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REVISTA DE LA FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS AÑO LXXI N° 11 / 2019 ISSN 2519-7592
Lisbeth Núñez Andía / Pavel H. Valer Bellota
sus pertenencias a categoría sociales. Por ello, incluso existiendo derechos
formales para todos, el acceso al Estado y a otras políticas se mantienen
diferenciados. Es su membresía a categorías sociales o colectividades
especícas la que determina sus derechos y no la existencia de individuos
atomizados y aislados, que se desarrollan de forma separada en su relación
con el Estado.
Otras, como la perspectiva maternalista
(9)
, plantean precisamente todo lo
contrario pues la relación maternal no es una relación entre iguales, que es la base
fundamental para relaciones ciudadanas. De allí que bosquejan la ampliación de las
dimensiones ciudadanas a partir de las carencias y expropiaciones que han sufrido
históricamente las mujeres, principalmente la dimensión sexual de las ciudadanías.
Asumir el eje de la ciudadanía, desde la perspectiva feminista democrática, también
ha implicado la modicación de muchos de los paradigmas tradicionales de la
política (entre ellos el determinismo de la clase en la construcción de lo político y
en la construcción ciudadana).
La ampliación de los derechos ciudadanos a áreas que afectan a toda la
humanidad ha sido posible también por los movimientos de solidaridad global
(ecologistas, pacistas, etc). En un mundo globalizado, estos “asuntos tan globales
como el globo mismo” forman derechos que son “patrimonio de la humanidad” tales
como sustentabilidad de la vida humana, problemas ambientales, control frente
a la proliferación de armamento, etc. (De Souza Santos (1998). Hoy, los diferentes
tipos de feminismo inciden en estas múltiples dimensiones, tanto a través de
sus propuestas como movimiento social especíco, como a través de su activa
participación en estos otros movimientos sociales. Estas dinámicas en lo global
son consideradas, por muchos como sociedades civiles en construcción, con la
consiguiente lucha por una ciudadanía también de carácter global.
Los feminismos han aportado mucho a esta dimensión global de la
ciudadanía para conseguir justicia en aquellos temas/luchas que los Estados
nacionales no pueden o no quieren responder. Es el caso de la gran campaña por
una Convención de derechos sexuales y reproductivos en la OEA, que cumple la
misma función que tiene la Convención de Belem do Para en los casos de violencia
contra la Mujer. En lo nacional y en lo global, la lucha por la ciudadanía genera
un terreno de disputa entre sociedad civil y Estado, por contenidos y alcances
democráticos, frente a su carácter aun restringido, parcial, excluyente.
La participación política de la mujer fue, durante muchos años, el
área menos desarrollada de los estudios feministas. Mientras existían avances
signicativos en los estudios sobre las mujeres en la producción social, en las
cuestiones de la salud, sexualidad, derechos reproductivos, violencia, quedó
(9) Enfoque que exalta como parte de la naturaleza propia de las mujeres aspectos vinculados al rol
maternal, como la nutrición y el cuidado, transriéndolas a lo social y político.