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REVISTA DE LA FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS AÑO LXXII N° 12 / 2020 ISSN 2519-7592
EL PAISAJE LINGÜÍSTICO NAHUA EN SANTA ANA TLACOTENCO,
CIUDAD DE MÉXICO: EL EJERCICIO DE UN DERECHO INDÍGENA
THE NAHUA LINGUISTIC LANDSCAPE IN SANTA ANA TLACOTENCO,
MEXICO CITY: THE EXERCISE OF AN INDIGENOUS RIGHT
RIMAYKUNAQ KJAWANA NAHUA SANTA ANA TLACOTENCO,
MEXICO JATUN LLAQTAPI: QESWA RUNAQ JUJ ALLANKAYNIN
(1)
Elsa Del Valle Núñez
(2)
Universidad Nacional Autónoma de México UNAM, México.
Universidad Mayor de San Simón, Bolivia.
Resumen: Este artículo presenta una experiencia familiar y comunitaria sobre
la elaboración de un paisaje lingüístico en náhuatl en la Comunidad de Santa
Ana Tlacotenco, Milpa Alta, en la Ciudad de México, como una estrategia de
revitalización.
Describe la situación sociolingüística del náhuatl en la Comunidad de estudio,
hace énfasis en algunas de las causas de su pérdida y desplazamiento lingüístico.
Posteriormente, sitúa al paisaje como una estrategia de revitalización lingüística
y como uno de los derechos lingüísticos indígenas mexicanos que establece la
legislación.
Palabras clave: Paisaje lingüístico, revitalización, náhuatl, derechos indígenas,
política lingüística comunitaria
Abstract: This article presents a family and community experience on the
elaboration of a linguistic landscape in Nahuatl in the community of Santa Ana
(1) Traducción: Adrian T. Valer Delgado (Lengua Quechua. Cusco/Qollao)
(2) Licenciada en Derecho, por la Universidad Nacional Autónoma de México UNAM, Magister en so-
ciolingüista, PROEIB Andes, actualmente estudiante de Doctorado en Estudios Socioculturales, Posgra-
do de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, de la Universidad Mayor de San Simón,
Bolivia, Cochabamba. Hablante de la lengua náhuatl, variante del centro de México. Correo electrónico:
sarahine@hotmail.com; elsadelvallen@gmail.com
Revista de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas • UNSAAC
Noviembre 2019 - Octubre 2020
ISSN 2519-7592 Vol. 4 • Nº 12 • Págs 163 - 178
Recibido 01/05/2020 Aprobado 27/10/2020
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Tlacotenco, Milpa Alta, in Mexico City, as a revitalization strategy. Describes the
sociolinguistic situation of Nahuatl in the study community, emphasizes some
of the causes of its loss and linguistic displacement. Subsequently, it places the
landscape as a linguistic revitalization strategy and as one of the indigenous
Mexican linguistic rights established by law.
Key words: Linguistic landscape, revival, Nahuatl, indigenous rights, community
language policy.
Ñujñu: Kay qelqaqa churanmi juj aylluq ruwayninmanta jinaspapas jatun
aylluqtawan rimaykunaq qawanamanta náhuatlpi Santa Ana Tlacotenco, Milpa Alta,
México Jatun llaqtapi, jujmanta kawsaynimpaq. Kjaway qelqantaqmi ayllurimay
náhuatlmanta chay aylluq yachanapi, astawantaqmi ruwan chinkaynimpaq
kasqanmanta jinaspapas juj llaqtakunaman rimaykunaq ripuyninta. Kjepatataq
churan kjawanata juj jujmanta rimaykunaq kawsayninta jinaspapas juj qeswa runaq
mexicumanta rimaykuna allankayninmanta camachicuycuna churasqanmanta.
Kichana rimaykuna: Paisaje lingüístico, revitalización, náhuatl, derechos indígenas,
política lingüística comunitaria
Elsa del Valle Núñez
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1. Introducción
Este artículo académico está sustentado en el trabajo etnográco en el
pueblo originario de Santa Ana Tlacotenco, desde el año 2017 a la fecha. A través
de una suma importante de entrevistas y de diferentes observaciones participantes
hemos realizado un estudio sociolingüístico local y, además incidido junto a sus
comuneros hablantes de la lengua náhuatl, en la elaboración y colocación de un
paisaje lingüístico en su lengua originaria como una estrategia para su revitalización.
El pueblo originario de Santa Ana Tlacotenco se ubica en la Alcaldía de
Milpa Alta en la Ciudad de México. Respecto a las lenguas que se hablan en este
lugar, el español es la lengua de uso diario; el náhuatl ya poco se habla entre esta
población que asciende a más de 10,000 habitantes.
