de Beck, escala BDI de 21
ítems; cada cual con 4 alternativas de
respuesta. Su objetivo es identificar niveles
de depresión: 0-10, normal; 11-20 depresión
borderline o limítrofe; 21 - 30, depresión
leve o moderada; 31-40, depresión intensa;
41 a más, depresión severa con conducta de
alto riesgo.
Escala de Evaluación de la Adaptabilidad y
Cohesión Familiar-FACES III. Consta de 20
ítems. Mide las dimensiones de adaptabilidad
(balance dinámico entre constancia y cambio)
y entre amalgamado y disgregado (dimensión
de cohesión). Mide la Percepción Real de la
Familia y la Percepción Ideal de la familia,
con 10 ítems para cada tipo de percepción.
Ambas pruebas descritas presentan criterios
de Habilidad y validez satisfactorios.
Cuestionario de Características de los
Alumnos CBU; 20 ítems relacionados con
la edad y género. Procedencia Sociocultural
Procedencia Escolar. Área Vocacional
Elegida. Experiencia Académica en el CBU.
Expectativas de Acceso a la Universidad.
IV. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
La depresión es una respuesta ante el
cambio, ante el riesgo de fracaso o experiencia de
pérdida que afecta la unidad biopsicosocial del ser
humano. Entre los factores psicosociales que la
influyen está el funcionamiento familiar.
La investigación efectuada muestra que
existe una correlación baja negativa entre
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depresión y las dimensiones del funcionamiento
familiar, la cohesión y la adaptación; por tanto, a
menor adaptación y cohesión, mayor depresión.
Se ha encontrado investigaciones que miden estos
parámetros; las hay que establecen relaciones
entre el funcionamiento familiar con la violencia
(Gonzáles, 1992) y con problemas de conducta
(Kaneku, 2002), lo cual haría pensar que existen
relaciones entre el funcionamiento familiar y
algunas manifestaciones psicopatológicas.
Esta condición deriva del hecho de que
la familia es un factor de apoyo social capaz de
modificar la respuesta ante estímulos depresores. De
acuerdo con el modelo de amortiguación, el apoyo
social actúa protegiendo al individuo y favoreciendo
su adaptación, reduciendo el impacto del estrés y de
la depresión y reforzando la capacidad del individuo
para hacerles frente (Hombrados, 1997).
La prevalencia de la depresión en
la población estudiantil del Ciclo Básico
Universitario es de un 7% lo cual coincide con
resultados obtenidos en algunas investigaciones
(México: 11.8% con un punto de corte 14;
Venezuela; etc.); aunque por otras, se sabe que
este resultado puede alcanzar a 20 y hasta 33%
(Beck y Beck) pareciéndose cada vezs a las
cifras propias de los adultos. Estas variaciones
podrían deberse a las realidades socioculturales
tanto como al tema de estudio específico; es decir,
al contexto de experiencias concretas que viven
los individuos en investigación. También puede
ser que la respuesta dominante para este y otros
casos no sea la depresión, sino la ansiedad.
En alguno de los estudios anteriormente
señalados, la comparación estadística
t
de Student
no arrojó diferencias significativas entre grupos de
pertenecía por género (sig = 0.40), pero la mayoría
de las investigaciones informan mayor presencia
de depresión en mujeres que en hombres (Beck et
al, 1988), sin alcanzar significancia estadística. La
diferencia inter género en nuestra investigación,
sí es significativa (t=2.34<0.19). Puede ser que
también haya propensión del varón a enmascarar
o disimular la depresión, quizá con un criterio de
deseabilidad social de la imagen masculina o que se
manifiesten modos poco reconocibles.
En referencia a la relación entre depresión
y área vocacional, en nuestro estudio no hay
diferencia significativas en los grupos B carreras
relacionadas con las Ciencias Naturales y D con
carreras de Ciencias Sociales (Sig = .82). Dato
que también coincide con otras investigaciones
aplicadas en diferentes lugares e informan no
haber diferencias en la prevalencia entre los sujetos
de las distintas carreras universitarias (Ortega-
Soto HA; 1995).
