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REVISTA DE LA FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS AÑO LXXII N° 12 / 2020 ISSN 2519-7592
En consecuencia, el habitus lingüístico expresa la concentración de capital
simbólico (lingüístico) desigualmente
(5)
distribuido en el espacio social. Soporte
de lo que en lingüística se llama “competencia” (talento para escribir, leer, hablar,
escuchar, entender el contexto plurilingüe y pluricultural). El capital lingüístico
corresponde entonces a la posesión de competencias más o menos alejadas del
uso legítimo de la lengua.
¿Cuál es la característica del habitus mapuche y más especícamente de
su habitus lingüístico? A partir de nuestra experiencia etnográca con mapuches
bilingües y monolingües en español de las zonas del Lago Lleu Leu y de la zona de
Ato Bío Bío, consideramos los siguientes elementos:
La característica de ese habitus lingüístico es su adecuación objetiva
a la posición social que lo genera; posición económica, política y culturalmente
dominada. En consecuencia, la primera particularidad del habitus lingüístico
mapuche, el repertorio de competencias lingüísticas que despliega, es la distancia
respecto del habitus lingüístico dominante poseedora del español estándar y de
las competencias gramaticales, escriturales y discursivas que se reconocen como
la norma lingüística. La posesión de esas competencias es la posesión de un capital
simbólico-lingüístico.
Dado que los distintos habitus lingüísticos tienen un valor simbólico
diferencial en relación con la posición social donde se generan, Bourdieu considera
adecuada la idea de “mercado lingüístico
(6)
”. Con ella el autor quiere reconstruir
la lógica global de la interacción lingüística en una sociedad enfatizando las
desigualdades de capital lingüístico en su interior. ¿Por qué hablar de mercado?
Un mercado siempre es una relación de fuerzas. El campo económico, de prácticas
propiamente económicas, es un espacio de lucha por la apropiación de bienes
económicos y la acumulación de capital económico. Así, la idea de mercado
nos permite entender la circulación y valoración de los productos lingüísticos
como sistema de relaciones de fuerza lingüísticas fundada en la desigualdad
(5) Bourdieu advierte no hacer una lectura mecanicista del habitus: El habitus es histórico,
genera disposiciones durables pero no perpetúas. La función del habitus es la adaptación, procesa la
contingencia de cada nueva situación, en consecuencia experimenta transformaciones significativas.
No obstante, mientras la posición social de cada grupo, en términos de concentración de capital, no
se transforme, el habitus históricamente construido seguirá aportando los esquemas de percepción y
apreciación idóneos a esa posición. Así sin transformación social las adaptaciones del habitus no pasan
ciertos límites. “La situación es la condición que permite la realización objetiva del habitus. Aun así, los
ajustes que impone la necesidad de adaptarse a situaciones nuevas e imprevistas pueden determinar
transformaciones duraderas en el habitus, pero éstas no rebasarán un cierto límite, entre otras razones,
porque el habitus define la percepción de la situación que lo determina” (Bourdieu, El mercado
lingüistico, 2002).
(6) Habla de mercado lingüísticos y no utiliza la noción de campo por varios motivos: la idea de
campo lingüístico puede generar confusiones respecto del campo académico del cuerpo de lingüistas.
La idea de campo en Bourdieu siempre expresa una situación de mercado en tanto refiere a procesos
de circulación, distribución, acumulación y concentración de bienes. Los campos son espacios de lucha
por la acumulación de capital simbólico.
Lenguas Dominadas Ideología y Violencia Lingüística en el Mapudungun