La lengua náhuatl está seriamente en peligro al no existir una transmisión
intergeneracional. Los/as niños y los/as jóvenes tienen como primera lengua el
español y sólo pocos abuelos y abuelas (de 70 a 90 años o más) y algunos señores
o señoras (50 a 60 años) aún la hablan en momentos esporádicos.
Algunos de los abuelos/as nahuahablantes comentan que: “Ya no la
hablamos, así como estamos hablando ahorita el español, ahorita ya no la hablamos
pues porque ya no hay quiénes nos contesten en náhuatl.(Conv. DJ. 23/11/2019,
Tlacotenco). Al no ser los hijos y los nietos hablantes de la lengua náhuatl, los abuelos
y las abuelas silencian su lengua originaria por falta de interlocutores en la familia.
Así mismo la inexistencia de vecinos, compadres y amigos nahuahablantes deja
percibir que por los barrios de Tlacotenco hay muy poca probabilidad de escuchar
a la gente conversar en náhuatl. Además, las personas que sí son competentes
oralmente en esta lengua, aun cuando se encuentran en un mismo espacio o
evento comunicativo de interlocutores nahuahablantes, no la usan, situación que
aumenta el proceso de desplazamiento lingüístico, optando por el uso del español
tanto en los ámbitos privado y público.
La pérdida de esta lengua, reexionan los tlacotenses, se debió sobre todo
a la práctica lingüística que empezó a generalizarse en este territorio originario a
partir de 1940. Algunos de los comuneros tlacotenses comentan que:
Antes se hablaba mucho, mucho náhuatl, todo era en náhuatl, llegaban
los abuelos, las abuelas, los papás y todos hablaban, pero uno de
chamaco, de niño, no podía meterse en sus conversaciones, era asunto
de gente grande y nos decían, porque estábamos por ahí jugando, medio
escuchando: -váyanse para allá; a mí me decía mi papá: -vete para allá; y
sí veíamos que ellos hablaban en náhuatl, reían, todo decían en náhuatl,
pero a nosotros no nos hablaban así, puro español, ya no nos hablaron el
náhuatl” (Ent. JL. 23/02/2017, Tlacotenco).
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Según el anterior testimonio, la lengua náhuatl se comenzó a ver
socialmente como una lengua de uso para la gente mayor. Como consecuencia, en
la actualidad el uso de la lengua náhuatl en Santa Ana Tlacotenco se reduce a una
comunidad de personas de edad avanzada, con dicultades para ser auténticos
actores en los procesos de revitalización lingüística, aunque en ellos existe el
interés de salvaguardar su lengua.
Es importante decir que en Santa Ana Tlacotenco, como en otras
comunidades indígenas nahuas, se irradiaron las creencias etno-lingüísticas
de que el “náhuatl es cosa de indios, el náhuatl es antiguo, sí les sigues
hablando en náhuatl, tus hijos no serán capaces de aprender el español” (Ent.
DJ. 21/01/2018, Tlacotenco). Estas aseveraciones negativas incentivaron el
silenciamiento de la lengua náhuatl en esta Comunidad para evitar ser
discriminados por su origen étnico y por el uso de su lengua originaria. Un
comunero tlacotense, por escrito expresó ¿por qué sus padres no le hablaban
en la lengua náhuatl?:
“Les pregunté a mis padres por qué no nos hablaban en náhuatl a nosotros
sus hijos a pesar que lo hacían muy bien. Nuestra mamá me contestó que
más o menos a los diez años empezó a trabajar con una maestra, una de
las hijas de la familia Miranda, quien le había comentado que dejara de
hablar náhuatl y aprendiera español porque, de lo contrario, no podría
hablar esta lengua. Le metió tanto la idea que a nosotros sus hijos poco
nos hablaba en su lengua madre(Silva, 2008:279).
El rol del maestro y el de la escuela consistía en erradicar las culturas
indígenas y sus lenguas a través de políticas educativas asimilacionistas. Al respecto,
uno de los comuneros tlacotenses expresó: “la lengua náhuatl dejó de transmitirse
cuando ingresamos a la escuela y teníamos que prepararnos, ¿sabes qué pasó? Los
maestros negaron, les negaron y les prohibieron hablar su lengua a los abuelos” (Conv.
JO. 29/01/17, Tlacotenco).
Otro testimonio en referencia a las directrices que tuvo la escuela con
relación a la lengua náhuatl en Santa Ana Tlacoteco, reere que: a los niños
en la escuela ya no les permitían que hablaran en náhuatl, les mandaban a decir –
los maestros- a su mamá que ya no les enseñen a hablar así, sino, no van a poder
aprender el español, eso fue (Conv. DJ. 27/01/17, Tlacotenco). Según las opiniones
de los comuneros tlacotenses hubo una presión del exterior, del ámbito escolar,
desde donde se impulsó el silenciamiento de la lengua originaria hacia el ámbito
familiar. El comportamiento más inmediato de los padres y abuelos fue callarse y
no heredar a sus hijos y nietos la lengua originaria como medio de comunicación
en su vida diaria.