Los resultados hacen ver que los alumnos
difieren en cuanto a depresión si se les compara en
referencia a la percepción de aproximación a meta
(ingreso a la universidad) y que esas diferencias
son significativas (.26). Del mismo modo, hay
significación entre la depresión y el número de
intentos para ingresar (.001), de modo que a
mayor cantidad de postulaciones para acceder a
la universidad, mayor depresión. Lo mismo ocurre
en lo que se refiere a la percepción del grado de
mejoramiento en el rendimiento en el proceso de
acceder a la Universidad (.000).
También el funcionamiento familiar es
afectado por el número de intentos o ensayos
para ingresar; mas no por los otros indicadores, lo
que puede verse como que para la familia son los
resultados concretos de ingreso los que importan;
la mejoría es de interés para los alumnos, mas no
para los padres de familia.
Estas concordancias de la aproximación a la
meta dan a entender que este factor tiene mayor
presencia o claridad en la depresión. Mientras que
los indicadores identitarios son menos, estables o
s complejos o menos evidentes.
En los estudiantes es significativo el idioma
pero no por, sino como indicador de pertenencia
cultural o procedencia rural. Y algo equivalente
ocurre con el funcionamiento familiar, tanto en
su dimensión de cohesión que se refiere al vínculo
emocional que los miembros de la familia tienen
entre, como en su dimensión de adaptación
que se define como la habilidad de un sistema
marital o familiar para cambiar su estructura de
poder, las relaciones de roles y las reglas de la
relaciones en respuesta al estrés situacional y el
cambio (Kaneku, 2002). Varias investigaciones
sobre identidad cultural dicen que el idioma es el
principal rasgo de adhesión étnica. Si influye en la
depresión debe ser porque la lengua se conecta de un
modos inmediato con la membresía cultural y de
procedencia sociogeográfica. No es raro que la gente
de la ciudad hostilice al migrante cuando descubre su
origen, lo cual habitualmente ocurre cuando incurre
en incorrecciones idiomáticas por interferencia de
lenguas (Guanipa, C. y Guanipa,J.A; 1998).
En general, se encuentra que los grados
de bilingualización y ruralización presentan
importantes diferencias en relación a la
depresión. Las diferencias en los resultados
obtenidos respecto de la variable sociocultural,
pueden deberse a personas que se encuentran en
diferentes momentos del proceso adaptativo a la
nueva cultural y sigue un diseño curvilíneo (en
U), pues no todos llegarían al mismo ritmo y en la
misma medida a una plena fase de biculturalismo
o de aceptación o asimilación de las normas y
reglas que rigen la vida urbana. Lo cual a su vez
tendría que ver con las características próximas o
distantes entre la sociedad de origen y la sociedad
receptora y el modo cómo los residentes reciben a
sus
huéspedes
migrantes (Hombrados, 1997).
Además de estas contradicciones y conflictos
está el hecho de provenir de ambientes familiares
ya depresivos, pues según los estudios hechos
en migrantes de áreas marginales urbanas,
presentarían este rasgo además de una disposición
pasivo-dependiente, y sentimientos de inferioridad
y baja estima de sí mismos (Germani, 1977).
En los adolescentes de culturas nativas, la
posibilidad de obtener resultados positivos podría
ser afectada tanto por su realidad socioeconómica y
sociocultural como por los efectos psicosociales que
de allí se derivan: prejuicio, discriminación, pérdida
de personas significativas, percepción incoherente
en los mensajes recibidos, marginación institucional,
sentimientos de inadecuación personal, etc.
(Guanipa, C. y Guanipa, J. A). En general, es la
consecuencia del gran luto o duelo masivo de la
pérdida de todos sus roles, ya que la nueva realidad
destruyes de un parámetro de su identidad.
