principalmente por tener comportamientos gregarios, ser locuaces, alegres,
divertidos, ser apasionados por las actividades que realizan y son enérgicos
(Costa y McCrae, 2002). Lo cual resulta congruente con lo reportado en investigaciones
anteriores a nivel nacional, Arana (2013) y Cáceres (2016) encontraron relaciones
entre la extraversión y el consumo de alcohol problemático, episodios de exceso y
cantidad como estrategia de afrontamiento. Siguiendo un diseño distinto, Aguirre (2016)
describió el uso de habilidades y autoexpresiones sociales en sujetos que consumen
bebidas alcohólicas. De forma similar, Gil (2012) siguiendo el mismo método de estudio
señala que existe relación entre el rasgo introversión o extraversión baja y el consumo
de alcohol.
Asimismo, se alega relación signicativa y directa entre la dimensión apertura a
la experiencia y el consumo de alcohol, por tanto, se inere que las personas que presentan
consumo problemático de alcohol se caracterizan por poseer comportamientos poco
convencionales, ligados a la creatividad u originalidad, así como, preferencias a lo
novedoso, ser osados y atrevidos. Eos resultados son similares a los hallazgos de
Castañeda y Chaves (2013), Pilatti, et al., (2014) y Arana (2013) quienes señalan la
existencia de relación signicativa entre el consumo de alcohol y el estilo de
personalidad innovación. Por otra parte, Gil (2012) evidencia relación inversamente
signicativa entre la dimensión apertura a la experiencia y el consumo de alcohol, eo
nos da a conocer que la apertura a la experiencia baja está relacionada a bebedores u
consumidores de alcohol. Los estudios anteriores en cuanto a la existencia de relación,
arman lo encontrado con esta investigación.
De la misma forma, se demuestra que existe relación inversa y signicativa entre
la dimensión conciencia y el consumo de alcohol, los pacientes que presentan
consumo de alcohol problemático se caracterizan por ser menos rigurosos en aplicar
principios morales y descuidados en luchar por sus objetivos, así también,
desorganizados, impuntuales, impulsivos, poco comprometidas en cuestiones
académicas y nada solidarios (Costa y McCrae, 2002). Ee resultado es raticado por
el hallazgo reportados en la investigación realizada por Gil (2012) quien indica que los
adolescentes que no beben o beben ocasionalmente tienen una capacidad de autocontrol
efectiva y por el contrario aquellos sujetos con puntuaciones bajas en conciencia son
bebedores activos ya sean perjudiciales o dependientes, esto se explica por las
capacidades de regulación y control de nuestro cerebro, ya que no están muy bien
desarrolladas en los adolescentes y la población de este estudio se enfoca en las
diferentes etapas de desarrollo (adolescentes, jóvenes, adultos y adultos mayores). Sin
embargo, los hallazgos en el estudio de Arana (2013) no evidencian relación entre estas
variables (rasgo de personalidad conciencia y consumo de alcohol), esta diferencia
también podría obedecer a causas culturales.
Por otro lado, la dimensión amabilidad describe tendencias interpersonales,
según Costa y McCrae (2002), el hallazgo evidencia que la dimensión amabilidad
no guardan relación con el consumo de alcohol, lo cual es semejante a los hallazgos de
Arana (2013), quien hizo su estudio en una población de estudiantes universitario, no
evidencia relación entre el rasgo de personalidad amabilidad y el alto o bajo consumo de
alcohol. Por otra parte, Mestre, et al., (2005), Gil (2012) y Pilatti, et al., (2014) quienes
encontraron relaciones fuertes en esta dimensión, de esta forma las personas con
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Ambiente, Comportameinto y Sociedad
(2018), 11, 2, 53-71