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Los padres y abuelos tlacotenses acataron las instrucciones que dispuso
la escuela; por ende, contribuyeron “inconscientemente o concientemente” en
el fortalecimiento de la política nacionalista del Estado mexicano de los años 40
y 50, el cual demandó una cultura, una lengua, favoreciendo el monolingüismo
en español. Como alude Sichra (2016), en su estudio (tanto en Bolivia como en
México) a modo de coincidencia con el panorama sociolingüístico del náhuatlen
Santa Ana Tlacotenco:
Respecto al rol que los abuelos juegan en la transmisión intergeneracional
de las lenguas indígenas. Datos sociolingüísticos recabados por algunos
tesistas del PROEIB-Andes en familias en poblados y familias migrantes
hacia una región urbana en México y Bolivia, revelan políticas lingüísticas
que involucran a la generación más adulta impulsando de hecho o
asumiendo implícitamente el desplazamiento de lenguas indígenas hacia
dentro de sus familias antes que representando un tradicional «nicho
lingüístico» favorable al mantenimiento de las lenguas (pág. 135).
En el escenario tlacotense se vivió y se vive la oxidación de la lengua náhuatl
por el mismo hábito de los abuelos y de los padres de no hablar la lengua náhuatl con
los nietos y los hijos. Por lo tanto coincidimos con Sichra (2014), quien señala que:
“El marco de vulnerabilidad y pérdida, entonces, no se explica por causas
naturales, deterioro de células, envejecimiento, proceso de oxidación, por
así decirlo, de las lenguas indígenas, es producto de una construcción socio-
política que los mismos concernidos han asumido como propia y es nutrida
por la sociedad hegemónica, el poder social. El deterioro y la pérdida de
lenguas se promueven, por así decirlo, “desde adentro” en respuesta a
una presión “de afuera”. Una manera de deterioro es vía el ‘silenciamiento
intergeneracional’, como lo llaman algunos (Hilario Chi, 2012. p.2)
Bajo este escenario sociolingüístico donde la lengua náhuatl padece los
estragos de la diglosia, en una situación en la que dos lenguas se encuentran en una
relación de dominación/subordinación, la lengua originaria tiene poca posibilidad
de subsistencia, ya que el español es la lengua de prestigio y de mercado laboral,
económico y educativo; reservándose la lengua indígena a funciones simbólicas
como el aprendizaje de cantos y el pronunciamiento de algunos discursos
preparados para algún evento político o cultural, acciones que inciden en la
revalorización de la identidad nahua, pero estas, no impactan directamente en el
uso de la lengua originaria.
Un vistazo a la escala graduada de deterioro intergeneracional para
lenguas amenazadas de Fishman (1991), nos permite posicionar a la lengua
náhuatl de los tlacotenses en los estadíos 7 y 8, en los que se muestra un deterioro
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profundo. Según esos estadíos y observando la realidad lingüística tlacotense,
la lengua náhuatl es “usada por los mayores y no por la generación joven, y
además hay unaislamiento social de los pocos hablantes que quedan de la lengua
minoritaria”. Por lo tanto, el náhuatl en Santa Ana Tlacoteco se encuentra en peligro
de extincion.
2. Revitalización idiomática y paisaje lingüístico
Flores y Córdova (2012) precisan que existe una serie de acciones con
el objetivo de lograr que la diversidad lingüística del planeta no desaparezca
(publicación de libros, pronunciamiento de leyes, elaboración de currículos
escolares, nanciación de proyectos, creación de instituciones, entre otros). A
esta serie de acciones y a otras similares enfocadas al uso y a la continuación de
las lenguas minorizadas y minoritarias en el mundo se las considera estrategias
comunes en los procesos de revitalización lingüística.
Para López (2015), la revitalización idiomática consiste en ejecutar acciones
que tienen por objetivo reactivar el uso cotidiano de las lenguas vulnerables,
amenazadas y en peligro de extinción. Incluye también aquellas que contribuyan a
la apropiación y el reaprendizaje de las lenguas, así como también las que cumplen
una función simbólica, aunque estén más relacionadas con el fortalecimiento de la
identidad de un grupo cultural.
La variedad de acciones en los procesos de revitalización lingüística es
tan amplia, como heterogéneos son los actores que las elaboran y las ponen en
marcha en los contextos reales. Lingüistas, etnógrafos, historiadores, abogados,
antropólogos, médicos, pedagogos, psicólogos, maestros, activistas, músicos,
cantantes, el Estado, organizaciones internacionales, los propios hablantes,entre
otros, han desplegado acciones encaminadas a dar embate a la constante pérdida
de las lenguas en peligro bajo diferentes criterios y enfoques.
