232
REVISTA DE LA FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS AÑO LXX N° 10 / 2018 ISSN 2519-7592
producen durante 50 años contra un empresario que, con una autorización de
aprovechamiento forestal extendida por la Dirección General de Bosques de la
Provincia del Chaco, dependiente del Ministerio de Producción, ocupó parte del
campo. A su vez, el demandado les inicio juicio de desalojo, el que se encontraba
en trámite (R. M., M. A., G. R., M. F. Y R., F. c/ G.M. F. s/ interdicto, JCyC Nº2 de
resistencia, 1998). El juez meritando las pruebas (denuncias presentadas por las
familias campesinas, testimoniales, etc) hace lugar a la demanda, ordenando
restituir a sus propietarios de la parte ocupada ilegalmente. Sin embargo, las
familias campesinas debieron imponer nuevamente otro interdicto de recobrar en
el año 2009 contra el mismo demandado y sus hijos. Entre una y otra demanda, las
familias campesinas ganaron el juicio por desalojo interpuesto por el empresario,
pero en septiembre de 2005 los hijos del Sr. M. G. interpusieron denuncia penal por
usurpación. En ese contexto, la Fiscalía de Investigaciones y el Juzgado de Garantías,
en septiembre de 2005, libró un mandamiento de allanamiento, autorizando a
los demandados a ingresar al campo sus animales vacunos, debiendo soportar
las familias campesinas que hicieran pastar a su hacienda e ingresaran personas
que cuidaban de ella, situación que se prolongó por dos años aproximadamente.
Luego, los demandados retiraron sus animales, pudiendo retomar las familias
campesinas la posesión de la totalidad del campo en cuestión. Similar situación se
planteó el a nes de noviembre de 2007 y nales de febrero de 2008, lo cual motivó
la realización de una nueva demanda para recobrar la posesión.
En esta oportunidad, y a pesar de todos los antecedentes, esta vez el juez
falla en contra de las familias campesinas debido a la caducidad de la instancia (que
es de un año). En este contexto, del análisis del caso observamos un poder judicial,
en su fase civil, más preocupado por los aspectos burocráticos del caso que por la
defensa de un derecho violentado. En su fase penal, no sólo vulnera un derecho
ampliamente reconocido en otras instancias judiciales, sino que despoja a las
familias campesinas de parte de su posesión y de los recursos naturales (bosques).
En este contexto, la articulación de un litigio en instancias penal y civil plantean un
interrogante en relación con el reconociendo de la posesión campesina en tanto
derecho. En efecto, la superposición de las instancias civil y penal en un litigio
donde lo que se pone en juego es, en denitiva, el derecho de propiedad, requiere
analizar la función política que asumen los jueces, no sólo en materia de control
social sino también en lo relativo a la conciencia de derechos y la armación de la
capacidad para hacer la reivindicación de los mismos (SANTOS, 2009).
4. Litigios en tierras scales
En 1972 se crea el Instituto de Colonización, con el objetivo de administrar
y colonizar las tierras scales y las privadas que se incorporen al dominio del Estado
Provincial. Asimismo, para el año 1984 se dicta la ley 2913 “De las tierras scales y de
la colonización”, cuyo objetivo remite a la incorporación al proceso productivo de
las tierras scales mediante: a) Regularización de las ocupaciones y programas de
Pablo Barbetta