Depresión y funcionamiento familiar se
integran para influir en el bienestar subjetivo del
alumno, posicionado entre su vida actual y lo
que juzga como condiciones de vida ideales, y en
referencia a las situaciones concretas que favorecen
o no la transformación de la una en la otra. Para
explicar estos hechos se integran bien el Modelo
de la Discrepancia (a menor diferencia entre
aspiraciones y logros, mayor bienestar subjetivo) y
el Modelo de las Influencias Psicosociales (factores
socio-psicológicos que influyen en los sentimientos
de bienestar) (Hombrados, 1997).
s fuerza o uniformidad parecen tener los
hechos concretos del proceso de estudio en sí en
referencia con la meta vocacional. La amenaza
que se cierne sobre el adolescente en condición
de preuniversitario es de perder un bien estimable
propio de su edad: un proyecto vocacional y sus
repercusiones en la identidad y la autoestima
(McKinney, et. al., 1982).
Por tanto, la depresión en los alumnos
preuniversitarios tendría varios factores
interactuantes: la crisis de cambio de roles
propia de la edad en relación con la identidad
y la autonomía y los riesgos implicados en la
realización de su vocación, a lo cual se añade el
cambio por desarraigo en el caso de los estudiantes
procedentes de fuera de la ciudad.
En esta lógica de reflexión diríamos que esta
complejidad de factores contingentes al fracaso
incidiría en el modo de funcionar de la tríada
cognitiva depresiva
(Beck, 2000) del adolescente:
a. Visión de sí auto devaluatoria, en tanto que
experimenta impotencia para ingresar a la
universidad.
b. Visión de mundo amenazante, puesto que la
institución no permite mayores posibilidades
de éxito, a lo que se podría añadir la crítica
adversa de los familiares y otras personas;
c. Visión pesimista del futuro, que estabiliza las
expectativas negativas de nuevos fracasos,
lo cual podría derivar en desesperanza,
puesto que los intentos de autocorrección
no se producen o resultan infructuosos;
considérese al respecto, la insistencia en
postular tras repetidos fracasos.
El hecho de que la cohesión y la adaptación
en el funcionamiento familiar estén disminuidas,
reduce el apoyo emocional e instrumental pues las
capacidades para enfrentar el cambio y el fracaso
no son óptimas, dentro de un contexto de edad, en
que además el adolescente emprende una retirada
del seno familiar, puesto que está en la mira de la
búsqueda de autonomía y el surgimiento de nuevas
condiciones de experiencia.
Aunque el adolescente CBU ha puesto en
movimiento mecanismos morfogenéticos en busca
de la evolución, del desarrollo, las condiciones
socioeconómicas, socioculturales y psicosociales,
lo mantienen en una retroacción negativa u
homeostática respecto de sus objetivos, hecho
que se reproduce psíquicamente en forma de
depresión, puesto que no se avanza en dirección
de la aspiración con riesgo de salir fuera de la
misma tras otras metas.
Podría afirmarse que las posibilidades de
autocorrección no contribuyen con la autodirección
(retroacción positiva de viabilización del cambio),
produciendo una especie de estancamiento en
las expectativas y aspiraciones conductoras del
proceso de desarrollo psicosocial (Bateson, 1998;
Hoffman, 1992).
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CONCLUSIONES
1. Existe una relación inversa entre
depresión y las dimensiones de cohesión
y aplicación del funcionamiento familiar
en los alumnos pre-universitarios del Ciclo
Básico Universitario.
2. La prevalencia de depresión es mayor en
mujeres que en varones.
3. No existe diferencia en la prevalencia de
depresión según área vocacional.
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funcionamiento familiar en hijos de Dekaseghi entre
4. Hay diferencias entre los alumnos respecto a la
depresión, según la percepción de aproximación
a meta de ingreso a la universidad.
5. No hay uniformidad en las diferencias entre
los alumnos en la depresión, respecto de
los indicadores socioculturales, tanto como
entre estos y el funcionamiento familiar; las
variaciones se producen según la generación
—padres o hijos—, la localización —urbana o
rural- y el idioma, quechua o castellano.
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