El paisaje lingüístico es hoy en día, una más de las acciones implementadas
en los procesos de revitalización de lenguas amenazadas. Para efectos de este artículo
entendemos el paisaje lingüístico como Landry y Bourhis (1997) lo describen: el
lenguaje presente en los letreros de carreteras públicas, carteles publicitarios, nombres
de calles, nombres de lugares, letreros de tiendas comerciales y letreros públicos en
edicios gubernamentales que hay en un determinado espacio geográco.
Aunque el estudio de este tema es muy reciente, existen importantes
experiencias documentadas sobre este tópico y su relación con la situación
sociolingüística en territorios con conicto de lenguas. Por ejemplo, a nivel
mundial son conocidos los casos de Bélgica y de Quebec, donde fue necesario
que: los planicadores de idiomas reconocieran importante marcar los territorios
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lingüísticos a través de la regulación del uso del idioma en las vallas publicitarias,
letreros de calles, letreros comerciales, nombres de lugares y otros semejantes
(Landry y Bourhis,1997: 24)
A nivel nacional, en México, el Instituto Nacional de Lenguas Indígenas
(INALI), organismo creado para la salvaguarda del patrimonio lingüístico originario,
reportó su apoyo el año 2016 a la comunidad de Santa María Ixcatlán, Oaxaca, para
la realización de un paisaje lingüístico, el cual consistió en elaborar letreros con los
nombres de calles y escuelas, ocinas municipales e iglesias en su lengua ixcateca.
En otro comunicado, informó acerca del diseño de 60 letreros en lengua mazahua
en espacios cotidianos como tiendas, pequeños comercios, callejones, andadores y
calles, en el barrio de Santa Martha del Sur, en la Alcaldía de Coyoacán, en la Ciudad
de México, el año 2013.
Existen otros reportes de proyectos comunitarios de paisajes lingüísticos
en colaboración con el INALI. Durante el 2016 se llevaron a cabo en las variantes
lingüísticas mazahua de oriente y otomí del oeste, en Zitácuaro, Michoacán; en
la variante lingüística mexicana de Temixco, en Cuentepec, Temixco, Morelos;
en lengua tlahuica, el proyecto señalética tlahuica pjyekakjo, Ocuilan, Estado de
México; en lengua matlatzinca, el proyecto Mirando mi cultura, en Temascaltepec,
Estado de México; en lengua otomí del centro, en San Marcos Tlazalpa, Estado
de México; en lengua chontal de Oaxaca en la comunidad de Santo Domingo
Chontecomatlan, Oaxaca; en lengua maya, el proyecto Jats´uts Táan en Maya,
Yucatán; en lengua maya, el paisaje lingüístico Tin Kaajal Ku táana maaya en
el municipio de Oxkutzcab, Yucatán; en lengua maya el proyecto Rescatando
Nuestras Tradiciones de la lengua materna Maya en Mama; en lengua maya el
paisaje lingüístico bilingüe en el municipio de Sacalum, Yucatán. Todos estos
paisajes lingüísticos bajo la idea de hacer visibles las lenguas indígenas nacionales
en los distintos espacios de los pueblos y las comunidades. (INALI, 2017). Así como
Landry y Bourhis (1997) lo señalan, el paisaje lingüístico contribuye a la notoriedad
de las lenguas en el ámbito público.
En el contexto urbano y periurbano de la Ciudad de México es común
encontrar en las vías públicas y en edicios o lugares públicos: señalamientos,
letreros, anuncios, posters, carteles, rótulos, publicitarios, entre otros, en alguna
lengua, sobre todo los hay en español porque es la lengua franca del lugar. Los hay
también en inglés y en chino por ejemplo. Lo que signica que hay interlocutores
en esas lenguas, que saben leer y escribir.
Coincidimos con Córdova y Yataco (2019) al caracterizar al paisaje
lingüístico como un bien cultural que se produce y se consume. Dicho en palabras
de Mendoza (2002:199) a quienes citan estas autoras: observar al paisaje lingüístico
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como circuito cultural es entenderlo como los procesos de producción del bien cultural,
su ciclo origen-trayectoria-destino, así como de las condiciones y circunstancias
sociales que lo enmarcan (pág. 92).
En el escenario de Santa Ana Tlacotenco, además de los letreros en
español de tiendas, lugares públicos, anuncios políticos, anuncios culturales,
avisos de servicios, propaganda, encontramos también algunos en la lengua
náhuatl, sobre todo topónimos, que se han colocado de manera simbólica para
recordar cómo se nombraba a esos lugares cuando aún la ciudad no había crecido
urbanísticamente y el ambiente ecológico se conservaba. Desde luego, por
nomenclatura ocial los nombres de los lugares en el territorio de la investigación
corresponden a los nombres que el gobierno ha designado a las calles y avenidas
y que pertenecen en su mayoría a nombres de personajes de la historia ocial
mexicana y no propiamente a la regional. En este caso, las denominaciones en
náhuatl son colocadas de manera simbólica, pero llevan consigo la manifestación
de la memoria colectiva, pues los comuneros recuerdan cómo se nombraban en
la lengua náhuatl esos lugares, los cuales incluso, además del texto alfabético van
acompañados de alguna pictografía o iconografía.
Los textos escritos en la lengua náhuatl y exhibidos públicamente inciden
en su difusión en el ámbito público, pero además, como no los hacen saber Landry
y Bourhis (1997) impactan en el desarrollo del bilingüismo social en lenguas en
contacto. Para nuestro caso de estudio, consideramos que el paisaje lingüístico
incide sustancialmente en el aprendizaje de la lengua náhuatl en ámbitos
informales como la vía pública.
Sin embargo, el paisaje lingüístico en una lengua u otra, va más allá de su
función informativa. Landry y Bourhis (1997) reeren que esta gura comunicativa,
además de ser una señal de emisión y recepción de mensajes informativos,
contribuye a la visibilidad etnolingüística; en ese sentido, hace que la lengua
náhuatl sea notoria en carteles públicos, por lo que visibiliza a la comunidad de
hablantes presentes en ese territorio, quienes están generando este bien cultural
reeren acerca de la vitalidad de las lenguas, su dinamismo y función social en
contextos donde conviven varias culturas. Incluso, nos da indicios de procesos de
etno-génesis, es decir, de reapropiación identitaria, cultural y lingüística.
Es importante para el desarrollo de las lenguas originarias no obviar que el
paisaje lingüístico ejerce además un rol simbólico, representa una marca del poder
de la comunidad lingüística que habita en un especíco territorio.
En base en esto último, Córdova y Yataco (2019) señalan que los
paisajes lingüísticos latinoamericanos en lenguas indígenas son un sistema
representacional de procesos de reivindicación étnica, es decir, se generan en
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situaciones de conictos de lenguas, donde por lo general hay una lengua que
no era o no es consolidada a nivel público porque su comunidad de habla carece
de poder y sobre la cual existen ideologías que denigran lo étnico, lo cultural y
lo lingüístico. De tal manera que hacer visible a una lengua originaria a través de
los paisajes lingüísticos implica reivindicar un lenguaje al que antes no se le era
permitido ser expuesto en la esfera pública, por ser el habla de los “indios o de los
“indígenas y cuya forma de comunicación no les era anteriormente reconocida por
el Estado y por el sistema jurídico constitucional.
Ese poder simbólico signica que, en el paisaje lingüístico presente
en algún territorio geográco, puede llegar a evidenciarse si existe o no una
desigualdad lingüística ocializada por el sector público o en el sector privado,
puesto que, en primera instancia, al observar los letreros ociales de las instituciones
gubernamentales, se puede percibir la lengua hegemónica. Luego, la lengua de
mercado, en cuál lengua dominante se está ofertando algún bien o servicio. En
los dos ámbitos, el español es la lengua predominante en el contexto explorado.
Entonces, el paisaje lingüístico “pasa a ser un tema meramente lingüístico a ser una
evidencia del medio ambiente social y política gubernamental en el que los habitantes
de una lengua se encuentran (Córdova y Yataco, 2019: 92).
Por lo tanto, es importante socializar el concepto de paisaje lingüístico en
los pueblos y las comunidades indígenas, sobre todo en aquellos lugares donde
los comuneros están desarrollando la escritura en su lengua originaria, no sólo
porque a través de este trabajo se abre un nuevo dominio de uso cotidiano de las
lenguas amenazadas, superando la oralidad, sino porque, además, la notoriedad
de las lenguas originarias en los paisajes lingüísticos es capaz de ejercer una marca
territorial simbólica que coadyuva a la defensa de los territorios físicos ancestrales,
legitimando socialmente su uso como mecanismo de defensa de la tierra original
que entraña todo un sistema cultural y constituye además un mecanismo de
cuidado y desarrollo de la lengua en los contextos actuales, en los que la escritura
se vuelve una estrategia de revitalización idiomática. En el caso de los migrantes a
la ciudad, por ejemplo, el paisaje lingüístico en sus lenguas coadyuva a la visibilidad
de la diversidad lingüística en sociedades complejas y saturadas donde es difícil de
percibirse.
Desde esa mirada, la utilidad del paisaje lingüístico en alguna lengua
originaria la comprendemos a partir de lo que Landry y Bourhis (1997) nos dicen:
“Emerge del campo de la planicación del lenguaje” (pág. 24), noción que nos interesa
destacar aquí. Bajo esta comprensión, el paisaje lingüístico es una estrategia para
la revitalización de las lenguas indígenas, siempre y cuando sean las comunidades
quienes lo generen y sean ellos los actores principales en el proceso de elaboración
y colocación, a n de que el paisaje lingüístico obtenido tenga validez social y sean
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los mismos hablantes quienes lo legitimen y posibiliten su uso y actualización en la
vida diaria.
Entendemos que esta gura signica también, la apertura o el cierre de
un límite lingüístico en un territorio geográco. Como Landry y Bourhis (1997)
lo aclaran: “La prevalencia de un idioma especíco en los carteles públicos también
cumple una función informativa en la medida en que indica que el idioma en las
preguntas puede usarse para comunicarse”
(3)
(pág. 25). Simbólicamente, el paisaje
lingüístico nos dice qué lengua puede ser usada en la comunicación, no sólo en la
oral, sino también en la escrita. Como bien lo señalan Córdova y Yataco (2019), el
paisaje lingüístico como un sistema representacional sintetiza en el plano visual y
comunicativo auténticas políticas lingüísticas, algunas desde arriba, otras desde
la comunidad, las cuales llevan consigo ideologías lingüísticas, además también de
actitudes lingüísticas, por lo tanto, como estas últimas autoras señalan el paisaje
lingüístico es un proceso sociocultural y sociolingüístico complejo,compuesto
por modos de interacción humana, negociación y producción mediada por relaciones
de poder, materialización de ideologías lingüísticas existentes en torno a las lenguas
indígenas y sus posibilidades de mantenimiento, desarrollo y revitalización, tanto en
términos de representación alfabética como iconográca (pág, 90).
Por lo tanto, el paisaje lingüístico como una estrategia de revitalización
lingüista de alguna lengua indígena es uno de los caminos para contribuir al
desarrollo de las lenguas en los contextos modernos actuales, no lo es todo, pero
sin duda contribuye. Dicho en palabras de Córdova y Yataco (2019):
Así, la producción del paisaje lingüístico es un evento relevante para
comenzar a reconocer la presencia y valor de la diversidad cultural. Sin
embargo, esta producción por sí sola no logrará regular o revertir las
relaciones de desigualdad entre los hablantes de lenguas indígenas y
la sociedad mayor, mucho menos podrá revitalizar una lengua si esto
no se relaciona e inserta junto a los procesos de mayor envergadura
(pág. 91).
3. Paisaje lingüístico, un derecho indígena
La regulación del uso de una lengua u otra en el ámbito público también
aparece en las leyes mexicanas, como bien dan cuenta de ello Landry y Bourhis
(1997), quienes enlistan los diferentes Estados cuyas leyes regulan el uso de las
lenguas en la esfera pública, según Leclerc 1994:
Más de 30 países y estados regionales han adoptado leyes que regulan
aspectos de su panorama lingüístico. Se han aprobado leyes que regulan
(3) “the prevalence of a specific language on public signs also serves an informational function inas-
much as it indicates that the language in questions can be used to communicate”
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especícamente el idioma de los signos públicos en países como Argelia,
Austria, Canadá, Colombia, Estonia, Finlandia, Francia, Indonesia, Italia,
México, Noruega, Rusia, España, Suiza y Turquía, estados regionales
no soberanos como como Massachussetts, Irlanda del Norte y Québec
también han aprobado leyes que regulan el idioma de los signos públicos
dentro de sus respectivos territorios.
(4)
(Leclerc, 1994, citado en Landry y
Bourhis, 1997:24)
En el caso de México, la Constitución no regula el uso de las lenguas
en contacto en el ámbito público, sino que hace referencia a la prohibición
de la discriminación por origen étnico, haciéndose extensiva esta prohibición
a la discriminación lingüística. En el Art. 1, párrafo 5 señala: “Queda
prohibida toda discriminación motivada por […] o cualquier otra que atente
contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos
y libertades de las personas” (Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, 2020).
Adicionalmente en su artículo 2, señala que: “Esta Constitución
reconoce y garantiza el derecho de los pueblos y las comunidades indígenas a la
libre determinación y, en consecuencia, a la autonomía para: Fracción IV. Preservar
y enriquecer sus lenguas, conocimientos y todos los elementos que constituyan su
cultura e identidad”.
No obstante, es en la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos
Indígenas (2003) donde se establece como uno de los derechos lingüísticos de
los pueblos y las comunidades indígenas, contar con un paisaje lingüístico,
el cual se limita a señales informativas de nomenclatura ocial, así como que los
topónimos sean inscritos en español y en las lenguas originarias”, a la letra el artículo
13 establece que:
“Corresponde al Estado en sus distintos órdenes de gobierno la creación
de instituciones y la realización de actividades en sus respectivos ámbitos
de competencia, para lograr los objetivos generales de la presente Ley, y en
particular las siguientes: Fracción XV. Instrumentar las medidas necesarias
para que, en los municipios indígenas del país, las señalas informativas de
nomenclatura ocial, así como sus topónimos, sean inscritos en español y
en las lenguas originarias de uso en el territorio (fracción adicionada en el
2010), (LGDLPI, 2020)”
(4) More than 30 countries and regional states have adopted laws regulating aspects of their
linguistic landscape. Laws especifically regulating the language of public signs have been passed in
countries such as Algeria, Austria, Canada, Columbia, Estonia, Finland, France, Indonesia, Italy, Mexico,
Norway, Russia, Spain, Switzerland, and Turkey, Nonsovereign regional states such as Massachussetts,
Northern Ireland, and Québec have also passed laws regulating the language of public signs within
their respective territories
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En el artículo citado se hace hincapié en los elementos que constituyen
de manera legal al paisaje lingüístico, que se reduce a dos tipos de mensajes
escritos: 1) las señales informativas de nomenclatura ocial y 2) los topónimos. En
este sentido, consideramos importante que la ley en cuestión, y las relacionadas,
amplíen y analicen con mayor profundidad este tema, extendiéndose la regulación
jurídica de un paisaje lingüístico al sector privado, en el que los comercios y las
empresas coadyuven en la preservación y la difusión de las lenguas indígenas,
lo que puede operarse de manera territorial, como se está tratando de hacer
con el náhuatl de Santa Ana Tlacotenco, donde se pretende que en el mercado,
tiendas y comercios de los comuneros, se les coloque ocialmente el nombre de
su negocio en esta variedad lingüística, a efectos de contribuir a su revitalización
idiomática.
4. Política lingüística comunitaria en la elaboración de un paisaje
lingüístico en náhuatl en el pueblo de Santa Ana Tlacotenco
La política lingüística comunitaria nace desde que en los pueblos y las
comunidades indígenas han comprendido que los Estados Nación no resuelven
el problema de la pérdida acelerada de las lenguas originarias en la actualidad.
Queda claro que revertir el desplazamiento lingüístico no es una tarea fácil, sino
constituye un proceso sociocultural y sociolingüístico complejo en el que se
debe de incidir en diferentes aspectos de la vida cotidiana de los hablantes y no
hablantes de estas lenguas.
No obstante, desde abajo”, los actores indígenas cada día aseveran
que continuar delegando la tarea del cuidado de las lenguas a los gobiernos
hegemónicos ya no asegura el resguardo y la continuación de las lenguas
indígenas, aunque existan legislaciones y marcos jurídicos nacionales e
internacionales en los que se obligue a los Estados al cumplimiento ecaz del
derecho a la lengua.
Desde esta óptica en el pueblo originario de Santa Ana Tlacotenco,
hemos acordado realizar un paisaje lingüístico en la lengua náhuatl. Este
trabajo es una de la actividades del proyecto comunitario Aún nuestra lengua
vive: fogatas nahuas móviles tradicionales, en el que nos ocupamos además
del tema que abordamos en este artículo, la documentación de esta lengua
originaria.
Adjetivamos como casero el paisaje lingüístico que elaboramos en esta
comunidad, porque: “Este trabajo es de casa, aquí con la familia, los vecinos y los
que gusten acompañarnos y ayudarnos a revivir el náhuatl” (Conv. LM. 22/06/2019,
Tlacotenco). Esta estrategia de revitalización de la lengua náhuatl, tiene como
características:
Elsa del Valle Núñez
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1. “Quese haceocría en casa”: Efectivamente, el paisaje de la lengua
náhuatl se inicia en el hogar de una pareja de abuelos nahuas, la abuela
Damiana Jardines Garibay y su esposo Liborio Meza Patiño quienes
tienen 78 años dedicados al trabajo del campo y al comercio del maíz,
el nopal, y otros productos agrícolas que cosechan. Estos dos actores
nahuas albergan y cobijan en su casa el proyecto familiar y comunitario
Aún nuestra lengua vive: fogatas nahuas móviles tradicionales”. Por lo
tanto, los actores del paisaje náhuatl son además de estos abuelos,
sus hijas, nietos, sobrinos, vecinos de barrio y público en general que
desean vivir la experiencia. Hablamos entonces de un grupo familiar y
comunitario no especializado.
2. “Que se hace con medios”: En este sentido, para efectuar el paisaje
lingüístico del náhuatl usamos tablas de madera, pinturas, lazos,
algunos aparatos tecnológicos como la cámara fotográca, la cámara
de video, grabadoras y teléfonos celulares; además del uso de una
pizarra para el registro de la lengua originaria.
3. Quesehace entrepersonasdeconanza”: Ciertamente esto es válido,
pues la dinámica de paisaje que seguimos se hace entre las familias y
los vecinos del barrio. Por lo tanto, entre los actores participantes hay
una estimación, aprecio, cariño, compromiso, conanza y amor a la
lengua originaria.
4. Segúnelsaberpopular,sindicultadociencia,aunqueecaz”: Hinton
(2001) nos sugiere que: “La planeación lingüística es esencial para un
buen programa de revitalización
(5)
(pág. 51). En base a este comentario,
la experiencia del paisaje en náhuatl ha requerido de un planeamiento
previo, aunque no muy riguroso, pues se alimenta del trabajo diario y
de la creatividad y espontaneidad de los participantes.
El paisaje en la lengua náhuatl tiene varios objetivos. En sentido estricto,
el objetivo lingüístico es la elaboración de noventa letreros de comercios en
la lengua originaria, entre ellos: mercado, escuela, iglesia, carnicería, frutería,
papelería, panadería, acuario, pollería, orería, verdulería, baños, tienda, entre
otros similares, para ser colocados en la zona central del poblado donde hay más
auencia de personas. Este trabajo pretende que se visibilice la lengua náhuatl y se
empiece a gestar un proceso de aprendizaje de este léxico de manera informal en
la vía pública. Asimismo, se espera que el gobierno local comience a difundir esta
práctica por todo el territorio tlacotense y la región de la Alcaldía de Milpa Alta que
es de raíz histórica nahua.
(5) language planning is essential for a good revitalization. (Traducción propia)
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No obstante, otro de los objetivos, que consideramos el de mayor
importancia es visibilizar el papel de los abuelos y las abuelas como actores
que usan su lengua náhuatl. A través de esta actividad, los hablantes se
reapropian de su lengua originaria y visibilizan el náhuatl ante sus familias y
vecinos.
Uno más de los objetivos de esta actividad es visibilizar al hogar como
un lugar no formal en el que podemos aprender náhuatl en familia, con vecinos
y amigos. Es decir, la casa como una cuna donde se gestan los procesos de
planicación del lenguaje para su reapropiación y revitalización idiomática y
cultural.
5. Paisaje lingüístico en náhuatl: su metodología
Para saber qué escribir en las maderas, fue necesario usar la siguiente
metodología, que describe uno de los participantes del proyecto:
“Bueno, se invitó a los hablantes del náhuatl, sobre todo a los abuelitos
para que nos acompañaran, y entonces, los que llegamos pues conocimos
qué era el paisaje, y decidimos hacerlo, lo difícil era ponernos de acuerdo
en cómo escribir, pero bueno, después con el tiempo fuimos avanzando.
Como siempre nos reunimos aquí en la casa, vienen abuelitos, personas
mayores, los señores, jóvenes, y niños, unos pues no saben nada
de náhuatl, otros sí sabemos, otros un poco, pero pues ya aquí nos
reunimos, nos sentamos y trabajamos, preguntamos a los que saben
náhuatl que como se dice mercado, como lo escucharon de chiquitos, y
pues unos dicen ‘tianquiztle’, otros que ‘tianquizco, pues así van saliendo
las palabras, las escribimos en el pizarrón, y ahí vemos, preguntamos
varias veces para no equivocarnos, sobre todo para decir como aquí
se dicen en nuestro pueblo, y pues votamos todos, y ya contentos nos
ponemos a pintar en las tablitas el letreo, unos hacen los dibujos, otros
las letras, y así vamos, lo importante es decir que aquí estamos presentes
con el náhuatl, y pues los pequeños, los niños que no lo saben se les
va quedando, es un trabajo duro porque muchos no sabemos dibujar,
otros pues se nos diculta escribir, pero pues nos ayudamos y así vamos
saliendo.
Uno de los aspectos fundamentales en la elaboración del paisaje es
que el lenguaje plasmado en las tablas ha sido legitimado socialmente por sus
hablantes, porque quieren darle vida a la lengua que les trasmitieron sus padres
y abuelos.
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Imagen 1. Paisaje lingüístico en náhuatl, 30 de noviembre de 2019, Santa Ana Tlacotenco.
Foto de Elsa Del Valle Núñez.
Conclusiones
El paisaje lingüístico es una estrategia de revitalización para la lengua
náhuatl en Santa Ana Tlacotenco. Es efectiva toda vez que hay una comunidad de
hablantes que saben leer y escribir en la lengua originaria y otra comunidad de
niños y jóvenes que están aprendiendo náhuatl en este pueblo originario. Por lo
que, el paisaje lingüístico en lengua náhuatl es un bien cultural producido por sus
hablantes y por una sociedad de consumo que es hablante de esta lengua y por
otra, que aunque no lo es, valora la diversidad lingüística.
El paisaje lingüístico es un derecho indígena de los pueblos y las
comunidades originarias. Los gobiernos deben dar cabida a que sus agendas
contemplen la implementación de políticas lingüísticas cuyo objetivo sea la
colocación de anuncios en lenguas originarias elaborados por los propios
hablantes, según los principios de territorialidad.
Para coadyuvar a la elaboración de paisajes lingüísticos, las iniciativas
privadas como empresas y comercios deberían celebrar contratos de colaboración
para difundir y promover el uso de las lenguas en el mercado regional y nacional.
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